Tribunas

Nos vamos a Covadonga

 

 

José Francisco Serrano Oceja

 

Hoy nos vamos a Covadonga, al Santuario de la Santina, corazón espiritual de Asturias. Allí se está conmemorando el centenario de la coronación canónica de la Virgen y del Niño Jesús que porta en sus brazos.

Con motivo de este centenario, que es tiempo jubilar, de indulgencias múltiples, han creado una página web en la que nos encontramos información fresca.

Por ejemplo, la visita del ex ministro Jorge Fernández Díaz, que ahora está dedicado a las apariciones marianas y que se ha hecho famoso por una serie de vídeos sobre las apariciones contemporáneas de la Virgen y los secretos de Fátima, que no es lo mismo que los secretos de Estado.

Jorge Fernández se nos ha vuelto un mariólogo en la vida pública, por eso de que la seguridad en la devoción filial no es comparable con la seguridad de los Cuerpos y Fuerzas del Estado.

También estuvo, por cierto, no hace mucho, la presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor, quien confesó que había ido a Covadonga, la primera vez de niña con el colegio.  Esto, para que después hablen de los políticos del PP.  De momento no aparece nadie de otros partidos.

Bueno, más allá de la crónica rosa, lo que importa es destacar el esfuerzo evangelizador en torno al centenario. Un esfuerzo alentado por el arzobispo de Oviedo, monseñor Jesús Sanz Montes, que desde la Cueva santa debe iniciar la reconquista de los espacios geográficos y conceptuales allende su diócesis, con la claridad de sus ideas y la facilidad de expresar el acertado pensamiento.

Don Jesús ha convertido a la Iglesia en Asturias en una referente de aliento y de impulso evangelizador. No sé si con su sencillez franciscana o con la caridad de la verdad, también franciscana, pero en este caso del Papa Francisco.

Don Jesús dice en un breve texto pórtico de esta efeméride que “son ya cien años, los que caben en un siglo, para reconocer cómo Nuestra Señora ejerce su maternidad hacia nosotros sus hijos, acompañándonos de tantos modos en los mil vericuetos en el que una buena madre siempre nos acompaña. Por eso Ella es la Virgen bendita en su santa Cueva de Covadonga, que por su mediación llegamos a quien nos alumbró con el sí de su “fiat”, su “hágase en mí según tu palabra”, que le dijo al arcángel Gabriel al proponerle nada menos ser la Madre del Mesías”.

 

José Francisco Serrano Oceja