Servicio diario - 31 de octubre de 2017


Reforma: Vista "por primera vez desde una perspectiva ecuménica"
Redacción

Santa Marta: "Ensuciarse las manos" para anunciar el Reino de Dios
Rosa Die Alcolea

Moldavia: Visita del presidente Igor Dodon al Vaticano
Anne Kurian

Croacia: Visita del Cardenal Pietro Parolin
Anne Kurian

Reconstrucción en México: "Toda la sociedad estamos llamados a cumplir nuestro deber"
Redacción

Terremoto en Italia: El Card. Parolin alude a "la capacidad del ser humano de levantarse"
Redacción

Enrique Soros: "Halloween... ¿Demonizar o participar?"
Enrique Soros

P. Antonio Rivero L.C.: "¿Busco la gloria de Dios o la mía?"
Antonio Rivero

San Nuño de Santa Maria Alvares Pereira, 1 de noviembre
Isabel Orellana Vilches


 

 

31/10/2017-13:19
Redacción

Reforma: Vista "por primera vez desde una perspectiva ecuménica"

(ZENIT — 31 Oct. 2017).- Luteranos y católicos agradecen "las bendiciones de este año de conmemoración" que incluyen el hecho de que por primera vez, "luteranos y católicos hayan considerado la Reforma desde una perspectiva ecuménica", lo que dio lugar a un nuevo enfoque de los acontecimientos del siglo XVI que llevaron a nuestra separación, han explicado.

Esta mañana, la Oficina de Prensa de la Santa Sede ha publicado una declaración conjunta de la Federación Luterana Mundial y el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, con motivo del término del año de la conmemoración común de la Reforma, hoy 31 de octubre de 2017.

Asimismo, los fieles de ambas iglesias cristianas describen que la Declaración conjunta sobre la doctrina de la justificación, firmada por la Federación Luterana Mundial y la Iglesia Católica Romana en 1999, en 2006 por el Consejo Metodista Mundial, y por la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas en este año de conmemoración, "será acogida hoy mismo y recibida por la Comunión Anglicana en una ceremonia solemne en la abadía de Westminster".

En la declaración explican que "sobre esta base, nuestras comuniones cristianas pueden construir un vínculo más estrecho de consenso espiritual y testimonio común en el servicio del evangelio".

A continuación, sigue el texto:

 

Declaración conjunta de la Federación Luterana Mundial y el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos

El 31 de octubre de 2017, último día del año de conmemoración ecuménica común de la Reforma, estamos muy agradecidos por los dones espirituales y teológicos recibidos a través de la Reforma, conmemoración que compartimos juntos y con nuestros asociados ecuménicos del mundo entero. Asimismo, pedimos perdón por nuestros fracasos, las formas en que los cristianos han herido el Cuerpo del Señor y se han ofendido unos a otros durante los 500 años transcurridos desde el inicio de la Reforma hasta hoy.

Nosotros, luteranos y católicos, estamos profundamente agradecidos por el camino ecuménico que hemos recorrido juntos en los últimos 50 años. Esa peregrinación, sostenida por nuestra oración común, el culto y el diálogo ecuménico, redundó en la eliminación de prejuicios, una mayor comprensión mutua y la identificación de decisivos acuerdos teológicos. Frente a tantas bendiciones a lo largo del camino, elevamos nuestros corazones en alabanza al Dios Trino por la misericordia recibida.

En este día damos una mirada retrospectiva a un año de notables eventos ecuménicos que comenzó el 31 de octubre de 2016 con la oración común luterano-católico romana en Lund, Suecia, en presencia de nuestros asociados ecuménicos. Durante la presidencia de ese servicio, el papa Francisco y el obispo Munib A. Younan, entonces presidente de la Federación Luterana Mundial, firmaron una declaración conjunta que recoge el compromiso de seguir recorriendo juntos el camino ecuménico hacia la unidad por la que oraba Cristo (cf. Juan 17.21). Ese mismo día, nuestro servicio conjunto a quienes necesitan nuestra ayuda y solidaridad también se vio fortalecido por una declaración de intención entre Caritas Internationalis y la Federación Luterana Mundial —Servicio Mundial.

El papa Francisco y el presidente Younan declararon juntos: "Muchos miembros de nuestras comunidades anhelan recibir la Eucaristía en una mesa como expresión concreta de la unidad plena. Sentimos el dolor de quienes comparten su vida entera, pero no pueden compartir la presencia redentora de Dios en la mesa de la Eucaristía. Reconocemos nuestra conjunta responsabilidad pastoral para responder al hambre y la sed espirituales de nuestro pueblo de de ser uno en Cristo. Anhelamos que sea sanada esta herida en el Cuerpo de Cristo. Este es el propósito de nuestros esfuerzos ecuménicos, que deseamos que también progresen mediante la renovación de nuestro compromiso con el diálogo teológico."

Las bendiciones de este año de conmemoración incluyen el hecho de que por primera vez, luteranos y católicos hayan considerado la Reforma desde una perspectiva ecuménica, lo que dio lugar a un nuevo enfoque de los acontecimientos del siglo XVI que llevaron a nuestra separación. Reconocemos que si bien el pasado no se puede cambiar, su influencia sobre nosotros hoy en día se puede transformar para que sea un estímulo al crecimiento de la comunión y un signo de esperanza a fin de que el mundo supere la división y la fragmentación. Una vez más, resultó claro que lo que tenemos en común es mucho más que aquello que nos divide.

Nos alegra que la Declaración conjunta sobre la doctrina de la justificación, firmada en un acto solemne por la Federación Luterana Mundial y la Iglesia Católica Romana en 1999, también fuera firmada en 2006 por el Consejo Metodista Mundial y por la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas en este año de conmemoración. Además, hoy mismo será acogida y recibida por la Comunión Anglicana en una ceremonia solemne en la abadía de Westminster. Sobre esta base nuestras comuniones cristianas pueden construir un vínculo más estrecho de consenso espiritual y testimonio común en el servicio del evangelio.

Reconocemos con gratitud, los numerosos eventos de oración y culto comunes que luteranos y católicos celebraron junto con sus asociados ecuménicos en distintas partes del mundo, los encuentros teológicos y las publicaciones significativas que dieron sustancia a este año de conmemoración.

De cara al futuro, nos comprometemos a seguir nuestro camino común, guiados por el Espíritu de Dios, hacia la mayor unidad de acuerdo a la voluntad de nuestro Señor Jesucristo. Con ayuda de Dios, pretendemos discernir a través de la oración nuestra comprensión de la Iglesia, la Eucaristía y el Ministerio, buscando un consenso sustancial que permita superar las restantes diferencias que existen entre nosotros. Con profunda alegría y gratitud, confiamos en "que el que comenzó en [nosotros] la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo" (Filipenses 1.6).

© Librería Editorial Vaticano

 

 

31/10/2017-18:49
Rosa Die Alcolea

Santa Marta: "Ensuciarse las manos" para anunciar el Reino de Dios

(ZENIT — 31 Oct. 2017).- "Ay de aquellos que predican el Reino de Dios con la ilusión de no ensuciarse las manos", ha observado el Papa Francisco esta mañana en Santa Marta.

Homilía del Papa Francisco en la Misa celebrada esta mañana, 31 de octubre de 2017,en la capilla de la Casa de Santa Marta, inspirándose en el episodio evangélico de San Lucas en el que Jesús compara el Reino de Dios con el granito de mostaza y la levadura.

Francisco ha exhortado a "ensuciarse las manos": Es verdad que si se echa la semilla, se la pierde, y que si se mezcla la levadura, "me ensucio las manos", porque "siempre hay alguna pérdida al sembrar el Reino de Dios".

El Santo Padre afirmó que el granito de mostaza y la levadura son elementos pequeños, y sin embargo, "tienen dentro un poder" que los hace crecer. Así sucede con el Reino de Dios: su poder viene desde dentro.

Asimismo, el Papa reflexionó a partir de la Carta de San Pablo a los Romanos, propuesta en la Primera Lectura, que pone de manifiesto las tensiones existentes en la vida: sufrimiento que —como dijo el Papa— "no son comparables a la gloria que nos espera".

De manera —continuó Francisco— que se trata "de una tensión entre sufrimiento y gloria". Y en estas tensiones hay "una expectativa ardiente" hacia una "revelación grandiosa del Reino de Dios". Una expectativa que no es sólo nuestra, sino también de la creación, sometida a la caducidad "como nosotros" y "tendente hacia la revelación de los hijos de Dios". A la vez que la fuerza interna que "nos conduce con esperanza hacia la plenitud del Reino de Dios", es la del Espíritu Santo.

"Es precisamente la esperanza la que nos lleva a la plenitud. La esperanza de salir de esta cárcel, de esta limitación, de esta esclavitud, de esta corrupción, y llegar a la gloria: un camino de esperanza. Y la esperanza es un don del Espíritu. Es precisamente el Espíritu Santo que está dentro de nosotros y conduce a esto: a una cosa grandiosa, a una liberación, a una gran gloria. Por esta razón Jesús dice: 'Dentro de la semilla de mostaza, de aquel grano pequeñísimo, hay una fuerza que desencadena un crecimiento inimaginable'.

El Papa, como de costumbre hace, ha invitado a hacerse algunas preguntas, en este caso, ha animado a los presentes a "interrogarnos, hoy, si creemos que allí, en la esperanza, está el Espíritu Santo con quien hablar".

 

 

31/10/2017-18:07
Anne Kurian

Moldavia: Visita del presidente Igor Dodon al Vaticano

(ZENIT — 31 Oct. 2017).- El Papa Francisco recibirá al presidente de la República de Moldavia, Igor Dodon, en la mañana del sábado 4 de noviembre de 2017, en el Vaticano.

Esta será la primera visita del presidente, que asumió el cargo en diciembre de 2016.

La última audiencia de un jefe de estado moldavo en el Vaticano se remonta a 2010, cuando Benedicto XVI recibió al presidente del Parlamento de Moldavia, el presidente en funciones Mihai Ghimpu. El encuentro fue una oportunidad para destacar "la contribución positiva de la misión cumplida por la Iglesia Católica en Moldavia en beneficio de toda la población".

Con una mayoría cristiana ortodoxa, Moldavia tiene unos 20.000 católicos, alrededor del 1% de la población.

© Traducción de ZENIT, Rosa Die

 

 

31/10/2017-18:25
Anne Kurian

Croacia: Visita del Cardenal Pietro Parolin

(ZENIT — 31 Oct. 2017).- "Hoy no podemos distinguir ser religioso de ser 'interreligioso"" ya que "una relación positiva entre religiones parece una necesidad absoluta", dijo el cardenal Pietro Parolin desde Zagreb, donde se reunió con líderes religiosos croatas con motivo de su visita al país del 29 al 31 de octubre de 2017.

En su intervención publicada por L'Osservatore Romano en italiano del 1 de noviembre, el "número 2" del Vaticano expresó la urgencia de "compartir las riquezas espirituales de uno mismo y valorar lo que une, incluidas las diversas creencias". "Esto requiere una evolución valiente" y una "aceptación sincera del otro", ya que la ignorancia "a menudo ha sido un motivo de intolerancia, lucha y división".

En el país que históricamente muestra una "coexistencia sostenible de la cultura latina, bizantina e islámica", el cardenal recordó que "los croatas fueron los primeros eslavos en convertirse al Evangelio" y que el cristianismo juega en el país un "papel irremplazable". "Croacia es un modelo de pluralismo donde la conciencia de las raíces espirituales de uno no se ha debilitado".

En un diálogo con los obispos, Mons. Parolin también habló de la dictadura comunista, que de 1945 a 1990 "hizo todo lo posible por cortar el vínculo entre el pueblo de Croacia y la Santa Sede, al hacer de la Iglesia el objeto de una persecución sistemática". Rindió homenaje a la fidelidad cristiana: "ni los campos de concentración ni el ateísmo sistemático" podían "borrar" la "madurez de esta Iglesia".

El cardenal instó a los obispos a "proteger y desarrollar este patrimonio" para que "la identidad cristiana de Croacia no solo tenga un pasado y un presente, sino también un futuro".

Finalmente, el Secretario de Estado agradeció al Arzobispo de Zagreb, el Cardenal Bozani?, y al Obispo de Po2ega, Mons. Skor?evi?, "por el trabajo realizado en la Comisión Mixta de Expertos de Croacia y Serbia para una revisión de la figura del Beato Cardenal Alojzije Stepinac. Este fue un gesto muy ecuménico hacia los hermanos ortodoxos. Estoy encantado de que hayan llegado al final del trabajo con la alegría y la esperanza de una concordia más profunda ".

Durante su visita, escribe el Vaticano todos los días, el cardenal Parolin se reunió con la presidenta Kolinda Grabar-Kitarovi? y el primer ministro Andrej Plenkovi?.

 

 

31/10/2017-17:19
Redacción

Reconstrucción en México: "Toda la sociedad estamos llamados a cumplir nuestro deber"

Entrevista a Mons. Alfonso G. Miranda Guardiola, Secretario General de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), sobre las emergencias en México, después de los sismos y los huracanes que abatieron a México en septiembre de 2017.

 

¿Podría darnos un panorama general de la situación que vive el pueblo de México luego de los desastres pasados?

Ya pasaron cuarenta días del sismo del 19 de septiembre en México y las primeras reacciones fueron entusiastas, de apoyo y servicio. Especialmente en los lugares donde hubo derrumbes se mantuvo un espíritu muy fuerte de los mexicanos, en todo el país inmediatamente se crearon centros de acopio y se enviaron tráilers y gran cantidad de víveres a los diferentes sitios afectados.

Es importante que tomemos conciencia que estos terremotos fueron distintos al ocurrido en 1985, donde hubo más muertes, pero donde sólo se afectaron dos ciudades: Ciudad de México y Ciudad Guzmán. Ahora este terremoto con sus miles de réplicas afectó a diez estados del país, que se traduce a veinte diócesis de la Iglesia mexicana. Con casi 500 pérdidas humanas y un sin número de desplazados, miles de casas destruidas, aproximadamente 150 mil construcciones afectadas y en el caso de nuestra Iglesia, más de 1700 templos dañados. Este terremoto dejó afectaciones que van a durar mucho tiempo y la reconstrucción de casas posiblemente tomará años, la Emergencia Primera, no es nada más un mes, sino al menos unos seis meses.

Todavía hay municipios en el estado de Oaxaca en dónde sigue temblando y lloviendo, donde se dificultan los procesos de rehabilitación y reconstrucción.

 

¿Cuáles son los ámbitos en los que la Iglesia va participar en la reconstrucción?

Vamos a participar de manera particular en la reconstrucción del tejido social, lo que concierne a la pastoral social y en las diferentes áreas como son: familia, jóvenes, niños, talleres de paz, atención a los necesitados, la solidaridad, la cooperación, la cultura de la paz, la evangelización, los valores cristianos y por otra parte; aunque la reconstrucción material le toca al gobierno y en cierta medida a la sociedad civil, también la Iglesia participará en la construcción de casas derrumbadas, de la misma forma en que lo hizo llevando la ayuda primaria a las comunidades como fue: refugio, comida y ropa, ¡ahí seguiremos de la mano del gobierno y la sociedad!.

 

¿Por cuánto tiempo la Secretaria General va estar vinculada a la etapa de reconstrucción?

Como Secretario General nuestra labor es de coordinación de los servicios pastorales, es decir; de las Comisiones y Dimensiones Episcopales; así como vincular a las Provincias, Diócesis y organizaciones sociales, civiles, universidades y gobierno. Desde luego que la coordinación también es con las Conferencias Episcopales de otros países, es una coordinación a nivel nacional e internacional. De tal manera, que parte del trabajo natural de la Secretaría General es la vinculación, entonces creo que estaremos presentes todo el tiempo que sea necesario, coadyuvando la reconstrucción del tejido social y la ayuda al pueblo mexicano.

 

¿Cuáles son las acciones concretas que se necesitan de los fieles católicos en la reconstrucción?

Los problemas de México tienen que ver con la cuestión de los valores y antivalores; la corrupción la impunidad, la violencia, la falta de empleo y de educación. Son múltiples factores, así como los graves problemas del tráfico de personas, de armas, de droga, un tema que está muy metido en nuestro país, nos hace estar como Iglesia y como sociedad muy alertas, pero sin dejar de hacer lo que nos toca. Tanto a los maestros, la educación; al gobierno, gobernar con honestidad y buscando el bien del pueblo y a la Iglesia; cumpliendo su misión que es evangelizar y que es ayudar a la gente a elevar su nivel de vida humano y espiritual.

Toda la sociedad estamos llamados a cumplir nuestro deber, cada quien en su trinchera, cumpliendo cabalmente lo que nos toca hacer con los valores de la honestidad, la justicia, de la paz, del amor y el perdón a los hermanos.

Es importante que la sociedad no olvide, no enfríe el ánimo de servicio porque la emergencia continúa en distintos niveles, no solamente las casas destruidas, escuelas y templos afectados, todavía hay mucha gente que padece y la cual hay que apoyar para que pueda levantarse y seguir llevando su forma de vida incluso de una mejor manera; a nivel justicia, de acceso a otro tipo de condiciones de vida, trabajar fuerte para evitar los vicios que tenemos de injusticias, corrupción e impunidad. No permanecer ni fríos, ni indiferentes, sino con un alto compromiso de servicio y ayuda a los demás en todas las áreas en las cuales estamos, cada uno trabajando.

 

¿Cómo se le está comunicando al Papa Francisco de las acciones de la Iglesia ante esta emergencia?

Estamos en total comunicación con la Nunciatura, a través de ellos mantenemos una comunicación permanente sobre los incidentes, el Sr. Nuncio ha estado presente en algunas Diócesis afectadas, e incluso tiene programados recorridos como es el caso del próximo tres de noviembre en la diócesis de Cuernavaca, en el estado Morelos. De esta forma él tiene de primera mano la información de lo que sucede en México y esta información la lleva al Vaticano. Por otra parte; también tenemos contacto con el área de Comunicación del Vaticano, a quienes compartimos artículos de lo que sucede nuestro país.

 

¿De qué forma se abordará el tema de los sismos en la próxima Asamblea Plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano?

Estamos contemplando entregar un informe de la acción de la Iglesia ante los sismos, un protocolo también de actuación ante la emergencia y un plan de acción en unión con Cáritas Mexicana.

 

Mensaje final

Al pueblo de México, nuestra palabra de aliento para que no claudiquemos en el trabajo, para que nuestro país sea mejor y viva en condiciones de justicia de respeto, de justicia y de paz, cultivando los valores, educando en la formación humana a nuestros niños y jóvenes.

Al pueblo de España, nuestra cercanía ante la situación difícil que atraviesa, pedimos a Dios que los ilumine, los proteja y los bendiga.

© Texto de Janet Guadalupe Pedraza, México

 

 

31/10/2017-16:40
Redacción

Terremoto en Italia: El Card. Parolin alude a "la capacidad del ser humano de levantarse"

(ZENIT — 31 Oct. 2017).- La fachada de esta basílica evidencia "la capacidad del ser humano de levantarse, de volver a esperar, a mirar al cielo, y con la fuerza de esta mirada, regresar a la tierra", dijo en la homilía el Cardenal Pietro Carolin, Secretario de Estado del Vaticano.

Mons. Pietro Parolin celebró la Eucarística en el primer aniversario del terremoto en Nursia, Italia, el domingo, 29 de octubre de 2017, delante de la fachada de la basílica de San Benito.

"La fachada de esta basílica, enjaulada en el andamiaje de reconstrucción" —señaló Mons. Parolin— es el emblema del terremoto, pero "evidencia, aún más, la capacidad del ser humano de levantarse, de volver a esperar, a mirar al cielo, y con la fuerza de esta mirada, regresar a la tierra".

Así, el cardenal exhortó: "Y poner toda la inteligencia, la habilidad, la imaginación y el esfuerzo al servicio de un rescate coral, para levantar, junto con las paredes de las casas, de los lugares de trabajo y de las iglesias, también la moral de las personas y de las comunidades y la alegría de vivir".

Publicamos a continuación la homilía que el Secretario de Estado el cardenal Pietro Parolin ha pronunciado esta mañana durante la celebración eucarística misa delante de la fachada de la basílica de San Benito en Nursia, en el primer aniversario del terremoto.:

 

Homilía del Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado

Excelencias,
Distinguidas Autoridades,
Queridos sacerdotes,
Queridos ciudadanos de Nursia,
Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Nos hemos reunido hoy para esta celebración eucarística delante de la fachada de la basílica de San Benito, un año después del terremoto en Valnerina que, después de las primeras sacudidas del 24 de agosto, entre el 26 y 30 de octubre del año 2016 trastornó el ritmo normal de la vida de estas tierras, ricas en arte, belleza paisajística y tradiciones culturales, que han encontrado su mayor inspiración en la fe cristiana. Una fe vivida y testimoniada a través de los siglos que ha moldeado estas colinas y estos espacios que favorecen la meditación y la contemplación y que ha plasmado tanto las conciencias como la arquitectura de vuestras plazas e iglesias.

La belleza de la creación y la laboriosidad del hombre que la cuida, la sucesión armoniosa de valles, ríos, lagos y montañas y el trabajo del hombre que construye sabiamente pueblos y ciudades, están siempre insertados en el gran misterio del universo, deben enfrentarse con la vehemencia de las fuerzas naturales, que se presentan la mayor parte de las veces como oportunidades y riquezas que hay que administrar con sabiduría y, a veces se expresan, en cambio, como una fuerza destructiva, que no podemos predecir con precisión ni gobernar por completo.

El terremoto manifiesta una de estas fuerzas y nos recuerda que, aunque podemos hacer mucho para limitar sus efectos, nuestra existencia está sujeta a la inmensidad de las fuerzas cósmicas. Nos recuerda, sobre todo, que la creación — hermosa y digna de nuestra admiración — nos lleva al Creador y que el ser humano está en sus manos, conducido por Él a un destino definitivo de salvación, de paz y felicidad, donde no habrá ni terremotos del suelo ni ansiedades del alma y todos llegaremos a la meta.

La fachada de esta basílica, enjaulada en el andamiaje de reconstrucción, es el emblema del terremoto, pero evidencia, aún más, la capacidad del ser humano de levantarse, de volver a esperar, a mirar al cielo, y con la fuerza de esta mirada, regresar a la tierra y poner toda la inteligencia, la habilidad, la imaginación y el esfuerzo al servicio de un rescate coral, para levantar, junto con las paredes de las casas, de los lugares de trabajo y de las iglesias, también la moral de las personas y de las comunidades y la alegría de vivir.

Las lecturas de este )00( domingo del Tiempo Ordinario nos ayudan. Hay un hilo común que las une y que es precisamente la estrecha relación entre amor a Dios y amor al prójimo, entre la contemplación y la acción, entre la adoración de Nuestro Señor, y la plena disposición para servir al hombre, a ser ,cada uno para su prójimo, testimonio visible de caridad.

Como hemos escuchado en el pasaje del Evangelio de San Mateo que acabamos de proclamar, el mandamiento más grande tiene una forma dual indivisible: una confirma la verdad y la necesidad de la otra.

No se puede realmente amar al prójimo si no se ama al Señor, si no se le concede el primer lugar, si explícita o implícitamente, no se reconoce que dependemos de alguien mucho más grande que nosotros que está en el origen de nuestro ser y al que encontraremos plenamente al final de nuestra peregrinación terrenal.

Sin esa paz interior que viene de saberse amado por Dios y de estar reconciliados con El, el amor al prójimo está expuesto al riesgo de grave distorsión y parcialidad. Sin amor a Dios, amar al enemigo resulta inconcebible, y también se hace muy difícil amar al que está alejado y es diferente de nosotros. Al final, resulta incluso difícil amar de forma inteligente a las personas cercanas a nosotros, a nosotros mismos y a la creación en la que estamos inmersos y en la que nos movemos. Cuando falta una sólida relación con Dios terminamos, efectivamente, no soportando ni nuestros límites, ni las heridas y las dificultades que conlleva la existencia misma.

Por otro lado, sin embargo, un amor a Dios que quisiera aislarse del ser humano, sería en cambio su negación más obvia. Si Dios envió a su Hijo al mundo para salvarlo, si la cruz muestra la cumbre del amor de Dios por los seres humanos, ¿Cómo puede un creyente en Dios no amar a los seres humanos? ¿Cómo no darse cuenta de que la prueba más segura de nuestro amor a Dios, que no vemos, es el amor, la compasión, la ternura por el ser humano que encontramos todos los días?

Como afirmaba el apóstol Santiago: "¿De qué sirve, hermanos míos que alguien diga: "Tengo fe" si no tiene obras? ¿Acaso podrá salvarle la fe ? Si un hermano o una hermana están desnudos y carecen del sustento diario y alguno de vosotros les dice: "Idos en paz, calentaos y hartaos ',pero no les dais lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve? Así también la fe, si no tiene obras está realmente muerta".(Santiago 2: 14¬17) .

A su vez, San Juan Crisóstomo advertía: "¿Queréis de verdad honrar el cuerpo de Cristo? No consintáis que sea despreciado en sus miembros, es decir en los pobres, que no tienen ropas para cubrirse. No le honréis aquí con vestidos de seda y fuera le dejéis perecer de frío y desnudez... El cuerpo de Cristo que está en el altar no necesita preciosos manteles, sino un alma pura; los pobres, sin embargo, sí requieren mucho". (Homilía número 5 sobre el Evangelio de San Mateo).

Los fariseos, eruditos, pero bloqueados e incapaces de abrirse a la plenitud de la verdad, creían que ponían en apuros a Jesús con su pregunta sobre cuál era el mandamiento más grande. La respuesta del Señor, en cambio, pone frente al espejo toda conciencia que dice creer en Dios y la invita a confirmar su fe con la misericordia, la bondad, la generosidad hacia el prójimo que pasa necesidades y hacia todos.

Los fariseos, como todos los que usan como escudo la observancia literal de leyes y tradiciones para traicionar imperturbables el verdadero espíritu, son los que se verán en apuros; son invitados a vivir plenamente el amor de Dios y del prójimo, si quieren llamarse realmente religiosos.

Tras los desastres naturales, después de que se desataran los elementos, se desataron también la generosidad, el altruismo, la carrera a dar el tiempo, la energía y el dinero propios para ayudar a las personas más afectadas y necesitadas. En esa ocasión, la totalidad de los poderes públicos, en sinergia con las organizaciones de la sociedad civil y los individuos, pusieron en marcha una acción conjunta para llevar ayudas.

Pienso concretamente en los esfuerzos de diferentes instituciones públicas, empezando por la Protección Civil y por los diferentes organismos locales y estatales, en la solidaridad mostrada a la Iglesia de Spoleto-Norcia por el Santo Padre, de parte de la Santa Sede, de varias diócesis y de la Conferencia Episcopal; pienso en la generosidad de las parroquias, institutos y asociaciones religiosas y, de manera especial, en el apoyo y la cercanía que os ha demostrado la Caritas diocesana y nacional. Pienso en los muchos ciudadanos que han dado su aportación.

También ha sido muy significativo el compromiso de las más altas instituciones europeas para financiar la reconstrucción de esta basílica, que parte del reconocimiento del papel insustituible del cristianismo para Europa y de la cultura que ha sido capaz de inspirar.

La generosidad que invariablemente se encuentra el día después de los desastres, también representa una expresión implícita de la fe, que parte del reconocimiento de ser todos hermanos y hermanas a los que hay que ayudar a recuperarse de las dificultades. Cada gesto de caridad contiene dentro de sí la semilla de la fe y la luz de la esperanza.

Digo esto no para dar a toda costa una interpretación religiosa de cada gesto de bondad, sino porque, cuando nos encontramos con la generosidad y la caridad, también se percibe el buen aroma de Dios, el suave aroma de su presencia. Quién está movido por la caridad, aunque no lo haya sentido plenamente, está movido por Dios, porque Dios es amor, es amor subsistente que se entrega libremente.

Desde este lugar tan altamente simbólico hago un llamamiento a todas las instituciones civiles, eclesiales y privadas para que cooperen con presteza y perseverancia, en sintonía con las poblaciones afectadas, para que la sinergia demostrada en los primeros días después del terremoto continúe y, todavía más, se intensifique, para terminar las obras proyectadas y las ya comenzadas, agilizando en lo posible los trámites. Tenemos que esforzarnos para evitar la despoblación de diversos burgos, ya en muchas ocasiones heridos por los eventos telúricos en las últimas décadas, con lesiones y desprendimientos generalizados.

Espero, por lo tanto, una acción unida y decisiva que mueva los recursos y la inteligencia para reconstruir, junto con las casas y las iglesias, también el estado de ánimo de las personas, para vencer el miedo y la resignación, dos desastres invisibles, y sin embargo, casi tan graves como un terremoto.

Queridos hermanos y hermanas, tengo el placer de traeros los saludos y la bendición del Santo Padre Francisco, unidos a su oración y a su afecto.

El Papa, recordando la visita que hizo a San Pellegrino de Nursia el 4 de octubre de 2016 y la audiencia a las poblaciones víctimas del terremoto del 5 de enero, os anima a continuar el camino, a que no os dejéis abatir por las dificultades, sino a mirar con esperanza al futuro. Os exhorta a tomar del ejemplo de vuestra historia la fuerza que siempre os ha llevado a levantaros después de cada prueba, por muy difícil que fuera.

El Santo Padre, mientras os desea a todos que superéis lo antes posible — mediante el compromiso y la solidaridad de tantos hermanos y hermanas — las consecuencias del seísmo, os exhorta a dirigiros con confianza filial al Señor Jesús y a su Madre María, a abrirles sin vacilación la puerta del corazón y de la mente para recibir, junto con el consuelo del Señor, la energía necesaria para llevar a cabo con determinación y coraje la obras de reconstrucción.

Así sea.

© Librería Editorial Vaticano

 

 

31/10/2017-17:00
Enrique Soros

Enrique Soros: "Halloween... ¿Demonizar o participar?"

Enrique Soros es periodista, argentino, y vive en Washington. Es miembro de CLAdeES, Centro Latinoamericano de Evangelización Social. El autor trabaja en prensa entre el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y la Conferencia Episcopal de EEUU, coordina el proyecto digital pastoral del CELAM y trabaja con el CELAM en diversos proyectos. Es periodista, contribuye con diversos medios internacionales, como Zenit y AICA.

Para muchos estadounidenses, Halloween (se pronuncia "halouín", con acento en la i) es una de las fiestas más de familia que tiene el país. Los disfraces se van preparando por semanas, se ven zapallos con caras recortadas frente a las casas, van cayendo las hojas multicolores de los árboles que dan vida a las ciudades, a los pueblos, marcando esta época del año con un sello muy especial que queda grabado en el corazón de niños y adultos. La creatividad se despierta en los jardines del frente de las casas, con telas de araña, brujas, galeras negras, monstruos, héroes, fantasmas y muñecos divertidos de todos los colores y formas.

El 31 de octubre, a la tarde, cuando va cayendo el sol, los barrios se llenan de niños y familias que salen a recorrer el barrio en busca no solo de dulces, sino también de una sana diversión, amistad, ilusiones, felicidad, risa. Muchos, disfrazados de príncipes, de bomberos, de reyes. Otros de monstruos, de fantasmas, de piratas. Oficinas, edificios públicos y privados, y sin duda, también escuelas católicas y parroquias (evidentemente no todas) decoran sus paredes con figuras alusivas a Halloween. Muchas personas disfrazadas hacen guardia frente a sus casas con recipientes llenos de dulces, para darle a los niños que se acerquen a requerirlos. Luego de dos o tres horas de recorrido, todos vuelven a sus casas con la alegría de haber compartido una noche de aventura en familia. Y los niños podrán disfrutar de los dulces por un largo tiempo.

En 20 años de residencia en Estados Unidos, jamás he visto nada que sea distinto a lo expresado arriba. Jamás vi nada negativo.

Fines de octubre es también la época en la que, desde las redes sociales o desde donde puedan, algunos católicos aprovechan para demonizar esta festividad. "Yo no celebro Halloween. Soy católico", reza uno de los tantos banners que pululan por las redes. Se percibe un síndrome: El del absolutismo religioso. Halloween proviene de las palabras AII hallow's eve, que significa víspera de todos los santos. Los antiguos anglosajones le quitaron el sentido religioso y le dieron una impronta pagana. Bien, esos son los orígenes. Es verdad que hoy en día, hay quienes, en proporción muy pocos, aprovechan estas fiestas para fines non sanctos, pero eso no quita que en Estados Unidos, se trate en su gran mayoría, de una divertida, muy divertida fiesta familiar.

Hay evangélicos fanáticos, que absolutizan desde un versículo de la Biblia, hay católicos fanáticos que absolutizan desde una frase de la doctrina. El Papa Francisco se desvive por que aprendamos a dejar hablar al Espíritu Santo en nuestras almas, y que no nos cerremos en conceptos cerrados. En un encuentro con el movimiento de Schoenstatt, afirmaba que para conocer la realidad, se aleja de la zona segura y se va a la periferia, para analizarla en su integridad. Y afirmaba en el cierre del Sínodo de las Familias, que "los verdaderos defensores de la doctrina no son los que defienden la letra sino el espíritu." Con la misma pasión, el P. José Kentenich hablaba del pensar, amar y vivir orgánicos, lo que se contrapone a un pensar, amar y vivir mecanicista. Lo orgánico analiza los diversos elementos del todo, y da a cada parte el valor que tiene, integrándolos al conjunto. Lo mecánico toma solo una parte y niega los demás elementos que hacen al todo.

Existe hoy una corriente llamada Hollywins, donde se sugiere vestirse de algún santo, o de religiosa o sacerdote. Una idea muy bonita. Pero surge un invonveniente cuando se absolutize como si fuera la única opción, y quizás no sea muy pedagógica, cuando el niño no lo disfruta. Hay 365 días en el año para transmitir valores profundos a nuestros hijos. ¿Cuál es el temor de que se vista de monstruo, de fantasma o de pirata, si eso es lo que le dejamos ver todos los días en la televisión como algo normal? ¿No será acaso más sano que se disfrace con lo que más le guste, que participe de las cosas divertidas (mientras que no sean inconvenientes) del mundo, de la forma que él más lo disfrute, sin que por ello pierda el más mínimo respeto a los valores que le transmitimos? Todos los días tenemos para transmitirles valores religiosos desde nuestra propia esencia, y para evangelizar el mundo, tenemos que estar en el mundo, palpitar con el mundo, sin perder un ápice nuestros valores.

Si disfrazarse del "Hombre Araña", de bruja o de fantasma pone en juego los valores religiosos de nuestros hijos, pues quizás sea momento de evaluar la forma en que los estamos educando en la fe. Para que la fe de nuestros hijos sea fuerte y resistente, es esencial probarla desde que son pequeños, no haciéndolos vivir en una burbuja que los aleje del mundo, sino dejándolos que participen de diversos eventos, que aunque no tengan origen cristiano, como la mayoría de las actividades que realizan, que les permitan sentirse parte, divertirse con amigos, y a la vez aprendiendo a no negociar valores esenciales. Al estar en el mundo, y al vibrar con él, se abren maravillosos momentos para compartir y transmitir valores.

Es interesante que los ciudadanos comunes, solo escuchamos cosas feas sobre Halloween, de aquellos que lo demonizan, no de quienes lo festejan. Y otra cosa: Nunca se escucha de un detractor de Halloween decir: "yo opino tal cosa". Siempre decretan. El título ideal de sus artículos es "Por qué un católico no debe celebrar Halloween".

Ser católico es ser universal, cristiano, fiel a la doctrina, pero amplios de mente. La conjunción "o" destruye. La conjunción "y", une, y puede poner cada cosa en su lugar. Nos puede dar un mejor lugar para cumplir con nuestra misión de cristianos.

Es Estados Unidos Halloween es una fiesta familiar y comunitaria tradicional, que cala en muchas almas. En Latinoamérica está la reticencia de importar esta festividad que nada tiene que ver con nuestra tradición latina. Y aquí, en mi opinion, vale el mismo principio. Discernir. Si invitan a nuestros hijos a una fiesta de disfraces el 31 de octubre por Halloween, pues ¿cuál es el problema? Que se diviertan, que se integren. ¿Qué tiene de malo? Salvo, claro, que no se trate de la ingenuidad que expreso arriba. No necesitamos hacer nada para promocionar esta fiesta, pero tampoco es bueno combatirla de cuajo.

Hay cosas malas que no se pueden frenar, y hay otras cosas que tampoco se pueden frenar, que en sí, no son ni buenas ni malas, donde la maldad o la bondad dependen del corazón de quienes las practican, no del objeto en sí. A las primeras, estamos llamados a rechazarlas. A las segundas, mejor utilizarlas, sin denostarlas, para integrarnos a un mundo muy diverso, en el que definitivamente tenemos que estar, para cumplir con nuestra misión. Por muchos siglos hemos decretado, señalado, excluido, y nos hemos aislado. Es la mejor fórmula para gestar adolescentes ateos. Lo compruebo todos los días en la pastoral familiar.

Ojalá que con Francisco aprendamos a decretar menos, a abrazar más, y a darle más importancia a la conversión de nuestros corazones. Que tengamos la humildad de sentir y afirmar que tenemos mucho por aprender, que no tenemos una respuesta elaborada para todo. Y que aprendamos a discernir, lo cual significa dejar al Espíritu Santo que nos inspire para que sepamos mejor qué hacer en cada caso.

 

 

31/10/2017-12:22
Antonio Rivero

P. Antonio Rivero L.C.: "¿Busco la gloria de Dios o la mía?"

DOMINGO XXXI DEL TIEMPO ORDINARIO

Ciclo A

Textos: Mal 1, 14b-2, 2b.8-10; 1 Tes 2, 7b-9.13; Mateo 23, 1-12

Antonio Rivero, L.C. Doctor en Teología Espiritual, profesor en el Noviciado de la Legión de Cristo en Monterrey (México) y asistente del Centro Sacerdotal Logos en México y Centroamérica, para la formación de sacerdotes diocesanos.

Idea principal: El sacerdote-pastor debe buscar sólo la gloria de Dios, ponerse en el último lugar y desvivirse por el "rebaño" encomendado.

Síntesis del mensaje: Pablo de Tarso (segunda lectura) es la antítesis de los sacerdotes (primera lectura) y de los jefes religiosos fariseos (evangelio) que se movían por estas categorías humanas: prestigio, honras, ambiciones, vanidad y autoritarismo. Pablo es modelo de pastor celoso y bueno; y al mismo tiempo es como una madre que cuida de sus hijos. Sus categorías son otras: servicio, humildad, desvivirse y desgastarse por los demás.

 

Puntos de la idea principal:

En primer lugar, un pastor busca siempre dar gloria a Dios (primera lectura) y no la suya propia, tan efímera, tan opaca, tan caduca, tan inconsistente. Malaquías, de parte de Dios, denuncia a los sacerdotes —y a todos los que tienen la misión de guiar: misioneros, papás, maestros, catequistas, superiores de comunidades religiosas-porque no hablan de Dios, sino de sí mismos. Jesús también echa en cara a los fariseos (evangelio) que pretenden que les llamen a ellos maestros, padres, consejeros. Quienes tienen esta misión de estar al frente deben ser como sacramento que visibiliza la humildad y el servicio de Cristo que vino para buscar sólo la gloria de su Padre y el bien de los demás, sin robar a Dios un ápice del honor que Él merece.

En segundo lugar, un pastor no busca los primeros puestos sino que va con amor y ternura (segunda lectura) a los desiertos y a las periferias existenciales y geográficas, aunque esto le cueste fatiga, incomprensión y peligro, como le pasó a Pablo. Buscar los primeros puestos es señal de ambición, de la que el papa Francisco está previniendo tantas veces a los sacerdotes. Así les dijo a los nuevos obispos en Roma el 19 de septiembre del 2013: "Su estilo debe ser la humildad, la austeridad. Nosotros los pastores no somos hombres con psicología de príncipes". Y les pidió que estén atentos en no caer en el "afán de carrera". "Hombres ambiciosos que son esposos de esta Iglesia a la espera de otra mejor o más rica. ¡Esto es un escándalo!... No estén a la espera de una mejor, más importante, más rica. Tened cuidado de no caer en el espíritu del tarrerismo'. ¡Esto es un cáncer!". No somos maestros (etimológicamente significa "tener más autoridad"), sino que somos ministros (etimológicamente significa "tener menos") y por lo mismo nos sentimos servidores de los demás. San Pablo dirá: "Que la gente sólo vea en nosotros servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios" (1Co 4, 1).

Finalmente, un pastor no busca su comodidad, sino que se desvive por su comunidad, como san Pablo: "con gusto me gastaré y me desgastaré por vuestras almas" (2 Co 12, 15). Así dijo el papa Francisco a los nuevos obispos en Roma el 19 de septiembre del 2013: "Sean pastores con olor a oveja, presentes en medio de su gente como Jesús el Buen Pastor. Su presencia no es secundaria; es indispensable. La pide la propia gente, que quiere ver a su obispo caminar con ellos, para estar cerca de éL ¡Tienen necesidad para vivir y respirar! ¡No se cierren!...Bajen en medio de sus fieles, incluso en las periferias de sus diócesis y en todas las 'periferias existenciales, donde hay sufrimiento, soledad, degradación humana. La presencia pastoral significa caminar con el pueblo de Dios: delante, señalando el camino; en el medio, para fortalecer en la unidad; detrás, para que nadie quede atrás, pero, sobre todo, para seguir el olfato que tiene el pueblo de Dios para encontrar nuevos caminos". ¿No hacía esto el apóstol Pablo?

Para reflexionar: ¿Busco la gloria de Dios o la mía? ¿Busco los primeros puestos o los últimos? ¿Sólo hablo pero no hago? ¿Sirvo con humildad a la comunidad o me sirvo de ella para mis fines egoístas y ambiciosos?

Para rezar: Jesús, quiero imitarte a ti, como lo hizo san Pablo. Revísteme de todas esas virtudes que tú tenías en tu paso por la tierra. Que mis intenciones sean limpias, mi entrega generosa, mi trabajo desinteresado y mis manos dispuestas a servir. Amén.

 

 

31/10/2017-09:00
Isabel Orellana Vilches

San Nuño de Santa Maria Alvares Pereira, 1 de noviembre

«Carmelita portugués, primeramente esposo y padre. Con un remedo de la prodigiosa Excalibur, y amparado por la Virgen, obtuvo grandes victorias. Fue bienhechor de los pobres, artífice de conventos y monasterios»

En esta festividad de Todos los Santos, la Iglesia celebra también la vida de este portugués, aclamado fervorosamente en su país que lo festeja el 6 de noviembre.

Nació el 24 de junio de 1360, se cree que en Cernache de Bonjardím, Portugal. Pertenecía a la nobleza, ya que era hijo del caballero Álvaro Gongalves Pereira, de la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, gran prior del hospital que esta obra había establecido en el convento de Flor da Rosa. Álvaro tuvo diez hijos. Nuño fue fruto de una unión ilícita, pero al año de nacer lo reconoció legalmente. Ello permitió al muchacho disfrutar de los beneficios que le proporcionaba su ilustre ascendencia. Su infancia transcurrió entre las tropas que estaban al mando de su padre y los libros de caballerías, que hacían furor en la época, sin perder la inocencia de la que estaba adornado. La historia de su vida tiene poco que envidiar a las literarias. Porque el pequeño Nuño, imbuido por las gestas de los caballeros de la Tabla Redonda que las obras ponían a su alcance, se enamoró de los altos ideales impregnados de pureza que atisbaba en los personajes. Soñaba con emularlos, proteger el santo Grial empuñando en sus manos un remedo de la prodigiosa «Excalibur», y convertirse en otro héroe defensor de su país. De hecho, su madre cariñosamente le llamaba «mi Galaaz», nombre de uno de los adalides del rey Arturo.

Realmente, Nuño era valeroso y, como tal, a los 13 años fue armado caballero y designado paje de la reina Leonor Teles. En su corazón ansiaba la vida celibial, pero cuando tenía 16 años, su padre, con la venia del rey, determinó que contrajese matrimonio con Leonor de Alvim, una joven y acaudalada viuda sin descendencia. Tuvieron tres hijos; los dos varones fallecieron en el parto, sobreviviendo la niña, Beatriz, que sería la esposa del primer duque de Braganga, Alfonso, hijo del rey Juan I. Leonor murió en 1388 al poco tiempo de dar a luz a esta única hija, cuya educación fue confiada por su progenitor a la abuela de la niña.

Históricamente, la muerte del rey Fernando I de Portugal vino acompañada de graves conflictos. Partió de este mundo sin dejar herederos varones y Juan, maestro de Avis —hijo, aunque fuera natural, de Pedro I de Portugal, como lo era el legítimo Fernando—, se vio obligado a luchar por la corona de su país contra el rey Juan I de Castilla que pretendía el gobierno luso. La armadura con la que había sido investido caballero Nuño era del maestro de Avis; mantenían una estrecha cercanía. Así que éste lo designó condestable, otorgándole el título nobiliario de conde de Ourém. Al frente de las tropas, Nuño le apoyó en sus aspiraciones monárquicas, y obtuvo varias victorias, algunas de las cuales por ser tan memorables han pasado a los anales de la historia portuguesa como la batalla de los Atoleiros, y especialmente las de Aljubarrota y Valverde. Nuño ya era un gran militar y luchaba con una potente espada, que se conserva, en la que mandó grabar: «Excelsus super omnes gentes Dominus» (El Señor se eleva sobre todos los pueblos), y en la que inscribió, junto a la cruz y una flor de lis, el nombre de María.

El convento del Carmen fue mandado construir por él en terrenos de su propiedad en cumplimiento de la promesa efectuada tras ganar la batalla de Aljubarrota. Porque en medio de los conflictos bélicos, este héroe no abandonaba las prácticas de piedad. Vivía de manera tan ejemplar que invitaba a proceder honestamente a quien se hallaba a su lado. Adoraba al Santísimo Sacramento, sentía una profunda devoción por la Eucaristía, y por la Virgen María, a la que consideraba indudable protectora en el combate y artífice de sus victorias, oraba fervientemente, socorría caritativamente a los pobres, y no consentía gestos licenciosos a su alrededor. Jamás tuvo reparos en mostrar a todos el signo externo de su fe plasmando impresos los rostros de Cristo crucificado, de la Virgen María, del apóstol Santiago y de san Jorge en el estandarte que llevaba. Muchas iglesias y monasterios se deben a su generosidad.

Beatriz falleció en 1414. En agosto de 1422 el santo ingresó en la Orden carmelita, justamente en el convento que él había mandado erigir en Lisboa, aunque su deseo hubiera sido recluirse en una comunidad alejada de Portugal. No pudo hacerlo porque don Duarte, hijo del rey, no lo consintió. Era un hombre eminentemente mariano, y en el hecho de elegir el Carmelo para pasar allí el resto de sus días, pesó su devoción por la Santísima Virgen. Al dar este paso, se desprendió de todos sus bienes y tomó el nombre de fray Nuño de Santa María. No quiso para sí ninguna prebenda; eligió ser un simple «donado» escogiendo una apartada y humilde celda para llevar a cabo su intensa ofrenda de amor. No solo mantuvo intactos los pilares que hasta entonces habían jalonado su vida espiritual, sino que acentuó su oración, ayuno y penitencias, siendo ejemplar en la vivencia de la observancia. Los religiosos vieron en sus virtudes un modelo a seguir. Murió con fama de santidad el 1 de abril de 1431 acompañado de su entrañable amigo, el monarca Juan I, y de grandes personalidades del reino. Fue beatificado por Benedicto XV el 23 de enero de 1918 y canonizado por Benedicto XVI el 26 de abril de 2009.