Servicio diario - 30 de octubre de 2017


Desarme nuclear: Congreso en el Vaticano 10 y 11 de noviembre
Rosa Die Alcolea

Santa Marta: "Un buen pastor no se avergüenza de tocar la carne herida"
Rosa Die Alcolea

Organizaciones humanitarias: "Imparcialidad, neutralidad e independencia"
Rosa Die Alcolea

Institutos Seculares: "Decimos lo que Dios quiere decirle al mundo, actuando en el mundo"
Redacción

México: El Papa nombra a Mons. Maximino Martínez Miranda obispo auxiliar de Toluca
Redacción

Mons. Parolin: El diálogo sobre Europa debe comenzar "de la vida cotidiana de las personas"
Rosa Die Alcolea

Música Sacra: Miguel Ángel Tallante gana el VII Premio Internacional 'Fernando Rielo'
Redacción

San Alonso Rodríguez, 31 de octubre
Isabel Orellana Vilches


 

 

30/10/2017-16:57
Rosa Die Alcolea

Desarme nuclear: Congreso en el Vaticano 10 y 11 de noviembre

(ZENIT — 30 Oct. 2017).- El Santo Padre "trabaja con ahínco para promover las condiciones necesarias para un mundo sin armas nucleares", como reiteró el pasado mes de marzo en un mensaje dirigido a la Conferencia de la ONU reunida con ese objetivo.

Así lo indica Greg Burke, director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, y subraya que "es falso hablar de una mediación por parte de la Santa Sede".

El periodista del Vaticano ha señalado que la próxima semana, los días 10 y 11 de noviembre, se celebrará el importante congreso "Perspectivas para un mundo libre de armas nucleares y para el desarrollo integral", organizado por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.

El próximo congreso en el Vaticano contará con la participación de expertos de todo el mundo, representantes de las Naciones Unidas, la FAO, ONG y gobiernos, incluidos Frangois Bugnion, del Comité Internacional de la Cruz Roja, Rose Gottemoeller, vicepresidenta Secretario General de la Organización del Tratado del Atlántico del Norte y once premios Nobel de la Paz, incluidos Muhammad Yunus (Bangladesh), Jody Williams (Estados Unidos), Adolfo Pérez Esquivel (Argentina), Mohamed El Baradei (Egipto), Mairead Corrigan Maguire (Irlanda).

Los participantes se encontrarán con el Papa el 10 de noviembre al mediodía, día en que intervendrán en el Congreso el Cardenal Secretario de Estado Pietro Parolin, el Cardenal Peter Turkson, Prefecto del Dicasterio, y el Obispo Paul Richard Gallagher, Secretario de Relaciones con los Estados.

La subsecretaria del dicasterio, Flaminia Giovanelli, explica al micrófono de Radio Vaticano (edición italiana) el objetivo del encuentro: "Nacido de la voluntad de dar seguimiento al Tratado para la Prohibición de las Armas Nucleares adoptado en julio pasado y firmado por la Santa Sede en septiembre" . Esta reunión es ahora "un evento de primera importancia" —señala— frente a la "escalada de la crisis nuclear: "Tuvimos una gran respuesta de todos los cuerpos que solicitamos".

Asimismo, la Oficina de Prensa del Vaticano ha informado esta mañana, 30 de octubre de 2017, de que el Papa ha ido a visitar el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida.

El Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, creado por el Papa Francisco el 17 de agosto de 2016, es "competente en las cuestiones que se refieren a las migraciones, los necesitados, los enfermos y los excluidos, los marginados y las víctimas de los conflictos armados y de las catástrofes naturales, los encarcelados, los desempleados y las víctimas de cualquier forma de esclavitud y de tortura", se indica en el Motu Proprio del Santo Padre con el que se instituyó.

Con Anne Kurian

 

 

30/10/2017-18:49
Rosa Die Alcolea

Santa Marta: "Un buen pastor no se avergüenza de tocar la carne herida"

(ZENIT — 30 Oct. 2017).- "Un buen pastor se acerca a los descartados, es capaz de conmoverse y no se avergüenza de tocar la carne herida. En cambio, quien sigue el camino del clericalismo, se acerca siempre o al poder de turno o al dinero".

Esta fue la reflexión que hizo el Papa Francisco esta mañana, en la homilía de la Misa celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta, comentando el episodio evangélico de la curación de la mujer que narra el Evangelio de San Lucas.

El Papa narró —según informa Radio Vaticano— que Jesús, un sábado en la sinagoga, un sábado, se encontró con una mujer que no lograba estar derecha. "Una enfermedad de la columna —señaló— que desde hacía años la tenía así", y explicó que el evangelista usa cinco verbos para describir lo que hace Jesús: "La vio, la llamó, le dijo, "impuso las manos sobre ella y la curó".

Cinco verbos de cercanía —subrayó Francisco— porque "un buen pastor está siempre cerca". En la parábola del buen pastor, está cerca de aquella oveja perdida, deja a las demás y va a buscarla: "No puede estar lejos de su pueblo". En cambio los clérigos, los Doctores de la Ley, los fariseos, los saduceos, los ilustres, vivían separados del pueblo, reprochándole continuamente, "estos no eran buenos pastores, pues "no estaban cerca de la gente", indicó el Santo Padre.

Francisco ha expresado en la homilía que "un buen pastor se acerca y tiene capacidad de conmoverse". Y yo diría —ha continuado— que el tercer rasgo de un buen pastor es no avergonzarse de la carne, "tocar la carne herida", como hizo Jesús con esta mujer: `tocó', 'impuso las manos', tocó a los leprosos, tocó a los pecadores.

El Papa ha concluido diciendo que "Es una gracia para el pueblo de Dios tener buenos pastores, pastores como Jesús, que no se avergüenzan de tocar la carne herida, que saben que sobre esto —no sólo ellos, también todos nosotros— seremos juzgados: estuve hambriento, estuve en la cárcel, estuve enfermo... Los criterios del protocolo final son los criterios de la cercanía, los criterios de esta cercanía total, para tocar, compartir la situación del pueblo de Dios. No olvidemos esto: el buen pastor está siempre cerca de la gente, siempre, como Dios nuestro Padre se hizo cercano a nosotros en Jesucristo hecho carne", señala Radio Vaticano.

 

 

30/10/2017-11:28
Rosa Die Alcolea

Organizaciones humanitarias: "Imparcialidad, neutralidad e independencia"

(ZENIT — 30 Oct. 2017).- "Ojalá las organizaciones humanitarias actúen siempre en conformidad con los principios fundamentales de humanidad, imparcialidad, neutralidad e independencia", dijo el Papa Francisco.

El pasado sábado, 28 de octubre de 2017, a las 12 horas en la Sala Clementina del Palacio Apostólico, el Santo Padre Francisco recibió en audiencia a los participantes en la III Conferencia de Derecho Internacional Humanitario, celebrado en Roma en la Scuola Ufficiali Carabinieri, con el patrocinio del Comando General del Arma de los Carabineros del Ministerio de Defensa.

Espero, por tanto —indicó el Papa— que estos principios, que forman el núcleo del derecho internacional humanitario, "encuentren cabida en las conciencias" de los combatientes y de los trabajadores humanitarios para que "se traduzcan en la práctica".

El tema de la conferencia "La protección de la población civil en los conflictos- El papel de las organizaciones humanitarias y de la sociedad civil", dedicada al rol de la sociedad civil en general y de las organizaciones humanitarias en particular en el derecho internacional y en el derecho internacional humanitario.

Sigue el discurso pronunciado por el Papa durante la audiencia.

 

Discurso del Santo Padre

Queridos hermanos y hermanas:

Me complace daros la bienvenida y agradezco a los honorables ministros del Gobierno italiano las palabras con las que han presentado este encuentro. Saludo cordialmente a las autoridades presentes y a todos los participantes en la 3a Conferencia sobre derecho internacional humanitario, que tiene como tema "La protección de la población civil en los conflictos — El papel de las organizaciones humanitarias y de la sociedad civil".

Este tema es particularmente significativo en ocasión del 40 aniversario de la adopción de los dos Protocolos adicionales a los Convenios de Ginebra relativos a la protección de las víctimas de los conflictos armados. Convencida del carácter esencialmente negativo de la guerra y de que la aspiración más digna del ser humano es la abolición de la misma, la Santa Sede ha ratificado estos acuerdos con el fin de fomentar una "humanización de los efectos del conflicto armado"[1]. La Santa Sede no ha dejado de apreciar, en particular, las disposiciones relativas a la protección de la población civil y de los bienes indispensables para su supervivencia, al respeto del personal sanitario y religioso, y a la protección del patrimonio cultural y religioso, así como del ambiente natural, nuestra casa común. La Santa Sede, sin embargo, consciente de las omisiones y vacilaciones que caracterizaron especialmente el segundo Protocolo adicional, es decir, el relativo a la protección de las víctimas de los conflictos armados no internacionales, sigue considerando estas herramientas como una puerta abierta a un mayor desarrollo del derecho internacional humanitario[2], que sepan cómo tomar adecuadamente en cuenta las características de los conflictos armados contemporáneos y el sufrimiento físico, moral y espiritual que los acompañan.

De hecho, a pesar del loable intento para reducir, a través de la codificación del derecho humanitario, las consecuencias negativas de las hostilidades en la población civil, demasiado a menudo llegan desde diferentes escenarios de guerra, testimonios de crímenes atroces, de verdaderos y propios ultrajes a la persona y a su dignidad, cometidos en menosprecio de toda consideración elemental de la humanidad. Las imágenes de personas sin vida , de los cuerpos mutilados o decapitados de nuestros hermanos y hermanas torturados, crucificados, quemados vivos, insultados incluso en sus despojos, interpelan la conciencia de la humanidad. Por otra parte, no cesan las noticias de antiguas ciudades, con sus tesoros culturales milenarios, reducidas a escombros, de hospitales y escuelas convertidos en objeto de ataques deliberados y destruidos, privando así enteras generaciones de su derecho a la vida, a la salud y a la educación. ¡Cuántas iglesias y otros lugares de culto son objeto de ataques calculados , a menudo precisamente durante las celebraciones litúrgicas, con muchas bajas entre los fieles y los ministros reunidos en oración, en violación del derecho fundamental a la libertad de religión! A veces, por desgracia, la difusión de estas noticias puede dar lugar a una saturación que adormece y, en cierta medida, relativiza la gravedad de los problemas, por lo que es más difícil sentir compasión y abrir la propia conciencia a la solidaridad[3]. Para que esto ocurra, es necesario, en cambio, la conversión del corazón, la apertura a Dios y al prójimo, que empuja a las personas a superar la indiferencia y vivir la solidaridad, como una virtud moral y una actitud social, de la que puede surgir un compromiso a favor de la humanidad que sufre[4].

Al mismo tiempo, sin embargo, es alentador ver las muchas muestras de solidaridad y caridad, que no faltan en tiempos de guerra. Hay muchas personas , muchos grupos caritativos y organizaciones no gubernamentales, en la Iglesia y fuera de ella, cuyos miembros se enfrentan a dificultades y peligros para curar a los heridos y los enfermos, enterrar a los muertos[5], para dar de comer a los hambrientos y de beber a los sediento, para visitar a los prisioneros.

Realmente la ayuda a las víctimas del conflicto combina varias obras de misericordia, por las que seremos juzgados al final de la vida. Ojalá las organizaciones humanitarias actúen siempre en conformidad con los principios fundamentales de humanidad, imparcialidad, neutralidad e independencia. Espero, por tanto, que estos principios, que forman el núcleo del derecho internacional humanitario, encuentren cabida en las conciencias de los combatientes y de los trabajadores humanitarios para que se traduzcan en la práctica.[6] Allí, pues, donde el derecho humanitario sabe de vacilaciones y omisiones, sepa la conciencia individual reconocer el deber moral de respetar y proteger la dignidad de la persona humana en todas las circunstancias, especialmente en situaciones en las que es más fuertemente amenazada. Para que sea posible, quisiera recordar la importancia de la oración y la de garantizar, junto a la educación técnica y jurídica, el acompañamiento espiritual de los combatientes y trabajadores humanitarios.

Queridos hermanos y hermanas, a todos aquellos -y entre ellos se encuentran muchos de vosotros- que han puesto en peligro sus vidas para salvar otra o para aliviar el sufrimiento de las personas afectadas por el conflicto armado, están dirigidas las palabras de Jesús en el Evangelio de Mateo: "Todo lo que le hiciste a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis " (Mt 25: 40). Os encomiendo a la intercesión de la Santísima Virgen María, Reina de la Paz, y mientras os pido por favor que recéis por mí, os imparto de todo corazón la bendición apostólicas a vosotros y a vuestras familias.

Gracias

[1] Déclaration du Saint-Siége formulée lors de la ratification du « Protocole additionnel aux Conventions de Genéve du 12 aoút 1949 relatif á la protection des victimes des conflits armés non intemationaux », 8 juin 1977.

[2] Cfr ibid.

[3] Cfr Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2016, "Vence la indiferencia y conquista la paz", 3

[4] Cfr ibid., 6.

[5]Cfr Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2016, "Vence la indiferencia y conquista la paz", 3

[6] Cfr Déclaration du Saint-Siége formulée lors de la ratification du « Protocole additionnel aux Conventions de Genéve du 12 aoút 1949 relatif á la protection des victimes des conflits armés non intemationaux », 8 juin 1977.

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30/10/2017-18:13
Redacción

Institutos Seculares: "Decimos lo que Dios quiere decirle al mundo, actuando en el mundo"

(ZENIT — 30 Oct. 2017).- "Decimos lo que Dios quiere decirle al mundo, actuando en el mundo", dijo el Papa Francisco en la Conferencia Italiana de Institutos Seculares.

Se celebró del 28 al 29 de octubre en Roma, en el Instituto Patrístico Augustinianum, con el patrocinio de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, dedicada al tema "Más allá y en el medio. Institutos seculares: historias de pasión y profecía para Dios y el mundo", con motivo del 70 aniversario de la Constitución Apostólica Provida Mater Ecclesiae.

"Decimos lo que Dios quiere decirle al mundo, actuando en el mundo" —aseguró el Papa Francisco— "Esto es muy importante. Especialmente en una época como la nuestra en la que, frente a las dificultades, puede haber la tentación de aislarse en las zonas propias, cómodas y seguras, y retirarse del mundo. Vosotros también podríais caer en esta tentación. Pero vuestro lugar es "estar dentro", como una presencia transformadora evangélica.

Así, el Santo Padre animó a los participantes a seguir este "difícil camino": "Es un camino que lleva aparejada la cruz, pero el Señor quiere recorrerlo con vosotros"

Publicamos a continuación el mensaje que el Santo Padre Francisco ha enviado a los participantes en la Conferencia, en la apertura de los trabajos, de la conferencia:

 

Mensaje del Santo Padre

¡Queridos hermanos y hermanas!

Con motivo del 70 aniversario de la Constitución Apostólica Provida Mater Ecclesiae, la Conferencia Italiana de los Institutos Seculares, bajo el patrocinio de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, os ha convocado sobre el tema "Más allá, y en el medio. Institutos Seculares: historias de pasión y profecía para Dios y el mundo". Extiendo a todos mi cordial saludo, con el deseo de una congreso fructífero.

Ese documento de Papa Pio XII fue de alguna manera revolucionario: esbozó, efectivamente, una nueva forma de consagración: la de los fieles laicos y presbíteros diocesanos llamados a vivir los consejos evangélicos en la secularidad en la que están inmersos debido a su condición existencial o a su ministerio pastoral. Por lo tanto, la novedad y la fecundidad de los Institutos Seculares estriba en conjugar la consagración y la secularidad, practicando un apostolado de testimonio, de evangelización —especialmente para los presbíteros — y de compromiso cristiano en la vida social —especialmente para los laicos, a lo que se añade la fraternidad que , sin estar determinada por una comunidad de vida, es, sin embargo, comunión verdadera.

En el surco trazado por Provida Mater, hoy estáis llamados a ser portadores humildes y apasionados, en Cristo y en su espíritu, del sentido del mundo y de la historia. Vuestra pasión nace de la maravilla, siempre nueva, por el Señor Jesús, por su forma única de vivir y amar, de encontrar a la gente, de sanar la vida, de llevar consuelo. Por lo que vuestro "estar dentro" del mundo no es sólo una condición sociológica, sino una realidad teológica, que os permite estar atentos, ver, escuchar, com-padecer, con-alegrarse, intuir las necesidades.

Esto significa ser presencias proféticas de una manera muy concreta. Significa llevar al mundo, en las situaciones en que se encuentre, la palabra que se escucha de Dios. Eso es lo que caracteriza propiamente la laicidad: Saber decir esa palabra que Dios tiene que decir sobre el mundo. Donde "decir" no significa tanto hablar, sino actuar. Decimos lo que Dios quiere decirle al mundo, actuando en el mundo. Esto es muy importante. Especialmente en una época como la nuestra en la que, frente a las dificultades, puede haber la tentación de aislarse en las zonas propias, cómodas y seguras, y retirarse del mundo. Vosotros también podríais caer en esta tentación. Pero vuestro lugar es "estar dentro", como una presencia transformadora evangélica. Ciertamente es difícil, es un camino que lleva aparejada la cruz, pero el Señor quiere recorrerlo con vosotros.

Vuestra vocación y misión es prestar atención, por una parte, a la realidad que os rodea preguntándoos siempre: ¿Qué ocurre?, sin deteneros en que aparece en la superficie, sino yendo más a fondo; y, al mismo tiempo, al misterio de Dios, para reconocer dónde se está manifestando. Atentos al mundo con el corazón inmerso en Dios.

Por último, me gustaría sugerir algunas actitudes espirituales que os pueden ayudar en este camino y que se pueden resumir en cinco verbos: rezar, discernir, compartir, dar valor y tener simpatía.

Rezar para estar unidos a Dios, cerca de su corazón. Escuchar su voz ante cada evento en la vida, viviendo una existencia luminosa que toma en mano el Evangelio y lo toma en serio.

Discernir es saber distinguir las cosas esenciales de las secundarias; es afinar esa sabiduría, que se cultiva día a día, que permite ver cuáles son las responsabilidades que es necesario asumir y cuáles son las tareas prioritarias. Es un camino personal pero también comunitario, donde no es suficiente para el esfuerzo individual.

Compartir el destino de cada hombre y mujer: aunque los acontecimientos del mundo sean trágicos y oscuros, no abandono el mundo a su suerte, porque lo amo, cómo y con Jesús hasta el final.

Dar valor: con la gracia de Cristo, no perder nunca la confianza, que puede ver el bien en todo. También es una invitación que recibimos en cada celebración eucarística: "Levantemos el corazón".

Tener simpatía por el mundo y por la gente. Incluso cuando hacen de todo para que la perdamos, estar animados por la simpatía que viene del Espíritu de Cristo, que nos hace libres y apasionados, nos hace "estar dentro", como la sal y la levadura.

Queridos hermanos y hermanas, ojalá seáis en el mundo como el alma en el cuerpo (cf. Carta a Diogneto, VI, 1), testigos de la resurrección del Señor Jesús. Este es mi deseo para vosotros que acompaño con mis oraciones y mi bendición.

Desde el Vaticano, 23 de octubre de 2017

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30/10/2017-11:48
Redacción

México: El Papa nombra a Mons. Maximino Martínez Miranda obispo auxiliar de Toluca

(ZENIT — 30 Oct. 2017).- El Santo Padre ha trasladado a la sede titular de Lugura y al oficio de auxiliar de la diócesis de Toluca (México) a Mons. Maximino Martínez Miranda, hasta ahora obispo de Ciudad Altamirano.

Comunicado emitido por la Oficina de Prensa de la Santa Sede el sábado, 28 de octubre de 2017.

Además, el Papa ha nombrado Secretario del Consejo Pontificio de la Cultura a Mons. Paul Tighe (59 años, original de Irlanda) obispo de Drivasto (Albania), hasta ahora Secretario adjunto del mismo dicasterio.

 

Mons. Maximino Martínez Miranda

Mons. Maximino Martínez Miranda nació el 29 de mayo de 1951 en Palos Altos, diócesis de Toluca. Efectuó los estudios eclesiásticos en el Seminario de Toluca.

Fue ordenado sacerdote el 21 de septiembre de 1979. Tras la creación de la nueva diócesis de Atlacomulco, pasó a la nueva circunscripción eclesiástica.

Como sacerdote ha desempeñado los siguientes cargos: vicario cooperador de la parroquia de "Almoloya de Juárez" (de 1979 a 1981); párroco de "San Antonio de la Isla", Toluca (de 1981 a11982); párroco de "San Pedro el Alto", Atlacomulco (1982¬1986); director dela revista "Ad gentes y sembradores" (1993 -1996); párroco de "Santa María de Guadalupe" de Canalejas (1996 — 2000); párroco de "Santa María de Guadalupe", El Oro (2000 — 2002). De 2000 a 2006 ha sido vicario generale de la diócesis de Atlacomulco y al mismo tiempo párroco de "Santa María de Guadalupe". Ha sido, además, director diocesano de las misiones y de los medios de comunicación y director espiritual de los peregrinajes.

El 7 de julio de 2006 fue nombrao obispo de Ciudad Altamirano y recibió la ordenación episcopal el 31 de agosto sucesivo.

 

 

30/10/2017-11:15
Rosa Die Alcolea

Mons. Parolin: El diálogo sobre Europa debe comenzar "de la vida cotidiana de las personas"

(ZENIT — 30 Oct. 2017).- El cardenal Carolin indicó que el Papa Francisco muestra una "gran preocupación" por el destino de Europa, "percibiendo su riqueza histórica y cultural, así como el potencial y los desafíos en un mundo globalizado y en un cambio continuo y repentino".

El cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado, intervino durante la primera parte del diálogo `(Re) Thinking Europe: Una contribución cristiana al futuro del proyecto europeo', organizado por la Comisión de Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE) y los líderes políticos sobre Europa (27-29 de octubre de 2017), el viernes 27 de octubre en el Vaticano.

Así, el secretario de Estado señaló que durante estos años, ha nacido un "diálogo constante entre el Santo Padre y Europa", caracterizado por varias etapas, comenzando con las visitas memorables de Estrasburgo, el Parlamento Europeo y el Consejo de Europa, hasta llegar a la audiencia concedida a los Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea el 24 de marzo y al encuentro "Re thinking Europe", citó Mons. Parolin.

En este contexto, el cardenal señaló que el Papa Francisco escribió en la tercera parte de la Exhortación Apostólica 'Evangelii Gaudium', titulada : El bien común y la paz social, [2] cuatro principios que "orientan específicamente el desarrollo de la convivencia social y la construcción de un pueblo donde las diferencias se armonicen en un proyecto común".

Estos son: el tiempo es superior al espacio, ya que "nos encontramos hoy para comenzar un proceso más bien que para obtener resultados inmediatos", dijo el cardenal Parolin. Así, "estamos aquí con la convicción de que la unidad prevalece sobre el conflicto", señaló.

Mons. Parolin también apuntó que "en nuestras conversaciones no queremos olvidar que la realidad es superior a la idea, ya que "La idea desconectada de la realidad origina idealismos y nominalismos ineficaces, que a lo sumo clasifican o definen, pero no convocan. Lo que convoca es la realidad iluminada por el razonamiento", por tanto, es "necesario que no perdamos nunca de vista la realidad", aclaró el secretario de Estado del Vaticano, y finalmente, el último principio que apuntó es que el todo es superior a la parte "y es más que la mera suma, indicó Mons. Parolin.

Sigue el discurso pronunciado por el cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado, en el Diálogo `(Re) Thinking Europe'.

 

Discurso del cardenal Pietro Parolin

Eminencia, Excelencias,
Distinguidas autoridades e ilustres invitados,
Señoras y señores,

Os doy la bienvenida y os agradezco vuestra numerosa participación en este Diálogo sobre Europa organizado por la Comisión de los Episcopados de la de la Unión Europea (COMECE) en colaboración con la Secretaría de Estado.

Un agradecimiento especial a S.E. el cardenal Reinhard Marx, presidente de la COMECE. Un agradecimiento especial al Sr. Frans Timmermans, Primer Vicepresidente de la Comisión Europea, y a la Sra. Mairead McGuinness, Vicepresidenta del Parlamento Europeo por su adhesión que es extremadamente significativa. En sus respectivos ámbitos , la Comisión y el Parlamento, son los interlocutores privilegiados de los Episcopados Europeos para el "diálogo abierto, transparente y regular de los obispos europeos que la Unión Europea mantiene con las Iglesias".[1]

Desde el inicio de su pontificado, el Papa Francisco ha mostrado una gran preocupación por el destino de Europa, percibiendo su riqueza histórica y cultural, así como el potencial y los desafíos en un mundo globalizado y en un cambio continuo y repentino. Durante estos años, podemos decir que ha nacido un diálogo constante entre el Santo Padre y Europa, caracterizado por varias etapas, comenzando con las visitas memorables de Estrasburgo, el Parlamento Europeo y el Consejo de Europa, hasta llegar a la audiencia concedida a los Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea el 24 de marzo y al encuentro de mañana por la tarde.

El resultado del referéndum británico el año pasado y las fuerzas erosivas que cruzan el continente han llevado al Santo Padre a considerar la necesidad urgente de favorecer una reflexión aún más exhaustiva y atenta sobre Europa y sobre la dirección que —incluso más allá de las fronteras de la Unión Europea- tiene la intención de emprender. La Santa Sede, que ha observado desde el principio con interés y respeto el proyecto de integración europea, ha considerado oportuno unirse a la iniciativa promovida por la COMECE, participando en este diálogo entre la comunidad eclesial y los miembros de la sociedad civil. Participa en espíritu de servicio a Europa, ya que no es indiferente a sus problemas y a su destino y está siempre deseosa de aportar su contribución para el bien de los pueblos del continente.

En la tercera parte de la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, titulada : El bien común y la paz social,[2] Francisco establece cuatro principios que "orientan específicamente el desarrollo de la convivencia social y la construcción de un pueblo donde las diferencias se armonicen en un proyecto común"[3]. Se aplican bien en este momento del diálogo, que debe apuntar principalmente a identificar las cuestiones fundamentales que Europa debe plantearse para enfrentar los desafíos del futuro.

En esta perspectiva, nuestra reunión debe tener en cuenta que el tiempo es superior al espacio. Nos encontramos hoy para comenzar un proceso más bien que para "obtener resultados inmediatos que producen un rédito político fácil, rápido y efímero, pero que no construyen la plenitud humana.[4]". Estamos aquí con la convicción de que la unidad prevalece sobre el conflicto. Nos han dado una elocuente demostración precisamente los Padres fundadores del proyecto europeo, cuando comprendieron que la puesta en común de recursos y el trabajo común eran los verdaderos remedios contra la aparición de nuevos conflictos sangrientos como los que había desgarrado la primera mitad del siglo )0(. En nuestras conversaciones no queremos olvidar que la realidad es superior a la idea, ya que "La idea desconectada de la realidad origina idealismos y nominalismos ineficaces, que a lo sumo clasifican o definen, pero no convocan. Lo que convoca es la realidad iluminada por el razonamiento."[5]. Por tanto, es necesario que no perdamos nunca de vista la realidad, que se compone sobre todo de los rostros concretos de los hombres y mujeres que habitan nuestro continente, cada uno con su potencial y sufrimiento, ya que es demasiado evidente el malestar generalizado que serpentea en nuestro tiempo antes los modelos abstractos caídos desde arriba. Finalmente, no olvidemos que el todo es superior a la parte "y es más que la mera suma "[6]. La integración que gradualmente se ha hecho realidad es algo más grande que la simple suma de idiomas y culturas. En este sentido, creo que es vital para mantener la afirmación central del pensamiento del Papa en Europa: "Los Padres fundadores nos recuerdan que Europa no es un conjunto de normas que cumplir, o un manual de protocolos y procedimientos que seguir. Es una vida, una manera de concebir al hombre a partir de su dignidad trascendente e inalienable [7]".

He recordado estos cuatro principios muy queridos por el Papa Francisco, considerando que es útil ofrecer una indicación del método para el trabajo de estos días. Nuestro diálogo perdería su valor si no comenzara de la vida cotidiana de las personas y si no apuntase a tener una visión prospectiva del futuro, capaz de indicar el camino a seguir, más que a identificar soluciones inmediatas a los problemas actuales. Por otra parte esta es la perspectiva de los tres debates que seguirán en la tarde y que están inspirados por el discurso que el Santo Padre dio con motivo de la concesión del Premio Carlo Magno. En esa ocasión, el Papa invitaba a aceptar "el reto de «actualizar» la idea de Europa. Una Europa capaz de dar a luz un nuevo humanismo basado en tres capacidades: la capacidad de integrar, capacidad de comunicación y la capacidad de generar". [8]

En el enfoque de la discusión puede ser oportuno tener en cuenta algunas cuestiones surgidas de los discursos del Papa y que sintetizan sus preocupaciones en el contexto actual, a partir de las diversas crisis que afectan a Europa: desde la política económica que ha marcado la última década, hasta la dramática cuestión de las migraciones; desde los conflictos que desgarran no sólo la región mediterránea, sino también otras partes del continente, al avance del populismo y el retorno del nacionalismo; desde el desempleo y el malestar juvenil a los problemas ambientales.

Al enfrentar estos desafíos, Europa ha dado "una impresión general de cansancio y envejecimiento" [9]. ¿Cuál es la hermenéutica, la clave interpretativa con la que podemos leer las dificultades del momento presente y encontrar respuestas para el futuro?" [10] ¿Cómo recuperar la memoria para devolver la esperanza al futuro? [11] Y, ¿qué esperanza para la Europa de hoy y de mañana? [12]

En el corazón de estas preguntas está la cuestión de cómo recuperar la idea de una Europa que recoloque en el centro a la persona, con su fermento de fraternidad y su voluntad de verdad y justicia [13]. Esto plantea también una cuestión general sobre la dignidad humana, sobre la que Francisco propone otros interrogantes. "¿Qué dignidad existe cuando falta la posibilidad de expresar libremente el propio pensamiento o de profesar sin constricción la propia fe religiosa? ¿Qué dignidad es posible sin un marco jurídico claro, que limite el dominio de la fuerza y haga prevalecer la ley sobre la tiranía del poder? ¿Qué dignidad puede tener un hombre o una mujer cuando es objeto de todo tipo de discriminación? ¿Qué dignidad podrá encontrar una persona que no tiene qué comer o el mínimo necesario para vivir o, todavía peor, que no tiene el trabajo que le otorga dignidad?". [14]

Particularmente vivas en el corazón del Papa están la cuestión del trabajo y el tema de los jóvenes y sus perspectivas de futuro. "¿Cómo evitar la pérdida de nuestros jóvenes, que terminan por irse a otra parte en busca de ideales y sentido de pertenencia porque aquí, en su tierra, no sabemos ofrecerles oportunidades y valores?" [15]. A su vez, este interrogante abre otras cuestiones fundamentales que Francisco plantea de manera muy directa: " ¿Qué cultura propone la Europa de hoy?" [16] ¿Dónde está esa tensión ideal que ha animado y hecho grande tu historia? ¿Dónde está tu espíritu de emprendedor curioso? ¿Dónde está tu sed de verdad, que hasta ahora has comunicado al mundo con pasión? [17]

No iré más lejos en estas preguntas, porque será el honorable Pat Cox quien definirá propiamente el tema de nuestro diálogo al final de esta ceremonia de apertura.

Deseaba, no obstante, proponer estímulos para un debate que espero vivo y profundo al mismo tiempo. Además, todos en esta sala están llamados a hacer su parte, de acuerdo con las responsabilidades que les son propias, para construir el bien común, y promover la paz y la armonía. El proyecto europeo es, sin duda, una obra humana. Y como tal tiene sus límites y es perfectible. Por eso necesita nuestra atención y consideración. Como cristianos queremos aportar nuestra contribución, animados y sostenidos por la fe: impulsados por el deseo de buscar la Ciudad de Dios, no queremos olvidar la importancia de construir y consolidar la comunidad de los hombres [18].

Gracias.

 

[1] Art. 17 del Tratado de la Unión Europea

[2] Exhortación apostólica "Evangeli Gaudium" 217-237

[3] Cfr. 221

[4] Cfr.224

[5] Cfr. 225

[6] Cfr.232

[7] FRANCISCO, Discurso a los Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea, 24 de marzo 2017

[8] FRANCISCO Discurso con motivo de la concesión del Premio Carlomagno, 6 de mayo 2017

[9] FRANCISCO, Discurso al Parlamento Europeo, Estrasburgo, 25 de noviembre 2014

[10] FRANCISCO Discurso a los Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea, cit

[11] Ibid.

[12] Ibid

[13] Ibid. Y A. DE GASPERI, La nostra patria Europa. Discorso a Ila Conferenza Parlamentare Europea. 21 abril 1954

[14] Cfr. FRANCISCO. Discurso al Parlamento Europeo, Estrasburgo, 25 de noviembre 2014

[15] Cfr. Discurso en ocasión de la concesión del Premio Carlomagno cit.

[16] Discurso a los Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea, cit

[17] CFR. FRANCISCO, Discurso al Consejo de Europa. Estrasburgo, 25 de noviembre 2014.

[18] Cfr. Concilio Vaticano II Constitución pastoral "Gaudium et spes" sobre la Iglesia y el mundo contemporáneo 1962

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30/10/2017-08:00
Redacción

Música Sacra: Miguel Ángel Tallante gana el VII Premio Internacional 'Fernando Rielo'

Con la obra "Ave loseph", para coro y orquesta, el músico español Miguel Ángel Tallante obtuvo ayer, 25 de octubre, el VII Premio Internacional de Música Sacra Fernando Rielo, en una ceremonia-concierto celebrada en la Iglesia de San José, en Madrid.

Intervinieron la Camerata del Arte y el coro Koiné Ensemble, dirigidos por el maestro Ignacio Yepes.

 

Nota de prensa de la Fundación 'Fernando Rielo'.

Dada la exigencia del premio, en esta edición los compositores finalistas fueron solo dos: Miguel Ángel Tallante Pancorbo (1946, Madrid), cuya obra "Ave loseph" resultó ganadora del galardón, dotado con 5.000 E; y Marcos Mato Collazo, (1988, Santiago de Compostela), quien con su obra "Dios te salve José" obtuvo una mención de honor.

Conforme a las bases del premio, las obras musicalizan el texto "Ave José", oración compuesta por Fernando Rielo; la ganadora, en la versión en castellano, y la finalista, en latín. Ambas composiciones están escritas para coro mixto y orquesta de cámara completa y son inéditas, por lo que la interpretación hecha por la Camerata del Arte y el coro Koiné Ensemble, dirigidos por el maestro Ignacio Yepes, ha supuesto su estreno mundial.

El Jurado ha estado compuesto por Ignacio Yepes, compositor y director de orquesta, Presidente; Ma Rosa Calvo-Manzano, catedrática de arpa y concertista; Alfredo Vicent, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid y concertista de guitarra; José Antonio Esteban Usano, compositor y profesor del Conservatorio Profesional de Música de Cuenca; y Ma Victoria Rullán, Directora del Aula de Música de la Fundación Fernando Rielo, Secretaria del Jurado.

Para el creador del Premio, Fernando Rielo, "la música sacra es místico sentir del espíritu humano que expresa su filial comunicación con Dios, invocada en la más cualificada armonía que pueda producir la técnica comunicativa del lenguaje musical. El buen gusto, síntesis de la verdad, bondad y hermosura, lleva al artista a hacer confesión, por medio del talento o práctica musical, de su mística unión con Dios. La música sacra es, por esta causa, más allá de toda lengua vernácula, verdadero lenguaje universal."

Por ello, el Premio Internacional de Música Sacra Fernando Rielo se propone promover la composición de nuevas obras que recojan la necesidad de valores transcendentes que el mundo actual tiene.

 

Perfil biográfico de Miguel Ángel Tallante (Madrid, 1946)

Titulado por el Real Conservatorio Superior de Madrid en piano, violín y composición. Especializado en música de cámara e histórica y en instrumentos antiguos, sobre todo órgano y clave. Director-fundador de Pro Mvsica Antiqva de Madrid ha recorrido España y más de veinte países de Europa y América, obteniendo diversos premios.

Ha dirigido e intervenido en una extensa obra concertística y discográfica que abarca desde la Edad Media hasta nuestros días, realizada en su mayor parte con el grupo PRO MVSICA ANTIQVA DE MADRID y con LÍRICA XVIII. Investigador y docente, ha sido profesor de Historia de la Música Española durante más de treinta años para la Universidad Complutense y el Ministerio de Asuntos Exteriores. Ha sido miembro del Jurado de prestigiosos certámenes nacionales e internacionales. Recientemente ha ofrecido conciertos de reinauguración de varios órganos históricos españoles.

Cuenta con una larga producción para programas, sintonías y películas de Televisión Española (RTVE).

 

 

30/10/2017-08:30
Isabel Orellana Vilches

San Alonso Rodríguez, 31 de octubre

«Después de perder esposa e hijos, consiguió formar parte de la Compañía de Jesús. Convirtió la portería del colegio Montesión, de Palma de Mallorca, en un fecundo escenario apostólico. Uno de sus discípulos fue san Pedro Claver»

Este santo portero del convento mallorquino de Montesión de los padres jesuitas, nació en Segovia, España, el 25 de julio de 1531. Fue el tercero de los once hijos habidos en el matrimonio compuesto por Diego Rodríguez y María Gómez de Alvarado, prósperos comerciantes de paños. La característica principal de su niñez fue su amor a la Virgen, con la que mantuvo celestiales coloquios. Siempre mostró una devoción singular por el misterio de la Inmaculada, y rezaba el Oficio parvo dedicado a Ella. Comenzó a formarse con los padres franciscanos, pero a los 10 años escuchó predicar al beato jesuita Pedro Fabro, que entabló una entrañable relación con toda su familia, y se ocupó de prepararle para su primera comunión.

A los 14 años se hallaba estudiando con los jesuitas de Alcalá cuando murió su padre y tuvo que regresar para ayudar a su madre en los asuntos de la familia. Luego quedó solo al frente de la gestión de los negocios, una misión para la que realmente no tenía cualidades, y se casó con María Juárez, hija de un acomodado ganadero. Se afincaron en Segovia y fueron viniendo los hijos. Pero los perdió a todos. La niña murió nada más nacer; luego lo hizo su esposa al dar a luz a un niño. Por si fuera poco, un año más tarde, falleció su madre y, a continuación, su último hijo. Ya no tenía nada. Al haber vendido su negocio con anterioridad, convivió junto a dos hermanas solteras y aprendió a dialogar con Dios. Ellas le ayudaron en este difícil momento que atravesó, abrumado por sus pecados a los que culpaba de tantas tragedias.

En una visión vislumbró el gozo del cielo y se arrepintió de su vida pasada. Se centró en la oración convirtiéndose en un severo penitente; confesaba y comulgaba todas las semanas. Se planteó ser jesuita, pero tenía en su contra la edad, una frágil salud y falta de formación. Luís de Santander, rector del colegio que los jesuitas tenían en Segovia, no le disuadió formalmente. Pero sí le recomendó que prosiguiese estudiando. Por eso, en 1569 se trasladó a Valencia. Comenzó a cursar latín con vías a una posible ordenación sacerdotal costeándose los gastos con su trabajo en casa de una marquesa. Hubo un momento en que había tenido que mendigar. No sin cierto pudor, que tuvo que vencer, estudiaba junto a unos niños. Luego fue en pos de un ermitaño que entabló amistad con él y quiso disuadirle de su empeño de ser jesuita. Vio que estaba sucumbiendo a una tentación y lo dejó.

Regresó a Valencia, dejando nuevamente en suspenso sus estudios, para iniciar otro intento de ingreso en la Compañía. Se puso a merced del padre Santander, quien le hizo ver que hasta ese momento parecía seguir sus dictados y no los de Dios. Entonces Alonso respondió: «Os prometo que jamás en mi vida volveré a hacer mi propia voluntad. Haced de mí lo que queráis». Con ayuda del religioso acometió el sueño que le guiaba de ser jesuita, aunque no pudiera ser sacerdote. La negativa de quienes dilucidaban qué hacer con él estaba en el aire, cuando el superior padre Antonio Cordesses terció rotundo: «Recibámoslo para santo».

En 1571 fue aceptado como «hermano lego» por el provincial, y tras finalizar el noviciado partió a Palma de Mallorca. Le encomendaron la portería del colegio de Montesión y desempeñó esta misión durante casi cuarenta años, hasta que sus fuerzas se lo impidieron. Nadie podría haber imaginado que el ángel de bondad que franqueaba la puerta a todos, viendo en ellos a Cristo, sufría aridez, era escrupuloso y padecía violentas tentaciones contra la castidad de las que en alguna ocasión le rescató la Virgen. «En las tentaciones he sido más de doscientas veces mártir», reconocía. Experimentaba desolación y el mero hecho de meditar le generaba muchos dolores. Es como si los sufrimientos y mortificaciones que realizaba desde hacía años, no dieran su fruto. «El demonio —afirmaba— es un gran bachiller». Pero no se desesperó, ni se desanimó. Haciendo acopio de paciencia seguía perseverando y sirviendo humildemente en la misión que tenía: abrir la puerta. Y al final experimentó una intensísima presencia de Jesús y de María que le colmaban de místicos consuelos.

En 1585 profesó los últimos votos. En 1604 a demanda de sus superiores inició sus Memorias autobiográficas, que culminó en 1616. Su obediencia seguía intacta. Cuando, cumplidos más de 70 años y hallándose muy enfermo, para probar su virtud lo destinaron a la India, automáticamente se dirigió a la puerta diciendo: «Tengo orden de partir a las Indias», ante lo cual el superior intervino, de lo contrario se habría ido. Así era su obediencia y disposición, tan literal que asombraba. Humildemente decía que «obedecía a lo asno». Y el juicio de sus hermanos era: «Este hermano no es un hombre, sino un ángel». Nunca reparó en la actitud de aquellos a los que abría la puerta, que no siempre era correcta, y les entregaba lo mejor de sí: «Es que a Jesús que se disfraza de prójimo, nunca lo podemos tratar con aspereza o mala educación».

Cuando escuchaba el sonido de la campana, profería un gozoso: «¡Ya voy, Señor!». Y engarzaba sus jornadas de trabajo y oración cincelando a conciencia en su corazón una hermosa filigrana de caridad con la que íntimamente coronaba a quienes pasaban por el convento: «Allí viene el humilde. Ahí, el obediente. Allá viene el que jamás se enoja. Ese es el que vive en viva fe. Viene el de gran pobreza. Ese es prudente. Hacia acá viene el piadoso».

Tan intensa llegó a ser la presencia continua de Dios para él, que era de todo punto imposible alejarlo por un momento de sí, como una vez le sugirió su superior para dejar descansar su mente, cuando ya era de avanzada edad.

Estuvo adornado con diversos carismas, entre otros: visiones, discernimiento y milagros. Falleció el 31 de octubre de 1617. León XII lo beatificó el 25 de mayo de 1825. León XIII lo canonizó el 15 de enero de 1888. Ese día era elevado a los altares junto a Juan Berchamns y Pedro Claver uno de sus dilectos discípulos, como se vio en esta sección de ZENIT.