Servicio diario - 26 de octubre de 2017


`Scholas': El Papa ha inaugurado las sedes de Paraguay, México y Argentina
Rosa Die Alcolea

Estación Espacial: El Papa conversa con la tripulación de la Misión 53
Redacción

'Re Thinking Europe': Una contribución cristiana sobre el proyecto europeo
Redacción

Papa Francisco: "¡En el mundo del trabajo, la comunión debe ganar a la competición!"
Redacción

Santa Marta: "No existen los cristianos tranquilos, que no luchan"
Rosa Die Alcolea

Cristianos perseguidos: El papa afirma que su "testimonio nos impone ir adelante"
Rosa Die Alcolea

Universidad Católica Portuguesa: Llamada a la "constante búsqueda de la verdad"
Rosa Die Alcolea

Navidad: Un pesebre napolitano y un abeto polaco en el Vaticano
Raquel Anillo

"Perseguidos pero no olvidados", nuevo programa en Trece
Redacción

P. Antonio Rivero L.C.: "Amar a Dios es abandonar los ídolos"
Antonio Rivero

Beato Bartolomé de Vicenza, 27 de octubre
Isabel Orellana Vilches


 

 

26/10/2017-19:00
Rosa Die Alcolea

`Scholas': El Papa ha inaugurado las sedes de Paraguay, México y Argentina

(ZENIT — 26 Oct. 2017).- El Papa Francisco ha visitado la sede romana de la fundación para la educación `Scholas Occurrentes', este jueves, 26 de octubre de 2017, a las 17 horas.

Según informa Radio Vaticano en su edición española, durante el encuentro, por conexión a internet, el Papa ha inaugurado las nuevas secciones de `Scholas' en Paraguay, México y Argentina.

Asimismo —indica Radio Vaticano— ha dialogado con jóvenes de barrios pobres de México, particularmente las áreas afectadas por el terremoto, de Paraguay, Argentina, Puerto Rico y Texas. Los muchachos le han hablado de su actual estado y cómo están enfrentando sus problemas, llevando un testimonio directo sobre el trabajo de apoyo que `Scholas' está realizando en favor de un "pacto educativo" a nivel mundial.

En esta ocasión, el Papa se ha encontrado en la sede romana de `Scholas' con muchos estudiantes, además de intelectuales, empresarios, periodistas y voluntarios que están comprometidos en favor de los jóvenes y de la inclusión social.

 

Llamada al presidente de Paraguay

En Roma, estuvieron presentes en torno al Papa Francisco jóvenes israelíes, palestinos, españoles e italianos. En particular, durante la visita del Papa a la escuela, se discutieron el acoso y el machismo.

Además, el Papa ha conversado por videoconferencia con Horacio Cartes, presidente de Paraguay, país que recibió su visita en julio de 2015, y con dos estudiantes, Leila y Paula, que participaron en el programa `Scholas'.
José María del Corral, presidente de `Scholas', señaló que "Roma, por vocación y por su historia, tiene un papel universal, de diálogo y de vínculo entre los pueblos" y que la sede romana de `Scholas' quiere "Involucrar a las instituciones europeas y los países mediterráneos para elevar la calidad de la educación que se ofrece a los jóvenes en todo el mundo".

"Gracias al magisterio y al apoyo del Papa Francisco, tenemos la intención de trabajar con todos los hombres y mujeres de buena voluntad para brindar a las nuevas generaciones oportunidades reales de crecimiento e inclusión social", ha señalado el presidente.

El papa fue a la misma sede, situada en el Palacio San Calisto del Vaticano, en el distrito romano de Trastevere, el 9 de junio. En esa visita, el Papa desafió a los jóvenes a "humanizar la globalización". El 5 de julio, el Papa envió un mensaje a jóvenes israelíes y palestinos.

 

Escuela impulsada por el Papa

`Scholas Occurrentes' es una iniciativa destinada a los jóvenes del mundo entero que tiene su origen en la Ciudad de Buenos Aires, en 2001, cuando Jorge Mario Bergoglio era Arzobispo allí, bajo el nombre de "Escuela de Vecinos" y "Escuelas Hermanas", integrando estudiantes de escuelas públicas y privadas, de todas las religiones, con el fin de educar a los jóvenes en el compromiso por el bien común.

`Scholas', como organización de la sociedad civil, busca el compromiso de todos los actores sociales para implementar la cultura del encuentro por la paz por intermedio de la educación.

 

 

26/10/2017-12:54
Redacción

Estación Espacial: El Papa conversa con la tripulación de la Misión 53

(ZENIT — 26 Oct. 2017).- A las 15 horas de esta tarde, desde la sala adyacente al Aula Pablo VI , el Santo Padre Francisco se ha conectado en directo, vídeo y sonido, con la tripulación de la Misión 53 a bordo de la Estación Espacial Internacional, volando a 400 km de la Tierra.

Los miembros de la tripulación son: Randolph Bresnik (EE.UU.), comandante de la NASA; Paolo Nespoli (Italia), ingeniero de ESA; Mark T. Vande Hei (EE.UU.), ingeniero de la NASA; Joseph Acaba, (EE. UU., De origen puertorriqueño), ingeniero de la NASA; Sergey Ryazanskiy (Rusia), ingeniero; y Alexander Misurkin (Rusia), ingeniero.

El Presidente de la Agencia Espacial Italiana (ASA), Roberto Battiston, y el Director del Programa de la Agencia Espacial Europea (ASE), Josef Aschbacher, han estado presentes en la sala.

El Papa, durante la conexión, ha dialogado con los astronautas. La conexión ha durado unos 25 minutos.

El Papa se dirigió a los astronautas con 5 preguntas y concluyó con un saludo final.

 

 

26/10/2017-12:49
Redacción

`Re Thinking Europe': Una contribución cristiana sobre el proyecto europeo

(ZENIT — 26 Oct. 2017).- Cientos de líderes europeos se encontrarán en el Vaticano del 27 al 29 de octubre de 2017, para reflexionar sobre los desafíos fundamentales que enfrenta el proyecto europeo.

La reunión está patrocinada por la COMECE, la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea, que nombra delegados obispos de los 28 estados miembros de la Unión Europea.

El Papa Francisco se dirigirá a los participantes el sábado 28 de octubre para recordar el compromiso de la Iglesia con este proyecto de paz.

El cardenal Reinhard Marx, presidente de COMECE, y el Arzobispo Mons. Paul Richard Gallagher, Secretario de la Santa Sede para las Relaciones con los Estados, informará a los medios el próximo 27 de octubre.

Más que un congreso, `(Re) Thinking Europe' será un diálogo, un debate abierto y sincero entre las partes interesadas dispuestas a trabajar por el bien común y a poner la persona, con su dignidad humana, en el centro de las políticas públicas, según informan los organizadores.

El diálogo involucrará a alrededor de 350 participantes, de 28 delegaciones de todos los países de la UE, incluidos políticos de alto nivel de la UE, cardenales, obispos,
sacerdotes, embajadores, académicos, representantes de diversas organizaciones y movimientos católicos y de otras denominaciones cristianas.

Los participantes se reunirán en el Nuevo Salón del Sínodo el día 27 y continuarán dialogando en talleres al día siguiente, antes de unirse al debate general que finalizará con el discurso del Papa el día 28.

 

Participantes españoles

— Mons. Julián Barrio Barrio
Arzobispo de Santiago de Compostela

— Manuel Enrique Barrios Prieto
Director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales

— Card. Antonio Cañizares Llovera
Arzobispo de Valencia, Vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española

— Dr. Carlos García de Andoin
Director del Instituto Diocesano de Teología y Pastoral de Bilbao

— Mons. Adolfo González Montes
Obispo de Almería, Delegado de COMECE

— Ángel Gudiña Canicoba
Secretario Ejecutivo Internacional de Don Bosco

— Francisco Igea Arisqueta
Diputado de Ciudadanos por Valladolid

— Carlos López Segovia
Vicesecretario de Asuntos Generales de la Conferencia Episcopal

— Dña. Victoria Martín de la Torre
Parlamento Europeo, Oficina de Prensa del Grupo de Socialistas y Demócratas

— Julio L. Martínez Martínez, jesuita
Rector de la Universidad Pontificia de Comillas

— Jorge Nuño Mayer
Secretario General de Cáritas Europa

— Dña. Mari Sol Pérez Guevara
Comisión Europea

— Raquel Pérez Sanjuan
Directora de la Subcomisión Episcopal de Universidades

— Dña. Eva Sáenz-Díez
Universidad Católica de Louvain

— Francesc Torralba
Catedrático de Ética de la Universidad Ramón Llull de Barcelona

— Jesús Trillo-Figueroa
Abogado

— Francisco José Vázquez Vázquez
Ex-Embajador de España ante la Santa Sede

— Dña. Dolores Velarde
Vicepresidenta internacional del Instituto de Política Familiar

 

 

26/10/2017-17:28
Redacción

Papa Francisco: "¡En el mundo del trabajo, la comunión debe ganar a la competición!"

(ZENIT — 26 Oct. 2017).- "La tarea del empresario es entregar los talentos a sus colaboradores, llamados a su vez, a no enterrar lo que han recibido, sino a sacarle partido al servicio de los demás. ¡En el mundo del trabajo, la comunión debe ganar a la competición!", ha expresado el Papa Francisco.

Les ofrecemos el texto del mensaje en vídeo, difundido por la Oficina de Prensa de la Santa Sede, con el que Francisco envía a los participantes en la 48a Semana Social de los Católicos Italianos (Cagliari, 26-29 octubre de 2017) y se transmite durante la apertura de los trabajos.

"Quiero desearos que seáis una "levadura social" para la sociedad italiana y que viváis una fuerte experiencia sinodal", ha manifestado el Santo Padre a los participantes.

"El trabajo que queremos: libre, creativo, participativo y solidario" es el tema con el que se celebra la Semana Social, algo que el Papa ha agradecido: "Así quise definir el trabajo humano en la Exhortación Apostólica Evangelii gaudium(n. 192)", y ha añadido que "Sin trabajo no hay dignidad".

 

Mensaje en vídeo del Santo Padre

Queridos hermanos y hermanas:

Saludo cordialmente a todos vosotros que participáis en la 48a Semana Social de los Católicos Italianos, convocada en Cagliari. Saludo fraternalmente al cardenal Gualtiero Bassetti, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, a los obispos presentes, al arzobispo Filippo Santoro, a los miembros del Comité Científico y Organizador, a los delegados de las diócesis italianas, a los representantes de movimientos y asociaciones relacionados con el trabajo y a todos los invitados.

Os reunís bajo la protección y con el ejemplo del beato Giuseppe Toniolo, que en 1907 promovió la Semana Social en Italia. Vivió su testimonio de laico en todas las dimensiones de la vida: espiritual, familiar, profesional, social y política. Para inspirar vuestros trabajos, os propongo una enseñanza suya. "Nosotros, los creyentes- escribía-sentimos, en el fondo del alma [...] que el que salvará definitivamente la sociedad actual no será un diplomático, un erudito, un héroe, sino un santo, más bien una sociedad de santos" (Del ensayo Indirizzi e concetti sociali). Haced vuestra esta "memoria de la fundación": Nos santificamos trabajando para los demás, prolongando así en la historia el acto creador de Dios.

En las Escrituras encontramos muchos personajes definidos por su trabajo: el sembrador, el segador, los viñadores, los administradores, los pescadores, los pastores, los carpinteros, como San José. De la Palabra de Dios emerge un mundo en el que se trabaja. La Palabra de Dios, Jesús, no se encarnó en un emperador o en un rey, sino que "se despojó a sí mismo, asumiendo la condición de siervo" (Fil 2,7) para compartir nuestra historia humana, incluyendo los sacrificios que el trabajo requiere , hasta el punto de ser conocido como carpintero o hijo de un carpintero (cf. Mc 6,3; Mt 13,55). Pero hay más. El Señor llama durante el trabajo, como fue el caso de los pescadores a los que invita a ser pescadores de hombres (Mc 1.16 a 18; Mt 4.18 a 20). También los talentos recibidos podemos leerlos como dones y habilidades para dedicarlos al mundo laboral a fin de construir comunidades, comunidades solidarias y para ayudar a quien atraviesa por dificultades.

El tema de esta Semana Social es "El trabajo que queremos: libre, creativo, participativo y solidario". Así quise definir el trabajo humano en la Exhortación Apostólica Evangelii gaudium(n. 192). Gracias por elegir el tema del trabajo.

"Sin trabajo no hay dignidad": lo repito a menudo, me acuerdo precisamente en Cagliari en 2013, y en mayo pasado en Génova. Pero no todos los trabajos son "trabajos dignos". Hay trabajos que humillan la dignidad de las personas, los que alimentan las guerras con la construcción de armas, los que rebajan el valor del cuerpo con el tráfico sexual y la explotación de los niños. También ofenden la dignidad del trabajador, el trabajo en negro, el gestionado por la contratación ilegal, los trabajos que discriminan a las mujeres y no incluyen a aquellos que tienen una discapacidad. Asimismo el trabajo precario es una herida abierta para muchos trabajadores, que viven con el temor de perder sus trabajos. He escuchado esta angustia muchas veces: la angustia de perder el propio trabajo; la angustia de la persona que tiene un trabajo de septiembre a junio y no sabe si lo tendrá el próximo septiembre. La precariedad total. Esto es inmoral. Esto mata: mata la dignidad, mata la salud, mata a la familia, mata a la sociedad. El trabajo negro y el trabajo precario matan. A esto hay que añadir la preocupación por los trabajos peligrosos e insalubres que cada año causan cientos de muertes e inválidos en Italia.

La dignidad del trabajo es una condición para crear un buen trabajo: Por lo tanto, es necesario defenderla y promoverla. Con la encíclica Rerum Novarum (1891) del Papa León XIII, nacía la Doctrina Social de la Iglesia para defender a los trabajadores de la explotación, para combatir el trabajo infantil, las jornadas de trabajo de 12 horas, las condiciones higiénicas insuficientes de las fábricas.

Pienso también en los parados que buscan trabajo y no lo encuentran, en los desanimados que ya no tienen fuerzas para buscarlo , en los subempleados, que trabajan sólo unas pocas horas al mes sin llegar a superar la línea de pobreza. Les digo: No perdáis la confianza. Se lo digo también a los que viven en las áreas del sur de Italia con más problemas. La Iglesia trabaja por una economía al servicio de la persona, que reduce las desigualdades y tiene como fin el trabajo para todos.

La crisis económica mundial comenzó como una crisis financiera y luego se convirtió en una crisis económica y laboral. La crisis laboral es una crisis ambiental y social al mismo tiempo (véase Ene. Laudato si `, 13). El sistema económico está dirigido al consumo, sin preocuparse por la dignidad del trabajo y la protección del medio ambiente. Pero esto es algo así como ir en bicicleta con las ruedas desinfladas: ¡es peligroso! La dignidad y la protección se mortifican cuando se considera al trabajador como una línea del presupuesto, cuando se ignora el grito de los descartados. No escapan a esta lógica las administraciones públicas, cuando firman contratos con el criterio del descuento más grande sin tener en cuenta la dignidad del trabajo ni la responsabilidad ambiental y fiscal de las empresas. Creyendo lograr ahorro y eficiencia, terminan traicionando su propia misión social al servicio de la comunidad.

Entre muchas dificultades no faltan, sin embargo, signos de esperanza. Las muchas buenas prácticas que habéis recopilado son como el bosque que crece sin ruido, y nos enseñan dos virtudes: servir a las personas que lo necesitan y formar comunidades donde la comunión prevalezca sobre la competición. Competición : está es la enfermedad de la meritocracia ... Es hermoso ver que la innovación social también surge del encuentro y de las relaciones, y que no todos los bienes son mercancías: por ejemplo, la confianza, la autoestima, la amistad, el amor.

Que nada se anteponga al bien de la persona y al cuidado de la casa común, a menudo desfigurada por un modelo de desarrollo que ha producido una deuda ecológica grave. La innovación tecnológica debe estar guiada por la conciencia y los principios de subsidiariedad y solidaridad. El robot debe seguir siendo un medio y no convertirse en el ídolo de una economía en las manos de los poderosos: tendrá que estar al servicio de la persona y de sus necesidades humanas.

El Evangelio nos enseña que el Señor es también justo con los trabajadores de la última hora, sin perjuicio de lo que es "justo" para los trabajadores de la primera hora (cf. Mt 20,1 -16). La diferencia entre el primer y el último trabajador no merma la remuneración que todos necesitan para vivir. Este es el "principio de bondad" gracias al cual, también hoy en día, se consigue que no le falta nada a nadie y que fertilicen los procesos de trabajo, la vida de las empresas, las comunidades de trabajadores. La tarea del empresario es entregar los talentos a sus colaboradores, llamados a su vez, a no enterrar lo que han recibido, sino a sacarle partido al servicio de los demás. ¡En el mundo del trabajo, la comunión debe ganar a la competición!

Quiero desearos que seáis una "levadura social" para la sociedad italiana y que viváis una fuerte experiencia sinodal. Veo con interés que tocaréis problemas muy importantes, tales como la reducción de la brecha entre la escuela y el mundo laboral, la cuestión del trabajo femenino, el llamado trabajo de cuidados, el trabajo de las personas con discapacidad y el trabajo de los migrantes, que serán acogidos realmente cuando puedan integrarse en actividades laborales. Ojalá vuestras reflexiones y debates se traduzcan en hechos y en un compromiso renovado al servicio de la sociedad italiana.

Aseguro a la gran asamblea de la Semana Social de Cagliari mi recuerdo en la oración y, mientras os pido que recéis por mí y por mi servicio a Iglesia, os envío de todo corazón la bendición apostólica.

© Librería Editorial Vaticano

 

 

26/10/2017-18:14
Rosa Die Alcolea

Santa Marta: "No existen los cristianos tranquilos, que no luchan"

(ZENIT — 26 Oct. 2017).- "No existen los cristianos tranquilos, que no luchan —dijo el Papa— "esos no son cristianos, son unos 'tibios'.

Reflexión del Papa Francisco en la homilía de la Misa celebrada hoy, 26 de octubre de 2017, en la capilla de Santa Marta.

"No existen los cristianos tranquilos, que no luchan —dijo el Papa— "esos no son cristianos, son unos 'tibios". Y añadió: "También puedes encontrar la tranquilidad para dormir en una pastilla", pero "no hay pastillas para la paz interior".

Por ello, afirma el Papa que "sólo el Espíritu Santo" puede producir "esa paz en el alma que da la fortaleza a los cristianos", y "nosotros debemos ayudar al Espíritu Santo haciéndole espacio en nuestro corazón".

El Papa ha exhortado a hacer "el examen de conciencia de todos los días", para "luchar contra las enfermedades espirituales, esas que siembra el enemigo y que son enfermedades de la mundanidad".

"Jesús nos llama a cambiar de vida, a cambiar de camino, nos llama a la conversión". Y esto comporta luchar contra el mal, también en nuestro corazón, "una lucha que no te da tranquilidad, pero que te da la paz".

Francisco se ha inspirado en el Evangelio del día que indica que éste es "el fuego" que Jesús trae a la tierra, un fuego que pide el cambio.

Así, ha señalado el Papa: "Cambiar el modo de pensar, cambiar el modo de sentir. Tu corazón que era mundano, pagano, se vuelve ahora cristiano con la fuerza de Cristo: cambiar, ésta es la conversión. Y cambiar en el modo de obrar: tus obras deben cambiar.

Una "conversión —subrayó Francisco— que implica todo: cuerpo y alma, todo".

"Es un cambio, pero no es un cambio que se hace con ardid: es un cambio que hace el Espíritu Santo, por dentro. Y yo debo colaborar para que el Espíritu Santo pueda obrar. ¡Y esto significa lucha, luchar!".

La lucha que ha iniciado Jesús contra el diablo, contra el mal, "no es una cosa antigua, sino sumamente moderna", ha señalado el Obispo de Roma, "es cosa de hoy —dijo— de todos los días", porque "aquel fuego que Jesús vino a traernos está en nuestro corazón". Por esta razón debemos dejarlo entrar, y preguntarnos cada día: "¿Cómo he pasado de la mundanidad, del pecado, a la gracia?; ¿he dejado espacio al Espíritu Santo para que Él pudiera obrar?"

"Las dificultades en nuestra vida no se resuelven diluyendo la verdad. La verdad es ésta: Jesús ha traído fuego y lucha. ¿Y yo qué hago?".

El Papa Francisco concluyó su homilía afirmando que para la conversión es necesario tener "un corazón generoso y fiel". "Generosidad —dijo— que proviene siempre del amor". Y fidelidad, es decir, "fidelidad a la Palabra de Dios".

 

 

26/10/2017-16:55
Rosa Die Alcolea

Cristianos perseguidos: El papa afirma que su "testimonio nos impone ir adelante"

(ZENIT — 26 Oct. 2017).- El Papa Francisco ha recordado el testimonio de los cristianos perseguidos y ha dicho que "su testimonio nos impone ir adelante, con amor y coraje, hasta el final".

El Papa Francisco ha recibido en audiencia esta mañana, a las 10 horas, al Derek Browning, Moderador de la Iglesia de Escocia, en el contexto del 5° centenario de la Reforma.

El Santo Padre ha agradecido la visita y la intervención a Derek Browning y ha destacado el testimonio de los cristianos: Su testimonio nos impone ir adelante, con amor y coraje, hasta el final.

El Papa ha invitado a que "Nuestro diálogo encaminado a la unidad plena, nuestro testimonio y nuestro servicio común, nuestro esfuerzo de rezar unos por otros y superar las heridas del pasado son una respuesta que les debemos, dentro de este gran nosotros' de la fe".

El Papa ha recordado a aquellos cristianos que en nuestros días enfrentan graves pruebas "porque sufren y son perseguidos por el nombre de Jesús". Ellos —ha dicho—confiesan su fe, "llegan al martirio", son tantos los que llevan una pesada cruz.

Sigue el discurso que el Papa ha dirigido a los presentes en la audiencia:

 

Discurso del Santo Padre

Estimado Moderador,

Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Os recibo con alegría y doy las gracias al Moderador por su intervención tan significativa y también por nuestro encuentro [el privado, que tuvo lugar con anterioridad] .Vuestra presencia me brinda la oportunidad de transmitir mis calurosos saludos a todos los miembros de la Iglesia de Escocia.

Nuestro encuentro tiene lugar en el ámbito del quinto centenario de la Reforma, a cuya conmemoración me uní el año pasado en Lund. Agradezcamos al Señor el gran don de haber llegado a vivir este año como verdaderos hermanos, y ya no como adversarios, después de largos siglos de distanciamiento y conflicto. Ha sido posible, por la gracia de Dios, a través del camino ecuménico que ha permitido que el entendimiento mutuo, la confianza y la cooperación concreta entre nosotros se intensificase. La purificación mutua de la memoria es uno de los frutos más importantes de este camino que nos acomuna. Si es verdad que el pasado es inalterable, también lo es que hoy, por fin, nos comprendemos unos a otros, según Dios nos ve: somos ante todo sus hijos, renacidos en Cristo a través del único Bautismo y, por lo tanto, hermanos. Durante tanto tiempo nos hemos observado desde lejos, con una mirada "demasiado humana", abrigando sospechas, pensando en las diferencias y los errores, y con los corazones resueltos a la recriminación por errores del pasado.

En el espíritu del Evangelio, ahora proseguimos el camino de la caridad humilde que conduce a la superación de la división y la curación de las heridas. Hemos comenzado un diálogo de comunión, empleando un lenguaje apropiado para aquellos que pertenecen a Dios y que es el lenguaje esencial para la evangelización, porque ¿cómo podemos proclamar al Dios de amor si no nos amamos unos a otros (1 Jn 4, 8)?. Fue precisamente en Escocia, en Edimburgo, hace más de cien años, que los misioneros cristianos tuvieron la audacia de volver a manifestar con renovado vigor la firme voluntad de Jesús de que seamos uno, "para que el mundo crea" (Jn 17). : 21). Entendieron que la proclamación y la misión no son totalmente creíbles a menos que estén acompañadas por la unidad. Esto sigue siendo tan cierto ahora como lo fue entonces.

Sé que el emblema de la Iglesia de Escocia representa la zarza ardiente ante la cual Moisés se encontró con el Dios viviente. Me llama la atención el hecho de que en este gran texto bíblico, el Señor se llama a sí mismo por un nombre que perdurará a lo largo de los siglos: "el Dios de vuestros padres" (Éx 3:15). De esta manera, Él nos llama también a entrar, como hijos y hermanos, en una historia de relaciones que nos precede y a vivir la vida de fe no de forma aislada y abstracta, sino en el ámbito de una comunidad concreta, de un "nosotros" porque nadie se hace cristiano por sí mismo y nadie puede vivir como cristiano sin los otros. Pertenecemos a la familia de los creyentes, a la de tantos hermanos y hermanas nuestros que han comenzado a caminar en una vida nueva a través del Bautismo (cf. Rm 6, 4) y que nos acompañan por ese mismo camino.

Pienso en particular en aquellos cristianos que en nuestros días enfrentan graves pruebas porque sufren y son perseguidos por el nombre de Jesús. Confiesan su fe, llegan al martirio, son tantos los que llevan una pesada cruz. Su testimonio nos impone ir adelante, con amor y coraje, hasta el final. Nuestro diálogo encaminado a la unidad plena, nuestro testimonio y nuestro servicio común, nuestro esfuerzo de rezar unos por otros y superar las heridas del pasado son una respuesta que les debemos, dentro de este gran "nosotros" de la fe.

Rezo y espero para que el camino hacia la unidad visible continúe día tras día y produzca frutos abundantes en el futuro, como ha sido en el pasado reciente. La Iglesia Católica, especialmente a través del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, está comprometida desde hace décadas en una colaboración fecunda con la Iglesia de Escocia y la Comunión Mundial de las Iglesias Reformadas, y desea continuar por este camino. Con gratitud por vuestra presencia aquí y en el camino ecuménico, le pido al Espíritu Santo que fortalezca nuestra comunión en Jesucristo, para la gloria de Dios Padre. Y a Él podemos dirigirnos juntos en la oración, los unos por los otros: "Padre nuestro...".

© Librería Editorial Vaticano

 

 

26/10/2017-13:39
Rosa Die Alcolea

Universidad Católica Portuguesa: Llamada a la "constante búsqueda de la verdad"

(ZENIT — 26 Oct. 2017).- La misión fundamental de toda universidad es 'la constante búsqueda de la verdad mediante la investigación, la conservación y la comunicación del saber para el bien de la sociedad", ha dicho el Papa Francisco citando a San Juan Pablo II.

Esta mañana, a las 12 horas, en la Sala Clementina del Palacio Apostólico, el Santo Padre ha recibido en audiencia a la comunidad de la Universidad Católica Portuguesa con motivo del 50° aniversario de su fundación.

"Por naturaleza y misión sois universidad, es decir, abrazáis el universo del saber en su significado humano y divino" —ha dicho el Papa Francisco a los estudiantes portugueses— para garantizar aquella mirada de universalidad sin la cual la razón, resignada con modelos parciales, renuncia a su aspiración más alta: la búsqueda de la verdad.

Asimismo, Francisco ha recordado que "En Portugal, se conservará siempre el dogma de la fe", una cita las Memorias de la Hermana Lucía. Esta es "una promesa del Cielo dejada en Fátima hace cien años", ha declarado el Papa.

Sigue el discurso que el Papa ha dirigido a los presentes en el curso del encuentro.

 

Discurso del Santo Padre

Gran Canciller, Rectora Magnífica,

queridos profesores y alumnos,

hermanos y hermanas:

Ante la imposibilidad para mí de visitar la sede central de vuestra Universidad, durante mi peregrinación al Santuario de Fátima en mayo pasado, decidisteis que una distinguida representación del Ateneo viniera a visitarme a la Sede de Pedro. Con alegría os acojo y os saludo con afecto. Agradezco a mi hermano el Cardenal Manuel Clemente el saludo que me ha dirigido, presentándome las esperanzas y luchas de todos los que hoy —igual que otros en el pasado— aman, hacen y forman esta comunidad universitaria. Me congratulo con la Iglesia en Portugal que la quiso, la promueve y la apoya, y que puede contar así con una lectura en profundidad de los tiempos que corren y sobre todo con la formación superior de los guías del Pueblo de Dios y de los líderes que la sociedad necesita. Se cumplen ahora los cincuenta años de su servicio al crecimiento de la persona y de la comunidad humana: para la primera, una obra de construcción en tiempos relativamente breves, para la segunda en cambio, una obra sin fin. ¡Larga vida, pues, a la Universidad Católica Portuguesa!

1. Por naturaleza y misión sois universidad, es decir, abrazáis el universo del saber en su significado humano y divino, para garantizar aquella mirada de universalidad sin la cual la razón, resignada con modelos parciales, renuncia a su aspiración más alta: la búsqueda de la verdad. A la vista de la grandeza de su saber y de su poder, la razón cede ante la presión de los intereses y la atracción de la utilidad, acabando por reconocerla como su último criterio.
Pero cuando el ser humano se entrega a las fuerzas ciegas del inconsciente, de las necesidades inmediatas, del egoísmo, entonces su libertad se enferma. «En este sentido, [aquel] está desnudo y expuesto frente a su propio poder, que sigue creciendo, sin tener los elementos para controlarlo. Puede disponer de mecanismos superficiales, pero podemos sostener que carece de una ética sólida, una cultura y una espiritualidad que realmente lo limiten y lo contengan en una lúcida abnegación» (Enc. Laudato si', 105). En efecto, la verdad significa más que el saber: el conocimiento de la verdad tiene como finalidad el conocimiento del bien. La verdad nos hace buenos, y la bondad es verdadera.

Es justo que nos interroguemos: ¿Cómo ayudamos a nuestros alumnos a no mirar un grado universitario como sinónimo de mayor posición, sinónimo de más dinero o mayor prestigio social? No son sinónimos. ¿Ayudamos a ver esta preparación como signo de una mayor responsabilidad ante los problemas de hoy, ante la necesidad del más pobre, ante el cuidado del medio ambiente? No basta hacer análisis, descripciones de la realidad; es necesario generar espacios de verdadera investigación, debates que generen alternativas para los problemas de hoy. Qué importante es concretar.

2. Por designio y gracia de Dios, sois universidad católica, una característica que en nada lesiona a la universidad, más bien al contrario, la valoriza al máximo; porque si la misión fundamental de toda universidad es «la constante búsqueda de la verdad mediante la investigación, la conservación y la comunicación del saber para el bien de la sociedad» (Juan Pablo II, Cons. ap. Ex corde Ecclesiae, 30), una institución académica católica se distingue por la inspiración cristiana de sus miembros y de sus propias comunidades, ayudándoles a incluir la dimensión moral, espiritual y religiosa en su investigación y a valorar las conquistas de la ciencia y la técnica en la perspectiva de la totalidad de la persona humana. Como afirma Juan Pablo II, «las ciencias humanas, no obstante todos los conocimientos de gran valor que ofrecen, no pueden asumir la función de indicadores decisivos de las normas morales» (Enc. Veritatis splendor, 112). A esto me refería al hablar de razón equivocada cuando establece como su último criterio la presión de los intereses y la atracción de lo útil. «El Evangelio es el que revela la verdad integral sobre el hombre y sobre su camino moral y, de esta manera, instruye y amonesta a los pecadores, y les anuncia la misericordia divina [...], les recuerda la alegría del perdón, sólo el cual da la fuerza para reconocer una verdad liberadora en la ley divina, una gracia de esperanza, un camino de vida» (ibid., 112).

Podría objetarse que una docencia universitaria de ese tipo saca sus conclusiones de la fe y, por tanto, no puede pretender que quienes no comparten esta fe acepten la validez de las mismas. Pero, si bien es cierto que no comparten la fe, sí que pueden reconocer la razón ética que les viene propuesta. Detrás del docente católico se encuentra una comunidad creyente, en la que, durante los siglos de su existencia, maduró una determinada sabiduría de la vida; una comunidad que guarda en sí un tesoro de conocimiento y de experiencia ética, que se revela importante para toda la humanidad. En este sentido, el docente habla no tanto como representante de una creencia, sino, sobre todo, como testigo de la validez de una razón ética.

3. Y por fisonomía y presencia, sois universidad portuguesa. Esto constituye otro signo de esperanza que la Iglesia ofrece al país, puesto que pone a disposición de la nación una institución cultural que, teniendo como objetivo el perfeccionamiento cristiano del hombre, es llamada precisamente a servir a la causa misma del hombre, en la certeza de que —como enseña el Concilio Vaticano II— «el que sigue a Cristo, hombre perfecto, también se hace él mismo más hombre» (Gaudium et spes, 41).

Antes he aludido a la necesidad de descender a lo concreto; quería recordar aquí el principio de encarnarse en la piel de nuestro pueblo. Sus preguntas nos cuestionan; sus batallas, sueños y preocupaciones tienen un valor hermenéutico que no podemos ignorar, si queremos verdaderamente seguir el principio de la encarnación. Nuestro Dios escogió este camino: se encarnó en este mundo, marcado por conflictos, injusticias y violencias, lleno de esperanzas y sueños. No tenemos otro lugar donde encontrarlo si no es en nuestro mundo concreto, en vuestro Portugal concreto, en vuestras ciudades y aldeas, en vuestro pueblo. Allí está Dios salvando.

«En Portugal, se conservará siempre el dogma de la fe» (Memorias de la Hermana Lucía , IV, n° 5). Esta es una promesa del Cielo dejada en Fátima hace cien años, tan consoladora como comprometida, pues sabemos que Dios creó solo al hombre, pero no quiso salvarlo solo; espera nuestra colaboración. También la colaboración de la Universidad Católica Portuguesa, nacida hace cincuenta años, un tiempo vivido bajo el signo de la consagración de la comunidad académica al Inmaculado Corazón de María. Me ha hecho mucho bien al alma, cuando estuve en su Santuario, poder unirme a la oración del buen pueblo portugués y de otras partes. Como entonces os dije, fui allí a «venerar a la Virgen Madre, y para confiarle a sus hijos e hijas. Bajo su manto, no se pierden; de sus brazos vendrá la esperanza y la paz que necesitan» (Homilía, 13 mayo 2017).

Con esta certeza, que se transforma en deseo de bien para toda la familia que compone vuestra institución académica: dirigentes, docentes, estudiantes, personal administrativo y bienhechores, renuevo mis felicitaciones por la fecha jubilar y bendigo a todos, en sus trabajos e iniciativas. Os acompaño con mis oraciones y, por favor, no os olvidéis de rezar por mí. Gracias.

© Librería Editorial Vaticano

 

 

26/10/2017-09:04
Raquel Anillo

Navidad: Un pesebre napolitano y un abeto polaco en el Vaticano

(ZENIT — 26 de octubre de 2017) Para la Navidad de 2017, el pesebre instalado en la plaza San Pedro vendrá de la abadía de Montevergine, cerca de Nápoles, en Campanie (Italia meridional), y el abeto de Polonia.

Se inaugurarán el 7 de diciembre a las 16:30 horas, ha indicado un comunicado de la gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano.

Las delegaciones de Campanie y Polonia serán recibidas por el Papa Francisco por la mañana, así como los niños que han diseñado las bolas del abeto.

El pesebre del Vaticano ha sido ofrecido este año por la Abadía territorial de Montevergine. La obra de 80 metros cuadrados y siete metros de altura, ha sido realizado en el estilo de siglo XVIII, según la antigua tradición napolitana. Inspirado en las obras de Misericordia, cuenta con una veintena de figuras de terracota policromadas, de alrededor de 2 metros de altura. Los ojos son de cristal y los vestidos de tela.

El árbol, un abeto de 28 metros y con una circunferencia de base de 10 metros, ha sido ofrecido por la archidiócesis de Elk, Polonia. Será cortado por el Cuerpo Forestal local, una delegación acompañará el árbol a Roma, en un recorrido de más de 2.000 Km que atravesará Europa Central.

Como el año pasado, será decorado con bolas y con estrellas de arcilla, el modelo de esculturas ha sido realizado por niños asistidos en oncología en los hospitales italianos. Los niños enfermos han participado en un programa terapéutico de escultura en cerámica, organizado por la fundación "Contessa Lene Thun". Este año, se unieron a esta actividad niños de las zonas de Italia central afectados por los seísmos.

El jueves 7 de diciembre por la tarde, tendrá lugar una ceremonia para la inauguración del pesebre y la iluminación del árbol. Permanecerán iluminados desde la tarde de la inauguración hasta el 7 de enero de 2018, conmemoración del Bautismo del Señor concluyendo el tiempo de navidad. Tradicionalmente, el Papa la tarde del 31 de diciembre, va después de las vísperas y del "Te Deum", en acción de gracias por el año civil que termina.

 

 

26/10/2017-10:33
Redacción

"Perseguidos pero no olvidados", nuevo programa en Trece

(ZENIT — 26 Oct. 2017).- 'Ayuda a la Iglesia Necesitada' estrena programa semanal en Trece este domingo 29 de octubre a las 9:30 horas bajo el nombre: "Perseguidos pero no olvidados".

La fundación de la Santa Sede quiere con este programa "sensibilizar y dar a conocer la situación de marginación, discriminación o persecución que sufren 334 millones de cristianos en el mundo a causa de su fe", así como la situación de necesidad material que padecen muchas comunidades cristianas, indican.

En "Perseguidos pero no olvidados" se seguirá muy de cerca la realidad de todos los cristianos que sufren a lo largo y ancho del mundo con historias concretas sobre su vida y su testimonio de fe para poder ponerles rostro, nombre y apellidos.

Este programa defenderá la libertad religiosa en cualquier rincón del mundo. No se limitará sólo a denunciar la persecución o los ataques que sufren los cristianos, sino que a lo largo de los 25 minutos también se mostrará el mensaje de perdón, reconciliación y pacificación que estos cristianos nos ofrecen.

Semanalmente se dará cuenta también de los proyectos pastorales de 'Ayuda a la Iglesia Necesitada' en estos países, que contribuyen a que la fe no desaparezca en estas comunidades tan castigadas.

El nuevo programa será conducido por Raquel Martín y contará con la edición de la periodista de Trece Sandra Várez.

 

 

26/10/2017-09:54
Antonio Rivero

P. Antonio Rivero L.C.: "Amar a Dios es abandonar los ídolos"

DOMINGO XXX DEL TIEMPO ORDINARIO

Ciclo A

Textos: Ex 22, 20-26; 1 Tes 1, 5-10; Mateo 22, 34-40

Antonio Rivero, L.C. Doctor en Teología Espiritual, profesor en el Noviciado de la Legión de Cristo en Monterrey (México) y asistente del Centro Sacerdotal Logos en México y Centroamérica, para la formación de sacerdotes diocesanos.

Idea principal: El primer mandamiento es amara Dios. El segundo, amar al prójimo.

Síntesis del mensaje: la pregunta de ese doctor de la ley a Jesús en el evangelio de hoy sobre cuál es el mandamiento más grande de la ley es muy oportuna, pues los judíos tenían centenares de preceptos: exactamente 365 "negativos" (empiezan con un "no...") y 248 "positivos" (comienzan con un "debes..."). Toda sociedad organizada tiende a multiplicar con el tiempo sus leyes y normas, y a veces sin necesidad. Y hoy Jesús nos da la clave para ser cristianos: dos mandamientos que se reducen al amor; amar a Dios y amar al prójimo.

 

Puntos de la idea principal:

En primer lugar, el amor a Dios no consiste en sentir el vértigo de lo divino: el regusto espiritual en una comunión, dos emociones temblorosas, tres avemarías nocturnas, cuatro lágrimas, cinco procesiones...y nueve primeros viernes de mes. No. Amar a Dios es centrar mi vida en Dios: qué piensa Dios, qué dice Dios, qué quiere Dios...Y yo lo mismo. Qué me pide Dios a mí, ¡no al vecino!, ahora ¡sin darle largas!, ya, ¡sin hacerme el sordo! Y aquí está, obras, que eso es el amor. Amar a Dios es abandonar los ídolos y convertirnos al Dios vivo y verdadero, para servirlo (segunda lectura).

En segundo lugar, amar a los demás es centrar mi vida en los demás: una aceptación (son como son), un respeto (son lo que son), una transigencia (son como pueden), una tolerancia (no dan más de sí), un compromiso forajido por su pan, su justicia, su escuela, sus seguros, su libertad. Obras, y lo que no sean obras es pecado, egoísmo, cuento. Se trata, pues, de dar y darse, de negarse y abnegarse, de salir del yo y pasar al tú. Llegar a poder decir con honradez: "Te quiero". No "me gustas", cuya traducción honrada es "te deseo", "te necesito", "me apeteces", "la cuenta que me tienes", etc...que pertenecen al lenguaje zoológico e instintivo. Amar a los demás es cuidar a las viudas y a los huérfanos, dar dinero al pobre, cubrir al desnudo (primera lectura).

Finalmente, todo lo que no sea interpretar así el mandamiento del doble amor es un error, un egoísmo y un pecado. Es decir, firmar de pagano por la vida. Si amamos en estos dos vertientes, podremos decir con san Agustín: "Ama y haz lo que quieras. Si te callas, calla por amor; si perdonas, perdona por amor; ten la raíz del amor en el fondo de tu corazón: de esta manera solamente puede salir lo que es bueno" (Comentario a la Primera Epístola de S. Juan, 7). Y para aprender a amar tenemos que mirar a Cristo, expresión viva de este precepto del amor. Con su propia vida nos ha enseñado el mandamiento único de la caridad que tiene, como una moneda, las dos caras que ya hemos explicado: el amor a Dios y el amor al prójimo. Cristo amó ante todo a su Padre, en la aceptación y cumplimiento perfecto de su voluntad, entregando su vida para reparar la gloria de Dios conculcada por los hombres y así saldar nuestra deuda contraída, que era muy alta. Y amó a los hombres, haciéndose carne para salvarnos y perdonando de este modo nuestros pecados. "No hay otra causa de la Encarnación sino esta sola: nos vio derribados en tierra y que íbamos a padecer, oprimidos por la tiranía de la muerte, y se compadeció de nosotros" (San Juan Crisóstomo).

Para reflexionar: ¿puedo decir que amo a Dios sobre todas las cosas? ¿Cómo lo demuestro: sólo con palabras o también con obras, "pues obras son amores y no
buenas razones'? ¿Puedo decir que amo al prójimo, mínimo como a mí mismo? ¿Puedo decir que amo al prójimo como Cristo lo ama? ¿Lo demuestro con mi paciencia, bondad, misericordia, donación, preocupación sincera por él, ayuda concreta?

Para rezar: Señor, que me deje amar por ti, para que después pueda amarte como te mereces y amar al prójimo, como tú lo amas. Perdóname tanto egoísmo en mi vida, que es lo contrario del amor. Que tome conciencia que al final de mi vida "me examinarán del amor". Amén.

 

 

26/10/2017-07:07
Isabel Orellana Vilches

Beato Bartolomé de Vicenza, 27 de octubre

«Dominico, recibió el hábito de manos de su fundador. Gran pacificador y creador de la Milicia de Jesucristo. Mando erigir la iglesia de la Santa Corona en Vicenza, donde se venera la espina de la corona de Cristo»

Nació hacia el año 1200 en la ciudad italiana de Vicenza. Integrante de la familia de los condes de Braganga, fue formado en consonancia con su alcurnia. Estudió en Padua y tuvo la fortuna de conocer en plena juventud a santo Domingo de Guzmán, quien acababa de fundar en Vicenza. Tenía alrededor de 20 años cuando él le impuso personalmente el hábito dominico. Después de haber sido ordenado sacerdote, a Bartolomé le encomendaron sucesivas e importantes misiones. Una de sus cualidades destacadas era la predicación. Hábil y certero en sus argumentos, salía victorioso en su lucha contra los herejes. Por eso, aunque inicialmente había impartido Sagradas Escrituras, conociendo su inteligencia y virtud fue enviado a diversos lugares.

Celoso defensor de la paz y artífice de reconciliación, que ya había instaurado en zonas habitadas por la discordia, como las regiones italianas de Lombardía y Emilia, aún dio un paso más. Y en 1233, mientras predicaba junto al padre Juan de Vicenza en Bolonia, fundó la Milicia de Jesucristo (conocida también como «fratres gaudentes») con el objetivo de restaurar la paz y defender la fe y libertad eclesiales. Inspirada en ella, hacia mediados de siglo un grupo de laicos pertenecientes a la aristocracia, que procedían de las ciudades de Parma, Bolonia, Reggio Emilia y Modena, ante la urgente necesidad detectada de contrarrestar el empuje de movimientos como la Congregación de los Devotos (flagelantes), revitalizaron la Milicia retomándola con el nombre de Orden de los Caballeros de Santa María Gloriosa. Fue confirmada por Urbano IV en 1261 a través de una bula, y suprimida por Sixto V en 1559. En ella se integraron los miembros de la Milicia. Es decir que Bartolomé fue artífice indirecto de esta Orden. Él fue quien redactó los estatutos de esta fundación que fue aprobada por Gregorio IX en 1234 y se escindió en torno a 1260. El beato fue maestro regente de teología y consejero de este pontífice.

En 1235, dos años después de haber fundado la Milicia, el capítulo general de la Orden efectuado en Bolonia lo designó Maestro del Sacro Palacio como sucesor de Domingo de Guzmán. Fue prior en distintos conventos que dirigió con sabiduría y prudencia. Al igual que había hecho Gregorio IX, el papa Inocencio IV también contó con él, eligiéndole para acompañarle como teólogo al Concilio de Lyon en 1245. En 1248, siendo en esos momentos confesor del rey san Luís IX de Francia, este Santo Padre lo nombró obispo de Nicosia, Chipre, juzgando esencial su presencia de hombre virtuoso allí, dado el conflicto existente en los Santos Lugares. Precisamente en esa época, el monarca francés encabezaba una expedición para combatir a los opositores de la fe en defensa de Tierra Santa, y Bartolomé le visitó en Palestina. Regresó con la invitación del rey para volver a verse en Francia.

En 1254 el pontífice Alejandro IV lo designó prelado de Vicenza. Pero a causa de la persecución antirreligiosa impulsada por el violento Ezzelino III da Romano —que lideraba el movimiento gibelino pro imperial del norte de Italia, contrario al papa—, no pudo asumir la misión plenamente ya que, por defender a los aterrados ciudadanos frente a este sanguinario dictador, tuvo que dejar la ciudad. A finales de ese año viajó a Inglaterra como legado pontificio.

Reinaba entonces Enrique III que tenía la sede en Aquitania, y Bartolomé le acompañó a él y a la reina, en su viaje a París; entonces visitaron al rey Luís. En el transcurso de este encuentro, el santo monarca obsequió al beato con una preciadísima reliquia: una espina de la corona del Salvador. En 1256 Alejandro IV volvió a encomendarle la sede de Vicenza. Pero Ezzelino continuaba su particular cruzada en contra de la Iglesia, y aunque Bartolomé se incorporó a la diócesis, el jefe de los gibelinos le obligó a abandonarla. A finales de 1259 murió Ezzelino, y unos meses más tarde, entrado ya el año 1260, pudo regresar a su sede.

Con redoblados bríos ejerció su misión pastoral. Restituyó la paz en la región del Véneto, levantó las iglesias que habían sido destruidas y confirmó a todos en la fe. En ese tiempo mandó erigir la conocida iglesia de la Santa Corona, donde se venera la espina de la corona de Cristo que le regaló el monarca francés. En medio de tanto quehacer, Bartolomé escribió varios textos entre los cuales se conservan Expositio Cantici Canticorum y De venatione divini amoris, que tiene como trasfondo el pensamiento del Pseudo-Dionisio. Tuvo la gracia de participar en la segunda traslación de los restos de santo Domingo, que se produjo en 1267, dedicándole un panegírico. Y unos cuatro años más tarde de la misma, a finales de 1270 o a mediados de 1271, falleció en Vicenza con fama de santidad. Pío VI confirmó su culto el 11 de septiembre de 1793.