Editorial \ Reflexiones en frontera

A devolverles a los césares del mundo sus monedas y a darle a Dios el corazón, nos invita Jesús en el Evangelio

RV | 20/10/2017 | REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz


 

 

Los fariseos para tender una trampa a Jesús le preguntan si tienen que pagar el impuesto al Cesar. Jesús les dice “hipócritas” en la cara, porque conoce su malicia. Y pregunta de quién es la imagen y la inscripción de la moneda. Cuando dicen que es del Cesar, les responde: “Den al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios”.

No es algo facil, porque se trata no solamente de la estructura y organización de la sociedad civil, de la ciudad, sino, sobretodo, porque en el corazón se nos pega ese “poder”, entre comillas del dinero, que parece ofrecer y dar la felicidad completa.

Por esto sería bueno desprenderse y devolverles a los césares del mundo sus monedas, que –como nos recuerda reiteradamente Francisco- son el estiércol del demonio. Y dedicarnos un poco más a darle el corazón a Dios con la oración y la caridad.

No es fácil el ejercicio espiritual de desprenderse. Tampoco es fácil la oración y la caridad; dar el corazón todo entero abierto a Dios y a los demás. Pero así, poco a poco, se va formando en nosotros la imagen de Dios. Y el corazón será como una moneda, pero con el Rostro de Jesús, el Hijo de Dios nacido de María, que murió en la cruz para el perdón de los pecados y resucitó al tercer día para devolvernos la imagen de Dios, por el soplo de su Espíritu de Amor.