Tribunas

Los ‘deberes’ de don Braulio

José Francisco Serrano Oceja

 

El arzobispo de Toledo, monseñor Braulio Rodríguez Plaza, ha querido que sus fieles diocesanos se vayan de vacaciones con los deberes puestos. Dentro del Plan de Pastoral de la sede Primada, ha decidido que el próximo curso esté dedicado a la educación, una de las tareas principales de la conciencia cristiana en el presente.

Y para no desaprovechar las vacaciones, ha escrito una última carta pastoral sobre la enseñanza de la religión que es sobre algo más que la religión en la escuela.

Don Braulio suele caracterizarse por decir las cosas que hay que decir en el momento oportuno. Vamos, lo que los clásicos llamaban prudencia. Además, tiene la virtud de que cuando habla se le entiende, no hay que hacer exégesis ni tener un doctorado para saber a lo que se refiere. Se podría decir que es un arzobispo transparente.

En su último texto, plantea algunas cuestiones interesantes que trascienden los límites de su sede. Por ejemplo, la cuestión de la escuela pública.

“Hoy –escribe- ya se dice por algunos, que la Escuela Pública debe tender a ser la única y, solo en el caso de que no llegue este tipo de escuelas a cubrir todas las necesidades educativas, puede aceptarse ayuda a la escuela de “iniciativa privada”. Con ello se piensa que no deben existir tampoco conciertos con instituciones que no sean del Estado. Admitirían tal vez la “Escuela privada”. Por ello, nada de pensar en religión como asignatura “libre” para los alumnos, obligatoria para los centros. Por ahí van los senderos de partidos políticos actuales, con mayor o menor representatividad”.

Pero el texto pastoral no se queda solo en el diagnóstico. Ofrece criterios, ideas, y también permite un diálogo con los padres, que son los responsables últimos y primeros de la educación.

He aquí una última reflexión que debe dar que pensar:

“Los padres –apunta el arzobispo de Toledo- de los alumnos como responsables fundamentales de la educación de sus hijos: también en la dimensión moral y religiosa de su educación. La Escuela, de iniciativa pública, concertada o privada, es un servicio a este derecho y responsabilidad de los padres. El artículo 27, 3 de la Constitución Española es muy claro. Y la Escuela no es laica o creyente: los son las personas y, por ello, la opción de los padres debe ser respetada. Padres que eligen la Escuela concertada o la privada o prefieren la Escuela pública pero con clase de religión confesional pagan los mismos impuestos que los que no eligen la enseñanza de la Religión para sus hijos. ¿Por qué se olvida esto con tanta frecuencia en España?”.

 

José Francisco Serrano Oceja