Editorial \ Reflexiones en frontera

Peregrino de la última hora afirma que la misericordia no se agotó y ahora se derramará desde los corazones

RV | 19/11/2016 | REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz


 

Como parte del último grupo que pasó por la Puerta de San Pedro el sábado 19 de noviembre en la víspera de la clausura del Año de la misericordia, el peregrino Hugo Vázquez, de Nitramnas, nos dio su testimonio: “Vine con pocas esperanzas –refirió-, porque ya era tarde para hacer la fila, pero me alegré cuando vi que recién estaban empezando a cerrar los controles. Me agregué al último grupo de peregrinos que entraron, con aquellos verdaderamente “de la última hora”, porque después de nosotros cerraron ya la Puerta al paso de la gente. Fui de los últimos, pero de entré con muchos que desean pasar a la Vida nueva que Jesús ofrece; vivir en familia, en la casa de los hijos de Dios y como Dios manda”.

“Vi mucha gente rezando fuerte. Pedí que Dios nos conceda la gracia de la Oración y la Devoción a todos los míos, a mi familia y a mis amigos, especialmente por aquellos que están más desanimados”.

Y nuestro testigo de la última hora nos regaló una reflexión: “Se termina la celebración del Año de la Misericordia –dijo-, pero la misericordia no se agotó, no termina. La misericordia pasa ahora más abundante todavía por las puertas de los corazones que se abrevaron de la ternura de Dios en este Año Santo”.