Crónica de Roma
Se han cumplido once años desde que fue elegido

Silencio en el Vaticano en torno a la salud de Benedicto XVI

Acaba de alcanzar los 89 años y la Santa Sede no se pronuncia sobre las previsiones en caso de fallecimiento

Benedicto XVI acaba de alcanzar 89 años. Ayer se cumplieron 11 años desde que fue elegido Papa. Actualmente, vive retirado en el monasterio Mater Ecclesiae, de la Ciudad del Vaticano. Joseph Ratzinger, el Pontífice número 265 de la historia, renunció al trono de San Pedro el 11 de febrero de 2013.

Fuentes cercanas a la embajada de España ante la Santa Sede en Roma, han declarado a Religión Confidencial que tanto el estado de salud como unos hipotéticos funerales, son asuntos que están siendo llevados por el Vaticano con una gran prudencia.

Cuando este confidencial pregunta cómo serán los futuros funerales de una papa emérito a diferentes miembros del Vaticano, optan por no responder a esta cuestión, declarando que por ahora “se encuentra bien de salud”.

Hace algunas semanas, su secretario privado, Georg Ganswein, hizo saltar todas las alarmas sobre el estado de salud de Benedicto XVI al afirmar que “Benedicto se está apagando lentamente como una vela”.

El sacerdote Federico Lombardi, portavoz de la Santa Sede ha descartado que el Ppa emérito corra "algún riesgo” o tenga “enfermedades particulares” y aseguró que su salud “no suscita particular preocupación”. Sin embargo, matizó que “cada día está más frágil, tiene que usar bastón, es evidente que está débil”.

Vida metódica

El secretario del Papa Emérito ha declarado en numerosas ocasiones que lleva una vida “muy metódica”,  empleando la mayoría de las horas en la lectura y oración.

Benedicto XVI estuvo ocho años ejerciendo de Pontífice de la Iglesia Católica. El 11 de febrero de 2013, renunció a su pontificado.

Algunos alegan que este hecho se produjo a consecuencia de su avanzada edad. Pero son muchos los que sostienen que este acto fue consecuencia de los numerosos escándalos que salpicaban al Vaticano (Vatileaks, Banco Vaticano, casos de pedofilia…), y cuya reforma había iniciado el propio Benedicto, pero prefirió dejar paso ya que no se veía con suficientes fuerzas para continuarlas.