Organizadas por las vírgenes consagradas de España

Madrid ha acogido las primeras Jornadas de Teología sobre «Ordo Virginum en la Iglesia hoy»

 

Se han celebrado en Madrid este fin de semana las primeras Jornadas de Teología sobre Ordo Virginum en la Iglesia hoy, organizadas por las vírgenes consagradas de España. La ocasión la ha proporcionado la dedicación por el papa Francisco de este año a la Vida Consagrada, recordando a los consagrados y a toda la Iglesia su servicio al Evangelio, profecía de esperanza.

4/05/15 5:10 PM


(InfoCatólica) Fueron inauguradas por Mons. Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, y por Mons. Joaquín Mª López de Andújar, obispo de Getafe y asesor para el Orden de las Vírgenes en la Comisión para la Vida Consagrada de la Conferencia Episcopal Española, que han auspiciado estas Jornadas.

El arte de evangelizar por atracción

Mª José Cabrera, virgen consagrada de la diócesis de Tenerife, sobre "Encarnación y profecía: el arte de evangelizar por atracción", desarrolló la esencia de la misión profética y evangelizadora de la virgen consagrada. Ella es presencia encarnada de Cristo vivo y resucitado, capaz de manifestar la belleza, verdad y libertad de su esposo. Las vírgenes son escogidas de una sociedad que escapa de lo duradero y eterno, y al mismo tiempo viven en todas las realidades del mundo a las que alcanza la misericordia de Dios. Ni mundanas, ni camuflando su identidad, sino unidas a Cristo y con amor creativo, serán reflejo y manifestación de Aquél que dio su vida por toda la humanidad.

La urgencia de la unión plena con Cristo

A continuación, monseñor Fernando Sebastián Aguilar, cardenal arzobispo emérito de Pamplona y Tudela pronunció la conferencia "Consagradas en Cristo Jesús" recordó que el Concilio Vaticano recuperó el Orden de Vírgenes dentro de la revalorización de la esencia de la misión de la Iglesia: la santidad. La virgen consagrada es una bautizada que acepta la llamada a vivir ya aquí la plenitud de la verdad de la “primera consagración”, la bautismal: identificación con Cristo resucitado por la muerte a este mundo y el renacimiento para vivir según el Espíritu. Siguiendo esta reflexión, el cardenal Sebastián aseguró que, a su juicio, el “cuerpo” de vírgenes consagradas debería representar una parte notable en el conjunto del Pueblo de Dios. Así lo será en la medida en que todos los cristianos conozcan y valoren la riqueza que representa la mujer que recibe la “segunda” consagración, en el Orden de Vírgenes: renuncia al matrimonio y entrega total ya aquí a Cristo resucitado, imitando literalmente su manera de vivir en el mundo y anticipando la vida del Cielo, dedicándose al servicio de los hermanos con la oración y las obras de piedad y misericordia.

Escudriñad las Escrituras

El Decano-Presidente de la Facultad de Teología S. Vicente Ferrer de Valencia, D. Juan Miguel Díaz Rodelas, con el título " Escudriñad las Escrituras, ellas hablan de mí: leer las Escrituras a la luz del misterio de Cristo", recordó la necesidad de la Ciencia de las Escrituras para conocer a Cristo y para hablar con Dios y expuso el camino a recorrer y  los retos que tiene la Iglesia hasta que sea la Biblia el texto principal de todos los cristianos. D. Juan Miguel recordó, citando documentos del Magisterio así como de la Comisión Bíblica Internacional, a la que pertenece, que la tarea del cristiano, de la comunidad cristiana, de la virgen consagrada es la lectura asidua de las Escrituras, acompañada del estudio y de la oración; buscar a la luz de la Iglesia el conocimiento progresivo de toda la Biblia, ver en su unidad la intervención de Dios en la historia del hombre para liberarlo del pecado y de la muerte; conocer que esa palabra humana no se agota en su dimensión humana, porque que es palabra de Dios inspirada, válida para el hombre y la Iglesia de todos los siglos. Las vírgenes consagradas, insertas en el corazón de la Iglesia, han de colaborar particularmente con esta tarea.

Una vida enmarcada por los salmos

Cecilia Soldevila, virgen consagrada de la diócesis de Pamplona y Tudela, que habló sobre "La oración sálmica en el Ordo Virginum";  expuso que el estilo de vida de la virgen consagrada está acertadamente enmarcada cotidianamente por la Palabra de Dios, en especial por los salmos, que la unen con Cristo y la Iglesia en la Liturgia de las Horas y que precisamente cumple así la tarea del Ritual de consagración que el Obispo expresa entregándole el libro de la Liturgia de las Horas. La virgen consagrada ha de tener una vida en alabanza, de admiración por lo que Dios es, por las maravillas de Dios en la Creación, en las personas mismas. Y la virgen consagrada ha de manifestar un grito dirigido a Dios por la salvación del mundo, que las peticiones de los salmos, sugeridas por el mismo Dios, expandidas por el Espíritu, son la mejor expresión. Así, afirmó Cecilia, recitar y meditar los salmos, salmodiar, es rubricar la identidad de la virgen consagrada, su misión en la Iglesia: alabar continuamente a Dios e interceder continuamente por todo el mundo.

Participación en la misión de la Iglesia, sacramento e instrumento de salvación

En la tarde del sábado monseñor Bernardo Álvarez Afonso, obispo de Tenerife, que habló de "El Orden de las vírgenes en la perspectiva de la Iglesia como sacramento de salvación", partiendo de que la Iglesia es signo e instrumento de salvación y que Dios a través de cada cristiano se pone en relación con otras personas. La virgen consagrada es signo de salvación, su consagración es inserción en la misión para que otros participen de la salvación. Y, prosiguió el obispo de Tenerife, también es instrumento, que anuncia y denuncia. Denuncia las múltiples dependencias que viven las personas y anuncia el modo de vida nuevo que trae Jesucristo y la orientación de los bienes a la vida futura. La virgen consagrada, dijo Monseñor Álvarez Afonso, es instrumento de salvación, por su presencia y sus gestos, por su gozo en el Señor, por su vida austera, que hará que los demás perciban la pertenencia a Cristo esposo y que suscitará en ellos una apertura de mente y de corazón a Dios. Las vírgenes consagradas son instrumentos de salvación por sus obras de penitencia y misericordia y por su apostolado aunque sabiendo que lo que más les cualifica es lo que son, no lo que hacen, y por eso, sobre todo, por la oración, personal y comunitaria, oración con la gente y también oración en lugar de la gente que no ora.

Las vírgenes en los primeros siglos cristianos

La última ponencia estuvo a cargo del Decano de la Facultad de Literatura cristiana y clásica de la Universidad Eclesiástica San Dámaso de Madrid, D. Patricio de Navascués Benlloch, quien repasó cómo veían a "Las vírgenes en los primeros siglos cristianos". y los Padres de la Iglesia que escribieron en esos siglos. En general, de sus escritos se entiende que es una vocación, un tipo de vida asentado, puesto que ellos no tocan aspectos sustanciales, sino más bien colaterales, recuerdan consejos prácticos y, principalmente, expresan el gran aprecio de la Iglesia hacia las vírgenes consagradas. Así, expuso el profesor De Navascués, San Cipriano, Obispo de Cartago, cuando afirma que la virgen consagrada anticipa lo que le ocurrirá al resucitado: "Lo que todos hemos de ser ya habeis empezado a serlo vosotras". San Metodio, en el discurso de Marcela, expresa la misma idea, que el Señor ha ido llevándo al hombre con pedagogía desde enseñanzas más imperfectas a  leyes más perfectas, hasta el cumplimiento de su proyecto, de un hombre como él, viviendo en virginidad; este es el modo de vida culminante, el que está  más cerca de los cielos.

El programa diario de las Jornadas incluyó el rezo de las Horas litúrgicas, una Celebración de la Adoración ante el Santísimo y la participación en la Santa Eucaristía. 

Con casi 90 vírgenes consagradas asistentes, además de los ponentes y algunos Vicarios diocesanos, la participación en los diálogos resultó muy enriquecedora. Las vírgenes consagradas quieren con estas Jornadas de Teología contribuir a los objetivos de este Año de la Vida Consagrada, convocado por el Papa Francisco para toda la Iglesia:

  1. Dar gracias a Dios por el don de la vida consagrada, al cumplirse cincuenta años de su renovación según las enseñanzas del Concilio Vaticano II
  2. Abrazar el futuro con esperanza, confiados en el Señor al que los consagrados ofrecen su vida
  3. Vivir el presente con pasión, evangelizando la propia vocación y dando testimonio en el mundo de la belleza de seguir a Cristo