20.10.14

 

Dos de los más conocidos gurúes argentinos enfrentan por estos días situaciones límite, según explica en el diario La Voz del Interior el periodista Sergio Carreras.

El riojano Ricardo Javier Ocampo (en la primera foto), conocido internacionalmente por su nombre de fantasía Maestro Amor, se enfrenta a la seria posibilidad de volver a la cárcel. Dentro de pocos días afrontará en un tribunal de Catamarca el juicio por abuso sexual agravado contra dos niños que integraban su secta.

Por otra parte, el porteño Mario Darío Indij, quien se hacía llamar Maestro Mehir y desarrolló su grupo en la ciudad de Villa Carlos Paz, se encontraría muerto oficialmente desde el pasado 3 de junio, cuando sus seguidores mostraron  un certificado de defunción ante la Justicia. Pero como el gurú se encuentra prófugo por diversas acusaciones desde hace varios años, ni sus mismos seguidores terminan de creer en la versión de su fallecimiento.

El Maestro Amor, ante los tribunales

El  Maestro Amor lleva más de ocho años siendo el centro de diversas acusaciones por presuntas molestias y abusos sexuales, que fueron publicados por primera vez en La Voz del Interior. Estuvo seis meses en la cárcel en 2009, y desde entonces sus abogados han interpuesto numerosos recursos tratando de que no sea llevado a juicio. Hasta la Corte de Justicia de Catamarca se expidió a favor de que lo juzguen.

El último intento para ayudar al Maestro Amor ocurrió hace pocos días, cuando uno de los niños denunciantes presentó una carta ante la Justicia catamarqueña desdiciéndose de sus anteriores afirmaciones. Ex seguidores del gurú dijeron a este diario que todos los denunciantes han recibido presiones para que retiren sus acusaciones. En este caso, el tribunal decidió no hacer caso al pedido del joven, ya que resultó muy llamativo que cambie la versión pocos días antes del juicio después de años de haber denunciado lo contrario.

Si no hay otra sorpresa, Ocampo será llevado a juicio el 4 de noviembre. Sus seguidores ya se preparan para manifestarse en esos días frente al tribunal.

El Maestro Mehir, una muerte sospechosa

El caso del Maestro Mehir (a la izquierda), que se fugó de Córdoba después de una investigación publicada por este diario, es todavía más sorprendente. Durante tres años permaneció prófugo, tras ser acusado de abuso sexual y hasta de reducción a la servidumbre por ex discípulos. Mientras sus devotos pensaban que estaba escondido y sufriendo la pobreza, fue encontrado viviendo en una lujosa estancia mendocina con un grupo de discípulas. Alcanzó a escapar antes de la llegada de la Policía.

En lo que ha sido considerado un recurso desesperado para evadir la persecución judicial, ahora se ha dado oficialmente por muerto. Ninguna foto o video avala la afirmación, y gente que lo conoció de cerca dijo a este diario que jamás padeció alguna enfermedad grave como para explicar un final tan repentino. Sus seguidores publicaron una solicitada en medios de Villa Carlos Paz, y contaron en su página web que organizaron una ceremonia para esparcir sus cenizas en el río Yuspe.

La publicación de las investigaciones periodísticas contra ambos “maestros” provocaron que en los últimos años estas presuntas escuelas de espiritualidad, que evitan ser llamadas religiones y se rebelan contra el calificativo de “secta", varíen sus métodos de captación y sus formas de presentarse en sociedad.

Como señaló el psicólogo español Miguel Perlado en una nota con este diario, hoy “el prototipo clásico del gurú con barba y túnica que espera un platillo volador está cada vez más en desuso: lo que hoy predomina son grandes presentaciones, escenografías preparadas, grandes hoteles, gente de corbata y traje”.