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El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 11 de octubre de 2014

La frase del sábado 11

La felicidad suprema en la vida es tener la convicción de que nos aman por lo que somos, o mejor dicho, a pesar de lo que somos. Víctor Hugo

 


El papa Francisco

El Papa recibe en el Vaticano al primer ministro de Vietnam
El encuentro tendrá lugar el sábado 18 de octubre

Santa Sede

Sí­nodo día 6: finalizada la primera etapa, se prepara la Relatio post disceptationem
Monseñor Martin, arzobispo de Dublín, explica a la prensa su experiencia como participante del Sí­nodo sobre la familia que tuvo lugar en 1980

Delegados de distintas confesiones cristianas intervienen en el sí­nodo
Concluida ayer por la tarde la décima congregación. Entre los temas: los desafí­os de la famlia y la necesidad de una preparación adecuada al matrimonio y de una reflexión sobre las bodas entre creyentes y no creyentes

Mirada al mundo

España: la orden de San Juan de Dios expresa su apoyo a la enfermera con ébola
Teresa Romero formó parte del equipo que atendió a los dos religiosos repatriados, que fallecieron a causa del virus. La auxiliar de enfermerí­a sigue estable dentro de la gravedad

Entrevista

Los participantes del Sínodo también descansan el fin de semana (Vídeo)
El lunes se presentará el informe sobre la primera semana de debates

Rome Reports

App para explicar a los niños la vida de Jesús (Vídeo)
Usa historias, cómics y juegos y se llama Mi primera Biblia

Sínodo de la Familia. ¿Qué es lo más importante que has aprendido de tus padres? (Vídeo)
Preguntamos en San Pedro cuáles son los problemas más importantes de la familia

SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA

San Serafí­n de Montegranario - 12 de octubre
«Lego capuchino. Hizo de la pobreza el santo y seña de su vida; poseía un crucifijo de latón, un rosario, un manto raído, y un corazón tan grande que no le cabía en el pecho. Fue agraciado con el don de milagros»


El papa Francisco


El Papa recibe en el Vaticano al primer ministro de Vietnam
El encuentro tendrá lugar el sábado 18 de octubre

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 11 de octubre de 2014 (Zenit.org) - El santo padre Francisco, recibirá en el Vaticano a Nguyén Tán Dung, primer ministro de la República Socialista de Vietnam, el sábado 18 de octubre de 2014. Así Lo ha confirmado el director de la Sala de Prensa del Vaticano, el padre Federico Lombardi, a través de un comunicado. 

Asimismo, se indica que "el encuentro también será útil para profundizar las relaciones bilaterales entre Vietnam y la Santa Sede".

Recientemente, el Grupo Mixto de Trabajo entre la Santa Sede y Vietnam celebró su quinto encuentro en Hanoi del 10 al 11 septiembre. La Santa Sede junto con la Iglesia católica en el país reiteraron su empeño en contribuir activamente al desarrollo de esa nación en los ámbitos en los que la Iglesia católica tiene sus puntos fuertes, como en salud, educación, caridad y obras humanitarias. Por su parte Hanoi indicó su empeño en respetar la libertad de religión y de credo de todos, y su apoyo a la Iglesia para que participe activamente en el desarrollo socio-económico nacional.

En dicha ocasión, la delegación de la Santa Sede confirmó que concede gran importancia al desarrollo de relaciones con Vietnam, en particular, y con Asia en general, como evidencian los últimos y los próximos viajes papales en el continente.

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Santa Sede


Sí­nodo día 6: finalizada la primera etapa, se prepara la Relatio post disceptationem
Monseñor Martin, arzobispo de Dublín, explica a la prensa su experiencia como participante del Sí­nodo sobre la familia que tuvo lugar en 1980

Por Rocío Lancho García

CIUDAD DEL VATICANO, 11 de octubre de 2014 (Zenit.org) - El Sínodo de los Obispos ha concluido la primera fase de los trabajos, por lo que ahora los padres sinodales y auditores están descansando para retomar el lunes por la mañana. En estos días, los relatores y el secretario especial con algunos colaboradores trabajan en la Relatio post disceptationem, que será presentada el lunes.

En la jornada del viernes se reunieron por primera vez los Circuli minores, que componen la segunda fase de los trabajos sinodales. Fueron nombrados moderadores de los grupos los cardenales Sarah, Schönborn, Burke, Napier, Filoni, Bagnasco, Robles Ortega y Martínez Sistach y los monseñores Kurtz y Massagra.

Durante la tarde de ayer se escuchó a los delegados fraternos. Una segunda parte se dedicó a una reunión de los Circuli minores que ya han comenzado a hablar sobre los distintos argumentos. Los grupos retomarán su actividad el lunes por la tarde.

En la sesión informativa con los periodistas realizada el sábado por la mañana, el padre Lombardi, director de la Sala de Prensa del Vaticano, ha indicado que los delegados fraternos intervinieron el viernes. Lo hicieron todos menos Hilarion - representante del patriarcado de Moscú- que no estaba presente y tendrá otra ocasión para intervenir. Asimismo, el portavoz vaticano ha precisado que fue muy interesante la intervención de Atenagora, metropolita de Bélgica, porque tocó puntos de la visión ortodoxa, de la que se ha hablado muchas veces en el debate.

Monseñor Diarmuid Martin, arzobispo de  Dublín, ha estado presente en la sala de prensa con los periodistas. El prelado ha compartido su experiencia como participante del Sínodo que se celebró en 1980, también sobre la familia.

De este modo, ha señalado que "es interesante que el tema de la familia haya sido el tema elegido por Juan Pablo II y por el papa Francisco para sus primeros Sínodos. Creo que esto deriva también del hecho que ambos eran obispos diocesanos, un año antes de los respectivos Sínodos, y que veían la centralidad de la familia para el desarrollo de la Iglesia y para la estabilidad de la sociedad". Veían también -ha añadido- los desafíos que la familia, como institución, y las familias debían afrontar en la cultura de ese momento.

El prelado de Dublín ha llamado la atención también sobre el hecho de que en el Sínodo del año 1980 fue el primero en el que hubo un gran número de auditores, muchos casados entre ellos. Además, ha recordado que el relator general fue el cardenal Ratzinger. A propósito, ha afirmado que es interesante leer la Relatio ante disceptationem y la de después y ver "como muchos de los temas eran los mismos". Por eso ha precisado que Ratzinger "habló también de la cuestión de la relación entre fe y la validez del matrimonio".

Haciendo una comparación con el Sínodo actual, el arzobispo de Dublín ha matizado que ahora se ve que la cultura general de la familia ha cambiado todavía más. Al respecto ha afirmado que "lo que me impresiona esta vez es escuchar problemáticas que antes eran afrontadas sólo por los obispos europeos y occidentales. Hoy, sin embargo, las mismas 'invasiones' de una cultura distinta se registran en América Latina y en África".

Finalmente, hablando de su experiencia personal, el arzobispo ha observado que él "encuentra en su diócesis cada día personas, también las personas más pobres, que viven en situaciones muy difíciles, y que viven verdaderamente los valores de la fidelidad, de la dedicación hacia los hijos, pero no serían nunca capaces de expresar esto en las formulaciones de nuestra teología: esto no quiere decir que no vivan esta realidad". Es necesario -ha afirmado- tener un nuevo tipo de diálogo con las familias y un nuevo lenguaje: una cuestión tocada por muchos".  

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Delegados de distintas confesiones cristianas intervienen en el sí­nodo
Concluida ayer por la tarde la décima congregación. Entre los temas: los desafí­os de la famlia y la necesidad de una preparación adecuada al matrimonio y de una reflexión sobre las bodas entre creyentes y no creyentes

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 11 de octubre de 2014 (Zenit.org) - La décima Congregación general ha contando con la participación de siete delegados fraternos de las distintas confesiones cristianas. La intervención del octavo delegado, el metropolita Hilarion, presidente del Departamento para las Relaciones externas del Patriarcado de Moscú, será pronunciado en los próximos días.

En sus intervenciones, los delegados fraternos han expresado al Santo Padre y a los padres sinodales, gratitud por la invitación a participar en la Asamblea. A continuación, cada uno ha presentado la cuestión de la familia en el ámbito de la propia confesión cristiana.

En conjunto, se han subrayado los desafíos y las esperanzas volcadas en el núcleo familiar comunes a todos los cristianos: la familia -se ha afirmado- es fundamental para la sociedad, es base fundamental de la comunión en la justicia. Cierto, las dificultades no faltan: la crisis económica llega, los medios de comunicación reducen los momentos de diálogo entre los muros domésticos, proponiendo a veces también modelos que inducen al adulterio; las guerras, las migraciones, la globalización, el drama de enfermedades como el SIDA y el ébola, el fundamentalismo islámico presente en algunos países, ponen continuamente en peligro el bien de la familia, cada uno en su contexto.

Asimismo, se ha observado que entre los cristianos también es común la necesidad de una preparación adecuada al matrimonio y de una reflexión adecuada en las bodas entre creyentes y no creyentes.

En lo relacionado con los divorciados vueltos a casar, se ha indicado que a menudo su acogida en la Iglesia puede donar nueva esperanza, inspirando una gran vida familiar que crea una gran sociedad.

Esencial, por tanto, la escucha  por parte de las confesiones cristianas, de quien se encuentra en situaciones familiares difíciles, en cuyas situaciones son necesarias cada día misericordia y compasión, porque las Iglesias siempre quieren ser de ayuda a los que sufren, mirando tanto la Sagrada Escritura como los problemas de la contemporaneidad.

Se ha expresado voluntad de escucha y comprensión, lejos de cualquier tipo de condena, en lo relacionado con las personas homosexuales, aún reafirmando que el matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer. Se ha manifestado atención particular también por los niños nacidos en contextos difíciles y por todas las víctimas de la violencia, sobre todo mujeres y menores, porque es común, entre cristianos, la defensa de los más vulnerables, de aquellos que no tienen voz, sean creyentes o no.

Otro tema central en las intervenciones de los delegados fraternos, ha sido el del anuncio del Evangelio: la familia -se ha observado- es la primera escuela de fe, es el lugar en el que se aprende a conocer y a difundir la Buena Noticia y es por tanto esencial que los cristianos compartan la "alegría del Evangelio", ese “evangelii gaudium” invocado por el papa Francisco.

Algunas diversidades de postura se han encontrado, por ejemplo, en el tema de la regulación del nacimiento, subrayando la libertad de conciencia de los creyentes, siempre en el respeto del sentido del amor y del matrimonio. Además, en relación al segundo matrimonio, se ha dicho por la parte ortodoxa que éste representa una desviación y que se celebran, pero después de un periodo de acompañamiento por parte de la Iglesia, para intentar llevar a los cónyuges a la reconciliación.

Finalmente, hubo un agradecimiento por parte de los delegados fraternos de la Iglesias presentes en Oriente Medio para el Santo Padre, por la Vigilia de oración por la paz en Siria y en el resto del mundo, celebrada el 7 de septiembre de 2013. En este contexto, se ha reiterado la responsabilidad de las familias cristianas medio-orientales en la evangelización dentro de un contexto en su mayoría islámico.

Y así, todas las intervenciones se concluyeron con el deseo de que el Sínodo extraordinario sobre la familia tenga éxito, también en vista de la Asamblea ordinaria en programa para el 2015.

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Mirada al mundo


España: la orden de San Juan de Dios expresa su apoyo a la enfermera con ébola
Teresa Romero formó parte del equipo que atendió a los dos religiosos repatriados, que fallecieron a causa del virus. La auxiliar de enfermerí­a sigue estable dentro de la gravedad

Por Iván de Vargas

MADRID, 11 de octubre de 2014 (Zenit.org) - La Orden Hospitalaria de San Juan de Dios y la familia del hermano Manuel García Viejo han enviado este viernes un mensaje de agradecimiento a la auxiliar de enfermería Teresa Romero, primera contagiada por ébola fuera de África, por el servicio médico que prestó al misionero. Romero formó parte del equipo que atendió a los religiosos Miguel Pajares y Manuel García Viejo, que fallecieron a causa del virus después de ser repatriados a España.

"La Orden Hospitalaria de San Juan de Dios y la familia del hermano Manuel García Viejo quieren expresar todo su apoyo a la auxiliar de enfermería Teresa Romero y a su familia en estos difíciles momentos y le agradecen a ella y a todo el personal sanitario del Hospital Carlos III la atención prestada al Hermano de San Juan de Dios Manuel García Viejo durante su tratamiento", señala el comunicado difundido por la Orden.

Desde que se conoció la noticia del contagio de ébola de la profesional sanitaria, añade la nota, tanto la Orden de los Hermanos de San Juan de Dios como la familia de García Viejo "están pendientes de la evolución de su estado de salud" y "le desean una pronta recuperación".

Teresa Romero ingresó el pasado lunes en el Hospital Carlos III de Madrid tras manifestar fiebres elevadas. Los primeros análisis confirmaron que había contraído la enfermedad. La auxiliar de enfermería sigue en situación "estable" dentro de la gravedad, según han informado fuentes del centro hospitalario en el que todavía se encuentra ingresada.

Romero está siendo tratada con un fármaco antiviral, con el suero de una religiosa que ha logrado superar la enfermedad y, desde ayer por la tarde, con el fármaco Zmapp, considerado eficaz contra el virus. 

Además de la auxiliar de enfermería infectada, en el Hospital Carlos III de Madrid existe otro caso en investigación, una enfermera pendiente de una segunda prueba sobre contagio del virus cuando se cumplan las 72 horas del primer test, en el que ha dado negativo, y está asintomática.

El pasado jueves, por la noche, se produjo el ingreso de siete personas, cinco mujeres y dos hombres, y el alta de otra, lo que elevó a catorce el número de pacientes atendidos en el centro madrileño, contabilizando a Romero. 

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Entrevista


Los participantes del Sínodo también descansan el fin de semana (Vídeo)
El lunes se presentará el informe sobre la primera semana de debates

Por Redacción

ROMA, 11 de octubre de 2014 (Rome Reports) - Para ver el vídeo hacer click aquí.

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Rome Reports


App para explicar a los niños la vida de Jesús (Vídeo)
Usa historias, cómics y juegos y se llama Mi primera Biblia

Por Redacción

ROMA, 11 de octubre de 2014 (Rome Reports) - Para ver el vídeo hacer click aquí.

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Sínodo de la Familia. ¿Qué es lo más importante que has aprendido de tus padres? (Vídeo)
Preguntamos en San Pedro cuáles son los problemas más importantes de la familia

Por Redacción

ROMA, 11 de octubre de 2014 (Rome Reports) - Para ver el vídeo hacer click aquí.

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SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA


San Serafí­n de Montegranario - 12 de octubre
«Lego capuchino. Hizo de la pobreza el santo y seña de su vida; poseía un crucifijo de latón, un rosario, un manto raído, y un corazón tan grande que no le cabía en el pecho. Fue agraciado con el don de milagros»

Por Isabel Orellana Vilches

MADRID, 11 de octubre de 2014 (Zenit.org) - En esta festividad de Nuestra Señora de Aparecida, y de la Virgen del Pilar, patrona de la hispanidad, entre otros santos y beatos la Iglesia celebra también la vida de este humilde capuchino.

Félix era natural de Montegranario, Italia. Nació en 1540. Su padre, un modesto albañil, tuvo que sacar adelante cuatro hijos. Serafín fue el segundo y sufrió durante años la penuria económica de la familia y el trato despótico y violento de su hermano mayor, Silencio, que se cebó en él cuando quedaron huérfanos. Una jovencita, Lisa, fue su particular «ángel protector». Trajo con ella el aire diáfano del ideal religioso leyéndole vidas de santos. Fue el detonante de preguntas hondas que se formuló por vez primera: “–«¿Y qué hemos de hacer para salvarnos? Creo que lo mejor para mí será retirarme a un desierto y hacer vida de penitencia». Con la lucidez que brota de la inocencia evangélica, Lisa respondió: –«¿Para qué quieres un desierto? Vete a vivir con los capuchinos, y serás santo». Serafín supo de la existencia de estos religiosos y de la vida que llevaban a través del relato que hizo ella. En esa época ya se estaba labrando esa santidad que deslumbraría a las gentes en medio de la compleja relación con su hermano, la dureza de su trabajo como peón de albañil, portando en sus espaldas un peso desproporcionado, y sufriendo las chanzas de otros compañeros. Su alma transparente era una simbiosis de ofrenda y sacrificio.

A los 18 años se fue al convento de Loro-Piceno, consciente de sus muchas deficiencias humanas: distraído, lento, descuidado, olvidadizo, torpe... Pero tenía lo esencial, como revelan las humildes palabras que dirigió al portero que le abrió la puerta: –«Padre, yo no sé leer ni escribir; no sé más que rezar y amar a Dios». Hizo el noviciado en Jesi y mostró la autenticidad de su vocación. Le veían orar durante horas ante el sagrario, tenía verdadero espíritu penitencial, y fraguaba su acontecer con ayuno y mortificaciones. Él mismo diseñó cilicios para las severas disciplinas que se aplicó, llevado de su convencimiento de que eran un bien para su alma. Cuando un superior le invitó a moderarlos en beneficio de su salud, respondió: –«¡Vaya una cosa! Si yo muero, habrá un pecador menos en el mundo». Durante cuarenta años sufrió desprecios y humillaciones dentro y fuera del convento, curtiéndose en la virtud de la paciencia. Y consiguió aceptar sus debilidades. Fue un maestro de la caridad. Respondía bondadosamente cuando era objeto de mofa: «muy bien, muy bien. Tú me conoces mejor que nadie. Así hay que tratar a los pecadores como yo. Dios te lo pague, santito mío, Dios te lo pague».

Al final, y viendo que no respondía en las misiones que se le encomendaron, fue destinado a la limosna. Pero este religioso, que no se distinguió precisamente por su eficiencia, como era un santo fue bendecido con diversos dones y experiencias místicas (éxtasis, visiones y don de milagros). Tenía el don de llegar a las gentes que conducía a Dios. Amaba profundamente a la Virgen y difundió su devoción en los demás. Era fidelísimo a la vivencia evangélica; jamás cometió voluntariamente un pecado venial, ni consintió en su entorno componendas al respecto. Sentía profunda piedad por los enfermos y moribundos. Y cuando hizo milagros, llevado por su humildad, trató de ocultarlos. Aceptaba sus limitaciones lleno de mansedumbre: «No poseo nada; tengo solamente este crucifijo y el rosario, pero con ellos, si Dios me ayuda, serviré de ayuda a los hermanos, y me haré santo». Con la penetración que da la auténtica vida espiritual mostraba su crucifijo de latón para recordar a los predicadores que en él se halla la clave de todo: «Este es el verdadero libro que conviene estudiar para hacer predicaciones provechosas a los pueblos».

Era feliz con su pobreza. Poseía un manto raído que una vez tuvo que reemplazar temporalmente, sustituyéndolo por uno nuevo por indicación de un superior que quiso probar su obediencia. Ese día soportó con gozo las chanzas de quienes, acostumbrados a su humilde sayal, se sorprendieron al verle pedir limosna por las calles de Ascoli con inusual «elegancia». Abrumado por la gente que le reclamaba por su fama de milagrero, (que se había hecho manifiesta no solo con las personas sino también con animales a los que amansaba), añoraba la soledad y el silencio. Sus superiores le prohibieron realizar prodigios. Como no estaba en su mano evitarlos, pedía discreción a los agraciados: «Vete, y quédate calladito, calladito, santito, porque no he sido yo, sino que ha sido Cristo y tu fe las que te han curado».

Toda su trayectoria pone de manifiesto que estaba en las antípodas de la inmadurez espiritual. Refleja la grandeza de un alma penitente, entregada, desprendida, desasida de sí. Ello se percibe también en sus constantes destinos; fue un religioso que pasó por muchos conventos. A nadie negó el bien que pudo hacer, comenzando por infundir a los que acudían a él en masa la confianza en Dios y en su divina Providencia. Se le reveló la hora de su muerte y esperó gozoso el momento. Llevaba sesenta y cuatro años llenos de trabajos y severas penitencias. Alegre y lúcidamente cándido, como siempre había sido, respondía a la pregunta de sus hermanos que se interesaban por su salud: «Muy bien; pronto me voy al cielo».

A principios de octubre de 1604 enfermó, y sólo se levantó el día 12 de ese mes, horas antes de morir. Previamente, tuvo la gracia de ayudar en misa, comulgar y hasta pedir limosna. Tanto es así, que pensando que se repondría demoraron administrarle los sacramentos. Pero él sabía que estaba a las puertas del cielo, y suplicó: «dadme a mi Dios, traedme a mi Jesús. Antes de la noche voy a morir». Y así fue. Clemente XIII lo canonizó el 16 de julio de 1767.

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