10.10.14

 

El pasado 6 de octubre los residentes de Cardston, Alberta, en Canadá, votaron abrumadoramente contra la propuesta de levantar la prohibición de la venta de bebidas alcohólicas en la ciudad. Fundada por colonos mormones en 1887, Cardston ha mantenido prohibida la venta de bebidas alcohólicas dentro de los límites de la ciudad en los últimos 109 años.

Según leemos en PanAm Post, en unas informaciones recogidas del Calgary Herald, la mayoría de los 3.500 habitantes de Cardston pertenece a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (IJSUD), que prohíbe tanto el consumo de alcohol como el de té y café.

Los dueños de comercios locales expresaron su preocupación de estar perdiendo terreno frente a los negocios de comunidades linderas que sí permiten la venta de bebidas alcohólicas, y promovieron un plebiscito no vinculante para permitir vender dichos productos en restaurantes, campos de golf, e instalaciones recreativas.

Sin embargo, los resultados finales de los comicios arrojaron que solo 374 votantes favorecieron la propuesta, mientras que 1.089 rechazaron una nueva política. Ernest Watts, un australiano que se mudó a Cardston hace más de 50 años, dijo que la decisión de rechazar la propuesta no está necesariamente relacionada con motivos religiosos. Watts, también mormón, señala que le gusta Cardston “así como está” y le preocupa que, de levantar la prohibición, la ciudad pierda parte de lo que la hace especial.

Marilyn Williams, también perteneciente a la fe mormona, indicó que un cambio en la política sobre el alcohol no afectará sus creencias personales o de otros y apoyó la propuesta. “Estoy de acuerdo con que los restaurantes y campos de golf puedan hacerlo [vender bebidas alcohólicas] porque están perdiendo miles de dólares todos los meses”, dijo.

“Estoy a favor de la venta de alcohol en los restaurantes, pero no que se venda en licorerías. Yo no tomo y esa es mi decisión. No hago compras los domingos tampoco, pero los comercios están abiertos”, agregó Williams.

La alcaldesa de Cardston, Maggie Kronen, no se sorprendió con los resultados de la votación. “No estoy sorprendida, porque al final, una vez que la personas tienen la oportunidad de realmente evaluar los resultados de la prohibición, es muy difícil llegar a un término medio”, dijo Kronen.

Además, remarcó que cree que el asunto está archivado y que la ciudad necesitaría una nueva generación de votantes antes de volver a votar acerca de la política sobre bebidas alcohólicas. Además de la prohibición del alcohol, se votaron otros asuntos como la adición de floruro al agua potable o si los residentes pueden tener gallinas en los patios de sus casas.