CARTA DEL OBISPO

DOMUND 2014

Renace la alegría

#Yosoydomund

 

Descargar versión *.pdf
Descargar audio

SANTANDER | 17.10.2014


Queridos hermanos:

            El domingo 19 de octubre celebramos el DOMUND, en comunión con toda la Iglesia, para vivir la dimensión universal de nuestra fe. Es una Jornada para invitar a las  comunidades parroquiales y cristianas de nuestra Diócesis de Santander a participar en las actividades de información, formación y cooperación misionera, organizadas por nuestra Delegación Diocesana de Misiones y Cooperación con las Iglesias, con motivo del Domund.

            En este domingo especialmente estamos llamados a promover una corriente fraterna y solidaria de colaboración económica para satisfacer las necesidades de los misioneros y de las misiones, a través de la colecta en favor de las Obras Misionales Pontificias.

            El lema de este año, en sintonía con la exhortación apostólica del Papa Francisco Evangelii Gaudium, es: “Renace la alegría”. La misión es el lugar privilegiado para nacer y renacer al encuentro con Dios y con su enviado Jesucristo. La finalidad de la actividad misionera es nacer y renacer a la vida de fe. La alegría es un aspecto esencial de la evangelización.

            El Papa Francisco, en su Mensaje para el Domund de este año 2014, afirma: “Hoy en día hay mucha gente que no conoce a Jesucristo. Por eso es tan urgente la misión ad gentes, en la que todos los miembros de la Iglesia están llamados a participar, ya que la Iglesia es misionera por naturaleza: la Iglesia ha nacido “en salida”. La Jornada Mundial de las Misiones es un momento privilegiado en el que los fieles de los diferentes continentes se comprometen con oraciones y gestos concretos de solidaridad para ayudar a las Iglesias jóvenes en los territorios de misión”.

            Ya el Papa Pablo VI (que será beatificado justamente este domingo del Domund), decía en el año 1964: “La Jornada Mundial de las Misiones pone de relieve hoy precisamente una voz, un llamamiento urgente: es la voz de los pueblos que piden luz, verdad y gracia; es la voz de los heraldos del Evangelio que piden ayuda y sustento; son voces de hijos que se elevan al Padre común”.

            Junto con la oración para que Dios suscite muchas y fieles vocaciones para la misión, es urgente considerar que la cooperación económica con las necesidades pastorales de la Iglesia universal es absolutamente necesaria. “La contribución económica personal es el signo de una oblación de sí mismos, en primer lugar al Señor y luego a los hermanos, porque la propia ofrenda material se convierte en un instrumento de evangelización de la humanidad que se construye sobre el amor” (Mensaje del Papa Francisco, n. 5).

            Es la hora de que nuestra Diócesis de Santander renueve e impulse el compromiso misionero, avalado y sostenido por el testimonio admirable de tantos misioneros de Cantabria, que nos han precedido y los que ahora viven y trabajan entre las gentes de todos los pueblos del mundo. Para todos ellos nuestro recuerdo, agradecimiento y oración. Finalmente, expreso mi gratitud sincera al Sr. Delegado Diocesano de Misiones y Cooperación con las Iglesias y a todo el equipo de colaboradores.

            Con mi afecto de siempre, gratitud y bendición,

 

+ Vicente Jiménez Zamora
Obispo de Santander