7.08.14

Bicentenario de la Restauración de la Compañía de Jesús

A las 7:41 PM, por Juanjo Romero
Categorías : Mythbuster

Restauración de la Compañía de Jesús. Lectura de la Bula

Una conmemoración histórica importante no sólo para la historia de la Iglesia, también para la ciencia y la cultura. Quizá la supresión de los Jesuitas por Clemente XVI (ningún Papa ha vuelto a llamarse Clemente) suponga el mayor hachazo al progreso científico de la historia, tanto por la labor científica truncada como por todos los alumnos que no existieron esos años y los observatorios y centros científicos, más de 800 colegios y universidades por todo el mundo en el momento de la supresión. Sin hablar del desarme intelectual de la Iglesia, que en mi opinión fue la causa del triunfo de la Ilustración en su vertiente más anticatólica, no podían convencer, tuvieron que eliminar la resistencia.

Sobre la supresión de los jesuitas se ha escrito mucho y sus consecuencias se ha escrito mucho, hoy no es el día, es día de alegría. El folleto oficial lo resume sobriamente.

Era el 7 de agosto de 1814. Ese día el papa Pío VII, acompañado de una solemne comitiva, se dirigió a la iglesia del Gesù, en cuyo altar mayor, dedicado a san Ignacio, celebró la eucaristía. Poco después, y tras un breve desayuno, pasó a una capilla interior del colegio, donde mandó leer la bula Sollicitudo omnium Ecclesiarum por la que se restauraba la Compañía de Jesús en todo el mundo. En aquel acto estaban presentes unos 150 jesuitas, todos ellos mayores y procedentes de diversos países europeos. Entre ellos figuraba el famoso P. Manuel Luengo, quien en su monumental Diario de la expulsión de los jesuitas nos dejó una crónica exhaustiva de la vida y padecimientos de los expulsos hasta aquel preciso momento. Desde la abolición de la Compañía, el 21 de julio de 1773 por el papa Clemente XIV hasta ese día, habían pasado 41 años y 17 días.

A mí, que la imaginación se me desboca, se me pone la piel de gallina imaginándome la escena. Recogidos por dos potencias no católicas (Prusia y Rusia) y algunos desperdigados por Estados Unidos (p.e. uno de los grupos de jesuitas huidos fundan la Universidad de Georgetown) y alguno en el Reino de las Dos Sicilias, vuelven a recomenzar y a ponerse al servicio de las almas, de la Iglesia y también de la cultura y la ciencia.

El 7 de agosto de 1814 había en el mundo unos 600 jesuitas (incluyendo los que dejaron de serlo y volvieron). Seis años después, en primera Congregación General de la Compañía restaurada, más del doble 1.308. Fidelidad al Señor, fidelidad al carisma fundacional.

Sólo quería aprovechar la ocasión para felicitar todos los miembros de la Compañía y animar a todos a que recemos por ellos, para que siempre recomiencen, como hace doscientos años, con fidelidad al carisma fundacional que evidentemente se ha perdido en algunos casos hoy en día: ¡la restauración os sienta tan bien!