10.04.14

 

Sí, otra vez Pagola. ¿Qué quieren ustedes que haga si el teólogo vasco se empeña en escribir cosas que chocan frontalmente con la fe cristiana, no solo en su versión católica, la única plenamente cierta?

¿Qué ha escrito ahora? Léanlo ustedes mismos (negritas mías):

La ejecución del Bautista no fue algo casual. Según una idea muy extendida en el pueblo judío, el destino que espera al profeta es la incomprensión, el rechazo y, en muchos casos, la muerte. Probablemente, Jesús contó desde muy pronto con la posibilidad de un final violento. Jesús no fue un suicida ni buscaba el martirio. Nunca quiso el sufrimiento ni para él ni para nadie. Dedicó su vida a combatirlo en la enfermedad, las injusticias, la marginación o la desesperanza.

¿Cómo es eso de que “probablemente” Jesús se dio cuenta de que iba a acabar en la cruz? ¿Cómo se puede sugerir que Cristo no supo SIEMPRE que su destino era precisamente la cruz? ¿Cómo se puede siquiera dejar la idea de que el Verbo de Dios no se encarnó expresamente para cumplir las profecías del Antiguo Testamento, que llevaban con toda certeza a su sacrificio expiatorio como Cordero de Dios? ¿Acaso la Biblia no dice que Cristo “fue entregado según el determinado designio y previo conocimiento de Dios” (Hch 2,23)? ¿Acaso la Biblia no dice que Jesús sabía “todas las cosas que le habían de sobrevenir” (Jn 18,4)? ¿Dónde ven ustedes ahí el “probablemente"? ¿acaso no vemos que incluso a los doce años Él sabía que “en los negocios de mi Padre me es necesario estar” (Luc 2,49)? ¿y acaso el Padre no había destinado que la Cruz sería al mismo tiempo la manifestación suprema del amor que nos tiene y uno de los principales instrumentos de nuestra salvación?

El beato Juan Pablo II, en su carta apostólica Salvifici doloris (11-II-1984) enseña que “muchos discursos durante la predicación pública de Cristo atestiguan cómo Él acepta ya desde el inicio este sufrimiento, que es la voluntad del Padre para la salvación del mundo“.

Dice Pagola que Cristo no buscaba el martirio. ¿Acaso no anunció su Pasión “claramente” al menos en tres ocasiones, y en la parábola de los Viñadores infieles, y en la del Buen Pastor, que da la vida por sus ovejas, y en varias ocasiones más? Recordemos este pasaje del evangelio:

Pedro, tomándole aparte, se puso a amonestarle, diciendo: No quiera Dios, Señor, que esto suceda.
Pero El, volviéndose, dijo a Pedro: Retírate de mí, Satanás; tú me sirves de escándalo, porque no sientes las cosas de Dios, sino las de los hombres". (Mt 16,22-23)

Es hasta cierto punto comprensible que Pedro, sin haber recibido aún el Espíritu Santo y todavía ignorante de cuál era la auténtica misión de Cristo y lleno de amor por Él -un amor que no quería que sufriera- le dijera que de ningún modo se le ocurriera ir camino de la cruz. ¿Y con qué respuesta se encontró? Ya la han leído ustedes. ¿Y qué nos dice ahora Pagola, una vez que sabemos todo lo que ocurrió después? ¿Que Pedro tenía razón?

El propio Pedro, ejerciendo ya como Vicario de Cristo y cabeza del colegio apostólico, predicó lo siguiente en su primera “homilía":

“vosotros pedisteis la muerte para el Autor de la vida… Y Dios ha dado así cumplimiento a lo que había anunciado por boca de todos los profetas, la pasión de su Cristo. Arrepentíos, pues, y convertíos» (Hech 3,15-19).

Aunque sólo fuera en cuanto hombre, ¿supone Pagola que Jesús ignoraba lo anunciado por los profetas sobre el Mesías? ¿No ha leído Pagola acaso lo que el Señor resucitado dijo a los hombres que se encontraron con Él camino de Emaús?:

Y El les dijo: ¡Oh hombres sin inteligencia y tardos de corazón para creer todo lo que vaticinaron los profetas! ¿No era preciso que el Mesías padeciese esto y entrase en su gloria? (Luc 24,25-26)

Puedo citar decenas de versículos del Antiguo y el Nuevo Testamento, citas del Magisterio, de Padres, santos y doctores de la Iglesia (*), en los que se ve que no es “posible", sino seguro que el Verbo de Dios sabía, antes y después de su encarnación, que su misión en este mundo era dar su vida por nosotros en la cruz, en el madero maldito que por su acto de amor se convirtió en un madero de bendición y salvación, de tal forma que como cristianos solo podemos decir con San Pablo que nos preciamos “de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y éste crucificado” (1ª Cor 2,2) y que “la doctrina de la cruz de Cristo es necedad para los que se pierden, pero es poder de Dios para los que se salvan” (1ª Cor 1,18). ¿Qué es eso de que Cristo no buscaba el martirio, tal y como afirma Pagola? ¿Qué evangelio es ese? Es un evangelio inventado por él, que contradice a los cuatro Evangelios inspirados por el Espíritu Santo. ¿No habrá que decir del teólogo vasco lo que afirmó San Pablo: “¡Oh insensatos gálatas! ¿Quién os fascinó a vosotros, ante cuyos ojos fue presentado Jesucristo clavado en cruz? (Gal 3,1)” .

No es nuevo este error en Pagola. Leemos lo siguiente en la Nota de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe de la Conferencia Episcopal Española sobre su libro “Jesús. Aproximación histórica” (18/6/08):

Y es que, para el autor, Jesús no dio ni a su vida ni a su muerte un sentido sacrificial y redentor (cf. pp. 350-351). Si Jesús no ha dado a su vida y a su muerte un sentido redentor, entonces también la compasión se vacía de su contenido originario.

Ese documento cita a su vez cita otro documento, “La Conciencia que Jesús tenía de sí mismo y de su misión” (1985, de la Comisión Teológica Internacional:

Jesús conocía el fin de su misión: anunciar el Reino de Dios y hacerlo presente en su persona, sus actos y sus palabras, para que el mundo sea reconciliado con Dios y renovado. Ha aceptado libremente la voluntad del Padre: dar su vida para la salvación de todos los hombres; se sabía enviado por el Padre para servir y para dar su vida “por la muchedumbre” (Mc 14,24):

Es por ello que de Pagola y su teología debemos afirmar con San Pablo:

Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema. (Gal 1,8-9)

 

Sin duda Pagola no es original. Hay otros teólogos que antes han enseñado, y enseñan, ese mismo error. Pero pocos hay actualmente que sean tan leídos, valorados y citados como el sacerdote guipuzcoano.

(*) Lean ustedes lo que en este portal ha escrito el P. José María Iraburu al respecto (1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19 y 20)