9.01.14

 

Hay cosas que no es necesario explicarlas mucho. Cualquiera con un poco de sentido común las entiende. Por ejemplo, si un dirigente de Izquierda Unida se declara firme partidario del capitalismo, de la prohibición absoluta del aborto y de la confesionalidad católica del estado, tardarían menos de cinco minutos en echarle de la coalición. Y si un jugador del Real Madrid asegura que va a hacer todo lo posible para que el Barcelona gane la Liga y la Champions, le podrían de patitas en la calle.

Sin embargo, en la Iglesia Católica llevamos cosa de medio siglo viendo como sacerdotes, religiosos, teólogos y gente de todo tipo y pelaje con responsabilidades pastorales, hacen una exhibición pública de burla de la fe católica, sin que casi nunca pase nada o pase muy poco.

El último ejemplo es un cura argentino llamado Ignacio Peries Kurukulasuriya. Hasta hoy no sabía nada de él, pero parece ser que es todo un personaje. Asegura tener el don de sanación y parece que también el de la adivinación, aunque este último ha quedado “un pelín” en entredicho cuando dijo que una víctima desaparecida de una explosión de gas estaba viva y resultó que luego apareció muerta.

El día de Navidad no tuvo mejor idea que llevar a su programa a varias parejas homosexuales (ver vídeo). Una iba con “niño” incluido. El programa fue todo un canto a la bondad de ese tipo de parejas. Y fue el sacerdote el principal valedor de su “legitimidad".

El P. Ignacio pertenece a la archidiócesis de Rosario. Es párroco de la parroquia de la Natividad del Señor en la ciudad argentina. Por tanto, está allí porque Mons. José Luis Mollaghan lo quiere. Cuestión aparte de la anunciada intervención de la Santa Sede en dicha archidiócesis argentina, que todavía no tenemos muy claro en qué consiste, lo cierto es que Mons. Mollaghan no parecía ser un arzobispo al que le tiemble el pulso a la hora de poner coto a los heterodoxos. Por ejemplo, en septiembre del 2012 prohibió unas conferencias del teólogo gallego Andrés Torres Queiruga. Es por ello especialmente escandaloso que permita que un personaje como ese cura mediático haga de su capa un sayo.

A todo esto, el cura en cuestión presume de haberse fotografiado en Roma con el papa Francisco. Sí, hablamos del Papa que acaba de decirle a un obispo de Malta que predique contra la adopción de niños por parte de parejas homosexuales. Hablamos del Papa que siendo cardenal y arzobispo de Buenos Aires dijo que el matrimonio homosexual era una movida de Satanás. Ante lo cual, estamos ante un cura que sirve a Satanás y sus movidas. Que se haga una foto al lado del Santo Padre tiene el mismo valor que si Judas Iscariote se hubiera hecho otra mientras daba el beso de la traición a Cristo.

Habiendo, como hay, comunidades eclesiales protestantes donde no solo bendicen parejas homosexuales sino que las “casan", no tiene el menor sentido que el sacerdote Peries permanezca en la Iglesia Católica. Cada minuto que pasa como presbítero católico y párroco es un escándalo para todos los fieles que amamos la verdad y la fe que hemos recibido. Y el escándalo no lleva solo el nombre de ese cura. Lleva también el nombre y los apellidos de quienes le permiten hacer lo que hace impunemente. Como dijo Cristo, “¡ay de aquel por quien viniere el escándalo!” (Mt 18,7).

Luis Fernando Pérez Bustamante

PD: Hay que dar las gracias a Argentinos Alerta por hacer honor a su nombre y alertarnos de esta “movida de Satanás".