IGLESIA EN EL MUNDO

Ayuda a la Iglesia Necesitada coordina con la Conferencia Episcopal católica filipina el envío de ayuda


 

La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada ha remitido a Filipinas una ayuda urgente de 100.000 € para los damnificados por el tifón Haiyan

En una entrevista mantenida con Ayuda a la Iglesia Necesitada, el P. Edione Gariguez, coordinador de la ayuda por parte de la Conferencia Episcopal católica de Filipinas, dijo que los daños son mayores de lo que se ha comunicado, con muchas más provincias y pequeñas islas afectadas de lo que se ha informado en los medios de comunicación.

Dijo: «Tantas personas están pidiendo ayuda… pero las dimensiones de este desastre son tan inmensas que incluso el Gobierno se ha dado cuenta de lo difícil que es llegar a todos los afectados». Mientras agradece a AIN la ayuda de emergencia, comentó: «Estamos acostumbrados a los tifones… pero este super-tifón es realmente devastador. La gente está desesperada; muchos buscan a sus familiares y tantos han muerto».

Al tiempo que subraya que las necesidades más apremiantes son alimentos y agua, el P. Gariguez declaró: «Se ha informado de que en la provincia de Leyte se han producido saqueos porque las personas están desesperadas».

Refiriéndose al informe de una religiosa de Cebú, otra de las regiones más afectadas, comentó que el 80 por ciento de las comunidades está prácticamente destruido, incluyendo escuelas, iglesias y pabellones de deporte, y que la mayoría de los edificios se han desplomado.

El equipo de Ayuda a la Iglesia Necesitada ha subrayado que el desastre ha sido de tal magnitud que la Fundación se ha visto en la obligación de ayudar, pero que se trata de un caso excepcional. Regina Lynch, directora de proyectos en AIN, ha declarado al respecto: «Los fondos que hemos aprobado hoy son una ayuda humanitaria de emergencia, pero nuestro objetivo principal sigue siendo la construcción de estructuras pastorales. Para nosotros, la principal tarea vendrá después de la primera emergencia, pues entonces ayudaremos a reconstruir casas sacerdotales, iglesias, etc. Será muy extensa; hoy nos han informado de que el seminario se ha visto muy afectado por el tifón».

Comenta que los obispos están haciendo ya progresos en el desarrollo de un programa de emergencia y que la Fundación trabajará colaborando con los dirigentes de la Iglesia sobre el terreno, que conocen quiénes son los más necesitados.

Después de asolar las provincias costeras de Leyte y Samar con olas de 5,5 metros de altura, el tifón Haiyan azotó seis islas de Filipinas central y ha afectado a 40 ciudades, especialmente Tacloban, que está destruida al 95 por ciento.

De Tacloban se ha informado que tenía los accesos destruidos; pero cuando se haya establecido la comunicación, el sacerdote dijo que como puntos de distribución se utilizarán 15 capillas de la parroquia de la ciudad. El santuario de San Nino, en la Calle Real de Tacloban, ha sido asignado como el punto de descarga de mercancías. Según fuentes de la Iglesia en la archidiócesis de Jaro, en Iloilo, en uno de los poblados resultó gravemente dañado el 95 por ciento de los hogares. Sor Mapath Bulawan de Bogo (Cebú) ha comentado que la población de Bogo, Daanbantayan y la isla de Bantayan se ha quedado sin hogar. Los párrocos en Busuanga y Coron Palawan, informan que 600 familias de la tribu de Tagbanua han perdido sus casas y están haciendo un llamamiento solicitando alimentos.

En la entrevista con AIN, el P. Gariguez dijo: «Por favor, haga saber a los benefactores nuestra más sincera gratitud por su solidaridad y por estar con nosotros en estos tiempos difíciles».

La ayuda aprobada por AIN—que proporcionará alimentos, agua potable, alojamiento y medicinas básicas— se canalizará a través de la Conferencia Episcopal católica de Filipinas, para ser empleada en las regiones de mayor necesidad.

Esta ayuda de emergencia, aprobada por el Presidente de AIN Internacional, Johannes von Heereman, se ha aprobado después de que más de 11 millones de personas se vieran afectadas por el super-tifón Haiyan, que asoló el país el viernes 8 de noviembre con ráfagas de viento de hasta 250 km/h.

Según los últimos datos facilitados, el tifón provocó el desplazamiento de más de 673.000 personas y provocó una destrucción de hasta el 95 por ciento en las zonas más afectas como la ciudad de Tacloban. Se teme que el número de muertos causados por uno de los tifones más fuertes de la historia ascienda a 10.000 personas.

(AIN)