18.05.13

Dio Padre Misericordioso, Roma, de Richard Meier

Interesante (y compartida opinión) de Antonio Paolucci, director de los museos del Vaticano y superintendente del patrimonio artístico de la Santa Sede al diario La Repubblica:

Las nuevas iglesias que se construyen en Roma parecen grandes almacenes, no invitan a la meditación, no provocan ninguna inspiración mística y religiosa.

Viéndolas quien no sostenga lo mismo es probable que no sepa muy bien para qué sirve una iglesia, pero que al menos no desprecie el criterio de un académico de la prestigiosa «Accademia delle Arti del Disegno» de Florencia, catedrático de historia, director de publicaciones y exposiciones artísticas como la de la «Scuderie del Quirinale».

Paolucci afirmó que «ninguna de las últimas 45 iglesias construidas en la periferia romana tiene algo de trascendental dentro de sus muros». ¿Suena fuerte? Pues me atrevería a asegurar que el 90% de los «desafortunados» lectores de este blog podría decir lo mismo de su ciudad.

Pero Paolucci continúa:

Tal situación sólo puede generar preocupación. ¿Iglesias? ¿Parroquias? En la mayoría de los casos se trata más bien de unos museos, entornos que no llaman a la oración y meditación

Las nuevas iglesias no tienen nada que ver con las iglesias barrocas que durante siglos «hablan» de la fe cristiana con tabernáculos visibles, cúpulas, iconos, imágenes sobre la vida de la Iglesia que ayudan a los pastores en su catequesis. Incluso las iglesias ortodoxas de Rusia en su totalidad cumplen las tareas de formación y catequesis

Días antes ya se había manifestado igual de claro en L’Osservartore Romano (algunas frases):

La Iglesia de Dios Padre Misericordioso, en Roma [la que aparece en la foto que ilustra la entrada] del premiado arquitecto Richard Meier podría muy bien ser un museo de Texas o un auditorio de Melbourne

Lo que falta en estas estructuras es la «forma de la iglesia».

El hermoso edificio, funcional, simbólico eficiente que puede servir de modelo todavía no existe, o por lo menos yo no lo he encontrado

La fe religiosa en Rusia sobrevivió a 70 años de ateísmo comunista, gracias entre otras cosas a las muchas iglesias que se conservaron.

Cuatro frases demoledoras. A mi no me parece un tema menor. Creo que no lo es, y en este «Año de la Fe», mucho menos, aunque reconozca que no tiene fácil solución.