19.02.13

Un amigo de Lolo - Ser o no ser

A las 12:49 AM, por Eleuterio
Categorías : General

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Recuerda lo que dijo San Pablo: somos Templo del Espíritu Santo. ¿No se ensancha tu corazón con tal afirmación?

Y, ahora, el artículo de hoy.

Presentación

Manuel Lozano Garrido

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infringían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

Grandes verdades acerca de la fe

“Un ‘no’ cada noche al hombre que quisimos ser y no fuimos, y un ‘sí’ rotundo al que seguidamente nos ofrece la esperanza”
Manuel Lozano Garrido, Lolo
Bien venido, amor (15)

No se trata, aquí, de traer la famosa y más que conocida y manida expresión de Hamlet sino de lo que significa, para cada hijo de Dios que es consciente de que lo es, saber que una cosa es lo que tenga en su mente y otra, muy distinta, lo que debería tener en su corazón.

Ser o no ser es como el querer hacer lo que se debe o no quererlo.

Los cristianos sabemos, sin embargo, que Dios ve en lo secreto de nuestro corazón y no podemos hacer como si eso no fuera una gran verdad que nos ayuda, en primer lugar, a no cometer excesivos errores y, en segundo lugar, a pedir perdón a Quien todo lo puede perdonar.

En realidad, lo que, como personas, queremos alcanzar está demasiadas veces, somos mundanos, muy relacionado con nuestra propia existencia de seres humanos. Pegados, como estamos, a una visión excesivamente horizontal de nuestro ser la que es vertical y nos relaciona con el Padre la tenemos un poco olvidada. Nos basta con nosotros mismos y no acabamos de comprender que ser así, de tal manera, en poco nos va a ayudar a nuestra salvación eterna.

 

 

Ser como hijos de Dios que basan su existencia en la esperanza que nunca debe perderse de saberse destinados a una existencia mejor, eterna, llena de luz y alejada de todo mal y de toda perturbación y asechanza del Maligno. Así debemos ser nosotros, que decimos creer en el Todopoderoso, en su creación y en todo aquello que por nosotros hace y perdona.

No ser aquello que no debemos ser porque pone, entre Dios y nosotros, una distancia que, a veces por vergüenza y otras por miedo temeroso al poder del Creador, no queremos volver a andar, no es cuestión de poca importancia para nosotros, seres que estamos destinados a la eternidad y a volver con nuestro Padre del Cielo.

Ser o no ser. Aquí es una cuestión simple de supervivencia y, aunque sea por egoísmo debemos mirar hacia arriba y ser conscientes de que no somos nada sin el Señor y que es nuestro Pastor, nuestro Buen Pastor que nos quiere unidos a la grey que constituyó como heredera del Reino eterno.

Lo que, en realidad, nos pasa es que nuestra carnalidad puede más que nuestro sentido espiritual de la existencia y no nos basta con las pruebas que Dios nos ha dado, a lo largo de los siglos, de su Misericordia y de su Amor. Incluso con eso preferimos, solemos preferir, lo que queremos ser y no nos sumamos a lo que debemos ser. Y somos, en efecto, como aquellos que le pedían a Jesús un signo para ellos creer que era el Mesías.

Ser o no ser es, así, una cuestión de creer o no creer.

Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, ruega por nosotros.

Eleuterio Fernández Guzmán