ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 17 de febrero de 2013

La frase del día

Cuanto más os abajéis, seréis más dulces y puros y más iluminará vuestro horizonte la llama del amor sin límites haciéndoos ver todas las cosas en su sitio, en su verdad, como yo las veo.

Un monje de la Iglesia de Oriente (Lev Gillet, 1893-1980)

 


Papa

"Un papa que ha evangelizado sin cesar"
Mensaje del arzobispo de Puerto Rico y presidente del Episcopado puertorriqueño

Benedicto XVI: un enamorado de la palabra
El papa deja un gran legado de reflexion bíblica

Santa Sede

Jesús es la mano que Dios ha tendido al hombre
Enseñanza de Benedicto XVI en el Ángelus de hoy

Hoy se inician los ejercicios espirituales en el Vaticano
Asisten el papa y los miembros de la Curia

Educación

La vocación sacerdotal, superabundancia de misericordia

SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA

Beato Lucas Belludi
«Heraldo de san Antonio de Padua. Hermosa sinfonía de fraternidad y comunión»

Cuaresma

Vivir la Cuaresma con Faustino
Marianistas presentan la figura de un joven para los jóvenes

Foro

El papa no ha ejercido un poder, sino ha desarrollado una misión
Zenit acoge desde hoy el editorial semanal "Octava Dies" del portavoz vaticano

Flash

España: El Vía Crucis organizado por los Heraldos del Evangelio en San Isidro
Todos los mièrcoles de Cuaresma

Documentación

"El espíritu del mal se opone a nuestra santificación"
Reflexión del papa en el Ángelus


Papa


"Un papa que ha evangelizado sin cesar"
Mensaje del arzobispo de Puerto Rico y presidente del Episcopado puertorriqueño
ROMA, 17 de febrero de 2013 (Zenit.org) - Entre las muestras de aprecio y cercanía al papa Benedicto XVI por su pontificado, estuvo la voz del arzobispo metropolitano de San Juan de Puerto Rico y presidente de la Conferencia Episcopal Puertorriqueña, monseñor Roberto Octavio González Nieves, O.F.M.

Ofrecemos a nuestros lectores un extracto del mensaje enviado por el alto prelado estadounidense.

******

La renuncia del Santo Padre como Sumo Pontífice de la Iglesia ha conmovido al mundo entero. Es una renuncia histórica. Estamos acostumbrados a que los Pontífices cesen en su ministerio por razón de muerte. Hoy, Benedicto, renuncia a su ministerio, por razones de que a su edad avanzada, manifiesta no tener fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino. Ciertamente, la decisión del Santo Padre es un acto de mucha valentía, humildad y refleja gran libertad interior y conciencia histórica. Con su determinación, Benedicto XVI refleja su profundo amor a Cristo y a la Iglesia.

Por este medio manifestamos nuestra lealtad, apoyo y amor hacia el Papa Benedicto XVI.

Habiendo dicho lo anterior, quisiera invitar al pueblo católico en Puerto Rico a:

Orar por el bienestar del Santo Padre Benedicto XVI; a orar por sus intenciones, y a agradecerle por toda la vida que ha dedicado a la Iglesia. Benedicto es un Papa de singular trascendencia histórica; es un Papa que ha evangelizado sin cesar, especialmente desde sus valiosos escritos, en sus homilías y catequesis. En el caso nuestro, le agradecemos particularmente la creación de la Diócesis de Fajardo-Humacao y que nombrara como su nuevo Obispo a un nativo de esta tierra, Mons. Eusebio Ramos. 

Oremos también al Espíritu Santo para que guíe a la Iglesia durante todos los procesos que siguen a esta noticia.

Oremos por los señores cardenales de la Iglesia quienes tendrán la histórica y trascendental encomienda de seleccionar a un nuevo Pontífice.

Por ello, nos hacemos eco de las palabras de Benedicto XVI, “Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y suplicamos a María, su Santa Madre, que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales al elegir el nuevo Sumo Pontífice. Por lo que a mí respecta, también en el futuro, quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria.”

En San Juan de Puerto Rico, a los once días del mes de febrero de 2013

+ Roberto Octavio González Nieves, O.F.M.
Arzobispo Metropolitano de San Juan de Puerto Rico
Presidente de la Conferencia Episcopal Puertorriqueña

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Benedicto XVI: un enamorado de la palabra
El papa deja un gran legado de reflexion bíblica

Por Quique Fernández

BARCELONA, 17 de febrero de 2013 (Zenit.org) - Benedicto XVI, es inevitable, pasará a la historia como el primer (no sabemos si único) papa contemporáneo que presentó su dimisión. Sin embargo, desde La Biblia compartida, queremos fijarnos, como nos es propio y a modo de agradecimiento, en su alto perfil bíblico.

Lema papal

El lema que escogió y dio a conocer el día de inicio de su papado, el 19 de abril de 2005. dice mucho de sus intenciones iniciales y, en consecuencia, de su trabajo pastoral realizado. “Cooperatores veritas”, cooperadores de la verdad, extraído de la Tercera Carta de San Juan, versículo 8: “Por eso, nosotros debemos acogerlos, para ser cooperadores de la verdad”.

Deus caritas est

No tardó mucho en escribir su primera encíclica “Deus caritas est”. Firmada el 25 de diciembre de 2005 y presentada el 25 de enero de 2006, empieza con la siguiente cita bíblica, acompañada de una primera reflexión :

«Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él » (1 Jn 4, 16). Estas palabras de la Primera Carta de Juan expresan con claridad meridiana el corazón de la fe cristiana: la imagen cristiana de Dios y también la consiguiente imagen del hombre y de su camino. Además, en este mismo versículo, Juan nos ofrece, por así decir, una formulación sintética de la existencia cristiana: «Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él».

Esta encíclica recoge puntos muy interesantes sobre la novedad de la fe bíblica. A modo de ejemplo podemos leer el punto número 9:

«Ante todo, está la nueva imagen de Dios. En las culturas que circundan el mundo de la Biblia, la imagen de dios y de los dioses, al fin y al cabo, queda poco clara y es contradictoria en sí misma. En el camino de la fe bíblica, por el contrario, resulta cada vez más claro y unívoco lo que se resume en las palabras de la oración fundamental de Israel, la Shema: «Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es solamente uno» (Dt. 6, 4).

Spe Salvi

Su segunda encíclica, “Spe Salvi”, fue firmada y presentada el 30 de noviembre de 2007, y está encabezada por esta cita bíblica:

«Spe Salvi facti sumus» –en esperanza fuimos salvados, dice san Pablo a los Romanos y también a nosotros (Rm 8,24).

Y va a desarrollar todo el escrito, que propone una íntima relación entre la fe y la esperanza, a partir de fijarnos atentamente en la Biblia:

“Antes de ocuparnos de estas preguntas que nos hemos hecho, y que hoy son percibidas de un modo particularmente intenso, hemos de escuchar todavía con un poco más de atención el testimonio de la Biblia sobre la esperanza. En efecto, «esperanza» es una palabra central de la fe bíblica, hasta el punto de que en muchos pasajes las palabras «fe» y «esperanza» parecen intercambiables cuando la Primera Carta de Pedro exhorta a los cristianos a estar siempre prontos para dar una respuesta sobre el logos –el sentido y la razón– de su esperanza (cf. 3,15), «esperanza » equivale a «fe»”.

Verbum Domini

Pero será, lógicamente, en su Exhortación Post-sinodal (Sínodo de obispos sobre la Palabra de Dios en la vida y misión de la Iglesia de 2008) “Verbum Domini”, publicada en noviembre de 2010, donde Benedicto XVI mostrará la consistencia de su espiritualidad bíblica.

De entrada ya nos dice que ha tomado el prólogo del Evangelio de Juan como guía para todo su escrito. Y casi a continuación presenta una idea previa pero nuclear para entender el resto:

La novedad de la revelación bíblica consiste en que Dios se da a conocer en el diálogo que desea tener con nosotros

Y a partir de ahí se atreve con temas que necesitaban una buena aclaración. Fijémonos en lo que escribe sobre las páginas “oscuras” de la Biblia:

«En el contexto de la relación entre Antiguo y Nuevo Testamento, el Sínodo ha afrontado también el tema de las páginas de la Biblia que resultan oscuras y difíciles, por la violencia y las inmoralidades que a veces contienen. A este respecto, se ha de tener presente ante todo que la revelación bíblica está arraigada profundamente en la historia. El plan de Dios se manifiesta progresivamente en ella y se realiza lentamente por etapas sucesivas, no obstante la resistencia de los hombres. Dios elige un pueblo y lo va educando pacientemente.

La revelación se acomoda al nivel cultural y moral de épocas lejanas y, por tanto, narra hechos y costumbres como, por ejemplo, artimañas fraudulentas, actos de violencia, exterminio de poblaciones, sin denunciar explícitamente su inmoralidad; esto se explica por el contexto histórico, aunque pueda sorprender al lector moderno, sobre todo cuando se olvidan tantos comportamientos «oscuros» que los hombres han tenido siempre a lo largo de los siglos, y también en nuestros días. En el Antiguo Testamento, la predicación de los profetas se alza vigorosamente contra todo tipo de injusticia y violencia, colectiva o individual y, de este modo, es el instrumento de la educación que Dios da a su pueblo como preparación al Evangelio».

Y no solo se atreve a afrontar este tema que en algunas épocas anteriores y en algunos círculos actuales se tiene como tabú, si no que, más bien al contrario, anima a que todos nos enfrentemos a él:

«Por tanto, sería equivocado no considerar aquellos pasajes de la Escritura que nos parecen problemáticos. Más bien, hay que ser conscientes de que la lectura de estas páginas exige tener una adecuada competencia, adquirida a través de una formación que enseñe a leer los textos en su contexto histórico-literario y en la perspectiva cristiana, que tiene como clave hermenéutica completa «el Evangelio y el mandamiento nuevo de Jesucristo, cumplido en el misterio pascual».Por eso, exhorto a los estudiosos y a los pastores, a que ayuden a todos los fieles a acercarse también a estas páginas mediante una lectura que les haga descubrir su significado a la luz del misterio de Cristo».

Otro tema espinoso es la lectura fundamentalista de la Biblia. Ya lo había tratado la Pontificia Comisión Bíblica en su documento “La interpretación de la Biblia en la Iglesia” de 1993, que contiene un prefacio firmado por el entonces cardenal Joseph Ratzinger. En Verbum Domini Benedicto XVI escribe:

«Quisiera llamar la atención particularmente sobre aquellas lecturas que no respetan el texto sagrado en su verdadera naturaleza, promoviendo interpretaciones subjetivas y arbitrarias. En efecto, el «literalismo» propugnado por la lectura fundamentalista, representa en realidad una traición, tanto del sentido literal como espiritual, abriendo el camino a instrumentalizaciones de diversa índole, como, por ejemplo, la difusión de interpretaciones antieclesiales de las mismas Escrituras.

El aspecto problemático de esta lectura es que, «rechazando tener en cuenta el carácter histórico de la revelación bíblica, se vuelve incapaz de aceptar plenamente la verdad de la Encarnación misma. El fundamentalismo rehúye la estrecha relación de lo divino y de lo humano en las relaciones con Dios... Por esta razón, tiende a tratar el texto bíblico como si hubiera sido dictado palabra por palabra por el Espíritu, y no llega a reconocer que la Palabra de Dios ha sido formulada en un lenguaje y en una fraseología condicionadas por una u otra época determinada».

Pero, especialmente, aquellos que nos dedicamos a la animación bíblica, agradecimos enormemente las siguientes palabras:

«En este sentido, el Sínodo ha invitado a un particular esfuerzo pastoral para resaltar el puesto central de la Palabra de Dios en la vida eclesial, recomendando incrementar la “pastoral bíblica”, no en yuxtaposición con otras formas de pastoral, sino como animación bíblica de toda la pastoral. No se trata, pues, de añadir algún encuentro en la parroquia o la diócesis, sino de lograr que las actividades habituales de las comunidades cristianas, las parroquias, las asociaciones y los movimientos, se interesen realmente por el encuentro personal con Cristo que se comunica en su Palabra».

Y también afrontó en otros puntos la formación bíblica de todos los cristianos, la Lectio divina como magnífica forma de orar con a Palabra y la relación estrecha e imprescindible entre Palabra de Dios y justicia social.

Evidentemente, si tomásemos como punto de partida sus escritos anteriores a ser elegido Papa, o incluyésemos la trilogía sobre Jesús de Nazaret que ha firmado como Joseph Ratzinger, resultaría inabarcable en un artículo afrontar la riqueza de temas bíblicos abordados por Benedicto XVI a lo largo de su vida.

Damos gracias a Dios por su entrega y renuncia, por su libertad y coherencia, por su amor a Cristo, la Palabra de Dios, y a su Iglesia, testimonio para todos nosotros.

¡Muchas gracias Benedicto XVI!

*Quique Fernández es el Coordinador de la Escuela de Animación Bíblica de Barcelona. Consultas y comentarios a: bibliaypastoral@gmail.com

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Santa Sede


Jesús es la mano que Dios ha tendido al hombre
Enseñanza de Benedicto XVI en el Ángelus de hoy

Por Jose Antonio Varela Vidal

ROMA, 17 de febrero de 2013 (Zenit.org) - La meditación del papa durante en el rezo del Ángelus estuvo centrada en las tentaciones de Jesús, tal como se lee en el evangelio del primer Domingo de Cuaresma, “tiempo favorable para redescubrir la fe en Dios como criterio-base de nuestra vida y de la vida de la Iglesia”, según dijo.

Ante esto, hizo ver que el esfuerzo del hombre por vivir el plan de Dios será siempre “una batalla espiritual, porque el espíritu del mal, se opone a nuestra santificación y trata de hacer que nos desviemos del camino de Dios”.

Cuaresma, tiempo de conversión

Como cada año, en el primer Domingo de Cuaresma, se presenta el evangelio de las tentaciones de Jesús en el desierto. Fue a partir de este pasaje que el papa centró su enseñanza, recordando que “al comenzar su ministerio público, Jesús tuvo que desenmascarar y rechazar las falsas imágenes del Mesías que el tentador le proponía”.

Hoy, dijo, “estas tentaciones son también imágenes falsas del hombre, que en todo tiempo socavan la conciencia, disfrazándose de propuestas convenientes y eficaces, incluso buenas”.

En el relato de los evangelistas Mateo y Lucas, se presentan tres tentaciones de Jesús, “cuyo núcleo central consiste siempre en instrumentalizar a Dios para los propios intereses, dando más importancia al éxito o a los bienes materiales”, explicó el papa.

De esta manera, continuó, “Dios se vuelve secundario, se reduce a un medio, al final se convierte en irreal, ya no importa, se desvanece”. Ante esto el catequista universal preguntó a los fieles: “En los momentos decisivos de la vida (..) ¿o bien queremos seguir el yo, o a Dios? ¿El interés individual o el verdadero Bien, aquello que es realmente bueno?”

A fin de vivir a salvo del tentador, Benedicto XVI recordó que Jesús, “es la mano que Dios ha tendido al hombre, a la oveja perdida, para que vuelva a salvo (..) no tengamos miedo de afrontar también nosotros la lucha contra el espíritu del mal: lo importante es lo que lo hacemos con Él, con Cristo, el vencedor”.

En español

Ante la presencia de peregrinos de lengua española, el santo padre les dirigió las siguientes palabras:

“Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular al grupo del Colegio sacerdotal argentino de Roma. En esta Cuaresma pidamos al Señor que la contemplación de los misterios de su pasión, muerte y resurrección nos ayude a seguirlo más de cerca.

Al mismo tiempo, de corazón agradezco a todos su oración y afecto en estos días. Os suplico que continuéis rezando por mí y por el próximo Papa, así como por los Ejercicios espirituales, que empezaré esta tarde junto a los miembros de la Curia Romana. Llenos de fe y esperanza, encomendemos la Iglesia a la maternal protección de María Santísima”.

El texto completo del Ángelus aquí

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Hoy se inician los ejercicios espirituales en el Vaticano
Asisten el papa y los miembros de la Curia
CIUDAD DEL VATICANO, 17 de febrero de 2013 (Zenit.org) - A las 18 horas de hoy en Roma, primer domingo de Cuaresma, empezarán los Ejercicios Espirituales anuales en la Capilla Redemptoris Mater del Palacio Apostólico Vaticano, con la presencia del santo padre Benedicto XVI y la asistencia de los miembros de la Curia romana.

Las meditaciones de los Ejercicios, que culminan en la mañana del sábado 23 de febrero, estarán a cargo del cardenal Gianfranco Ravasi, presidente del Consejo Pontificio para la Cultura.

Según informa la sala de prensa de la Santa Sede, durante esta semana se suspenden todas las audiencias, incluida la audiencia general del miércoles 20 de febrero.

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Educación


La vocación sacerdotal, superabundancia de misericordia

Por Miguel Romano Gómez

GUADALAJARA, 17 de febrero de 2013 (Zenit.org) - Iniciamos con este artículo una nueva sección dedicada a la formación sacerdotal, a cargo del obispo auxiliar de la diócesis de Guadalajara, México, monseñor Miguel Romano Gómez.

*****

El perdón de nuestros pecados es uno de los más grandes dones que Dios, rico en misericordia, nos otorga y que ha querido depositar en nuestras frágiles manos. El don del sacerdocio nos configura con Cristo de tal manera actuamos in persona Christi, para administrar la gracia del perdón a nuestros hermanos. Es Jesucristo quien nos ha confiado el ministerio de la reconciliación (Cf. 2 Cor 5,18), el cual constituye una parte integral de nuestro sacerdocio; pues estamos llamados a ofrecer el perdón de Dios, y a proclamar con nuestra vida, principalmente en el confesionario, que Jesucristo conoce y se complace de nuestra debilidad.

El sacerdote es alter Christus, ipse Christus. Jesús irrumpe con su gracia de una manera especialísima en el sacramento del Orden, al grado ésta que imprime carácter, lo que nos dice que hemos recibido un don muy especial, muestra de una especial predilección de parte de Dios, quien nos ha llamado no solamente a ser sus ministros, sino sus más íntimos amigos. El sacerdocio es don y no un oficio u obligación, y por ello, en nuestras vidas se da una relación del todo singular con Cristo: es la relación entre un Don que penetra nuestra vida, y que nos configura de una manera especial con Él. Cuando se pierde de vista esta perspectiva de don, el sacerdocio pierde en gran medida su significado y se define por más en función de otras categorías, que por muy correctas y loables que sean, se corre el riesgo de convertir el sacerdocio en un merito o en una carga. Entonces, pasamos de ser amigos del Amigo, a mercenarios que esperan la paga al final de la jornada.

Vivir el sacerdocio como don implica vivir nuestro ministerio como un regalo que Dios nos ha otorgado para servir generosa y diligentemente a su Iglesia, administrando los más grandes tesoros, como es el poder perdonar los pecados para reconciliar a los hombres con Dios y con la Iglesia. Asimismo, esta actitud nos permite descubrir que la gracia recibida por el sacramento es “una superabundancia de misericordia”, pues Cristo nos llama a actuar como representantes suyos, aun sabiendo que somos pecadores. Sí, nuestro sacerdocio nació de la eterna misericordia de Dios, quien nos ha elegido teniendo en cuenta también nuestras debilidades. La conciencia del misterio del pecado en nuestras vidas y las infidelidades al amor que Dios ha derramado copiosamente en nuestros corazones, nos deben ayudar a ser más humildes para poder descubrir que no han sido ni nuestros meritos, ni nuestro esfuerzo, ni nuestros aciertos, lo que justifican o explican la donación de la gracia de Dios recibida por la imposición de manos y la oración consecratoria el día de nuestra ordenación. Nuestro sacerdocio se comprende, no contemplándose a nosotros mismos, sino solamente si lo consideramos como una gracia que brotó del costado abierto de Cristo (Cf. Jn 19,34).

Si vivimos nuestro sacerdocio como un don, y no como un derecho, seremos capaces de ser auténticos servidores de nuestros hermanos, a ejemplo de Cristo, el Siervo del Padre, pues la vocación sacerdotal implica una relación de servicio a Cristo y de su Iglesia. Como advertía el Cardenal Ratzinger: “Si el sacerdote viene definido como el siervo de Jesucristo, esto quiere decir que su existencia está determinada esencialmente como relacional (…). El sacerdote es servidor de Cristo por ser, a partir de él, por él y con él, servidor de los hombres”.

Nuestro ministerio será eficaz, creíble y fecundo tanto como logremos ser atenticos y solícitos servidores de los demás por Cristo, tal como Él nos lo mandó (Cf. Mc 9,35). Ante una cultura que ha perdido su capacidad de admiración y de descubrimiento de la presencia y gratuidad de Dios, se representa a nosotros el reto de vivir nuestro sacerdocio como un don precioso e inmerecido y que nos supera; lo cual implica vivir en continua gratitud por el don recibido, para configurarnos cada vez más con Cristo, servidor del Padre y de la humanidad.

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SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA


Beato Lucas Belludi
«Heraldo de san Antonio de Padua. Hermosa sinfonía de fraternidad y comunión»

Por Isabel Orellana Vilches

MADRID, 17 de febrero de 2013 (Zenit.org) - La vida de un apóstol es una aventura apasionante. Una misteriosa dádiva otorgada al margen de flaquezas y cualidades le hace permeable a la gracia. Lleno de celo apostólico, instado por el Espíritu Santo a compartir su fe con todo aquel que pase por su lado, tiene en sus manos la imponente responsabilidad de influir en la vida de una persona, –porque esa es la voluntad de Dios, que lo ha elegido libremente destinándole a dar abundantes frutos (Jn 15, 16-17)–, para que oriente sus pasos hacia Él. La gracia que siempre actúa poniendo en sus labios las palabras exactas que ha de pronunciar, y la disponibilidad de cada uno a recibir el don de la vocación, obran ese prodigio incomparable que han vivido en carne propia tantos hombres y mujeres de todos los tiempos. Lucas fue uno de los agraciados para seguir a Cristo y hacerlo, además, acompañando a uno de los más estimados santos de la Iglesia, Antonio de Padua. Por si fuera poco, el pistoletazo de salida para su entrega definitiva se lo dio personalmente san Francisco de Asís.

Nació en Padua, Italia, en el seno de la adinerada familia Belludi, a finales del siglo XII o al inicio del XIII. Fue un hombre profundo y sencillo, excelente predicador que poseía una vasta cultura. En 1220 fue cuando se produjo su decisivo encuentro con san Francisco. La presencia en la ciudad del Poverello tenía carácter apostólico. Era una escala que se produjo tras su paso por Oriente y aprovechó su estancia en Padua para fundar un convento cerca de Venecia, que se erigió al lado de la iglesia de Santa María de Arcella. Fue un lugar emblemático, lleno de historia. En el hospicio para los frailes que lo atendían, el santo de Asís, al igual que hizo con una integrante de las Damas Pobres de santa Clara, la beata Elena Enselmini, impuso a Lucas el hábito que le convertía en miembro de la orden de los Frailes Menores. Todo parece indicar que su amor por el sacerdocio se lo debió a Francisco que apreció en él las virtudes y disposición requeridas para ello.

Lucas convivió durante siete años, que se caracterizaron por una intensa labor apostólica, oración y penitencia, junto a esa primera comunidad que habitó el convento. Allí escribió los Sermones, que eran fruto de su reflexión y profundas vivencias. La divina providencia quiso que en esa época se encontrara con Antonio. Éste había regresado a Italia en 1227 después de haber predicado en el sur de Francia. Pentecostés de ese año había tenido un peso significativo en la vida de este gran santo capuchino, ya que fue designado Ministro provincial del norte de Italia. Lucas estuvo presente en ese capítulo general realizado en La Porciúncula, y ya no se separaría de él. De modo que, ambos, Antonio y él, llevaron el mismo camino, convirtiéndose en el brazo derecho de aquél. Le acompañó a todas partes, y fue testigo de su predicación ante el pontífice Gregorio IX en la cuaresma de 1227. Tres años más tarde, siempre unidos en el mismo espíritu, llegaron a la ciudad de Asís en la que se celebró nuevo capítulo general. Fueron instantes plagados de emociones y vivencias espirituales compartidos con numerosos frailes que se hallaban presentes en el traslado del cuerpo de san Francisco. Sus restos se encontraban en la iglesia de san Jorge y descansarían a partir de entonces en la basílica construida en la colina del Paraíso.

La salud de Antonio andaba entonces bastante maltrecha. Su fama de santidad le precedía y las noticias sobre los hechos prodigiosos que se obraban en su presencia habían traspasado fronteras. Nobles y plebeyos se lo disputaban. Al regreso de Asís, el conde Tiso lo acogió en Camposampiero. Lucas, que siempre estaba al lado de Antonio, previniendo su fin dispuso su traslado a Padua. Y fue en Arcella donde le acompañó y le asistió permaneciendo junto a él hasta que exhaló su último aliento el 13 de junio de 1231. El estrecho lazo que vinculó a ambos propiciaría su denominación de «Lucas de san Antonio». Después de la muerte de éste, Lucas fue elegido Ministro provincial en distintas ocasiones. En esa época, el temido Ezzelino II, que ejercía un poder autoritario en la región y oprimía a la Iglesia, tuvo noticias de su valentía porque no dudó en enfrentarse a su lugarteniente Ansedisio denunciando los constantes abusos, crueldades y tropelías del gobernante. El resultado fue el destierro y el embargo de las posesiones de su familia. Lucas prosiguió trabajando, redactando los Sermones de Antonio que publicó. Además, escribió sus propios Sermones Dominicales junto a diversas obras que en su mayoría aún permanecen inéditas. Testigo privilegiado de las virtudes del santo de Padua, fue promotor de su causa (Antonio fue canonizado a los once meses de su fallecimiento por Gregorio IX) y estuvo también al frente de la construcción de su basílica en esta ciudad. Entonces era provincial y en el transcurso de su misión fue artífice de nuevos conventos. Este hombre humilde y caritativo murió en el hospicio de la Arcella (Padua) el 17 de febrero de 1286. Se dio la circunstancia de que su cuerpo fue enterrado en el mismo sepulcro que inicialmente había acogido el de Antonio, sepultura que se halla en la basílica erigida en su honor. En 1971 sus restos se trasladaron a otra tumba ubicada en el mismo templo. Su culto fue aprobado el 18 de mayo de 1927 por Pío XI.

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Cuaresma


Vivir la Cuaresma con Faustino
Marianistas presentan la figura de un joven para los jóvenes
ROMA, 17 de febrero de 2013 (Zenit.org) - En esta Cuaresma que se inicia, la Compañía de María (Marianistas) presenta la figura del venerable Faustino Pérez-Manglano Magro, joven español muerto en 1963, quien fuera alumno del colegio Nuestra Señora del Pilar, y cuya figura se presenta como modelo de santidad para la juventud.

El medio principal para ello será un nuevo blog dedicado a Faustino (en cuatro idiomas), abierto con esta ocasión y que permanecerá activo más allá de las fiestas. Cada día de Cuaresma se propone un extracto del evangelio del día, una cita de Faustino y una meditación del padre José María Salaverri; todo ello ilustrado con una imagen adaptada al público joven.

Los participantes podrán publicar sus reacciones en el blog o en la red Facebook, y dialogar entre ellos. También se podrá seguir vía Twitter.

La Compañía de María es consciente que esta iniciativa contribuirá a la evangelización de los jóvenes de hoy y a hacer conocer mejor este don que Dios ha hecho a la Familia marianista y a la Iglesia en la persona de Faustino, a la espera su pronta beatificación.

Para participar:

faustino.marianistas.org
www.facebook.com/FaustinoPerezMaglano
twitter.com/faustinopm

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Foro


El papa no ha ejercido un poder, sino ha desarrollado una misión
Zenit acoge desde hoy el editorial semanal "Octava Dies" del portavoz vaticano

Por Padre Federico Lombardi, SJ

CIUDAD DEL VATICANO, 17 de febrero de 2013 (Zenit.org) - La declaración de renuncia al pontificado por el papa Benedicto XVI el pasado lunes sacudió el mundo, que fue tan inesperado e inusual para la mayoría de las personas, dentro y fuera de la Iglesia y el Vaticano. Todos hemos sido profundamente tocados y todavía estamos tratando de entender su alcance y su significado.

Pero, para ser honesto, es una decisión que ha sorprendido más quienes no lo conocían, que a quien lo conocía bien y lo seguía de cerca. Habló claramente de esta posibilidad en los momentos difíciles, en el libro-entrevista "Luz del mundo"; tenía una costumbre discreta y prudente de hablar sobre los futuros compromisos de su pontificado; era absolutamente claro que estaba desarrollando una misión recibida, más que ejerciendo un poder que poseía. Realmente no fue una falsa humildad con la que se había calificado al inicio del pontificado como "un humilde trabajador en la viña del Señor", siempre atento a comprometer sabiamente sus fuerzas físicas --de por sí no muchas--, con el fin de hacer mejor un trabajo inmenso que se le había confiado, tan inesperado para él, en una edad ya avanzada.

Admirable sabiduría humana y cristiana de quien vive delante de Dios en la fe, en libertad de espíritu, que conoce su responsabilidad y sus fuerzas, e indica con su renuncia una perspectiva de renovado compromiso y de esperanza. Un gran acto de gobierno de la Iglesia, no tanto, como algunos piensan, porque el papa Benedicto XVI no sintiese más fuerzas para guiar la Curia romana, sino porque ante los grandes problemas que enfrenta hoy la Iglesia y el mundo, de los que él es más que consciente, se requiere un gran vigor y ​​un horizonte temporal de gobierno, proporcional al tiempo de las empresas pastorales de amplio respiro y no poca duración.

Benedicto no nos abandona en los momentos de dificultad, con confianza invita a la Iglesia a confiar en el Espíritu y en un nuevo Sucesor de Pedro. En estos días, dijo que sentía casi físicamente la intensidad de la oración y el amor que lo acompaña. Sentiremos a su vez, la intensidad única de su oración y de su afecto hacia el sucesor y hacia nosotros.

Probablemente esta relación espiritual será aún más profunda y más fuerte que antes. Comunión intensa en una libertad absoluta.

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Flash


España: El Vía Crucis organizado por los Heraldos del Evangelio en San Isidro
Todos los mièrcoles de Cuaresma
MADRID, 17 de febrero de 2013 (Zenit.org) - En el contexto del Año de la Fe, todos los miercoles de la Cuaresma la asociación Heraldos del Evangelio, a pedido del párroco de la Colegiata de San Isidro El Real de Madrid, D. Ángel Luis Millares Sandín, realizará el ejercicio del Santo Vía Crucis a las 19:00 hrs en dicho templo. 

Están invitados a participar todos los fieles.

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Documentación


"El espíritu del mal se opone a nuestra santificación"
Reflexión del papa en el Ángelus

Por Benedicto XVI

CIUDAD DEL VATICANO, 17 de febrero de 2013 (Zenit.org) - En el primer domingo de Cuaresma, el santo padre Benedicto XVI rezó el tradicional Ángelus con los miles de fieles y peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro. Estas fueron las palabras del papa al introducir la oración mariana a pocos días de culminar su pontificado.

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¡Queridos hermanos y hermanas! 

El miércoles pasado, con el tradicional Rito de las Cenizas, entramos en la Cuaresma, un tiempo de conversión y penitencia en preparación para la Pascua. La Iglesia, que es madre y maestra, llama a todos sus miembros a renovarse en el espíritu, a reorientarse de modo decisivo hacia Dios, renegando del orgullo y del egoísmo para vivir en el amor.

En este Año de la fe, la Cuaresma es un tiempo favorable para redescubrir la fe en Dios como criterio-base de nuestra vida y de la vida de la Iglesia. Esto siempre implica una batalla, una batalla espiritual, porque el espíritu del mal, naturalmente, se opone a nuestra santificación y trata de hacer que nos desviemos del camino de Dios. Por esto, en el primer domingo de Cuaresma, es proclamado cada año el evangelio de las tentaciones de Jesús en el desierto.

Jesús, de hecho, después de recibir la "investidura" como el Mesías --"ungido" por el Espíritu Santo--, en el Bautismo del Jordán, fue llevado por el mismo Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. Al comenzar su ministerio público, Jesús tuvo que desenmascarar y rechazar las falsas imágenes del Mesías que el tentador le proponía. Pero estas tentaciones son también imágenes falsas del hombre, que en todo tiempo socavan la conciencia, disfrazándose de propuestas convenientes y eficaces, incluso buenas.

Los evangelistas Mateo y Lucas presentan tres tentaciones de Jesús, separándolas en partes por un orden. Su núcleo central consiste siempre en instrumentalizar a Dios para los propios intereses, dando más importancia al éxito o a los bienes materiales. El tentador es astuto: no empuja directamente al mal, sino a un falso bién, haciendo creer que la verdadera realidad es el poder y aquello que satisfaga las necesidades básicas. De esta manera, Dios se vuelve secundario, se reduce a un medio, al final se convierte en irreal, ya no importa, se desvanece. En última instancia, lo que está en juego en las tentaciones es la fe, porque está en juego Dios. En los momentos decisivos de la vida, aún en retrospectiva, en cualquier momento, nos encontramos en una encrucijada: ¿o bien queremos seguir el yo, o a Dios? ¿El interés individual o el verdadero Bien, aquello que es realmente bueno?

Como nos enseñan los Padres de la Iglesia, las tentaciones son parte del "descender" de Jesús a nuestra condición humana, en el abismo del pecado y de sus consecuencias. Un "descenso" que Jesús ha recorrido hasta el final, hasta la muerte en cruz y a los infiernos del extremo alejamiento de Dios. De esta manera, Él es la mano que Dios ha tendido al hombre, a la oveja perdida, para que vuelva a salvo. Como enseña San Agustín, Jesús tomó de nosotros la tentación para darnos su victoria. Por lo tanto no tengamos miedo de afrontar también nosotros la lucha contra el espíritu del mal: lo importante es lo que lo hacemos con Él, con Cristo, el vencedor.

Y para estar con Él dirijámonos a la Madre, María: invoquémosla con confianza filial en los momentos de prueba, y ella nos hará sentir la presencia poderosa de su divino Hijo, para rechazar las tentaciones con la Palabra de Cristo, y así poner a Dios en el centro de nuestras vidas.

Traducción del original italiano por José Antonio Varela V.

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