15.02.13

Vagancia y progrez

A las 10:20 AM, por Jorge
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Es una maldad de servidor, pero cada vez estoy más convencido de que la progrez absoluta es un fantástico refugio de vagos. Pienso en ejemplos y es que cada vez estoy más convencido de esto. Vamos a ello.

Lo normal de una parroquia se nos va en tres direcciones: celebrar los sacramentos, anunciar la Palabra y el servicio de la comunidad y de los pobres. Tela el asunto. Vamos por partes.

Celebrar los sacramentos es tener tu horario de misas y confesiones para empezar. Es celebrar estudiando la liturgia, conociendo las rúbricas, preparando las celebraciones. Te llega el progre y te dice: bobadas, mejor celebrar cuando la comunidad quiere, y como nos parece. Pues ya se ha quitado un montón de trabajo de encima. Confesar requiere horarios de confesionario. Pero si yo digo que confesarse es una bobada y mejor una celebración dos veces al año con absolución general, pues más comodidad todavía.

¿Bautizos? No tiene sentido. Mejor de adultos. Hala, otra cosa menos. ¿Catequesis de niños? Para lo que aprenden… ¿De adultos? Ya saben ellos lo que tienen que hacer. ¿Jóvenes? No vienen. ¿Se dan cuenta? El cura se nos está quedando en paro.

Bueno, a ver si al menos hay horas de despacho. Pues no, porque hay que superar una iglesia de papeles y a la gente hay que atenderla por la calle. ¿Y Cáritas? No tiene sentido, porque la caridad es estar con la gente, escucharles, estar a su lado. ¿Y jornadas como la JMJ? Nada de nada, eso sólo sirve para exaltación del papa. No hablemos de estudiar. Porque con saberse el espíritu del concilio basta, espíritu que cada cual se fabrica a su manera.

No se rían que estas cosas pasan. Al final el señor cura progre es alguien que celebra misa cuando le parece y como le parece, que no sabe lo que es tener horario de confesiones, que no entiende muy bien el sentido de la catequesis, que pasa del despacho y de papeles y hace Cáritas saludando a la gente por la calle. Eso sí, cobra cada fin de mes como un conservador cualquiera.

Me contaban hace no mucho de un cura progre entre los más progres que apareció en una reunión con un teléfono digital de ultimísima generación. Creo que un compañero, muerto de risa, le dijo: “pero hombre, que los carcas tengamos teléfonos buenos ya se sabe, para eso somos conservadores, pero que un cura de la opción por los pobres vaya por la vida con eso…”

He conocido curas muy progres. Y cuanto más progres, más se escaqueaban de la parroquia y más puentes se largaban. Habré tenido mala suerte, pero como lo viví, lo cuento.