14.02.13

Opinión personal sobre la renuncia de Benedicto XVI

A las 7:47 AM, por Tomás de la Torre Lendínez
Categorías : General

Han pasado tres días desde el histórico 11 de febrero, cuando la suave voz de Benedicto XVI, anunciaba, urbi et orbe, su retirada del ministerio petrino al faltarle las fuerzas y tras haberlo pensado ante su conciencia y el mismo Dios.

Las reacciones de los medios de comunicación han acogido firmas de articulistas y ensayistas clasificables. Una mayoría absoluta ha entendido e interpretado la renuncia papal como un servicio más de los tantos que Benedicto XVI ha dado a la Iglesia Católica, y por lo tanto, han comentado que el agradecimiento es la mejor despedida que puede recibir un Papa que renuncia al cargo, algo tan legal como seguir ejerciendo el Pontificado hasta dar su vida como han hecho los antecesores.

Una minoría, de las firmas publicadas, se ha permitido sugerir que debería haber aguantado, a pesar de los achaques de salud, hasta el último suspiro dentro del apartamento papal ubicado en el interior del Vaticano.

Intento aportar una tercera vía al debate de estos días en los medios de difusión mundial. Es el siguiente.

Miremos cómo la historia nos presenta a los Papas y los modos pastorales de vivir el ministerio según cómo y cuando.

1.- Durante el antiguo régimen, cuando los Papas eran jefes de los Estados Pontificios, nos encontramos con sucesores del apóstol Pedro que llevaban armadura, celebraban misa con espada, montaban a caballo, arengaban a sus súbditos y ejércitos, conveniaban santas alianzas contra los enemigos de la fe, o los países hostiles y deseosos de domeñar la libertad de la Santa Iglesia Romana.

Todos los Papas morían con las botas puestas, o en la cama de su habitación vaticana.

Las consecuencias de aquellas maneras pastorales las recogen los libros de historia con todo lujo de detalles. Tengo ahora mismo en mis manos Diccionario de los Papas, escrito por Juan Dacio, con prefacio de Vintila Horia, publicado en Ediciones Destino, de Barcelona, en el año 1963.

Reconozco que modernamente se han publicado mejores monografías sobre los Papas, pero no deseo agotar el tema aportando más bibliografía.

2.- En los convulsos años del siglo XIX, durante el pontificado de Pío IX, se produjeron los acontecimientos de la búsqueda de la unidad de la península italiana hasta nacer el Estado italiano.

Caído el poder temporal de los Papas, éstos se consideraron a sí mismos, como los Prisioneros del Vaticano, Pío IX, León XIII, Pío X, Benedicto XV, a penas salían de los muros de los palacios apostólicos. La reclusión voluntaria debía romperse.

Pío XI con la firma de los Pactos de Letrán en 1929, daba a la historia el nacimiento del Estado del Vaticano, tal como lo conocemos a fecha de hoy. Se entraba en otra etapa de gobierno pastoral más abierto a la ciudad de Roma y al resto del mundo.

3.- El Concilio Vaticano II, cuyo cincuenta aniversario celebramos, abrió la Iglesia Católica al dialogo con el mundo moderno. En este aspecto la figura del Papa se convierte en peregrino por el mundo, el primero en hacerlo es Pablo VI con su conocido viaje a la asamblea de las Naciones Unidas en Nueva York, donde tuvo un memorable discurso a todos los representantes del mundo.

El Espíritu Santo trajo una sonrisa rápida en Juan Pablo I que duró treinta y tres días en el solio de San Pedro.

Tras aquella fugacidad apareció el ciclón llamado Juan Pablo II, quien durante más de veinticinco años, recorrió el mundo entero, juntaba las multitudes en los estadios, arrastraba a los jóvenes en las Jornadas Mundiales de la Juventud, y puso un estilo nuevo de ejercer el ministerio petrino solamente apto para personas de su fuerza y dinamismo.

4.- Benedicto XVI es elegido en el año 2005. Desde antes su salud era quebradiza. Había sufrido episodios cardiovasculares. Durante los ocho años se ha esforzado al máximo para cumplir con su misión de Siervo de los Siervos de Dios lo mejor posible dentro de sus achaques de salud.

Conocedor de su inmensa función pastoral, ha hecho uso de los cánones del Código de Derecho Canónico, ante la evidencia de falta de fuerzas físicas para seguir pastoreando la Iglesia universal.

Conclusión

Con esta decisión se entra en una nueva etapa histórica de la Iglesia, que es solamente conocida en los libros de historia cuando ocurrió hace varios siglos.

A partir de ahora, Benedicto XVI ha puesto en circulación un nuevo concepto del Papado: la jubilación es algo muy natural en la vida actual. Los obispos y los curas se jubilan a los 75 años.

¿Por qué no puede un Papa dejar su ministerio y retirarse a vivir entre la oración y el estudio hasta que el Señor lo llame a la Casa del Padre?

Los sucesores de Benedicto XVI tienen la opción, llegado el momento, de imitar a los antecesores y morir con las botas puestas. O seguir el ejemplo de la renuncia. Tan dignas son ambas formas de llegar al final del servicio a la Iglesia Católica.

Por lo tanto, Benedicto XVI no ha traicionado ni la Tradición, ni nada esencial dentro de la Iglesia. Ha modernizado el Papado al nivel de cualquier ciudadano, quien, llegada la edad por enfermedad y falta de fuerzas puede jubilarse con todos los honores.

¿Por qué el Papa no puede hacer lo que disfrutan todos los seres humanos: jubilarse y dejar paso a otro más joven que tome las riendas pastorales de la Iglesia?.

Tomás de la Torre Lendínez