Cuaresma, un tiempo necesario


 

María del Carmen Ledesma – diocesismalaga.es

A lo largo del año tenemos distintos momentos para reflexionar y para acercarnos directamente a Dios. Cada uno nos lo ofrece de una manera diferente: en el Adviento, por ejemplo, nos preparamos porque sabemos que se acerca el momento de la llegada de Dios a la tierra… y en la Cuaresma nos encontramos con un tiempo de especial preparación.

¿Qué es la Cuaresma?

Todos los tiempos que nos marca la Iglesia son especiales, pero éste tiene un tinte distinto: nos sirve para comprender ese amor tan infinito que Dios nos entregó de una manera especial a través de su Hijo. Sólo así podremos entender qué es la Pascua de Resurrección y sentirnos contentos y satisfechos, vivir con intensidad y plenitud como cristianos, ese tiempo de Resurrección. Nada tendría sentido si los cristianos no trabajáramos sobre esa idea fundamental que es la que nos marca.

¿Para qué nos sirve?

¿Se puede vivir la Semana Santa y la Pascua sin aprovechar este tiempo previo? Yo creo que no. Es un trabajo necesario y obligado para todos los cristianos, sin el cual no vivimos con intensidad lo que ha de llegar. Todo requiere un tiempo de profundización, y cuando lo has vivido interiormente, e incluso de forma compartida en retiros, oraciones, etc., es cuando puedes entender muchas cosas. Cristo se entrega por nosotros con una generosidad más que infinita y este tiempo es justamente lo que nos tiene que servir para hacer nuestro este gesto. Lamentablemente, estamos viviendo tiempos de estrés continuo, de agendas repletas, y no tenemos ocasión para esas paradas obligatorias. Pero hay que lograrlo. En ocasiones, les comento a mis hermanos que Dios está en todas partes, pero que nosotros tenemos que sentarnos con Él, tenemos que ofrecernos la posibilidad de ese tiempo de reflexión y conversión para valorar realmente el significado de la cruz, de la muerte de Cristo y de la Resurrección. Entender la entrega de Cristo es muy importante para el cristiano. Para mí ésa es la culminación de la vida de fe: entender que el amor que llevó a Cristo a la cruz resucita cada día en nuestros corazones.

Cuaresma, ¿para quién?

Es cierto que en las cofradías entramos, en Cuaresma, en un tiempo de mucha actividad, pero nada de eso tiene sentido si detrás no hay una base, si no la completamos. La estación de penitencia es la culminación de un trabajo previo, es demostrar en la calle lo que vivimos, y estaría vacía si nosotros mismos no sabemos lo que estamos haciendo.Pero no nos engañemos, ese gran reto que sentimos en las cofradías es una obligación que tenemos todos, cada uno desde su movimiento, desde su parroquia, desde el lugar donde esté implicado y participe. Podemos ser realidades diferentes, pero todos tenemos el mismo tronco y la misma raíz desde la que crecer, aunque seamos ramas distintas.

Claves de la Cuaresma

Oración: Los cristianos debemos tener un tiempo de oración todos los días. Es importante que seamos hasta “rígidos” en ese sentido, porque igual que tenemos unos hábitos, como el de la comida, que es importante para nuestro cuerpo, también es importante para nuestra alma, para nuestro espíritu, tener un tiempo de oración. En este tiempo de Cuaresma, quizás esa oración debe estar más marcada aún por el recogimiento, por la reflexión personal, por ese tiempo que nos permite descubrir la importancia que tiene prepararnos para la llegada de ese amor tan infinito que nos espera en la cruz. Para rezar es fundamental que seamos capaces de crearnos un hábito. Igual que salimos a pasear, podemos decir: “ahora me toca mi ratito de lectura del Evangelio”, y así poder reflexionar y encontrar respuesta a las inquietudes que todos tenemos.

Ayuno: Yo siempre he entendido el ayuno como el privarnos de algo que, en un determinado momento, nos apetece. Recuerdo de pequeña el no comer carne los viernes y mi madre lleva a rajatabla la alimentación propia de la Cuaresma, pero yo le quiero dar una dimensión más, y lo planteo como privarme de algo que realmente me apetece, hacer un sacrificio para entender verdaderamente el valor de las cosas.

Caridad: El compartir es fundamental. Es momento de ser un poco más desprendidos con todo lo que tenemos. A veces no valoramos las situaciones que viven otras personas. Lamentablemente hoy por hoy disponemos de cosas fantásticas a las que no somos capaces de renunciar. Por eso entiendo esta clave como el compartir, compartir lo poco o lo mucho que tengamos de una manera generosa, y ponernos en la situación del otro, abrirnos a los demás, no sólo desde la perspectiva económica, porque quizás no podemos dar nuestro dinero pero sí nuestro cariño, nuestra ilusión. Incluso nuestros momentos de oración también podemos vivirlos de forma compartida.