12.02.13

Benedicto XVI y los dones del Espíritu Santo

A las 7:34 AM, por Tomás de la Torre Lendínez
Categorías : General

La Iglesia Católica es noticia constante en la Buena Nueva predicada desde el día de su nacimiento en la Pascua de Pentecostés, cuando el Espíritu Santo descendió en forma de lengua de fuego sobre los Apóstoles reunidos en el Cenáculo.

Aquel día, no hubo necesidad de usar traductores simultáneos, San Pedro era entendido por todos los miles de oyentes llegados de numerosos puntos de los pueblos cercanos “en su propia lengua”.

Aquel mismo Espíritu Santo conductor y guía de la Iglesia hasta hoy, ha demostrado que sigue actuando en la persona del Papa Benedicto XVI, cuando éste ante Dios y su conciencia ha tomado la valiente e histórica decisión de renunciar a su servicio ministerial para el que fue elegido en el mes de abril de 2005.

En el Papa se han reunido los siete dones del Espíritu Santo, de la siguiente forma:

Benedicto XVI goza de una sabiduría por encima de todos sus compañeros y coetáneos. Es la sabiduría de la sencillez, afabilidad, serenidad, paz y sosiego.

Benedicto XVI posee una inteligencia capaz de descubrir los signos de los tiempos.
Es la inteligencia de un profundo conocimiento de la Teología, sabiendo hacer cercana la hondura de los misterios de nuestra fe a los hombres de hoy.

Benedicto XVI actúa con un consejo iluminador de los caminos que llevan a Dios.
Es el consejo lleno de una clara luz para conducir el rebaño a él confiado por el Señor, sabiendo llevarlo por las sendas conductoras a la vida eterna.

Benedicto XVI vive una fortaleza muy por encima de las fuerzas puramente humanas.
Es una fortaleza que le ha ayudado a vivir, a pesar de sus dolencias puramente físicas y humanas, y llegar con plena lucidez a dar un paso histórico: saber retirarse a tiempo para no ser una carga al gobierno de la Iglesia Católica.

Benedicto XVI tiene una ciencia capaz de, en las distancias cortas y en los encuentros masivos, de atinar con las palabras transmisoras de salud espiritual.
Es una ciencia alejada de las vanidades humanas y de los honores huecos. Es la ciencia que lleva más cerca de Dios en el retiro y en la hondura de la vida espiritual.

Benedicto XVI tiene una piedad clavada en las fuentes patristicas de las que nos ha dado muestra en su doctrina a lo largo de sus catequesis al pueblo cristiano en las audiencias generales durante todo su pontificado.
Es una piedad aprendida en su contacto con la belleza de lo sublime, como, por ejemplo la música y el deleite de la visión de las obras de arte como prolongación de la obra creadora del Señor.

Benedicto XVI ha demostrado sentir el santo temor de Dios de forma elegante y comedida envuelta en su afable timidez natural en su manera de ser.
Es un santo temor de Dios tras elegir su nombre como sucesor de Pedro: Benedicto, Benito, patrón de Europa, fundador de la vida monástica resumida en el Ora et labora, donde ahora se retira el Papa en un monasterio de contemplativas para continuar sus oraciones y sus trabajos sobre la ciencia de la Teología.

Conclusión

Los medios de comunicación seguirán en los próximos días muy atentos de la vida de la Iglesia Católica. Esto es bueno, porque estamos ya asistiendo a una página de la historia eclesial que, con la naturalidad que se ha producido, seremos testigos de una sucesión apostólica nueva: un Papa se jubila y otro accede a la silla de Pedro.

Ruego a todos los medios de comunicación que informen con verdad y responsabilidad, es la única manera de realizar su papel comunicador de los acontecimientos que se avecinan y de hacer historia de un presente nuevo y realmente valiente abierto por un Papa que ha puesto fecha a su jubilación.

Tomás de la Torre Lendínez