Priorizan la ideología a la asistencia espiritual

El gobierno de Venezuela prohíbe la asistencia religiosa a los presos

 

El Ministerio de Prisiones de Venezuela ha dictaminado que la ideología política del país tiene prioridad sobre la asistencia religiosa. En los trágicos acontecimientos que tuvieron lugar en el centro de detención de Uribana 25 de enero, uno de los muertos era el pastor evangélico Segundo Camejo, voluntario en este centro de detención.

12/02/13 3:20 PM


(Fides/InfoCatólica) Justo después de esta tragedia, las jerarquías religiosas, tanto de la Iglesia Católica como de las comunidades eclesiales evangélicas, se han quejado de que las autoridades niegan el acceso a las prisiones para dar asistencia religiosa a los detenidos.

En una nota enviada a la Agencia Fides, el Procurador Delegado para la Pastoral de Cárceles de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), P. Ponc Capell, aseguró que las autoridades no han dado ninguna indicación de querer mantener un compromiso con la asistencia religiosa a los reclusos, sino que, por el contrario, en muchos casos ignoran este ley. 

De hecho, de los 40 capellanes nombrados por la Conferencia Episcopal a nivel nacional, sólo 26 han sido reconocidos por el gobierno. El P. Capell señaló que hay más de 300 laicos comprometidos en el trabajo voluntario en los 40 centros penitenciarios del país, denunciando la politización de la cuestión de las prisiones. También lamentó que se promueva más el voluntariado ideológico que el de asistencia religiosa. «Pero vamos a seguir trabajando con más energía y entusiasmo, porque sabemos que los gobiernos pasan,  mientras que la Iglesia permanece. Además siempre habrá gente dispuesta a compartir la experiencia de Dios y tienen la motivación para el cambio», dijo.

María José González, Director de Caritas oficina en Los Teques, que durante seis años trabajó en el Ministerio de región Penitenciario de Miranda, dijo: «Desde diciembre de 2011 no entran formalmente en las cárceles, ya que tienen una prohibición explícita del gobierno, de modo que nuestros voluntarios tienen que ir a visitar a los presos como si fueran una visita familiar, pero esto limita severamente el trabajo con los internos y también que su rehabilitación».