CARTA DEL OBISPO

MENSAJE DE FELICITACIÓN DE LA NAVIDAD

EL MISTERIO DE LA NAVIDAD Y LA VIDA CRISTIANA

 

 

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SANTANDER | 24.12.2013


Queridos hermanos en Cristo:

Un año más me dirijo a todos vosotros, niños, jóvenes, adultos y ancianos; sacerdotes, diáconos, seminaristas, personas consagradas y fieles laicos; Medios de Comunicación Social de Cantabria,  para felicitaros de corazón la Navidad como vuestro Obispo y Pastor.

 No es lo mismo la Navidad  que las navidades. Navidad es la conmemoración anual del misterio de un Dios que se hace hombre en las entrañas purísimas de la Virgen María. Es la celebración asombrada y agradecida del paso del Señor por la historia de los hombres. Las Navidades vienen a ser un carrusel de festejos, una traca de sentimientos, bajo cuya fronda laica y comercializada resulta cada vez más difícil reconocer el rostro de la verdadera Navidad. Los árboles de las navidades no dejan ver el bosque de la Navidad.

            Navidad: celebración del misterio de la Encarnación.  El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros (Jn 1, 14). Esta afirmación del prólogo del evangelio de San Juan es la gran obertura de la sinfonía teológica de la Navidad. En Cristo la Revelación de Dios logra su plenitud. Es total y definitiva. Es el Verbo, la Palabra en la que Dios se dice; la Imagen en la que se expresa; el Mensaje y el Mensajero.

            Nuestra participación en el misterio. Uno de los grandes temas de la Navidad es el “admirable comercio”: el intercambio maravilloso, del que hablan los Santos Padres. El Hijo de Dios se hace hombre, para que el hombre participe de la naturaleza divina. La Navidad es la parábola del compartir.

            Navidad y familia. La salvación de Dios se ha hecho presente a través de una experiencia de familia. Por eso la Navidad es tiempo de familia, donde hay siempre un sitio libre en el hogar y una silla dispuesta, la mesa preparada, “caliente el pan y envejecido el vino”. En Navidad dirigimos nuestras miradas y elevamos nuestros corazones a la Sagrada Familia de Nazaret: Jesús, María y José.

            La familia y la crisis económica. En medio de la grave crisis económica que padecemos, la familia es un lugar privilegiado para vivir la solidaridad. El hogar es el cobijo en las situaciones de intemperie. La crisis se soporta mejor gracias a la familia, que es remedio y ayuda. ¡Cuidemos la familia, esta comunidad de vida y amor, este techo protector en la salud y en la enfermedad, en el gozo y en la tribulación, en la cercanía y en la distancia!

Felicitación para todos

            Feliz Navidad a vosotros, diocesanos y cántabros. Celebráis la Navidad y no sólo las navidades: si creéis en el anuncio del ángel; si os acercáis al pesebre; si preparáis la cuna para que el Niño Dios nazca en vuestros corazones; si no sólo hacéis el Belén, sino que sois un belén viviente, “casa del pan” para el pobre y el desvalido; si lleváis un poco de luz en la noche obscura del mundo; si sois solidarios con los más vulnerables y necesitados.

            Celebremos, hermanos, la Navidad, fiesta de la alegría.  “La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él, son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior y del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría” (Papa Francisco, Evangelii gaudium, n. 1).

Para terminar este mensaje de felicitación y solicitar vuestra adhesión a la Navidad que viene de manos de la Virgen María, dejadme que lo haga dando la palabra a San Juan de la Cruz. Suyo es este verso que rezuma toda la ternura de lo que se anuncia en la Noche Buena:

“Del Verbo divino
la Virgen preñada
viene de camino.
¡Si le dais posada!”
 

¡FELIZ NAVIDAD!

            Con mi afecto, agradecimiento y bendición,

+ Vicente Jiménez Zamora
Obispo de Santander