Es preciso aceptar los principios de la ley moral natural

El mensaje para la Jornada de la Paz es «casi una pequeña encíclica», dice el director de L'Osservatore Romano

 

En la edición semanal española de L’Osservatore Romano, su director, Giovanni Maria Vian califica hoy al mensaje del Papa Benedicto XVI para la Jornada mundial de la Paz «como una pequeña encíclica», que recuerda que «no hay que resignarse a la dureza inspirada por criterios de poder o de beneficio», y que «el reconocimiento de la ley moral natural» es precondición para la paz en el mundo.

16/12/12 9:27 PM


(L'Osservatore Romano / InfoCatólica) El director del diario vaticano recuerda que el mensaje del Santo Padre  para la Jornada Mundial de la Paz, que se celebra el 1 de enero, tiene como fondo “dos acontecimientos de hace medio siglo: el inicio del Concilio Vaticano II, abierto el 11 de octubre de 1962, y la Pacem in terris del 11 de abril de 1963, la última encílica de Juan XXIII que indicó los cuatro fundamentos –verdad, libertad, amor, justicia– para una convivencia pacífica”.  

Vian afirma que hay un contexto “marcado por conflictos y vientos de guerra, causados o reforzados por fenómenos varias veces denunciados no sólo por la Santa Sede, y de nuevo enumerados: desde el desordenado capitalismo financiero hasta el terrorismo, los fundamentalismos y los fanatismos que desfiguran el rostro auténtico de la religión”. En ese ambiente, el Papa “renueva un eslogan de los más eficaces de Pablo VI”, el de que “La paz no es un sueño, no es una utopía: la paz es posible”. 

El Papa Benedicto XVI, resume el director de L’Osservatore,  incluye en su mensaje la “crítica al liberalismo radical y a la tecnocracia, y la defensa del derecho al trabajo”, así como “temas como la estructuración ética de los mercados y la crisis alimentaria”. Pero siempre “con la convicción de que el papel de la familia y el de la educación siguen siendo fundamentales”. 

Para hacer posible la paz, prosigue Vian, insiste el Papa en que es preciso reconocer “la ley moral natural”, contra la que se dirigen quienes legislan los “pretendidos derechos al aborto y a la eutanasia” y “los intentos de hacer jurídicamente equivalentes a la estructura natural del matrimonio distintas formas de unión de hecho”. Estos principios de la ley natural, subraya el Papa que “están inscritos en la naturaleza humana, reconocibles con la razón y por lo tanto comunes a toda la humanidad”. 

Al presentarlos así, Benedicto XVI confirma a los católicos que están librando en diversos países “esta batalla cultural de apoyo a los principios comunes a todos”, con “la convergencia de creyentes y no creyentes de distintas pertenencias religiosas e ideales”, y pone el ejemplo de Francia, “donde alrededor de la postura de la Iglesia católica, contraria al matrimonio homosexual, se están encontrando ortodoxos y protestantes, judíos, musulmanes e intelectuales laicos”. 

Giovanni Maria Vian subraya también en el mensaje del Papa, que “el reconocimiento del principio de la objeción de conciencia frente a leyes que introducen atentados a la dignidad humana” ayuda a la construcción de la paz, y que “la libertad religiosa, tema también especialmente querido para las Iglesias hermanas de la ortodoxia, como subrayó en la fiesta de san Andrés el Patriarca Bartolomé, se debe promover” en su más amplio y positivo sentido, como “como libertad de expresión pública de la religión”.