16.12.12

 

Fragmentos de apocalipsis (23)

“Así como no hay nada más tonto que tratar las cosas serias de una manera frívola, del mismo modo nada hay tan divertido como tratar de un asunto baladí sin dar sospechas de que lo sea”. Estas palabras, de Erasmo de Rotterdam, se encuentran en la carta a su amigo Tomás Moro –santo mártir– con la que introduce su Elogio de la locura (1511). Más adelante, se pregunta: “Criticar las costumbres de los hombres sin atacar a nadie individualmente, ¿es acaso morder, o más bien enseñar y aconsejar?”. ¿Cuál era el propósito de Erasmo? Juzgar de forma divertida una serie de cosas de su tiempo, sobre todo a nivel eclesial, que se apartaban de lo virtuoso y de lo que él, como humanista, entendía que debía ser el carácter de la Iglesia.

Y he recordado sus palabras al ver lo que estos días se está publicando en los medios de comunicación en torno al fin del mundo –supuestamente anunciado por los mayas–. En algunos otros artículos de esta serie, como diría el autor renacentista, “nos hemos limitado a pasar revista a las ridiculeces más bien que a las torpezas”. Como la Cumbre Espiritual Planetaria que se celebrará en México dentro de nada. Y es que de ridiculeces está llena la actualidad. Veamos algunos ejemplos para descubrir hasta dónde llega la tontería humana.

Algunas de las noticias no pasan de lo curioso, como la celebración del denominado “Concierto para el fin de los tiempos”. La fecha está clara: el próximo 21 de diciembre. ¿Y el emplazamiento? Si han pensado que tendrá lugar en México, o en un enclave simbólico para el mundo del esoterismo, se equivocan. Será en Dresde (Alemania). ¿La razón? Que allí se encuentra, en la Biblioteca Estatal de Sajonia, el Codex dresdensis, uno de los tres manuscritos mayas en los que se recoge la supuesta profecía de este fin del mundo tan cercano. En este concierto, retransmitido en directo para todo el mundo, participarán con una conexión vía satélite una cantante y unos músicos mayas, y la misma Orquesta Sinfónica de Dresde, para la promoción del acto, esgrime el argumento del apocalipsis y afirma que su objetivo es “unir en directo a la orquesta con México y actuar con una sola voz con el pueblo maya. Una fiesta para un cambio de los tiempos, en todo el mundo y conmovedora”.

Cambiamos ahora de tema y lugar. Una noticia que se ha repetido desde hace mucho tiempo es la aparición de personas o grupos que han construido búnkeres para protegerse del cataclismo final. No es algo novedoso, ya que ha pasado en otras ocasiones anteriores, y que algunas sectas emplearon como un medio de asegurarse la supervivencia. Lo último y más extravagante que acabo de ver es que una productora de pornografía de California ha construido un “búnker sexual” para invitar a unas 1.500 personas que podrán participar en una orgía gigantesca, la que sería la última orgía de la historia, o al menos de la era presente. Hasta se ha publicado el plano del refugio, que serviría para proteger de cualquier modalidad del acontecimiento final. No tengo palabras.

En el caso anterior, como en otros, se puede percibir un claro sentido comercial y publicitario. Hay empresas que han visto el filón de un tema que interesa y se están aprovechando de él para hacer negocio, simplemente. El mundo del turismo lo ha visto claro, y México y El Salvador, por ejemplo, han visto aumentar en gran medida el número de sus visitantes extranjeros. Para facilitarlo, se han organizado muchos eventos relacionados con el fin del 21 de diciembre: rituales, danzas prehispánicas, eventos gastronómicos, encuentros espirituales, etc. Parece que a veces todo vale con tal de que se mueva el dinero. Un caso en el que se unen elementos de las dos historias que he contado más arriba es el de Londres, donde una convocatoria muy difundida ha sido el “Día Zero”. Los pinchadiscos –ahora DJ– de la capital británica proponen una maratoniana sesión de música y baile de un día entero, para que el personal se mueva hasta la extenuación, como si no hubiera un mañana.

Aunque, hablando de negocio, nada mejor que una cena organizada en Hong Kong, con su propio “Menú del juicio final”. ¿Saben cuánto cuesta el cubierto? Nada menos que 2.112 dólares. Si hablamos de comida, no podemos olvidar las “trufas del fin del mundo”, que han tenido un gran éxito en México. Otros que han visto enseguida la veta crematística del tema son, cómo no, los que se dedican a fabricar o vender objetos para la supervivencia. Aunque siempre hay gente que está obsesionada con que el fin está cerca y quiere sobrevivir a cualquier precio, la difusión tan amplia de la fecha del 21 de diciembre como un apocalipsis posible ha hecho que vean crecer la demanda de sus productos. En Rusia se ha vendido mucho un “kit” para el apocalipsis maya, con diversos productos. Los inventores lo hicieron como una broma, pero la venta se ha multiplicado y los ha desbordado. ¿Cuánto dinero estarán moviendo todas estas cosas? Nunca lo sabremos.

En esto de la seguridad, más allá de los búnkeres tradicionales, hay algo que ha llamado la atención, y que queda un poco lejos de los lugares mayas. Tenemos que irnos hasta China, donde un agricultor, Liu Qiyuan, se ha hecho famoso por haber ideado y fabricado unos grandes refugios esféricos para protegerse del fin del mundo. El contexto, para entender que se haya llegado a esto, es el de un país donde se ha extendido el rumor del posible “acabose”, hasta el punto de darse el arresto de ciudadanos por el hecho de vocear por las calles que el 21 de diciembre todo se vendrá abajo. Pues bien, el señor Qiyuan ha construido unas grandes esferas donde podrían entrar hasta 14 personas y sobrevivir allí dentro un mínimo de dos meses, gracias a sus depósitos de agua, oxígeno y comida. Están equipados hasta con cinturones de seguridad, y pueden flotar en el agua. Y el invento está a la venta: unos 37.000 euros cada esfera. Tampoco es tanto, si el precio se reparte entre los inquilinos de la bola salvadora.

Otros no están dispuestos a gastar tanto dinero en la supervivencia, como es el caso de Jonny Greenwood, guitarrista de la banda de rock Radiohead. Acabo de enterarme de que se ha refugiado, a una semana del supuesto fin del mundo, en un hotel brasileño, y esperará allí el día fatídico. Eso sí, aclaran los medios que ampliará su estancia en el lugar en el caso de que no se cumpla la profecía. Esto de meterse uno en un lugar y esperar pacíficamente el apocalipsis es una de las opciones para el 21 de diciembre, y no es exclusivo de artistas excéntricos que no quieren mezclarse con el resto de los mortales. De hecho, hay propuestas para “celebrar” el fin del mundo cómodamente desde casa, de forma virtual, como la denominada “Mayaggedon” (mezcla de mayas y Harmagedón). Será una especie de fiesta, en la que participarán médiums y gente del estilo, para afrontar ese día de forma esotérica. Y es barato: tan sólo 12 dólares.

Y paro de contar, porque el número de tonterías, como el de tontos –esto último lo afirma la Biblia– es infinito. Ante todas estas historias, las Administraciones públicas y las fuerzas de seguridad han tenido que reaccionar. En México, vigilando los enclaves mayas de Yucatán y otros lugares importantes arqueológicamente. En Francia, acordonando el monte Bugarach, el aparcamiento de los platillos volantes. Y en otros muchos países, de forma más discreta, moviéndose la policía en foros de Internet y grupos de riesgo para evitar que pueda haber desenlaces fatales el 21 de diciembre. Ya lo hicieron las autoridades de Israel en torno al año 2000, y seguramente por ello no tuvimos que lamentar más desgracias.

Un elogio de la locura, cinco siglos después. ¿Recomendación de Erasmo de Rotterdam, puesta en boca de la locura, para los que estén haciendo el indio el próximo 21 de diciembre de 2012? La última frase del epílogo de la obra, sin duda: “Y con esto, salud, aplaudid, vivid y bebed, ilustres partidarios de la locura”.

Luis Santamaría del Río

1. Fragmentos de apocalipsis
2. Las profecías de Nostradamus
3. Un mes con dos apocalipsis fallidos
4. Nostradamus y el fin del mundo en 2012
5. Los cristianos, ignorantes del tiempo del fin
6. Feliz fin del mundo
7. Magia para el año nuevo
8. El apocalipsis de Fidel Castro
9. La NASA y el fin del mundo
10. El exterminio de los católicos por correo electrónico
11. ¡Que viene el Harmagedón! (1): ¿De qué se trata?
12. ¡Que viene el Harmagedón! (2): los adventistas del Séptimo Día
13. ¡Que viene el Harmagedón! (3): los testigos de Jehová
14. ¡Que viene el Harmagedón! (4): la Virgen de Fátima y los extraterrestres
15. La costumbre de subirse al carro del fin del mundo en 2012
16. ¡Que vienen los zombis!
17. El rapto
18. Un fin del mundo… ¿metafísico?
19. El 21 de diciembre… sabremos que somos Dios
20. Bugarach, o el apocalipsis dentro de un mes
21. La cumbre para la nueva conciencia
22. El Vaticano y el fin del mundo