13.12.12

El ministro de educación, solo ante el peligro

A las 1:32 AM, por Tomás de la Torre Lendínez
Categorías : General

Si la izquierda tiene algo en común desde hace largos años de andadura por España es el creerse superior moralmente ante cualquier otra opción incluidas todas las religiosas posibles. Militar en la izquierda siempre ha sido en España formar parte de una milicia moral que impone sus dogmas laicistas siempre que llega al poder.

Cuando esa izquierda se suma a una derecha nacionalista tenemos el espectáculo de ayer en el Congreso de los Diputados, donde desde el “centrismo” socioconvergente hasta la izquierda más cerril atacaron, se mofaron y lidiaron verbalmente al ministro de educación, sólo ante el peligro, con motivo de su reforma de la educación en España.

A estas algaradas parlamentarias, se han sumado con la precisión de un reloj suizo, la unidad de las fuerzas políticas catalanas desde el “centrismo” socioconvergente hasta la izquierda más montaraz, conjurándose no cumplir la posible ley de educación nacida en la centralista ciudad de Madrid. De esta manera tapan el mal olor, el me lo llevo por la cara, de la corrupción en grado sumo y con lenguaje suizo y acantonamiento monetario para no perder ni la última pela que circule por ahí.

A esta letanía de tiramantas se une el jefe de la leal oposición amenazando con sacar a las clases de Religión del currículo académico, que fue uno de los pactos sagrados nacidos al calor de la Constitución allá por el año 1979.

Por eso hoy deseo resaltar la iniciativa legislativa del borrador del ministro. Las buenas líneas de su proyecto, bajo mi opinión, son las siguientes:

- Primar el esfuerzo y el mérito del alumno por encima de la simple matriculación para obtener títulos “por imperativo legal”, lo que ha convertido a España en un páramo de ignorante y analfabetos funcionales.

- Situar la calidad de la enseñanza por encima de todo, promoviendo reválidas al terminar las tres grandes etapas del sistema educativo de los niños y jóvenes.

- Españolizar, aunque no guste a quienes todos sabemos, la enseñanza, en una sola, intentando unificar los saberes esenciales, para que no tengamos que soportar 17 planes de estudios diferentes según el alumno viva en un punto u otro de la geografía nacional.

- Darle a la Religión Católica, y al resto de confesiones religiosas existentes dentro del plan de estudios y con convenios firmados por el ministerio de educación, la equiparación de ser una asignatura real e importante dentro del currículo que el alumno elige libremente. En caso contrario, cursaría Valores éticos, en vez de estar como hoy mismo asilados en una clase jugando a las cartas, con el ordenador, o metiendo jaleo porque no les da la gana de estudiar en la hora de estudio alternativo actual.

- La desaparición de Educación para la ciudadanía es una gran conquista para todos los padres objetores que vieron a sus hijos discriminados por una asignatura adoctrinadora que no existe en ningún país de Europa.

La reforma deseada por el ministerio de educación es muy necesaria, sobre todo conociendo que siempre han las izquierdas quienes han legislado “con una supuesta superioridad moral” las reformas de la educación en España, algo que se inició en la ley Moyano allá por 1854.

Es hora de parar el desbarajuste legislativo de la calidad de enseñanza en España. Ahora vemos como un error el haber traspasado las competencias educativas a las autonomías tal como se hizo al comienzo de la Transición.

Ahora estamos recogiendo los frutos, de modo singular en las regiones en manos de los nacionalitas, donde han incubado un “odio a España” durante tres décadas cuyas consecuencias pueden llevarnos a problemas de secesión en pleno siglo XXI.

Apoyo al ministro de educación, aunque considero que está tan solo que a lo mejor le quedan dos telediarios y es sacrificado en la inminente remodelación de gobierno que tanto se rumorea para próximas semanas.

Todo será esperar y desear lo mejor para el presente y el futuro de España.

Para saber más hagan clic aquí.

Tomás de la Torre Lendínez