6.12.12

¿Qué es eso del espíritu del concilio?

A las 8:52 AM, por Jorge
Categorías : Sin categorías

 

Suele pasar que los libros cuanto más citados, menos leídos: El Quijote, la Biblia… y los documentos del Concilio Vaticano II. Sinceramente… ¿los hemos leído enteritos alguna vez? ¿Cuándo fue la última?

Y como no se leen, mucho menos se citan. Eso sí, se habla del Concilio, de que el concilio dice, el concilio afirma, el concilio establece, el concilio hace, hizo, pretende o deja de pretender. Y cuando preguntas en qué documento se dice eso, donde está escrita tal afirmación, lo único que te responden es que eso es el espíritu del concilio. Ahhhhhhhhhhhhhhh.

Después de mucho escuchar y leer eso del espíritu del concilio sin cita alguna que lo avale, he llegado a una conclusión, mía, muy posiblemente equivocada, pero mía, y como mía la expongo y la razono. Y es que eso del espíritu es un invento para hacer que el concilio diga lo que nunca dijo ni pretendió decir. ¿Qué a alguien se le ocurre una genialidad? Pues nada, eso es vivir conforme al concilio. ¿En qué documento aparece? No hace falta mirar documentos. Es el espíritu conciliar. Y a ver quien calibra el espíritu.

No me imagino yo a un estudiante de teología de primer curso citando como fuente de autoridad en un trabajo “el espíritu del concilio”, a no ser que lo que pretenda sea provocar la carcajada del profesor correspondiente y un suspenso en la materia.

Pero voy a explicar por qué digo yo eso del espíritu. Y lo voy a hacer con tres ejemplos que espero se me entiendan.

1. Es conforme al espíritu del concilio –se dice- que en la iglesia haya libertad de expresión, ausencia de censuras, que cada teólogo pueda investigar libremente, publicar, enseñar según su conciencia. Que somos adultos para que nadie nos ande vigilando y censurando. Pero claro, uno se lee la constitución Dei Verbun sobre la divina revelación, y resulta que en el número 23 se dice por ejemplo esto: Los exegetas católicos, y demás teólogos deben trabajar, aunando diligentemente sus fuerzas, para investigar y proponer las Letras divinas, bajo la vigilancia del Sagrado Magisterio. Luego parece que lo que responde al Concilio –espíritu y letra- es que el Magisterio vigile. Aunque la palabra vigilancia rechine. Pero lo dice el Concilio.

2. Es conforme al espíritu del concilio –se dice- que la liturgia de la iglesia se celebre desde la libertad de cada comunidad y cada pastor, que en conciencia valorará cómo celebrar mejor en cada caso. Pero claro, uno se lee la constitución Sacrosanctun Concilium sobre la liturgia, y se encuentra cosas como esta en el número 22: “Por lo mismo, nadie, aunque sea sacerdote, añada, quite o cambie cosa alguna por iniciativa propia en la Liturgia”. Por tanto parece plenamente conciliar eso de que hay que celebrar según lo que la Iglesia manda, y no según las ocurrencias de servidor.

3. Es conforme al espíritu del concilio –se dice- reconocer que ninguna religión tiene la verdad absoluta y que todos los caminos pueden llevar igualmente a Dios. Pero en el decreto “Ad gentes”, en el número 7, se dice que “La razón de esta actividad misional se basa en la voluntad de Dios, que “quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. Porque uno es Dios, uno también el mediador entre Dios y los hombres, el Hombre Cristo Jesús, que se entregó a sí mismo para redención de todos", “y en ningún otro hay salvación". Es, pues, necesario que todos se conviertan a Él, una vez conocido por la predicación del Evangelio, y a Él y a la Iglesia, que es su Cuerpo, se incorporen por el bautismo. Luego parece plenamente conciliar decir que la salvación está sólo en Cristo, aunque evidentemente se respeta y valora lo que de bueno tiene cada hombre y cada religión (Declaración Nostra Aetate).

Son tres ejemplos. Tres. Se pueden poner mil.

Pero con estos ejemplos me atrevo a afirmar algunas cosas: que hacer de la liturgia lo que uno quiera, va contra el concilio; que pretender hacer teología al margen del magisterio, va contra el concilio; que negar que la salvación está en Cristo, va contra el concilio.

Pero es mi forma de verlo. Si en algún documento del concilio se dice lo contrario, o en su documentación posterior, agradeceré de corazón que me lo hagan saber y rectificaré con mucho gusto.