3.12.12

 

Desde que ETA existe, no ha habido una sola víctima que se haya tomado la justicia por su mano. Desde que ETA existe, ningún huérfano ha matado a los asesinos de su padre o de su madre. Desde que ETA existe, no se ha sabido de viudos que hayan pegado un tiro en la nuca a los que sí hicieron tal cosa con sus cónyuges. El GAL no fue un invento de las víctimas sino de un gobierno corrupto.

Y sin embargo, el delegado de pastoral social de la diócesis de Vizcaya, no ha tenido mejor idea que criticar a las víctimas de ETA por, según él, dedicarse a hacer política. Ese “hacer política” consiste en pedir justicia. Es decir, ellas no piden que se ejecute a los etarras. Piden que se les aplique la ley. Ni más, ni menos.

José María Delclaux Echevarria ha demostrado una vileza repelente al decirle a las víctimas de ETA que “hubo un señor, llamado Jesús de Nazaret, que deslegitimó la ley del ojo por ojo y diente por diente“. Oiga, caballero, ¿cuándo han pedido las víctimas el ojo por ojo? ¿cuándo han practicado la ley del talión? ¿Cómo tiene usted, siendo sacerdote, la desvergüenza y la desfachatez de usar ni más ni menos que a nuestro Señor Jesucristo como arma arrojadiza contra viudas y huérfanos de la barbarie etarra?

Prefiero no seguir escribiendo lo que se me viena a la cabeza. Solo diré que mientras la Iglesia en el País Vasco siga contando entre sus filas con elementos como ese sacerdote “hijo de Setién”, tendrá verdaderas dificultares para ser un instrumento de paz y de concordia. Él, que sí hace política con sus declaraciones sobre lo que debe de hacer el gobierno, se permite el lujo de ofender a las víctimas acusándolas de cronificar el conflicto. Eso sí, luego dice que las entiende y que les da su apoyo moral. Es difícil encontrar una actitud más miserable.

A los delegados diocesanos los nombra el obispo. Es Mons. Iceta, obispo de Bilbao, quien tiene en sus manos la responsabilidad de la decisión sobre el futuro de Delclaux al frente de esa delegación de pastoral social. Las víctimas de ETA, al menos las que son católicas practicantes, esperan que haga algo. Mis fuentes me aseguran que ya lo ha hecho, incluso antes de que surgiera este escándalo. Lo mismo esa es la razón de que ese sacerdote haya salido a la palestra a empozoñarlo todo. Quizás sería bueno, pasados unos días, pasado este revuelo mediático, adelantar lo que ya se ha decidido.

Actualizado

No han tardado en responder desde la diócesis vizcaína. El deán y párroco de la Catedral de Bilbao ha escrito un artículo en el que deja en su sitio a D. José María Delclaux.

Obviamente no usa la misma contundencia que yo en los calificativos, pero se le entiende todo muy bien.

Luis Fernando Pérez Bustamante