10.10.12

¿Se murió el perro?

A las 12:09 AM, por Eleuterio
Categorías : General, Sujetos activos contra la fe

Uno de los refranes más conocidos que se aplica mucho es el que dice que “muerto el perro se acabó la rabia”. A grandes rasgos quiere decir que cuando hay algún mal o daño producido por una persona cuando la misma desaparece del medio en el que se encuentra, el daño o mal que producía se deja de producir. Es una forma, además, de mantener una actitud esperanzada porque se tiene la seguridad de que, tarde o temprano, lo malo pasará y es probable que cambie el panorama.

Sin embargo, como se ha dicho arriba, a veces se incumple el citado refrán y, por desgracia, el corazón de más de uno se manifiesta duro, de piedra.

Los españoles (y, en la distancia, aquellos que puedan estar en una situación similar) sabemos que era muy necesario que el Ejecutivo que (mal)Presidía Rodríguez Zapatero desapareciera para que la inmundicia que había sembrado a base de leyes y reglamentos, se sumiera en el olvido y viviéramos otros tiempos mejores. Era, digamos, una ilusión que queríamos ver colmada porque, con franqueza, la situación por la que pasaba no era de las mejores (como fácilmente puede verse hoy mismo) Queríamos, por eso, que muerto aquel perro (y lo siento por la equiparación de tan buenos amigos perrunos con ciertos elementos de la especia humana) aquella rabia consistente en la micción de ideas sustentadas en una ideología-basura como es la izquierdista desapareciera.

Así, por ejemplo, el tema del aborto iba a quedar solucionado.

Así, por ejemplo, el tema de la asignatura adoctrinadora llamada Educación para la Ciudadanía iba a desaparecer.

Así, por ejemplo, el divorcio exprés, a la carrera y corriendo, iba a quedar derogado.

Así, por ejemplo, la manipulación de células madre embrionarias iba a suspenderse.

Así, por ejemplo, la asignatura de religión y moral católica iba a ser tenida en cuenta.

En fin… así con otras muchas cosas.

Aquel perro, simbólico, murió, y llegaron otros canes (simbólicos) a tomar las riendas de la nación, aún, llamada España porque hubo muchas personas, votantes, que estaban en la seguridad, de que el Partido Popular iba a llevar a cabo un lavado de cara de las leyes españolas que justificara el cambio porque, de otra forma, era mejor que el antiguo perro siguiera comiéndose la escasa comida que había dejado su gula y su ansia de lo ajeno.

Pero, ¡qué cosas!, parece que el nuevo perro no tiene intención de las cosas cambien porque debe creer que al personal le importa un pito o un comino que el aborto siga siendo el aborto, que con Educación para la Ciudadanía se siga manejando las mentes de los niños o que se haga lo que le pete a cualquier científico o médico con las células madre embrionarias.

Por cierto, el domingo pasado , 7 de octubre, hubo una gran manifestación-encuentro-propuesta de bien que protestó porque se considera que el aborto en España la de ser “0” o, lo que es lo mismo, nada. Esto se hace porque no huele nada bien que el partido en el poder parezca que le basta con derogar la ley vigente con la que se mata mucho y dejar la de otros años con la que también se mata mucho.

Igual, ídem de ídem y lo mismo de lo mismo con todo lo demás. Da la impresión que Partido Popular está a lo que está y que las cosas importantes le importan nada de nada. Está, eso dicen, a la economía y, claro, como la cosa estaba como estaba y la dejaron como la dejaron, el éxito del PP está siendo menos que bueno. Pero de eso, aquí, no se va a decir nada porque nos interesan otras cosas que son troncales para la vida común porque son esenciales como, por ejemplo, el respeto al derecho a la vida.

Para mí que lo único que ha pasado es que se ha cambiado el collar al perro pero sigue siendo el mismo. Vamos, a las pruebas me remito.

Eleuterio Fernández Guzmán