6.10.12

San Josemaría, 10 años después

A las 12:58 AM, por Eleuterio
Categorías : General, S. Josemaría -Opus Dei

San Josemaría-Iglesia de Hereford, Cardiff, Gales

Cada cual tiene conocimiento de las realidades que hay en el seno de la Iglesia católica según son sus circunstancias o, lo que es lo mismo, como Dios quiere que se tenga. Por eso mi caso particular puede ser el de cualquiera.

Corría el año 2002 y puedo decir, sin temor a equivocarme ni pretender ser tergiversador, que el conocimiento que tenía sobre el Opus Dei era el de muchos otros católicos pues me parecía una realidad eclesial de la que sabía poco y lo poco que sabía estaba influenciado por la mala prensa que tenía la Obra fundada por el entonces Beato Josemaría Escrivá.

Un domingo, cuando entré en el templo para celebrar la Santa Misa, encontré un folleto referido a la ceremonia de beatificación del fundador del Opus Dei que había tenido lugar diez años antes, en 1992. Había sido un 17 de mayo de aquel recordado año (500 años del descubrimiento de América).

En aquel folleto encontré muchas referencias a las obras que había escrito el ya Beato de la Iglesia católica que iba a ser canonizado unos meses después por el mismo Santo Padre que lo había inscrito en el libro eterno de los mejores de nosotros.

De allí a utilizar los medios entonces disponibles para acceder a la obra escrita de quien tanta admiración me produjo leyendo aquellas pocas páginas no medió nada. Me “bajé” todos los libros que había escrito y los leí todos, uno a uno (alguno de ellos varias veces) y llegué a la conclusión de que el Beato Josemaría Escrivá lo era por haberlo sido en vida. Entonces me hizo mucho bien espiritual e, incluso, material, haberme embaulado en pocos meses aquellas páginas llenas de gozo y de amor hacia Dios y hacia el prójimo. Por eso, creo yo, debo tanto al entonces Beato de la Iglesia católica a quien tanto le pedí e, incluso, obtuve algún que otro beneficio para el prójimo.

Pero llegó, como estaba previsto, la ceremonia de canonización de la que se cumplen, hoy mismo, 10 años. Era, pues, un 6 de octubre de 2002 y, aunque parezca muy lejano aquel día, no es poco lo que entonces sucedió en una plaza de San Pedro a rebosar de fieles en Cristo y de creyentes, muy especialmente, en aquel joven aragonés que, seguramente con tozudez y perseverancia, había conseguido formar y conformar una gran obra, la Obra de Dios.

Juan Pablo II, entonces Santo Padre, que ya había presidido la ceremonia de beatificación 10 años, pronunció la fórmula necesaria:

“Hoy, por tanto, en una solemne Misa en la Plaza de San Pedro y ante una ingente multitud de fieles, hemos pronunciado la siguiente fórmula: “En honor de la Santísima Trinidad, para exaltación de la fe católica y crecimiento de la vida cristiana, con la autoridad de Nuestro Señor Jesucristo, de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y la Nuestra, después de haber reflexionado largamente, invocado muchas veces la ayuda divina y oído el parecer de numerosos hermanos en el Episcopado, declaramos y definimos Santo al Beato Josemaría Escrivá de Balaguer y lo inscribimos en el Catálogo de los Santos, y establecemos que en toda la Iglesia sea devotamente honrado entre los Santos. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo".”

El Beato Josemaría Escrivá era, ya, santo (su festividad es el 26 de junio) y, con el nombre de San Josemaría, iba a ser requerido (como lo había sido muchas veces antes desde el mismo momento de su beatificación) por multitud de personas que necesitaban su especial intervención en los asuntos espirituales. Y se hacía, y hace, con esta oración:

Oh Dios, que por mediación de la Santísima Virgen otorgaste a San Josemaría, sacerdote, gracias innumerables, escogiéndole como instrumento fidelísimo para fundar el Opus Dei, camino de santificación en el trabajo profesional y en el cumplimiento de los deberes ordinarios del cristiano: haz que yo sepa también convertir todos los momentos y circunstancias de mi vida en ocasión de amarte, y de servir con alegría y con sencillez a la Iglesia, al Romano Pontífice y a las almas, iluminando los caminos de la tierra con la luminaria de la fe y del amor. Concédeme por la intercesión de San Josemaría el favor que te pido… (pídase). Así sea.

Padrenuestro, Avemaría, Gloria.

Y para redondear lo mucho y bueno que pasó aquel 6 de octubre de 2002, justo al día siguiente, al acabar la Santa Misa de acción de gracias por la canonización del fundador del Opus Dei, Juan Pablo II se dirigió a los asistentes que había recibido en audiencia y les dijo algo que resume, en pocas palabras y más que bien, lo que es y será siempre San Josemaría. Dijo esto:

San Josemaría fue elegido por el Señor para anunciar la llamada universal a la santidad y para indicar que la vida de todos los días, las actividades comunes, son camino de santificación. Se podría decir que fue el santo de lo ordinario. En efecto, estaba convencido de que, para quien vive en una perspectiva de fe, todo ofrece ocasión de un encuentro con Dios, todo se convierte en estímulo para la oración. La vida diaria, vista así, revela una grandeza insospechada. La santidad está realmente al alcance de todos.

Fue elegido por Dios… y supo y quiso responder; nos hizo entender que la santidad no es algo que está al alcance de superhéroes sino al de cualquiera que esté dispuesto a hacerla suya y a manifestarla en su existencia diaria y ordinaria.

Demos gracias a Dios por haber derramado tanta gracia y que a la misma se haya respondido con tanto ahínco y tesón espiritual.

Eleuterio Fernández Guzmán