Volverán a desfilar por barrios católicos

Llamamiento a la calma en Irlanda del Norte ante el desfile anual de los protestantes de la Orden de Orange

 

Líderes comunitarios y los sindicatos de Irlanda del Norte efectuaron hoy un último llamamiento a la calma para que un gran desfile de la Orden de Orange, considerado de alto riesgo, transcurra este sábado por las calles de Belfast pacíficamente. El Congreso Irlandés de Sindicatos (ICTU) pidió a la comunidad protestante y la católica que se respeten mutuamente y las instó a «unirse» para defender los asuntos que les acercan como, por ejemplo, la presión por la crisis económica.

29/09/12 10:21 AM


(Efe) «Los disturbios y otras formas de desorden público dañan la infraestructura de nuestra frágil comunidad y nuestro incipiente turismo», afirmó el dirigente sindical Peter Bunting.

Entre 25.000 y 30.000 orangistas se echarán este sábado a las calles de la capital norirlandesa para celebrar el centenario de la firma en 1912 de una declaración contraria a la concesión de un régimen de autonomía para toda la isla de Irlanda, por aquel entonces enteramente bajo control del Reino Unido.

El desfile protestante pondrá fin a la temporada de marchas veraniegas con las que la comunidad unionista celebra la victoria del rey protestante Guillermo III de Orange sobre el católico Jaime II en la batalla del Boyne en 1690, desfiles que, a menudo, atraviesan zonas nacionalistas, mayoritariamente católicos y desembocan en disturbios.

Este clima de enfrentamiento se acentuó a principios de este mes, cuando más de 60 policías resultaron heridos en dos noches de choques con jóvenes nacionalistas y unionistas provocados por una marcha orangista en el norte de Belfast.

El foco más conflictivo del desfile del sábado estará localizado en esa zona de la capital, a su paso por la iglesia católica de San Patricio, ante la cual las bandas orangistas solo podrán interpretar himnos de carácter religioso para no herir la sensibilidad de los asistentes a ese templo, según ha ordenado la Comisión de Desfiles.

Ese órgano también ha prohibido que a los orangistas, cuyo límite será de unos 2.000 integrantes en esta zona de Belfast, les acompañen sus seguidores, mientras que solo se permitirá que unos 150 residentes puedan formar parte de una manifestación para protestar pacíficamente por el paso de la Orden.

El representante vecinal Frank Dempsey ha afirmado que no se permitirá la presencia de «gente de fuera» durante la protesta, que, aseguró, «será digna».

La iglesia de San Patricio, situada en Donegall Street, fue el escenario de una disputa mantenida el pasado agosto entre jóvenes protestantes y católicos, después de que una banda orangista fuese acusada de interpretar música provocadora frente al edificio.

El ministro principal norirlandés, el unionista Peter Robinson, y su adjunto en el Gobierno autónomo, el republicano Martin McGuinness, también han instado a la ciudadanía a que mantenga la calma durante los desfiles.

Después de recorrer las calles de Belfast el sábado, la Orden de Orange tiene previsto concentrar hasta 30.000 simpatizantes en los jardines del castillo de Stormont, sede de la Asamblea y el Ejecutivo autónomos norirlandeses, para participar en un gran «evento cultural» al aire libre.