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El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 27 de enero de 2012

Santa Sede

La crisis de fe es el mayor desafío para la Iglesia de hoy, dijo el papa

Progresos sustanciales en el diálogo Santa Sede-Israel

En la lucha contra la enfermedad de Hansen se necesita el empeño de todos

Mundo

Consejo de Europa: La eutanasia debe ser siempre prohibida

Cardenal Turkson pide gravar las transacciones financieras en Europa

Pakistán: Siguen las protestas por la destrucción de un centro católico

En la escuela de san Pablo...

Preocuparse de las cosas del Señor y servirlo con corazón indiviso (Tiempo ordinario 4º, ciclo B)

Foro

Comunicar es saber escuchar


Santa Sede


La crisis de fe es el mayor desafío para la Iglesia de hoy, dijo el papa
Audiencia a los participantes en la plenaria de la Congregación para la Doctrina de la Fe
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 27 enero 2012 (ZENIT.org).- Benedicto XVI recibió este viernes por la mañana en audiencia, en la Sala Clementina del Palacio Apostólico Vaticano, a los participantes en la sesión plenaria de la Congregación para la Doctrina de la Fe. En su discurso, ha afrontado algunas cuestiones relativas al diálogo ecuménico y los métodos empleados.

Benedicto XVI, en su discurso a los participantes, dió las gracias al cardenal William Levada, presidente de la Congregación para la Doctrina de la Fe, por sus palabras de saludo y subrayó los importantes empeños de este dicasterio en los últimos años.

Le ha agradecido también su colaboración en la preparación del Año de la Fe, como “momento propicio para volver a proponer a todos el don de la fe en Cristo resucitado, la luminosa enseñanza del Concilio Vaticano II y la valiosa síntesis doctrinal ofrecida por el Catecismo de la Iglesia Católica”.

El papa ha subrayado que “en amplias zonas de la tierra la fe corre el peligro de apagarse como una llama que ya no encuentra alimento. Estamos ante una profunda crisis de fe, una pérdida del sentido religioso que es el mayor desafío para la Iglesia de hoy”.

Por ello, añadió, “la renovación de la fe debe ser la prioridad en el empeño de la Iglesia entera en nuestros días”.

Expresó el deseo de que el Año de la Fe “pueda contribuir, con la colaboración cordial de todos los integrantes del Pueblo de Dios, a hacer a Dios nuevamente presente en este mundo y a abrir a los hombres el acceso a la fe, al confiarse a aquél Dios que nos ha amado hasta el final, en Jesucristo crucificado y resucitado”.

Benedicto XVI subrayó también que “el tema de la unidad de los cristianos está estrechamente ligado con esta tarea” y se ha detenido en algunos aspectos doctrinales sobre el camino ecuménico de la Iglesia, que ha sido objeto de estudio en esta sesión plenaria.

Ha recordado que, en la lógica del Concilio Vaticano II, “la búsqueda sincera de la plena unidad de todos los cristianos es un dinamismo animado de la Palabra de Dios, de la Verdad divina que nos habla en esta Palabra”.

El problema crucial, según el papa, es “la cuestión de la estructura de la revelación, la relación entre la Sagrada Escritura, la Tradición viva en la Santa Iglesia y el Ministerio de los sucesores de los Apóstoles como testigos de la verdadera fe”.

Y, aquí, señaló el pontífice, es importante el discernimiento entre la Tradición con mayúscula y las tradiciones. Sin entrar en detalles, hizo una observación: “Un importante paso en tal discernimiento se ha dado en la preparación y en la aplicación de las medidas para los grupos de fieles provenientes del Anglicanismo, que desean entrar en la plena comunión de la Iglesia, en la unidad de la común y esencial Tradición divina, conservando las propias tradiciones espirituales, litúrgicas y pastorales que son conformes con la fe católica”.

Benedicto XVI apuntó en su discurso otras cuestiones como los métodos adoptados en los diversos diálogos ecuménicos que “deben reflejar la prioridad de la fe”, y la problemática moral “que es un nuevo desafío para el camino ecuménico”. En este sentido, recordó que, en los diálogos, no se pueden ignorar “las grandes cuestiones morales sobre la vida humana, la familia, la sexualidad, la bioética, la libertad, la justicia y la paz”.

Y finalizó su discurso deseando una estrecha y fraterna colaboración entre esta Congregación y el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos “a fin de promover eficazmente el restablecimiento de la plena unidad entre todos los cristianos”.

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Progresos sustanciales en el diálogo Santa Sede-Israel
Comunicado conjunto de la comisión permanente de trabajo bilateral
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 27 enero 2012 (ZENIT.org).- Se han registrado “progresos sustanciales sobre cuestiones significativas” afirma un comunicado conjunto hecho público este jueves 26 de enero por la comisión bilateral de trabajo entre la Santa Sede y el Estado de Israel. El nuncio en Israel, monseñor Antonio Franco, participante en el encuentro, ha expresado su esperanza en un pronto acuerdo.

El texto del comunicado es el siguiente:

“La Comisión Bilateral Permanente de Trabajo entre la Santa Sede y el Estado de Israel se reunió hoy, 26 de enero de 2012, en sesión Plenaria, en el Ministerio de Asuntos Exteriores [de Jerusalén], para continuar las negociaciones según el Artículo 10 §2 del Fundamental Agreement [Acuerdo Fundamental] reativo a materias económicas y fiscales.

El encuentro fue presidido por monseñor Ettore Balestrero, subsecretario para las Relaciones con los Estados y por Danny Ayalon, M.K., viceministro de Asuntos Exteriores.

Las negociaciones se han desarrollado en un clima abierto, amigable y constructivo. Se han registrado progresos sustanciales sobre cuestiones significativas.

Las partes han concordado los pasos futuros hacia la conclusión del Acuerdo. La próxima reunión Plenaria se celebrará el 11 de junio de 2012 en el Vaticano”.

Por parte de la Santa Sede participó también en esta reunión el nuncio apostólico en Israel, monseñor Antonio Franco, quien declaró al respecto a Radio Vaticano: “Se han producido progresos verdaderamente sustanciales que nos hacen pensar que, en tiempos razonablemente breves, se pueda alcanzar la conclusión de este acuerdo, que trata todos los aspectos prácticos de la vida y la actividad de la Iglesia en Israel: en concreto impuestos, lugares santos y algunas cuestiones sobre las que todavía tenemos que trabajar, pero con un espíritu receptivo para encontrar respuestas a problemas concretos”.

El nuncio en Israel subrayó que se habían producido progresos tanto en el clima como en la disponibilidad: “Creo que el progreso se ha debido al hecho de que estos largos años de negociaciones nos han conducido a un mayor conocimiento recíproco y por lo tanto a una mayor confianza. El trabajo ha sido constructivo, la atmósfera positiva y todo a causa de haber estado trabajando desde hace muchos meses en nuestras esperanzas, en cuestiones fundamentales y vitales para la vida de la Iglesia. Hemos presentado y expuesto nuestras razones y hemos recibido comprensión respecto a la necesidad de recibir una respuesta. Realmente hemos hecho progresos sustanciales”.

Monseñor Franco comentó también las esperanzas y dificultades que afrontan los cristianos de Tierra Santa: “El ansia, la perplejidad, y la dificultad añadida de ver que la paz no está cerca. Las dificultades son comunes –tanto por la parte palestina como por la israelí- porque los dos pueblos padecen la falta de paz. Cuando además se es una minoría en lugares donde ya hay otras dificultades, quien se siente en minoría también encuentra mayores dificultades: las relativas a la casa, de posibilidad de movimiento, las relacionadas con la inserción social de pleno derecho. Son dificultades que experimentan casi todos, y los cristianos de forma particular porque son minoría”.

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En la lucha contra la enfermedad de Hansen se necesita el empeño de todos
Afirma en un mensaje el presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 27 enero 2012 (ZENIT.org).- “En la lucha contra la enfermedad de Hansen se necesita el empeño de todos” es el título del mensaje firmado por el presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud, monseñor Zygmunt Zimowski, con motivo de la 59 Jornada Mundial de los Enfermos de Lepra, que se celebra el próximo domingo 29 de enero.

En su mensaje, monseñor Zimowski afirma que “las personas curadas y sanadas de la lepra pueden y deben expresar toda la riqueza de su dignidad y espiritualidad y, además, una plena solidaridad hacia los otros, sobre todo respecto a quien ha sido igualmente afectado y ha quedado marcado indeleblemente por la infección”.

Señala también que todos los empeñados en la lucha a la enfermedad de Hansen deben “seguir con tenacidad su trabajo para que los éxitos obtenidos se hagan definitivos y mejoren cada vez más, reduciendo lo más posible las recaídas y los nuevos casos.

Explica que el mycobacterium leprae no ha sido todavía erradicado, aunque el número oficial de nuevos contagios sigue decreciendo y actualmente están en torno a los 200.000 según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) relativos a 2010-2011.

El prelado señala que, además de mantener la distribución gratuita de los fármacos necesarios, hay que promover un diagnóstico a tiempo y la perseverancia en someterse a las terapias. También es importante reforzar la sensibilización y formación en la prevención.

El presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud comenta el pasaje del mensaje de Benedicto XVI para la XX Jornada Mundial del Enfermo, en el que comenta el relato evangélico de la curación de los diez leprosos, y cita estas palabras del papa: "La fe de aquel leproso que, a diferencia de los otros, al verse sanado, vuelve enseguida a Jesús lleno de asombro y de alegría para manifestarle su reconocimiento, deja entrever que la salud recuperada es signo de algo más precioso que la simple curación física, es signo de la salvación que Dios nos da a través de Cristo, y que se expresa con las palabras de Jesús: tu fe te ha salvado. Quien invoca al Señor en su sufrimiento y enfermedad, está seguro de que su amor no le abandona nunca, y de que el amor de la Iglesia, que continúa en el tiempo su obra de salvación, nunca le faltará”.

Tal amor, afirma monseñor Zimowski, se expresa también en el compromiso individual y en las realidades eclesiales y de voluntariado, entre las que destaca la Fundación Raoul Follereau y la Orden Soberana de los Caballeros de Malta.

Hace un llamamiento a quien ha sido curado y ha emprendido el difícil camino de la reinserción social y laboral, sugiriendo que puede comunicar su gratitud también “siendo él mismo un testigo, contribuyendo a la divulgación de los criterios de prevención y de identificación a tiempo de la enfermedad, así como al apoyo moral de las personas infectadas”, además de colaborar en las iniciativas para completar las terapias con la reinserción social de los curados.

Y concluye su mensaje afirmando que “será solamente el empeño de todos, y a todos los niveles, el que permitirá transformar la lepra, de amenaza y flagelo, en memoria, aunque tremenda, del pasado”, y confiando a María, Madre de Misericordia y Salud de los Enfermos “a nuestro hermanos y hermanas afectados por la lepra, para que su materna compasión y cercanía les acompañe siempre también en la cotidianeidad de la vida”.

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Mundo


Consejo de Europa: La eutanasia debe ser siempre prohibida
La mayor victoria pro vida, dice el Centro Europeo por la Ley y la Justicia
MADRID, viernes 27 enero 2012 (ZENIT.org).- La resolución 1859 de 2012, adoptada este 25 de enero por el Consejo de Europa, sienta el principio de que la eutanasia, entendida como acto intencional de matar, debe “ser siempre prohibida”. Según el Centro Europeo por la Ley y la Justicia, es la primera vez que la eutanasia es tan claramente rechazada por una institución política europea.

El Centro Europeo por la Ley y la Justicia (ECLJ) se ha congratulado de la adopción, por parte de la

Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (PACE), este 25 de enero, de la resolución que establece el principio de que “la eutanasia, en el sentido de muerte intencional por acción o por omisión de un ser humano dependiente para su supuesto beneficio, debe ser siempre prohibida”.

Según el ECLJ es la primera vez, en las últimas décadas, que la eutanasia es tan claramente rechazada por una institución política europea.

Esta resolución “es una gran victoria para la protección de la vida y la dignidad”, dijo Grégor Puppinck, director del ECLJ. La resolución llega un año después de que la Corte Europea estableciera que no existe el derecho a la eutanasia o al suicidio asistido en la Convención Europea.

El propósito de la resolución 1859/2012, titulada “Protecting human rights and dignity by taking into account previously expressed wishes of patients” (Protección de los derechos humanos y la dignidad teniendo en cuenta la voluntad previamente expresada por los pacientes) define los principios que deberían regir la práctica de los testamentos vitales o las expresiones de últimas voluntades anticipadas en Europa.

Estos testamentos vitales o expresiones de últimas voluntades tienen la finalidad de facilitar a los pacientes la expresión por adelantado de su voluntad en relación a intervenciones médicas o tratamientos, en el caso de que no sea capaz de expresar su voluntad en el momento de la intervención. Estas directivas se pueden aplicar, por ejemplo, cuando hay duda sobre la necesidad u oportunidad de reanimar a un paciente o de continuar usando medios extraordinarios para mantenerle con vida. En tales situaciones, su voluntad expresada previamente debería ser tenida en cuenta.

Dado que estos testamentos vitales y expresiones de últimas voluntades están abiertas a muchos abusos, y son una “puerta trasera” para introducir la eutanasia o el suicidio asistido en la legislación, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa ha hecho una lista de principios que deberán regir esta práctica en los 47 estados del Consejo de Europa.

La lista está basada en principios elaborados en tres documentos previamente adoptados en el Consejo de Europa, incluyendo la Convención sobre derechos humanos y biomedicina (Convención de Oviedo) que legalmente obliga a la mayoría de los estados miembros.

Pero debido a la creciente preocupación sobre la eutanasia, la Asamblea estimó que es necesario recordar explícitamente el principio básico de que la muerte intencional debe ser siempre prohibida. La prohibición de la eutanasia es también una regla fundamental de la deontología médica.

Entre los principios enumerados por la resolución, hay que destacar el introducido por el parlamentario italiano Luca Volontè, que afirma que “en caso de duda, la decisión debe ser siempre en favor de la vida y en favor de la prolongación de la vida”.

Para Grégor Puppinck, “esta resolución es una indicación clara de la mayoría creciente de europeos que se opone a la eutanasia. Los numerosos abusos que se han producido en países que permiten la eutanasia son alarmantes y constituyen violaciones de los verdaderos derechos humanos. Expresa el convencimiento de que la eutanasia debe ser siempre prohibida. El pequeño número de estados europeos que permiten la eutanasia deberán revisar su legislación según los principios establecidos por la PACE”.

Aunque esta resolución no es legalmente vinculante para los estados miembros, tiene una influencia real en el proceso legislativo y judicial, especialmente en la jurisprudencia de la Corte Europea de Derechos Humanos.

Para saber más, enlazar con el ECLJ: http://eclj.org

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Cardenal Turkson pide gravar las transacciones financieras en Europa
Llamamiento ante la próxima cumbre de la UE
BRUSELAS, viernes 27 enero 2012 (ZENIT.org).- En víspera de la cumbre especial de la Unión Europea (UE) sobre la crisis de la eurozona, que se realizará el próximo 30 de enero, el cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz, apoya la adopción de una tasa a las transacciones financieras --Financial Transaction Tax (FTT)--, pidiendo a al sector financiero que cree riqueza para la sociedad en su conjunto.

El cardenal Turkson intervino en la Junta anual de directores de la reunión de la alianza internacional de agencias católicas de desarrollo CIDSE, que promueve desde hace tiempo la tasa FTT, según informa este organismo en una nota de prensa.

El cardenal Turkson dijo: "Una forma de hacer retornar a la economía y las finanzas dentro de los límites de su verdadera vocación, incluida su función social, sería a través de medidas fiscales sobre las transacciones financieras. Éstas se deben aplicar con precios justos, moduladas en proporción a la complejidad de las operaciones, especialmente las realizadas en el mercado 'secundario'”.

"Este tipo de FTT sería muy útil para promover el desarrollo global y la sostenibilidad, según los principios de justicia social y solidaridad. También podría contribuir a la creación de un fondo de reserva mundial para apoyar las economías de los países afectados por la crisis, así como en la recuperación de sus sistemas monetarios y financieros".

Monseñor John Arnold, obispo auxiliar de Westminster, presente en la reunión de CIDSE, también apoyó el impuesto, instando a los gobiernos escépticos como el Reino Unido a apoyar una tasa de este tipo, como parte de una vida económica que coloque a la dignidad humana en el centro.

El obispo Arnold dijo: "Los seres humanos son a la vez el origen y el fin de toda actividad económica, tenemos que reformar los mercados financieros para que puedan servir al bienestar humano y a la sociedad".

El funcionamiento de los mercados financieros ha demostrado ser crucial en la redistribución de la riqueza. Se han experimentado actividades especulativas para generar fluctuaciones económicas con un efecto desestabilizador en la economía. La inestabilidad económica, a su vez, aumenta la desigualdad, como demuestra ampliamente la situación actual de muchas sociedades europeas.

Una tasa sobre las operaciones financieras podría contribuir a reducir la especulación y a estabilizar los mercados financieros, así como aumentar con urgencia los ingresos que se requieren. El CIDSE insta a la cumbre de la UE a tomar medidas concretas para la adopción de esta tasa.

El presidente de CIDSE, Chris Bain, dijo: "La adopción de una FTT a nivel de la UE es lo correcto que debe hacerse. Tiene el potencial para recaudar fondos que financien proyectos de desarrollo y de cambio climático, y poner en marcha medidas para una mayor justicia y equidad. No hay que recuperar el crecimiento económico a toda costa: el modelo usual de negocio que protege los intereses de unos pocos. Los escépticos deben darse cuenta de que un impuesto sobre las transacciones financieras podría ser un avance hacia la estabilización de los sistemas financieros, y la lucha contra la pobreza en algunos de los países más vulnerables del mundo".

Traducido del inglés por José Antonio Varela

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Pakistán: Siguen las protestas por la destrucción de un centro católico
Líderes cristianos rechazan la versión gubernamental sobre la propiedad
ROMA, viernes 27 enero 2012 (ZENIT.org).- Líderes de Iglesias cristianas, tanto católicas como protestantes, han rechazado las recientes declaraciones de las autoridades locales destinadas a justificar el embargo y la demolición del centro caritativo Gosha-e-Aman en Lahore, Pakistán. Han anunciado que las manifestaciones que duran más de dos semanas continuarán mientras el Estado persista en su actitud “totalitaria”.

Según informaba este 20 de enero la agencia Eglises d'Asie, de las Misiones Extranjeras de París, el pasado 15 de enero el ministro de las Minorías del Punjab, Kamram Michael, declaraba que la destrucción de la institución se hizo por orden del gobierno provincial, con el fin de recuperar los bienes del Estado que habían sido desviados por “elementos criminales”. “Igualmente he recibido instrucciones de ceder a la Iglesia los terrenos para sus acciones caritativas, y hacer construir una escuela y una casa de acogida para personas mayores”, precisó el ministro. Esta agitación es fruto de un malentendido, y los cristianos habrían sido mal informados, concluyó.

Esta declaración se hizo después del gran movimiento de protestas llevado a cabo por los cristianos de Lahore desde el embargo y la destrucción por las autoridades de una institución de acogida administrada conjuntamente por la Iglesia católica y Caritas Pakistán el pasado 10 de enero. Por orden del responsable del distrito pero “sin ningún documento oficial” la policía había demolido el edificio con excavadoras, expropiado a las familias que allí vivían, destruido las biblias y objetos religiosos, antes de embargar “en nombre del Estado” tanto el material “educativo” como los ordenadores, el conjunto de la propiedad y de los terrenos adyacentes.

El centro Gosha-e-Aman albergaba otra casa de acogida y una escuela de costura fundada hace unos cincuenta años, un asilo de ancianos, un establecimiento escolar de chicas, un convento y una capilla del siglo XIX.

Al día siguiente, miles de cristianos se manifestaron en Lahore, bloqueando las calles con los escombros del antiguo centro, para denunciar las “maniobras criminales” de las autoridades del Punjab y las “violaciones de los derechos de las minorías religiosas. El padre Enmanuel Yousaf Mani, presidente de la Comisión “Justicia y Paz” de la Conferencia Episcopal de Pakistán anunció la intención de la Iglesia de presentar un recurso en la Corte de Lahore contra el “embargo ilegal”, de uno de los bienes de los cuales poseía todos los títulos de propiedad que se remontaban a 1887, cuando los edificios pertenecían a Lahore Asociación Caritativa.

El pasado 16 de enero en reacción a las intenciones del ministro de las Minorías del Punjab, los obispos católicos y protestantes organizaron una gran manifestación que, según la agencia Ucanews reunió a más de dos mil personas.

Monseñor Sebastian Shah, obispo auxiliar católico de Lahore, y monseñor Alexander John Malik, obispo anglicano de Lahore, rechazaron las afirmaciones de Kamran Michael y afirmaron que el Estado no se ha comprometido nunca a proporcionar ningún terreno.

“Continuaremos protestando hasta que el gobierno devuelva los terrenos que nos ha quitado y que haya pagado por todos los perjuicios cometidos. No tenemos miedo y lucharemos hasta el final para que sean reconocidos nuestros derechos “, declaró el padre Morris Jalal, uno de los numerosos sacerdotes que se turnan cerca de los manifestantes para protestar ante las ruinas del Centro de Gosha-e-Aman o delante del club de prensa en Lahore.

Monseñor Mano Rumalshah, antiguo obispo anglicano de la diócesis de Peshawar, pidió que aquellos que profanaron la capilla, las cruces, las biblias y otros objetos religiosos sean perseguidos y sancionados. “Una sola hoja desgarrada del Corán llevó al incendio de diferentes ciudades y poblaciones, recordó. Exigimos excusas por la profunda herida que nos han abierto”.

También los jóvenes de la Iglesia católica participaron en el movimiento de protesta proponiendo lanzar una campaña masiva de sensibilización por mensajes sms en los teléfonos móviles. El padre Ashraf Gill, que dirige la sección juvenil de la archidiócesis de Lahore, ha formado parte de las numerosas manifestaciones previstas, así como en los encuentros de oración ecuménica y también en los envíos de peticiones y declaraciones de apoyo que ya circulan en el seno de las asociaciones internacionales de derechos humanos o en la ONU.

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En la escuela de san Pablo...


Preocuparse de las cosas del Señor y servirlo con corazón indiviso (Tiempo ordinario 4º, ciclo B)
Comentarios a la segunda lectura dominical
ROMA, viernes 27 enero 2012 (ZENIT.org).- Nuestra columna "En la escuela de san Pablo..." ofrece el comentario y la aplicación correspondiente para el 4º domingo del Tiempo ordinario.

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Pedro Mendoza LC

"Yo os quisiera libres de preocupaciones. El no casado se preocupa de las cosas del Señor, de cómo agradar al Señor. El casado se preocupa de las cosas del mundo, de cómo agradar a su mujer; está por tanto dividido. La mujer no casada, lo mismo que la doncella, se preocupa de las cosas del Señor, de ser santa en el cuerpo y en el espíritu. Mas la casada se preocupa de las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido. Os digo esto para vuestro provecho, no para tenderos un lazo, sino para moveros a lo más digno y al trato asiduo con el Señor, sin división". 1Cor 7,32-35

Comentario

San Pablo, después del pasaje del domingo anterior (7,29-31), prosigue las ideas antes expuestas sobre lo bueno y lo mejor, en que se basan los diversos consejos que ha ido dejando a lo largo de este capítulo de su carta: en torno al matrimonio y a la virginidad (vv.6-7); a la circuncisión o incircuncisión (vv.17-24); al celibato o virginidad (vv.25-31). En el presente pasaje (vv.32-35) responde por qué es mejor el estado de virginidad.

El elemento nuevo en este texto está en los "cuidados" que un estado determinado comporta. Habla del tema cinco veces. La valoración de los "cuidados" es doble. Comienza por presentar el lado negativo: "Yo os quisiera libres de preocupaciones". Por consiguiente esos "cuidados" se consideran como una postura prohibida a los cristianos, pues pueden comportar distracciones o divisiones interiores que los apartan de Dios, a quien están llamados a servir con todo su corazón. En este caso el verbo cuidarse tendría por objeto las cosas del mundo. Se trata, por lo tanto, de un cuidado típicamente mundanal.

Pero hay otro cuidado, que es positivo, y es el de las cosas del Señor: "El no casado se preocupa de las cosas del Señor". Surge ahora un problema, pues ocurre que la persona casada se ve dividida entre ambos cuidados. Ella se ve obligada a prestar atención tanto a unos como a otros: debe atender por un lado a las cosas del Señor y, por otro, a las cosas del mundo.

En la valoración de estas situaciones san Pablo recurre a otra palabra determinante, el verbo "agradar". El no casado busca "agradar" al Señor; quien está casado, "agradar" a la mujer o al marido. En este "agradar" están contenidas toda la reserva, el tiempo, las orientaciones y preocupaciones que el matrimonio lleva consigo. El casado se ve en la precisión, por así decirlo, de servir a dos señores. No deberían ser dos señores distintos cuando ambos consortes quieren pertenecer enteramente al Señor. Pero el apóstol no está pensando en este caso ideal al presentar sus valoraciones sobre el modo normal en que el esposo o la esposa proceden ante estos cuidados. Al final se ve que, si bien san Pablo se muestra más bien reservado sobre la existencia de este comportamiento ideal por parte de los esposos, no puede por menos de desear de todo corazón que ellos se entreguen total y enteramente, sin división y sin turbación, al Señor.

Frente a los cuidados, negativamente valorados, por las cosas del mundo, están los cuidados por las cosas del Señor, los únicos valorados positivamente. Podríamos preguntar cuál es la contrapartida del estar dividido. Y la respuesta sería: el indiviso pertenece al Señor y, por lo mismo, la preocupación de la mujer no casada y de la doncella es la de "ser santa en cuerpo y alma". No quiere decir que los casados no puedan y no deban ser santos. Recurriendo a esta expresión el apóstol quiere indicar la pertenencia especial y exclusiva al Señor, un ser y estar determinado por Él, que debe caracterizar la vida de todo cristiano.

San Pablo no presta atención a otro grupo: al de aquellos muchos que desearían casarse, pero no llegan al matrimonio. En el v.34, podría pensarse que el apóstol tiene presente este grupo, cuando junto a las vírgenes menciona a las mujeres no casadas. En todo caso, en lo ya dicho hay elementos que proporcionan ayuda a estos célibes involuntarios. Ellos están llamados a adquirir en la fe una visión de su forzosa privación del matrimonio como llamada positiva a las cosas del Señor. "Se preocupa de las cosas del Señor" es presentado como un hecho evidente. Hay aquí una invitación y una exigencia: la de ser capaz de reconocer y abrazar esta llamada positiva.

Aplicación

Preocuparse de las cosas del Señor y servirlo con corazón indiviso.

Guiados por la liturgia del Tiempo ordinario, continuamos nuestro acompañamiento de Cristo en su vida pública. Hoy el evangelio nos lo muestra como profeta poderoso en obras y palabras, en cumplimiento de la promesa que Dios había hecho de enviar un profeta semejante a Moisés. San Pablo, en continuación de la misión de Cristo, nos exhorta a preocuparnos de las cosas del Señor y a servirlo con corazón indiviso.

Como nos refiere la lectura del Deuteronomio (18,15-20), Dios, por boca de Moisés, promete que no nos dejará sin la guía y la asistencia de sus intermediarios. Él nos enviará un profeta semejante a Moisés, que nos hable en su nombre y nos represente ante Él. Así ha sucedido a lo largo de la historia, por medio de los hombres que guiaron al pueblo elegido, hasta el momento en que llegó el profeta "semejante a Moisés", Jesucristo. Él ha venido a enseñarnos con poder y autoridad. A este profeta, que nos habla en el evangelio, acojámoslo en nuestro corazón y aceptemos en nuestras vidas sus enseñanzas, llevándolas fielmente a la práctica.

Es este acontecimiento de la llegada del profeta "semejante a Moisés" el que nos ratifica el evangelio de Marcos (1,21-28): Jesucristo es el verdadero profeta anunciado. Con esta referencia el evangelista presenta el inicio del ministerio público de Cristo. Después de su predicación en la sinagoga, realiza un milagro portentoso con la curación de un endemoniado. De este modo Cristo se revela poderoso en palabras y obras. Todo ello para suscitar en nosotros una total apertura y confianza en Él. A este Cristo dispongámonos a seguirlo muy cerca, pues Él es más que un hombre excepcional, es el mismo Hijo de Dios, que ha venido a rescatarnos de los espíritus malignos y a enseñarnos el camino de la salvación.

Un modo concreto que debe caracterizar nuestra relación con Cristo es el que el apóstol san Pablo nos recuerda en el pasaje de la primera carta a los Corintios (7,32-35), antes comentada: nuestra preocupación en la vida debe estar en las cosas del Señor y en servirlo con corazón indiviso. No resulta fácil vivir esto en la práctica, pues los diversos estados de vida comportan ya una serie de ocupaciones y preocupaciones que podrían distraernos de la tarea fundamental, a la que deben confluir todas las demás. Por lo tanto, también nosotros estamos llamados a seguir la exhortación que Cristo hizo a Marta, afanada en tantas tareas: "hay necesidad de una sola cosa, y María ha escogido la mejor parte" (Lc 10,42). Escojamos esa mejor parte entregándonos con corazón indiviso a Cristo y a su causa.

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Foro


Comunicar es saber escuchar
El silencio atento, condición para anunciar la gran Noticia
MADRID, viernes 27 enero 2012 (ZENIT.org).- Ofrecemos a los lectores la habitual colaboración de monseñor Juan del Río Martín, arzobispo castrense de España. En este artículo, el autor comenta el reciente mensaje de Benedicto XVI, con motivo de la Jornada Mundial de las Comunicaciones, haciendo una aplicación del valor del silencio y la escucha en la vida de cada uno.

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+ Juan del Río Martín

Nos encontramos en la “contracultura del ruido”: el silencio se ha convertido en un bien escaso, costoso y poco apreciado. Benedicto XVI nos sorprendió en el día de san Francisco de Sales, patrón de los periodistas, con un original mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones, donde pone de manifiesto que los nuevos evangelizadores serán buenos comunicadores si saben integrar “silencio y palabra” como elementos integrantes y necesarios en el anuncio de la Buena Noticia en la actual cultura mediática.

La comunicación moderna está saturada de verborrea. En las innumerables tertulias sobre cualquier tema, los participantes se pisan unos a otros en el tomar la palabra, la fragmentación del discurso es patente, y la síntesis final es difícil de hacer o no interesa a nadie. Como dice el Papa: “el hombre no puede quedar satisfecho con un sencillo y tolerante intercambio de opiniones escépticas y de experiencia de vida”. El cruce de opiniones debe estar motivado por la búsqueda de la verdad y ello exige el silencio para discernir lo que es importante de lo que es inútil y superficial. “Por esto, es necesario crear un ambiente propicio, casi una especie de ecosistemaque sepa equilibrar silencio, palabra, imágenes y sonidos”.

Eso mismo es necesario recuperarlo a nivel religioso y litúrgico donde digamos que “el micro” lo invade todo, ahogando la participación personal y profunda de cada uno. ¿No se habrá olvidado que el Concilio nos dice que el silencio es parte de la celebración (SC 30)? A veces, el mismo silencio es la mejor oración y el discurso más elocuente. Precisamente la comunicación más válida surge desde el silencio.

El silencio es concentración, inmersión en sí mismo, unificación de todos los niveles del ser, porque desde la dispersión de la propia persona no se puede decir nada que valga la pena. Hay un silencio vacío que dice ignorancia, aburrimiento, apatía, miedo, cobardía... Y hay un silencio fecundo que proclama presencia, apertura, paz, maduración, espera. De ahí, brota la verdadera comunicación tan necesaria en la sociedad de la Red. Pero también, en este preciso reencuentro con el silencio sonoro de la escucha, surge la experiencia íntima y personal que se llama oración, que no es otra cosa que entrar en comunicación con Dios.

El silencio no es sólo callar. No es pasividad, ni indiferencia o ausencia. No es un sedante psicológico. El silencio es presencia, acogida, atención, reflexión, resonancia, interiorización del Misterio, espacio de libertad para la actuación del Espíritu. Para descubrir la riqueza del silencio es necesario saber callar, saber escuchar, saber recogerse y hacer vacío, dejar que resuene interiormente la palabra escuchada o leída, la fascinante imagen visual o la misma plegaria de la comunidad.

Ahora bien, para orar no basta callar exteriormente. Es el silencio interior el que permite entrar en uno mismo, meditar, concentrarse, de modo que la voz del Espíritu pueda tener plena resonancia en nosotros. Es mayor estorbo el ruido interior que el exterior, porque sucede como al caminar: molestan más las piedras dentro del zapato que las del camino. ¿Qué es el silencio interior? Es un estado del alma que, de alguna manera, está emparentado con la relajación anímica que piden los maestros orientales de la meditación y con el silencio de los sentidos del que hablan los místicos. La autentica comunicación del predicador o del orante es cuando la palabra nace de lo profundo de uno mismo. Por ello, es necesario descender a un nivel bastante más serio que el de la mera formalidad exterior, que se contenta con repetir unas fórmulas.

Tener opiniones sobre algo, no es lo mismo que expresar un pensamiento que requiere la simbiosis de “silencio y palabra” de la que nos habla el Papa. Así como, decir “oraciones” no es lo mismo que “hacer oración”. Sólo al que sabe callar le es posible escuchar la voz del otro y entablar un diálogo auténtico. Moisés dijo al pueblo: “Guarda silencio y escucha, Israel: y escucharás la voz del Señor tu Dios” (Dt 27,9). Después del ajetreo de una salida apostólica, Jesús invitó a sus discípulos al retiro: “Venid, vosotros solos, aparte, a un lugar solitario, y tomad un poco de reposo” (Mc 6,31). De esta contemplación nace con toda su fuerza interior la urgencia de la misión, la necesidad imperiosa de “comunicar aquello que hemos visto y oído”, de que Dios es amor y nos envió su Palabra de amor y nos sostiene en su Espíritu de amor. ¡Esta es la gran Noticia que vence al mundo!

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