10.08.11
Carta abierta a un cura gallego crucificado por su pueblo
Entre la cascada de noticias sobre la JMJ que acapara toda la actualidad, ha pasado casi desapercibida una muy importante: El cura del pueblo gallego, acusado de ladrón de las joyas de la Virgen, es declarado inocente, al ser acusado un vecino del pueblo por la Guardia Civil.
Hoy dedico esta carta abierta a este compañero inocente. Querido amigo y compañero Jesús Carrera: No tengo el gusto de conocerte personalmente, pero he rezado mucho por ti. He leído todo lo que se publicaba sobre el falso asunto, donde te han metido unos “feligreses” que te han crucificado en los medios de comunicación social, que es la peor cruz existente en estos tiempos para los curas sencillos como tú o cualquier otro.
Las veces que en diarios gallegos, en emisoras de radio, o en medios televisivos, he visto cómo vendían tu fama y tu honor, sin pruebas ni indicios, me he metido en tu piel, rogándole al Señor que pasara rápido ese Vía Crucis por donde te estaban llevando, haciendo unas estaciones falsas que han durado largos meses.Sinceramente, cuando unos “feligreses” abominan de participar en la Misa por el motivo de estar presidida por un “falso ladrón”, y montan televisores para ver la transmisión de la misma, además, de ser tachados de infantiles en la fe, es que están participando en su propia condenación, porque están en pecado público, lapidando a un inocente pastor de esas mismas ovejas, vestidas así, pero son lobos rapaces y voraces.
Los curas, amigo Jesús, estamos para ser blanco de todas las piedras que deseen tirarnos, como ya lo fue Jesús de Nazaret por afirmar que era el Hijo de Dios; pero esos mismos lobos que llamaban a una lista interminable de medios de comunicación para acusarte de ladrón sin serlo, ahora, en justa compensación moral, deberían llamar a esos mismos órganos informativos para limpiar tu imagen de los escupitajos que lanzaron contra tu persona, fama y honor.
Menos mal que, en este caso y eres de los pocos, tu obispo te creyó desde el comienzo y no les dio la razón a esos hipócritas que han conseguido llevarte hasta la cruz de los sufrimientos que solamente Dios y tú conocerás por los que has pasado.
Seguramente, has vivido horas de amargura, de llanto, de soledad, de tentaciones de quitar las manos en el arado y marcharte al fin del mundo. Menos mal que el Señor te ha mantenido en alto la fe y la esperanza. Tu oración personal y la de muchos otros curas de España, entre los que me encuentro, por ti y tu inocencia segura te han mantenido erguido ante la tempestad psicológica que has sufrido durante meses.
Ahora, esos lobos voraces corren a esconderse como conejos en sus madrigueras. Son los mismos de siempre en todas partes cuando se trata de dar caña a los curas acusando como siempre con falsedades como la que tú has vivido.
Termino, amigo Jesús. Te dejo que descanses. Ruego al Señor que ilumine a tu obispo para que la parroquia a la que vayas destinado, ahora, seas recibido y tratado como se merece un cura de honor y palabra, conciencia limpia y biografía sin mancha.
Sigue contando con mis oraciones, y desde hoy, con las de todos los lectores que estén acabando de leer esta carta dirigida a un cura ladrón que es inocente. Pero dejo estas preguntas aquí: ¿Quién repone el mal moral causado a este sacerdote?, ¿quien recoge el agua derramada por el suelo?.
Tomás de la Torre Lendínez
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Blog del padre Tomáshttp://tomas-de.blogspot.com/2011/08/musica-clasica-para-el-papa-y-su.html