4.08.11

El arzobispo de las dos JMJ

A las 9:03 PM, por Andrés Beltramo
Categorías : Iglesia en Europa, El Vaticano

Del Vatican Insider (ENG) (ITA)

El cardenal español Antonio María Rouco Varela tiene un récord que difícilmente alguien pueda superar en la Iglesia católica. Es el único arzobispo del mundo en haber organizado dos Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ) con dos Papas distintos: Juan Pablo II y Benedicto XVI.

El 20 de agosto de 1989, siendo pastor de Santiago de Compostela, recibió a Karol Wojtyla y cuando subió al “papamóvil” el secretario del pontífice, Stanislaw Dziwisz le dijo: “excelencia, pero usted es un jovencito”. En ese entonces Rouco tenía 53 años y llevaba 13 como obispo.

Casi 22 años después y como arzobispo de Madrid, ahora el purpurado se apresta a recibir a Joseph Ratzinger y a más de un millón de jóvenes para una nueva cita, prevista del 16 al 21 de agosto próximos. En entrevista con Vatican Insider habló el arzobispo de las dos JMJ.

¿Qué cosa ha cambiado entre 1989 y el 2011?

La de Santiago de Compostela era prácticamente la primera Jornada Mundial de la Juventud que se celebraba fuera de Roma. Allí se hizo la teoría pastoral de la Jornada. Los interrogantes sobre el éxito y el acierto de la fórmula eran altos. La comprensión de un evento así por parte de grandes sectores de la Iglesia, católica dentro y fuera de España, no era muy rica y abundante. De las diócesis españolas en Santiago sólo participaron 25 representantes, ni siquiera el delegado de la pastoral de la juventud de la Conferencia Episcopal Española.

El tipo de relación que se ha instaurado entre el Papa y los jóvenes, en el fondo, ha sido el mismo hasta ahora. De algún modo se ha enriquecido jornada tras jornada.

Luego los jóvenes de entonces y los jóvenes de hoy son muy distintos. Aquellos del año 1989 eran los hijos de los revolucionarios del ’68, estaban en una actitud de búsqueda de sentido para sus vidas bastante fuerte, tanto que resultó una sorpresa para los obispos, que no creíamos en la existencia de una juventud en la cual el problema de la fe fuese tan fuerte. Los obispos éramos de la generación de sus padres, quienes hicimos la revolución del año ‘68.

Ahora, para la Jornada de Madrid, ha llegado un momento de madurez. La fórmula de organización es básicamente la de Santiago, se ha enriquecido con el Vía Crucis y algún otro acto especial, en esta ocasión dos eventos inéditos: un encuentro con religiosas y otro con profesores universitarios jóvenes.

La participación de la Iglesia en las Jornadas es ahora al 100 por ciento. Lo que en 1989 era el inicio de un camino de peregrinación, ahora es un camino real y eso se nota mucho, tanto para los organizadores como para la pastoral de la Iglesia. Hay una aceptación casi completa que se observa en cómo los institutos de vida consagrada asumieron la cita de Santiago y cómo la asumen ahora. Hoy en España se puede decir que todas las congregaciones y órdenes religiosas participan en la Jornada Mundial de la Juventud.

Luego los jóvenes de hoy son muy distintos, son los hijos de aquellos de 1989. Ellos han vivido otro periodo de la historia, marcado por la caída del muro de Berlín. La sociedad actual está marcada por el islamismo radical, por la crisis económica y por una crisis de conciencia moral, de fe. Ahora hay una necesidad de conexión entre fe y vida como pocas veces en la historia.

En el año 1989 no se podía hablar que la Iglesia católica contase con una juventud muy identificados con ella, de una forma muy neta y nítida; hoy sí.

¿Cómo se ha logrado eso?

Fruto del trabajo de estos años, fruto de las Jornadas, fruto de nuevas realidades en la Iglesia. No son la mayoría pero sociológicamente hablando es el grupo juvenil en Europa y en América más identificado, no hay otro. ¿Juventudes de los partidos políticos? Es una broma eso. ¿Otro tipo de asociaciones juveniles? No las hay. Bueno, sí existe el “botellón” (fiestas para emborracharse ndr), pero eso no te une, es sólo la borrachera del sábado por la noche pero ahí se acabó.

Las redes sociales ayudan mucho a la comunicación global…

Esa también es una nota muy diferenciadora de lo pasó en el 89 y de lo que va a pasar en Madrid. Luego la capital española cambió mucho en estos últimos 20 años. Políticamente pasó de ser una ciudad regida por la izquierda a ser de mayoría absoluta del Partido Popular desde el año 1991. Eso ha dado una nueva fisionomía a una ciudad se ha desarrollado de una manera increíble: en infraestructuras, en medios de comunicación, en configuración de la ciudad, en la economía.

Eso nos habilita también para responder al reto organizativo de la JMJ. Además contamos con el total apoyo del gobierno central, así como desde la Comunidad de Madrid y los ayuntamientos de la zona.

¿Cuál es su principal objetivo pastoral de esta JMJ?

En la pastoral de los jóvenes fortalecer la base de la cual disponemos, sobre todo a nivel parroquial y asociativo además de reforzar la capacidad de irradiación de esos muchachos con respecto al mundo juvenil en general, no sólo en España sino en toda la Iglesia.

Creo que se debe recuperar la confianza, la esperanza y la fortaleza. Decir que lo podemos y debemos hacer, porque no hay otro camino de recuperación de Europa fuera de este.