Mensaje papal en el Vía Crucis del 2011

Benedicto XVI: «La cruz es el signo luminoso del amor»

 

Benedicto XVI ha subrayado, en un discurso dirigido a los fieles congregados en el Coliseo de Roma para participar al tradicional Vía Crucis, que la cruz «no es el signo de la victoria de la muerte, del pecado, del mal» sino «el signo luminoso del amor» que invita a cada cristiano «a renovar su fe». En este sentido, ha recordado que Dios «es capaz de vencer la muerte, el pecado, el mal» y «donar una vida nueva, resucitada».

23/04/11 11:53 AM


 

(EP/InfoCatólica) Lo único que queda tras la muerte de Jesús, ha señalado el Papa, es “un crucifijo, una cruz alza sobre el Gólgota, una cruz que parece simbolizar la derrota definitiva de Aquél que había llevado la luz a quien estaba en la oscuridad”. Sin embargo, ha insistido en que la cruz es el signo luminoso del amor.

Al finalizar las 14 estaciones del Vía Crucis, Benedicto XVI ha recordado que los cristianos “estamos inmersos en el silencio de esta noche, en el silencio de la cruz, en el silencio de la muerte” y ha subrayado que “esta noche” los fieles “han revivido el drama de Jesús, cargado del dolor, del mal, del pecado del hombre”.  

Por ello, el Pontífice ha pedido a los fieles que “tengan fe” y les ha invitado a “dejar morir al hombre viejo, unido al egoísmo, al mal y al pecado” para dar paso “al hombre nuevo, hombres y mujeres santos, transformados y animados por el amor de Dios”.

Una familia de Etiopia, dos padres franciscanos de Tierra Santa, una joven proveniente de Egipto, una familia romana, dos religiosas agustinianas y un enfermo en silla de ruedas se han turnado la cruz durante el rezo de las 14 estaciones que conforman el Vía Crucis y que recuerdan el camino al Calvario de Jesús.

El Vicario para la diócesis de Roma, el cardenal Agostino Vallini, ha cargado la cruz en la primera y última estación y fue el encargado de entregársela al Pontífice para finalizar la oración del Viernes Santo