El Santo Padre pide por la unidad de los cristianos

El Papa y los obispos son la expresión concreta y visible de la unidad de la Iglesia

 

Benedicto XVI celebró ayer jueves la liturgia de la Ultima Cena en la Basílica de San Juan de Letrán, en la que ha advertido en su homilía que muchos cristianos van a la iglesia «sin ir vestidos con el traje de boda, sin alegría por su cercanía, como cumpliendo una costumbre y con una orientación de sus vidas completamente diferente». El Pontífice destacó en la homilía el amor de Dios por los hombres y aseguró que Jesús «nos espera», pero a la vez expresó sus dudas sobre si los hombres desean «de verdad» a Cristo. El Santo Padre advirtió además que «debemos aprender a aceptar a Dios como es y no como nos gustaría que fuese».

22/04/11 11:59 AM


 

(Agencias/InfoCatólica) El Papa citó a San Gregorio Magno, quien habló de los que “tienen fe” pero “les falta el traje nupcial del amor” y advirtió que “quien vive la fe sin amor no está preparado para la boda y es arrojado fuera”.

“¿Sentimos en nuestro interior el impulso de ir a su encuentro? ¿Anhelamos su cercanía, ese ser uno con él, que se nos regala en la Eucaristía? ¿O somos, más bien, indiferentes, distraídos, ocupados totalmente en otras cosas?”, se preguntó el Santo Padre, que aseguró que Jesús sabe que hay “puestos vacíos” en su banquete, es decir gentes a las que no interesa.

Benedicto XVI agregó que esos puestos vacíos son actualmente una “realidad” y precisamente “en aquellos países en los que había mostrado su particular cercanía”, en velada referencia al Occidente cristiano.

El Obispo de Roma resaltó asimismo “las angustias que tuvo que sentir en su interior” Cristo en los momentos de la Última Cena y aseguró que en su oración con los doce apóstoles pidió por la unidad de los cristianos.

El Santo Padre aseguró que la unidad de los cristianos sólo se da si éstos están íntimamente unidos a Jesús y subrayó que la unidad no es algo solamente interior, místico, sino que ha de ser visible, “tan visible que constituya para el mundo la prueba de la misión de Jesús”.

La comunión eucarística, subrayó el Papa, exige “la fe, pero la fe requiere el amor, de lo contrario también como fe está muerta”. Durante su homilía, el Santo Padre afirmó que la Iglesia “hoy comprueba de nuevo con dolor que a Satanás se le ha concedido cribar a los discípulos de manera visible delante de todo el mundo”.

No obstante, Benedicto XVI afirmó que la figura del Papa y los obispos es la expresión “concreta y visible” de la unidad, que se convierte así “en signo para el mundo y establece para nosotros mismos un criterio concreto”.

Pedro y sus sucesores

El Papa explicó que los cristianos saben que Jesús “ora por la fe de Pedro y sus sucesores” y que “Pedro, que va al encuentro del Señor a través de las aguas agitadas de la historia y está en peligro de hundirse, está siempre sostenido por la mano del Señor y es guiado sobre las aguas” aunque el Papa ha recordado que Jesús pide a Pedro que “se convierta”.

“Todos los seres humanos” destacó el Pontífice, tienen necesidad “de convertirse continuamente” al igual que hizo “Pedro, que reconoce su insuficiencia en la presencia del Señor” y así “está llamado en la humildad de quien se sabe pecador y debe siempre encontrar esta humildad”.

Benedicto XVI subrayó que “Pedro no había querido aceptar que Jesús tuviera que sufrir y ser crucificado” porque eso “no era compatible con su imagen de Dios y del Mesías” y ha recordado que el apóstol “no quiso aceptar que Jesús le lavase los pies” porque “eso no se ajustaba a su imagen de la dignidad del Maestro”.

Aceptar a Dios como es

Por ello, el Papa advirtió que los fieles “debemos aprender a aceptar a Dios como es y no como nos gustaría que fuese” y ha reconocido que muchos cristianos tienen dificultad “en aceptar que Cristo se haya unido a las limitaciones de su Iglesia y sus ministros”

“Tampoco nosotros queremos aceptar que él no tenga poder en el mundo, nos parapetamos detrás de pretextos cuando nuestro pertenecer a él se hace muy costoso o muy peligroso” dijo el Santo Padre, quien añadió que los cristianos “tienen necesidad de una conversión que acoja a Jesús en su ser-Dios y ser-Hombre” y “de la humildad del discípulo que cumple la voluntad del Maestro”.

Benedicto XVI aseguró durante la homilía que “es un gran consuelo para el Papa saber que en cada celebración eucarística todos rezan por él, que nuestra oración se une a la oración del Señor con Pedro. Sólo gracias a la oración del Señor, el Papa puede corresponder a su misión de confirmar a los hermanos, de apacentar el rebaño de Jesús y de garantizar aquella unidad que se hace testimonio visible de la misión de Jesús por parte del Padre”.

Por último, Benedicto XVI pidió a Dios que “fortalezca a los cristianos en la unidad contigo” y dé a la Iglesia “la unidad, para que el mundo crea”.