"Gaudí vela por la santidad del templo"

El incendio de la Sagrada Familia

"Las mujeres lo persiguieron, lo alcanzaron, lo apresaron y lo entregaron a la policía"

Josep María Tarragona, 20 de abril de 2011 a las 16:53

 

(Josep María Tarragona, biógrafo de Antoni Gaudí).-El martes santo, 19 de abril de 2011, se celebró como cada día la misa de 9 en la Cripta de la Sagrada Família, espacio abierto al culto en 1885 y que desde 1905 cumple las funciones de parroquia del barrio; y al que se accede por una entrada directa desde la calle, no incluida en el recorrido turístico a que da derecho el ticket.

Nada llamaba la atención; quizá la piadosa participación de cinco chicas de Madrid, que tenían previsto visitar la basílica después de la eucaristía, que prolongaron en un rato de oración personal.

Los fieles habituales ya se había marchado y sólo quedaban ellas, con la señora Conxa, que habitualmente cuida de los objetos de culto en la Cripta y que se había ofrecido a guiarlas en la visita cultural a la basílica superior. En este momento, notaron un fuerte olor a quemado, que salía de la sacristía. Fueron allí y, al abrir la puerta, salió una gran cantidad de humo y un señor correctamente vestido, con un espray inflamable y varios mecheros. Era el pirómano, que huyó corriendo hacia la salida de la calle. Las mujeres lo persiguieron, lo alcanzaron, lo apresaron y lo entregaron a la policía.

El destrozo de la sacristía era total. Si no hubiera sido por la permanencia de las madrileñas después de la eucaristía, se habría propagado a toda la Cripta y hubiera causado grandes daños. En efecto, la maquinaria del aire acondicionado y el cuadro eléctrico general están allí. Ambos acababan de explosionar, haciendo añicos la puerta de la sacristía y el mobiliario interior con su contenido, entre el que se contaba un stock de estampas en más de veinte lenguas para la devoción privada a Antoni Gaudí.
El arquitecto está enterrado muy cerca, en la capilla de la Virgen del Carmen, cuyas paredes y bóvedas, como las de gran parte de la Cripta, estaban siendo ennegrecidas por el humo que, a través de las ventanas, también entraba en la basílica superior. El Patronato -que no dispone de ningún tipo de vigilancia en la Cripta- ordenó el cierre de la basílica y el desalojo de los mil quinientos turistas que ya habían entrado, lo que se efectuó con gran orden y eficacia.
Así pues, las valerosas madrileñas se quedaron de momento sin visita cultural, pero tuvieron una amable conversación con el párroco de la Cripta:
-No se preocupe, mosén Lluís. Ahora mismo hemos encargado una casulla y una estola, que le enviarán inmediatamente desde Madrid.
Mientras, en la cuenta de l’Associació pro Beatificació d’Antoni Gaudí –entidad civil diferente del Patronato del Templo- se recibían quince donativos, que suman más de tres mil euros, mucho más del valor de las estampas quemadas. ¿Qué les parece? Gaudí ha estado activo, sacando bienes –la generosidad de los fieles- del lamentable atentado.
Este es el segundo incendio provocado en la Sagrada Família. Hubo unos conatos durante la Setmana Tràgica (27 de julio de 1909), pero los autores, sin que se opusiera fuerza humana alguna, abandonaron espontáneamente sus intentos. En cambio, la Sagrada Família si fue incendiada el 20 de julio de 1936, con daños muy graves.
La Cripta estará cerrada durante unas semanas. Esta mañana, la eucaristía ha tenido lugar en la sala parroquial, otra obra bellísima de Gaudí. Para los próximos días, el cardenal Martínez Sistach ha decidido acertadamente que se celebren los oficios de semana santa y demás liturgias en una capilla absidial de la basílica, cerrando mediante un acordonamiento el espacio del ábside y de la girola a los turistas. ¿Qué les parece? Gaudí vela por la santidad del templo.