La Iglesia quiere hacer lo que Jesús: dar vida al que está muerto

El Cardenal Rivera asegura que parte de la sociedad huele tan mal como el cadáver de Lázaro antes de resucitar

 

El cardenal Norberto Rivera Carrera advirtió que hay muchas realidades que «huelen mal», como resultado del proceso de enfermedad y muerte que sufren las instituciones y la sociedad. Durante la homilía pronunciada en la Catedral Metropolitana en ocasión del quinto domingo de Cuaresma, el arzobispo consideró que corresponde a la Iglesia Católica dar la alerta sobre los síntomas de putrefacción y si es atacada por ello, las cosas no cambiarán porque es tanto como «matar al mensajero».

11/04/11 3:05 AM


 

(Notimex/InfoCatólica) El pastor de la Archidiócesis Primada de México señaló que la sociedad es como un organismo viviente, que se enferma y muere debido a múltiples razones. Sin embargo recordó que el mensaje evangélico de Cristo siembra esperanza al advertir que más allá de la muerte hay vida, y ese es el verdadero significado de la resurrección de Cristo que se celebra todo el tiempo y en especial en Semana Santa.

El Cardenal Rivera Carrera expuso que es difícil aceptar que la realidad de la muerte se haga presente en tantas cosas que el hombre ama, pero a pesar de los avances que se han logrado, la muerte, las enfermedades y el dolor siguen en el horizonte de toda vida humana.

El prelado recordó el pasaje evangélico que habla sobre Lázaro, quien fue resucitado de entre los muertos después de llevar cuatro días de fallecido, cuando Jesucristo ordenó quitar la losa del sepulcro y le recordaron que ya olía mal. Esa parábola fue comparada por el prelado con lo que sucede en la sociedad actual, al señalar que hay muchas realidades que “huelen mal”'.

Como ejemplo expuso que “huelen mal” el aire contaminado, las aguas negras, los basureros con desechos tóxicos que despiden olores fétidos y causan infecciones de todo tipo. También consideró como otras realidades que “huelen mal” la violencia, la mentira institucionalizada, la pobreza no reconocida y la mujer “instrumentalizada”.

“Para colmo de males continuamos padeciendo la putrefacción de una campaña que  justifica la muerte de los inocentes en el vientre materno y la eliminación de los ancianos improductivos y de los niños con malformaciones por medio de la eutanasia”, añadió.

En este sentido, afirmó que la alerta que da la Iglesia sobre esos síntomas es equivalente a la orden de Jesús de quitar la losa del sepulcro de Lázaro, no para que todos perciban los malos olores sino para darle vida y sacarlo del sepulcro.

Antes de concluir la misa, el arzobispo primado de México insistió que el cristiano debe secundar siempre los proyectos que dan vida, las iniciativas que la dignifican y a las autoridades que promueven y organizan las comunidades para alcanzar mejores condiciones para las personas.