31.03.11

 

Quien piense que el error y la mentira tienen siempre un aspecto tenebroso que facilita el poder descubrir su verdadera naturaleza, se equivoca. San Pablo nos advirtió de que el mismísimo Satanás se presenta a sí mismo como ángel de luz. Y el contexto de dicha afirmación es precisamente el de la denuncia de la herejía dentro de la Iglesia:

Porque esos tales son unos falsos apóstoles, unos trabajadores engañosos, que se disfrazan de apóstoles de Cristo. Y nada tiene de extraño: que el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz. Por tanto, no es mucho que sus ministros se disfracen también de ministros de justicia.
2ª Cor 11,13-15

Aunque buena parte de los herejes que en nuestro tiempo vagan por el seno de la comunión eclesial, sin que se haga gran cosa por evitarlo, tienden a ser bastante amargos y resentidos, incluso a la hora de presentar el veneno de sus errores a sus seguidores, existen también aquellos que rodean su ponzoña de un ropaje luminoso que les hace más atrayentes a los incautos que acaban cayendo en sus redes.

En Religión Digital encontramos a uno de esos herejes, Jairo del Agua, que ofrece su poción mortal dentro de un dulce caramelo, de manera que resulta realmente atrayente para aquellos que, como también dijo el apóstol de los gentiles, son “llevados a la deriva y zarandeados por cualquier viento de doctrina, a merced de la malicia humana y de la astucia que conduce al error” (Efe 4,14)

El propio Jairo se presenta a sí mismo como ángel de luz a la hora de negar una verdad tan fundamental para la fe católica -y de paso ortodoxa y protestante- como es la salvación y redención. Para ese hereje…:

 

“el dolor de la cruz nunca fue querido ni proyectado por el Padre, fue (y es) la perversión humana la que inventó la injusticia y la tortura, que el Padre tuvo (y tiene) que soportar para no eliminar nuestra libertad asesina. Porque Dios nunca se desdice y siempre respeta su obra. Por eso el dolor de la cruz NO salva, lo que salva es el mantenimiento de una esperanza luminosa y sanadora aún en el túnel del dolor irremediable".

y…

La cruz NO es el altar en que se ofrece al Padre la víctima propiciatoria para el perdón de los pecados. Sigue siendo doctrina judía. Ni existe un mediador que arranca con su sacrificio la redención y regeneración del género humano (un Dios mediando ante Dios… Hum… puro politeísmo creado por la complejidad mental de los hombres complicados).

y…

Insisto y seguiré insistiendo mientras pueda: La Redención está en la Luz y NO en la cruz.

y…

La pregunta terrible que late en el subconsciente de los cristianos es: ¿Si nuestro Dios fue capaz de sacrificar a su Hijo inocente por nuestros pecados, qué no hará conmigo pecador?

Como le ocurre a Satanás, Jairo odia la cruz cristiana. Es lógico. Fue en ella donde se consumó nuestra salvación y redención:

Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.
Col 2,13-15

Satanás y el resto de ángeles caídos se retuercen todavía hoy ante la imagen de la cruz. No la soportan. Es instrumento de su derrota. Allá donde creyeron encontrar la victoria, se consumó el mayor acto de amor de Dios por el hombre. De la sangre derramada por Cristo en la cruz, obtenemos la salvación:

El es también la Cabeza del Cuerpo, de la Iglesia: El es el Principio, el Primogénito de entre los muertos, para que sea él el primero en todo, pues Dios tuvo a bien hacer residir en él toda la Plenitud, y reconciliar por él y para él todas las cosas, pacificando, mediante la sangre de su cruz, lo que hay en la tierra y en los cielos.
Col 1,18-20

¿Es esto escandaloso y necio para el que no cree? Sí, sin duda:

Pues la predicación de la cruz es una necedad para los que se pierden; mas para los que se salvan - para nosotros - es fuerza de Dios.
1ª Cor 1,18

El problema es que el neo-gnóstico Jairo sirve al error desde un lenguaje atrayente, dulce e incluso “cristianizado”. No estamos ante un anticlerical rabioso ni ante un progre-eclesial que se pasa la vida quejándose del Papa y los obispos. No, Jairo se presenta a sí mismo como “una voz insignificante queriendo cavar una fuente en el desierto y aliviar las gargantas resecas por tantas abstracciones, rutinas e incoherencias. Sé que amo el agua, la luz y la vida que brota en el Pueblo de Dios, aunque algunos dirigentes nos den la espalda“.

Este apóstol de las tinieblas tiene un buen numero de seguidores. Basta leer a sus comentaristas habituales. Y lo que es peor, los tiene entre gente de Iglesia. El otro día un buen amigo me aseguró que los salesianos de Huesca usaron textos suyos en las catequesis de hace un par de años. Y yo mismo he sido testigo de la existencia de algunos de sus artículos en páginas católicas “ortodoxas".

Alguno pensará que como estamos ante un seglar, y no ante un sacerdote, religioso o teólogo, no cabe pronunciamiento alguno de la Iglesia ante sus escritos heréticos. Yo más bien pienso que cuando alguien así se presenta a sí mismo como “colaborador en tareas pastorales“, es urgente averiguar qué tareas son esas para retirarle inmediatamente de las mismas. Dado que viven en Madrid, corresponde al cardenal Rouco tomar esa medida. Y al resto de obispos españoles les toca asegurarse de que no haya nada escrito por este señor que pueda ser usado en catequesis, encuentros, etc. Ni siquiera aquello que esté libre de herejía. Todo aquello bueno y conforme a la fe que escriba Jairo del Agua no es sino el cebo para pescar fieles, que luego son asados en sus escritos heréticos y presentados delante de la mesa de Satanas y sus ángeles como un plato exquisito.

Dijo San Pablo:

Porque muchos viven según os dije tantas veces, y ahora os lo repito con lágrimas, como enemigos de la cruz de Cristo.
Fil 3,18

Jairo es uno de esos enemigos. Si eres católico, reza por su conversión al mismo tiempo que huyes de él:

Todo el que se excede y no permanece en la doctrina de Cristo, no posee a Dios. El que permanece en la doctrina, ése posee al Padre y al Hijo. Si alguno viene a vosotros y no es portador de esta doctrina, no le recibáis en casa ni le saludéis, pues el que le saluda se hace solidario de sus malas obras.
2 Jn 9-11

 

In Domino,

Luis Fernando Pérez Bustamante