Paloma Gómez Borrero, periodista

"A Juan Pablo II se le iba a ver, a Benedicto XVI se le va a escuchar"

"En Italia noto un respeto a la Iglesia que en España no veo"

Manuel Robles, 23 de marzo de 2011 a las 18:28

 

(Manuel Robles).- Paloma Gómez Borrero sabe "casi" todo lo que pasa en el Vaticano. Casada con un italiano, tiene tres hijos, cuatro nietos y la última, que a lo mejor sigue sus pasos se llama también Paloma. No en vano lleva 32 años informando sobre los Papas y todo lo que se mueve en el Vaticano. Ama a Roma, a Italia, pero no se olvida nunca de que es madrileña. Para esta mujer, el buen periodismo no es otra cosa que saber contar historias humanas y amenas. Asegura que "A Juan Pablo II se le iba a ver, a Benedicto XVI se le va a escuchar" y que "en Italia hay un respeto mucho mayor hacia la Iglesia que en España".

-¿Cómo has visto a los cuatro Papas que has conocido?

-A Pablo VI lo conocí muy poco, pero no tenía el tirón de los que vinieron detrás. Juan Pablo I era un hombre humilde y dulce, como un buen párroco y su pontificado duro poco más de un mes. Juan Pablo II estuvo 27 años de Papa, siempre me impresionó su humanidad y su capacidad de oración.

Benedicto XVI es un Papa humilde al que se le escucha con agrado. Estos dos últimos son como el movimiento del corazón, sístole y diástole. A Benedicto XVI se le escucha a Juan Pablo II se le ve.

-¿Qué te parece el nombramiento de una mujer como embajadora en el Vaticano?

-La nueva embajadora María Jesús Figa López-Palop es una persona preparada y diplomática de carrera que es muy respetuosa con la Iglesia católica. A mí me parece positivo el cambio, además el movimiento a favor de la mujer está de moda, así que el Vaticano también lo verá muy bien.

-¿Cómo se ve desde Roma a la Iglesia española?

La iglesia española siempre ha gozado de consideración en el Vaticano. En la actualidad tiene dos cardenales, Rouco y Sistach, que sintonizan muy bien con el Papa Benedicto XVI. Y luego dos españoles que pesan mucho entre los colaboradores del Papa, el Cardenal Cañizares y el arzobispo Lendaira que están haciendo un gran papel en sus respectivos dicasterios.

-¿También en Italia se nota la falta de respeto hacia la Iglesia?

-En Italia noto un respeto a la Iglesia que aquí en España no veo. Estos días he leído algunas fechorías que se han hecho en iglesias de Madrid, que me han llamado mucho la atención. Decía Aldo Moro que en España no existía el "ni", algo entre el si el no. Aquí, no tenemos término medio, seguimos a los curas en las procesiones o para darles palos.

-¿Qué se está haciendo en Italia con motivo del JMJ de Madrid?

-España siempre atrae mucho a los italianos. Les gusta nuestro modo de ser, el ambiente festivo, la alegría de los españoles. Pero todos esperan ese Vía Crucis por la Castellana y Recoletos con los pasos de la Semana Santa. Estoy segura que eso va a ser impresionante.

-¿Cómo ves tú la relación Cardenal Rouco con Benedicto XVI?

-No me cabe la menor duda que sintonizan muy bien. Yo sé que hablan siempre en alemán, cuando el Cardenal de Madrid lo visita. Luego está la responsabilidad de cada uno en la Iglesia, y aunque nadie es perfecto, todo el mundo sabe que don Antonio Rouco, en este momento, es la persona más relevante del episcopado español. A mí el Cardenal de Madrid me dio la medalla de San Gregorio Magno, y se lo agradezco mucho, porque creo que antes sólo se la daban a hombres.

-¿No te sientes cansada del periodismo después de tantos años al pie del cañón?

-Yo hago una cosa que me gusta mucho: observar lo que pasa y luego contarlo. Ya sé que por contar cosas no se arreglan los problemas, pero puede que algunas cosas cambien. Por eso no pienso dejar nunca el periodismo, lo dejaré cuando él me deje a mí.

-¿Qué tiene Roma que siempre la llevas en tus ojos?

-Roma es Roma. Para mí después de tantos años puedo decir que es un amor de ciudad. Primero que cualquier calle, cualquier esquina, cualquier iglesia tiene siglos de historia y eso para un periodista es significativo. Luego están los romanos, hombres y mujeres, que han visto pasar a varias civilización y que son un poco escépticos de casi todo, siguen siendo lo mejores protagonistas para un reportaje. Yo a esta ciudad no la cambio por nada.

-¿En algún momento se paró la causa de beatificación de Juan Pablo II?

-Nunca hubo un parón, lo que pasó es cuando la monja francesa Marie Simon Pierre, de 44 años, que tenía parkinson desde el año 2001, después de una novena a JPII, quedó curada, y los médicos quedaron tan impresionados que revisaron el proceso despacio, -el parkinson es incurable-, pero al comprobar que todo estaba en orden, siguió adelante hasta que se fijó la fecha de su beatificación, el 1 de mayo de 2011.

-¿Qué se llevó Juan Pablo II de Asturias?

-Aquí le disteis mucha alegría. Se encontró con la belleza de los Picos de Europa y con la Santina. Para Juan Pablo II la montaña y el amor a la Virgen eran dos cosas de las que no sabía prescindir. Yo creo que él nunca se olvidó de que había estado en Covadonga.