ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 30 de noviembre de 2010

Santa Sede

El Papa a Bartolomé I: Debemos seguir progresando hacia la plena comunión

Benedicto XVI nombra al cardenal Sardi patrono de la Orden de Malta

El Papa entrega a los ortodoxos unas reliquias de san Andrés

Dolor y cercanía del Papa ante la muerte de su asistente Camagni

El Papa pide comprensión para las personas solas, ancianos y enfermos

La COMECE, preocupada por el auge de los movimientos populistas

Mundo

Arzobispo de Dublín: “La Iglesia nunca se reformará desde el exterior”

Cáritas pide más empeño para salvar a los niños del Sida

Se rueda la vida del beato Newman

El cardenal Jaime Ortega se reunió con ex presos cubanos en España

R. D. del Congo: sacerdotes denuncian un “régimen de terror” en el este

Documentación

Mensaje del Papa para el funeral de su asistenta Manuela Camagni

Mensaje del Papa al Patriarca de Constantinopla

Homilía del cardenal Bertone en la catedral de Astaná (Kazajstán)


Santa Sede


El Papa a Bartolomé I: Debemos seguir progresando hacia la plena comunión
En un mensaje por la fiesta de san Andrés enviado a través del cardenal Koch
ESTAMBUL, martes 30 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha expresado al patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, la necesidad de seguir progresando hacia la plena comunión para lograr presentar a Cristo resucitado como la respuesta a los hombres de hoy.

Lo ha hecho en un mensaje por la fiesta de san Andrés, que le hizo llegar este martes a Estambul a través del presidente del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos, el cardenal Kurt Koch.

“Debemos continuar progresando en el camino hacia la plena comunión, demostrando que ya hemos unido nuestros esfuerzos por un testimonio común del Evangelio ante los hombres de nuestro tiempo”, indica el Papa en el texto, publicado por la Oficina de Información de la Santa Sede.

Según el Pontífice, ésta es una necesidad “para poder tener éxito en esta gran tarea” de “proclamar con renovada convicción la verdad del Evangelio y presentar al Señor resucitado como la respuesta a las preguntas y aspiraciones espirituales más profundas de los hombres y de las mujeres de hoy”.

Para Benedicto XVI, la fiesta del apóstol san Andrés “representa, para todos aquellos que por la gracia de Dios y el don del Bautismo aceptaron el mensaje de salvación, una fuerte invitación a renovar la propia fidelidad a la enseñanza de los apóstoles y a convertirse en anunciadores incansables de la fe en Cristo, con la palabra y el testimonio de la vida”.

“Esta invitación es más urgente que nunca e interpela a todos los cristianos” en este tiempo nuestro y “en un mundo marcado por una creciente interdependencia y solidaridad”, añade.

En su mensaje, el Obispo de Roma expresa su “sincera gratitud” a Bartolomé I y al patriarcado ecuménico por la “generosa hospitalidad” ofrecida el pasado octubre en Rodas a los delegados de las Conferencias Episcopales de Europa.

En esa isla griega, los representantes católicos se reunieron con representantes de las Iglesias ortodoxas de Europa para celebrar el II Foro católico-ortodoxo sobre el tema Relaciones Iglesia-Estado: perspectivas teológicas e históricas.

En el mensaje, autógrafo, el Papa le explica al patriarca ecuménico que está “siguiendo con atención sus sabios esfuerzos por el bien de la ortodoxia y por la promoción de los valores cristianos en muchos contextos internacionales”.

Benedicto XVI se une a él “en la acción de gracias a Dios por las maravillas que ha realizado, en su infinita misericordia, a través de la vida y el martirio de san Andrés”.

Le extiende “con mucho gusto un abrazo fraterno en nombre de nuestro único Señor Jesucristo” y renueva sus “buenos deseos de paz, bienestar y abundantes bendiciones espirituales”.

Y le asegura un recuerdo en sus oraciones en esta fiesta de san Andrés apóstol, que cae en este martes en los calendarios litúrgicos de Oriente y de Occidente.

El cardenal Koch leyó en público el mensaje del Papa y entregó un regalo a Bartolomé I durante las celebraciones de la fiesta de san Andrés en Estambul.

Por primera vez, este purpurado guiaba la delegación de la Santa Sede que como es habitual se trasladó a Estambul para celebrar la fiesta de san Andrés, en el marco del intercambio anual de delegaciones, católica y ortodoxa, por las respectivas fiestas de los santos patronos.

La delegación de la Santa Sede participó en la solemne divina liturgia presidida por Bartolomé I en la iglesia patriarcal del Fanar.

También mantuvo un encuentro con el patriarca y con la Comisión sinodal encargada de las relaciones con la Iglesia católica.

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Benedicto XVI nombra al cardenal Sardi patrono de la Orden de Malta
Últimos nombramientos papales

 

CIUDAD DEL VATICANO, martes 30 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- Benedicto XVI nombró patrono de la Orden Soberana Militar de Malta al cardenal Paolo Sardi, hasta ahora pro-patrono de la misma orden, comunicó este martes la Oficina de Información de la Santa Sede.

El representante papal ante la Orden de Malta fue creado cardenal el pasado 20 de noviembre, durante el último consistorio, junto a los capellanes de la Orden Francesco Monterisi, Mauro Piacenza, Gianfranco Ravasi, Paolo Romeo y Donald William Wuerl y a otros dieciocho nuevos purpurados.

El cardenal patrono es el encargado de promover los intereses espirituales de la Orden y de sus miembros, así como las relaciones entre la Santa Sede y la Orden de Malta.

El cardenal Sardi había sido nombrado pro-patrón de la Orden el 6 de junio de 2009. Nacido el 1 de septiembre de 1934 en la localidad italiana de Ricaldone, fue ordenado sacerdote el 29 de junio de 1958.

El 6 de enero de 1997, el papa Juan Pablo II le ordenó obispo de la Basílica vaticana. El 23 de octubre de 2004 fue nombrado vicecamarlengo de la Santa Iglesia Católica.

La Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta, más conocida como la Soberana Orden de Malta es una de las más antiguas órdenes religiosas católicas.

Fue fundada en Jerusalén alrededor del año 1048. Al mismo tiempo, siempre ha sido reconocida por las naciones como un ente independiente de Derecho Internacional.

La misión de la Orden está definida en su lema Tuitio Fidei et Obsequium Pauperum, la defensa de la fe y el servicio a los pobres.

La Orden dirige numerosos hospitales, centros médicos, ambulatorios y estructuras especializadas para responder a emergencias humanitarias en 120 países.

Actualmente está compuesta por 12.500 miembros y por 80.000 voluntarios permanentes, asistidos por 13.000 médicos, enfermeros, y personal sanitario.

El Papa también aceptó hoy la renuncia del arzobispo de Madang, en Papúa Nueva Guinea, presentada por monseñor William Joseph Kurtz, SVD, por razones de edad, y nombró para sustituirlo en el cargo a monseñor Stephen Joseph Reichert, OFM Cap., hasta ahora obispo de Mendi.

Por otra parte, este sábado el Pontífice erigió la diócesis de Bunda, en Tanzania, con territorio desmembrado de la archidiócesis de Mwanza y de la diócesis de Musoma, haciéndola sufragánea de la sede metropolitna de Mwanza.

Como primer obispo de Bunda, el Papa nombró a Renatus Leonard Nkawande, hasta ahora administrador diocesano de la archidiócesis de Mwanza. El obispo electo nació en 1965 en Mantare (Tanzania) y fue ordenado sacerdote en 1995.

La iglesia parroquial de San Pablo de Bunda se convertirá en la catedral de la diócesis y el río Siguti se convierte en la frontera natural entre las diócesis de Musoma y Bunda.

La nueva diócesis tiene una superficie de 5.530 kilómetros cuadrados y una población de 1.023.390, de los cuales 335.000 católicos. Cuenta con dos sacerdotes y dos religiosos.

Está compuesta por dos distritos: el de Bunda, en la región de Mara, y el de Ukerewe y Ukar, en la región de Mwanza. Además, dos parroquias (Saragana y Mabu) del distrito de Musoma pasan a pertenecer a la nueva diócesis.

Para Sudán, el sábado, el Papa nombró obispo auxiliar de la archidiócesis de Juba a Santo Loku Pio Doggale, hasta ahora vicepárroco de la catedral de Juba. Nacido en 1969 en Katiré (Sudán), fue ordenado sacerdote en 2001.

Finalmente, Benedicto XVI nombró al prefecto de la Congregación para la Educación Católica, el cardenal Zenon Grocholewski, su enviado especial a la celebración del IV centenario de la fundación de la Universidad Pontificia de Santo Tomás en Manila (Filipinas), que tendrá lugar el 28 de enero de 2011.

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El Papa entrega a los ortodoxos unas reliquias de san Andrés
A través del cardenal Bertone, de viaje en Kazajstán
ASTANÁ, martes 30 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- El cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado, entregó hoy por la mañana, en nombre del Papa Benedicto XVI, unas reliquias de san Andrés al Metropolita Alexander, durante una celebración litúrgica en la catedral ortodoxa de la Asunción, en Astaná, capital de Kazajstán.

El purpurado, que se encuentra en el país con motivo de la Cumbre de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), ha sido invitado también por las autoridades kazajas a una visita que concluirá el próximo sábado 4 de diciembre.

Se trata de un gesto de gran importancia ecuménica, pues este Apóstol, cuyos restos reposan en Amalfi (Italia) es muy venerado por la tradición bizantina.

San Andrés, hermano de san Pedro, es considerado el primer obispo de Bizancio (Constantinopla), y venerado por los ortodoxos como su fundador. La tradición afirma que evangelizó Grecia y la zona del Cáucaso, y que murió crucificado en Acaya.

Sus restos fueron robados de Constantinopla por los cruzados durante el siglo XIII, y trasladados a la ciudad italiana de Amalfi (cerca de Nápoles). La cabeza se trasladó en 1462 a la Basílica de San Pedro.

En un gesto histórico, el 5 de enero de 1964, el papa Pablo VI entregó la cabeza del santo al Patriarca Atenágoras I. Por su parte, el Patriarca de Constantinopla hizo entrega al papa Montini de un icono en el que san Andrés y san Pedro se abrazan, bajo la mirada de Cristo resucitado.

El cardenal Bertone quiso recordar aquel intercambio histórico, que supuso uno de los hitos en el diálogo ecuménico, con el que puso en continuidad el gesto realizado hoy en Astaná.

“Hoy, en este grato encuentro con vosotros, tengo la especial alegría de cumplir el alto encargo que me confió el Santo Padre Benedicto XVI, de entregaros un fragmento de las insignes Reliquias del Apóstol san Andrés, que se veneran en Italia, en la ciudad de Amalfi”, afirmó el purpurado.

El secretario de Estado hizo entrega de las reliquias al Metropolita Alexander. Son dos reliquias, que serán custodiadas en Astaná, una en la catedral ortodoxa y otra en la católica.

Este gesto responde a la petición que tanto el Metropolita ortodoxo como el arzobispo católico hicieron al Papa, quien por su parte “decidió destinar a las respectivas iglesias dos fragmentos de las preciosas Reliquias. Esta elección reviste profundo significado, en cuanto que subraya la común veneración de los Apóstoles”, afirmó el cardenal Bertone.

Hacia la unidad

En la homilía pronunciada hoy en la catedral ortodoxa, el cardenal Bertone quiso también hacer llegar al Patriarca de Moscú, del que depende canónicamente la Iglesia ortodoxa kazaja, un saludo personal de parte del Papa Benedicto XVI.

La visita del cardenal Bertone es muy significativa, ya que no se producía una visita de un secretario de Estado (número dos en la jerarquía vaticana) a territorio del Patriarcado, desde la histórica visita del cardenal Agostino Casaroli en 1988.

El purpurado auguró que esta visita de hoy “pueda suscitar un renovado impulso a unir esfuerzos, para que en un futuro no lejano los discípulos de Cristo proclamen con una sola voz y un solo corazón el Evangelio, mensaje de esperanza para toda la humanidad”.

“Quiero subrayar que el acto de entrega hoy de la reliquia de san Andrés, que vosotros tanto veneráis, coincide precisamente con el día en el que, según el calendario de la Iglesia latina, se celebra su fiesta litúrgica”, añadió.

“Andrés fue el primero en ponerse en el seguiminto del Señor, Pedro fue llamado a confirmar a sus hermanos en la fe. Su abrazo bajo la mirada de Cristo es una invitación a proseguir en el camino emprendido, hacia ese objetivo de unidad que juntos pretendemos alcanzar”, concluyó.

Por Inma Álvarez

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Dolor y cercanía del Papa ante la muerte de su asistente Camagni
Carta al funeral de la “Memor Domini” fallecida en accidente de tráfico
CIUDAD DEL VATICANO, martes 30 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto XVI quiso mostrar su “gran dolor, que solo la fe puede consolar”, por la muerte de Manuela Camagni, la Memor Domini asistente del apartamento papal, fallecida la semana pasada en accidente de tráfico.

Así lo expresa en un mensaje que fue leído por su secretario personal, monseñor Georg Gänswein, durante el funeral celebrado en San Piero in Bagno di Romagna, en la provincia italiana de Forlì-Cesena.

Manuela Camagni, de 56 años, era una de las cuatro Memores Domini – mujeres consagradas en el mundo pertenecientes al movimiento Comunión y Liberación – que se ocupan desde hace cinco años del apartamento pontificio.

“Habría querido presidir las Exequias de la querida Manuela Camagni, pero – como podéis imaginar – no me ha sido posible”, lamenta Benedicto XVI.

En su carta, el Papa quiso recordar a la fallecida con su propio testimonio. “Muchos de vosotros conocéis a Manuela desde hace mucho tiempo. Yo he podido beneficiarme de su presencia y de su servicio en el apartamento pontificio, en los últimos cinco años, en una dimensión familiar”.

“Por esto deseo dar gracias al Señor por el don de la vida de Manuela, por su fe, por su generosa respuesta a la vocación”, afirmó.

De ella destacó su “servicio discreto pero precioso en la casa del Papa”, y añadió que “ella estaba contenta de esto, y participaba con alegría en los momentos familiares: en la santa Misa de la mañana, en las Vísperas, en las comidas en común y en las diversos y significativos acontecimientos de casa”.

“La separación de ella, tan de repente, y también la forma en que se nos ha quitado, nos ha dado un gran dolor, que solo la fe puede consolar”, afirmó.

En este sentido, el Papa quiso recordar el significado del nombre que alude a su vocación, memores Domini.

“Meditando sobre estas palabras, sobre su significado, encuentro un sentimiento de paz, porque estas remiten a una relación profunda que es más fuerte que la muerte”, pues se trata de “personas que viven en la memoria de Dios y de Jesús, y en esta memoria cotidiana, llena de fe y de amor, encuentran el sentido de todo, tanto de las pequeñas acciones como de las grandes decisiones, del trabajo, del estudio, de la fraternidad”.

Añadió: “si recordamos al Señor, es porque Él, aún antes, se acuerda de nosotros. Nosotros somos memores Domini porque Él es Memor nostri, nos recuerda con el amor de un Padre, de un Hermano, de un Amigo, también en el momento de la muerte”.

“Aunque a veces pueda parecer que en ese momento Él esté ausente, que se olvide de nosotros, en realidad nosotros estamos siempre presentes ante Él, estamos en su corazón. Allá donde podamos caer, caemos en sus manos. Precisamente allí, donde nadie puede acompañarnos, nos espera Dios: nuestra Vida”, concluyó.

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El Papa pide comprensión para las personas solas, ancianos y enfermos
Intención de oración para el mes de diciembre

CIUDAD DEL VATICANO, martes 30 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- Benedicto XVI pide oraciones para “comprender mejor” las situaciones difíciles que atraviesan los ancianos y enfermos, así como las personas que están solas.

Es la propuesta que hace en las intenciones de oración para el mes de diciembre, contenidas en la carta pontificia que ha confiado al Apostolado de la Oración, iniciativa que siguen cerca de 50 millones de personas en los cinco continentes.

El obispo de Roma presenta dos intenciones, una general y la otra misionera.

La intención general del Apostolado de la Oración del Papa para el mes de diciembre es: “para que la experiencia del sufrimiento sea ocasión para comprender las situaciones de malestar y de dolor en el que se encuentran las personas solas, los enfermos y los ancianos, y estimule a todos a ir a su encuentro con generosidad”.

La intención misionera es "para que los pobres de la tierra abran las puertas a Cristo y a su Evangelio de paz, fraternidad y justicia".

Mas información: http://www.apostleshipofprayer.net/default-es.aspx
 

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La COMECE, preocupada por el auge de los movimientos populistas
El populismo tiende a “debilitar la cohesión social y la solidaridad”
BRUSELAS, martes 30 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- La Comisión de los Episcopados de la Comunidad Europea (COMECE) se mostró “profundamente preocupada” por el auge de los movimientos populistas en Europa que tienden a “dividir las sociedades” y a “discriminar a los más débiles”.

La COMECE celebró su asamblea plenaria de otoño del 24 al 26 de noviembre en Bruselas, sobre el tema del populismo.

En un comunicado difundido al final de esta asamblea, la COMECE se refirió al aumento “significativo” en Europa “de movimientos y tendencias que tienen características populistas”.

“Este fenómeno es muy complejo: conoce manifestaciones variadas, que van desde ciertas formas de regionalismo al nacionalismo e incluso el extremismo; toca la izquierda y la derecha del espectro político”, afirman los obispos.

“Se constatan sin embargo similitudes inquietantes: una presentación simplificada de los problemas y de su solución, la búsqueda de chivos expiatorios y la instrumentalización de la distinción entre 'ellos' y 'nosotros'”.

La COMECE recordó que el “populismo” es “verdaderamente incompatible con la vocación universal de la Iglesia”.

Alertó que este fenómeno tiende a “dividir las sociedades y a debilitar la cohesión social y la solidaridad”.

Y denunció también una tendencia que discrimina a “los más débiles de la sociedad: las minorías que son designadas como chivos expiatorios” y da “la ilusión de soluciones simples a problemas complejos”.

“Somos conscientes de la incertidumbre y de la inseguridad de los tiempos actuales”, afirmaron los obispos.

Y lanzaron un llamamiento a los cristianos “para que no se dejen llevar por el populismo, sino que se resistan a sus corrientes”.

“El Evangelio nos llama hoy, como lo hizo a las generaciones que nos han precedido”, afirmaron los obispos.

“No se trata de involucrarse en un combate cultural o ideológico -finaliza el comunicado- sino más bien de reafirmar los principios en los que se basa todo: la dignidad inalienable de todo ser humano, como persona amada y querida por Dios, y el bien común, que nos llama todavía y siempre a mostrar solidaridad y amor a nuestro prójimo”.


 

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Mundo


Arzobispo de Dublín: “La Iglesia nunca se reformará desde el exterior”
Monseñor Martin explica el camino de renovación de la Iglesia en Irlanda
DUBLÍN, martes 30 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- “La Iglesia en Irlanda está en camino de renovación”, pero “la renovación de la Iglesia no consiste en estrategias mediáticas o reformas estructurales”, “la Iglesia nunca se reformará desde el exterior”.

Lo afirmó el arzobispo de Dublín, monseñor Diarmuid Martin, el pasado 20 de noviembre en la pro-catedral de Santa María de Dublín, en la homilía que pronunció en la misa por el 30º aniversario de la muerte del fundador de la Legión de María, el siervo de Dios Frank Duff.

“La renovación es una dimensión esencial de la vida de la Iglesia en todo momento de la historia -reconoció-. La necesidad de una renovación de la Iglesia en Irlanda es sin embargo especialmente urgente en este momento”.

Y añadió: “Los escándalos sobre aspectos de la vida de la Iglesia que han sido revelados han abierto nuestros ojos no sólo a los horrores particulares del abuso de menores y de una inadecuada respuesta a ellos”, sino también “a una crisis mucho más profunda en la Iglesia en Irlanda”.

El arzobispo analizó algunos aspectos de los cambios que ha experimentado la Iglesia y el país, como el gran descenso en la práctica religiosa, la crisis de las vocaciones al sacerdocio y el desencanto entre muchos creyentes, que viven como si Dios no existiera.

Respecto a la crisis de la Iglesia, afirmó que “no se trata de la función de la Iglesia en la sociedad, ni de números”, sino de “la comprensión del mensaje de Jesucristo”.

“Se trata de la fe en el Dios revelado en Jesucristo y de una cuestión fundamental: ¿quién es Jesucristo? -explicó-. Jesucristo vino a traer un mensaje de amor. Pero no era un mensaje que se reduce a ser amables con los demás”.

Y animó a preguntarse “qué debería marcar a la Iglesia de Jesucristo como pueblo guiado por el mensaje de salvación revelado a través de la muerte y la resurrección de Jesús”.

El arzobispo reconoció que “las recientes revelaciones sobre los abusos probablemente nunca hubieran salido a la luz plena sin una intervención del exterior”.

Para salir de la crisis

“La renovación y la reforma de la Iglesia, sin embargo, sólo vendrán del interior de la Iglesia -añadió-, es decir, desde el interior de una comunidad de hombres y mujeres que escuchan la palabra de Dios, que se reúnen para rezar, que celebran la Eucaristía y están llamados a compartir la vida misma del mismo Cristo”.

“Lo que es vital -y nunca puede sustituirse por otros méritos- es la voluntad de conocer a Jesús y entrar en una verdadera amistad con Él”.

“Esto significa permitir que su palabra conquiste nuestros corazones; significa tener la misma mentalidad de Jesús -aclaró-. Se trata de conocer al Padre a través del encuentro con Jesús”.

El arzobispo de Dublín advirtió que “la renovación en la Iglesia en Irlanda será una renovación dolorosa”.

Dijo que “hay muchos indicios de que la Iglesia en Irlanda ha perdido su camino”. “Por desgracia, muchas personas, de diversas edades, ya no conocen a Jesucristo”, reconoció.

“Esto no significa que no sean buenas personas” ni que la Iglesia sólo sea para una élite: “la Iglesia es una Iglesia de pecadores”, recordó.

“Cada uno de nosotros tiene que arrepentirse día tras día, nos comprometemos y dejamos a Jesús a un lado y le traicionamos”, reconoció.

Advirtió que la Iglesia “no es una vaga agencia de moralización de la sociedad”, sino que “la Eucaristía y los sacramentos son celebraciones de fe en Jesucristo en la comunidad cristiana”.

“Permitir que la vida sacramental de la Iglesia se reduzca a una especie de vagas celebraciones sociales es permitir que la verdadera identidad de la Iglesia se distorsione”, advirtió.

El arzobispo destacó que “la Iglesia ha sido traicionada de hecho por sus propios miembros activos” y frente a ese error ha dado a veces la impresión de querer que todo sea “perdonar y de una manera simplista”.

Y declaró que “en la sociedad actual donde el mensaje de Jesús es cada vez menos accesible, la Iglesia debe convertirse en un lugar donde la formación en la Palabra de Dios resuene de una manera como lo ha hecho en la Iglesia irlandesa durante generaciones”.

Frank Duff

En su homilía, monseñor Martin glosó la figura de Frank Duff, fallecido hace treinta años, a quien se refirió como un “hombre tranquilo, sin pretensiones personales” que en 1921 fundó la Legión de María, “un movimiento de oración, solicitud cristiana y espiritualidad mariana”.

“Recordamos especialmente la tenacidad de hombre retirado por fuera: tenacidad para llevar sin vergüenza el mensaje de Jesús a las personas en las distintas circunstancias de su vida, una tenacidad impulsada no por la ambición humana sino a través de la devoción a María”, dijo.

Recordó que la fundación de la Legión de María tuvo lugar en un “momento crítico de la historia de Irlanda”, debido a la incertidumbre política que desembocaría en una guerra civil y a la pobreza en la ciudad, también pobreza moral.

“Frank Duff fue un hombre que frente a un gran desafío social hizo algo -destacó el prelado-. No escribió una Carta al director. Reunió a hombres y mujeres con ideas afines a él en un movimiento de renovación espiritual, oración y servicio cristiano”.

Finalmente, el prelado agradeció a la Legión de María en la archidiócesis de Dublín por su participación generosa en el proyecto diocesano de poner al alcance de las familias el Evangelio de san Lucas, así como por su renovada reflexión sobre la Palabra de Dios y su aplicación a la vida diaria y su compromiso con la oración y la Eucaristía.

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Cáritas pide más empeño para salvar a los niños del Sida
Cardenal Maradiaga: “Es una situación de vida o muerte”
ROMA, martes 30 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- Con ocasión de la Jornada Mundial para la Lucha contra el Sida de este año, que se celebrará mañana 1 de diciembre, Caritas exhorta a los Gobiernos y a las compañías farmacéuticas a invertir más en la prevención de la enfermedad entre los niños y en la reducción de la transmisión de madre a hijo.

“Debemos brindarle a los niños con el VIH la posibilidad de vivir”, afirmó el cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga, presidente de Caritas Internationalis.

“Caritas solicita a los gobiernos y las compañías farmacéuticas que inviertan más y más anticipadamente en la detección y el tratamiento de la epidemia para estos niños”, añadió. “Se trata de una situación de vida o muerte”.

En el informe 2010 de referencia mundial sobre la epidemia del Sida de UNISIDA, la agencia de Naciones Unidad para luchar contra esta enfermedad, se indica que 2,5 millones de niños están infectados por el virus HIV.

El 90% de los niños seropositivos, añade el informe, vive en África, pero solo el 26% recibe tratamiento para salvar la vida. El 55% de los niños afectados por HIV no sometidos a tratamiento mueren antes de cumplir los dos años.

En 2009, Cáritas puso en marcha una campaña en la que afirmaba que en los países pobres hacen falta medios más económicos y avanzados para detener el Sida y la tuberculosis, así como medicamentos adecuados a las necesidades de los más pequeños.

Estos fármacos se fabrican en dosis y fórmulas especiales, incluyendo combinaciones de dosis fijas de medicamentos antirretrovirales para evitar suministraciones excesivas o insuficientes.

En muchas partes del mundo, estos fármacos se pueden obtener a bajo coste, pero a menudo las madres evitan los análisis porque temen la estigmatización y la discriminación. El 99% de los niños afectados de Sida es hijo de madres que nunca se sometieron a un test y que nunca recibieron medicamentos para prevenir la transmisión a sus hijos.

Las organizaciones miembro de Caritas han participado activamente en la campaña por los niños. Caritas Australia está organizando una campaña de postales electrónicas para seguir promoviendo la investigación y el desarrollo de fármacos pediátricos.

Por su parte, Caritas Austria entregó al Gobierno austríaco 21.000 firmas recogidas por jóvenes en un esfuerzo por aumentar a financiación contra el VIH en favor de los países pobres. También Caritas India está colaborando con estudiantes para seguir de cerca a los niños seropositivos en las comunidades locales e informar sobre la evolución de su situación.

En este próximo año, la red Cáritas tiene previsto hacer un esfuerzo en conseguir “reducir los precios y ampliar la variedad de los medicamentos para el tratamiento del VIH; poner al alcance de los dispensarios locales instrumentos rigurosos de detección de la tuberculosis y el VIH pediátricos, en lugar de concentrarlos en los centros urbanos; y promover un mayor acceso a los programas de prevención de la transmisión maternofilial”.

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Se rueda la vida del beato Newman
Con guión y dirección de Liana Marabini
ROMA, martes, 30 noviembre 2010 (ZENIT.org).- La vida del beato John Henry Newman está ya en fase de rodaje cinematográfico. El cardenal, que se convirtió del anglicanismo al catolicismo, beatificado por Benedicto XVI en su reciente viaje al Reino Unido, tiene una apasionante biografía que en el cine se llamará The Unseen World.

Tras hacer The Gardener of God y Vivaldi, Liana Marabini, hitoriadora, escenógrafa y directora de cine, especializada en Historia de la Iglesia, ha decidido cumplir un sueño largamento acariciado: dar a conocer al gran público una figura tan significativa como la del cardenal Newman.

Marabini acaba de rodar otro filme: Scripta manent, en el Principado de Mónaco.

Entrevistada por el diario Il Giornale de Italia, el 23 de noviembre, la directora que es también productora de la película, en medio del rodaje, explica el por qué de la decisión de hacer este filme: “Para mí, Newman es el sacerdote ideal, una inspiración para los demás sacerdotes. Es el santo de las conversiones, pero el filme se centra en la historia de amor absoluto de Newman con Dios que le lleva a llorar de conmoción y de alegría por Él incluso cuando le asaltan las dudas”.

Marabini desgrana al diario italiano otros argumentos no sólo complejos como la conversión, la liturgia, la traición y la castidad de los sacerdotes, que el mismo Newman afrontó en una Inglaterra victoriana y protestante.

Newman es interpretado por Murray Abraham, premio Oscar por Amadeus, quien aparte de su parecido con el cardenal inglés, es considerado una óptima elección para el papel por parte de este diario.

La directora subraya que los textos de la película con auténticos: “las palabras son de Newman”, así como son de época los ornamentos, donados por la cineasta a los Museos Vaticanos.

Explica también que están rodando en todos los lugares de Newman: cerca de un tercio de la película transcurre en escenarios históricos. Después de Roma, a finales de año, el equipo de rodaje se trasladará a Inglaterra donde rodarán en Littlemore, Oscott, Birminghan y Oxford, y se unirán al rodaje los actores Nastassja Kinski y Christopher Lambert. The Unseen World llegará a los cines de todo el mundo a mediados de 2011.

El título --El mundo invisible, en español- representa la relación metafísica que existe entre el hombre y Dios. Un tema explicado por el teólogo Newman en sus numerosos escritos filosóficos, catequéticos y doctrinales.

El beato inglés fue en su vida un puente de diálogo entre dos tradiciones cristianas y es esto lo que subrayó su reciente beatificación en Inglaterra.

Para saber más sobre la figura de Newman: http://www.zenit.org/article-36538?l=spanish; Para ver imágenes de la película: youtube.
 

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El cardenal Jaime Ortega se reunió con ex presos cubanos en España
El arzobispo de La Habana peregrinó a Santiago de Compostela
MADRID, martes, 30 noviembre 2010 (ZENIT.org).- El cardenal Jaime Ortega, arzobispo de La Habana, Cuba, mantuvo este martes por la mañana un encuentro con varios ex-prisioneros cubanos que actualmente están en España, algunos pertenecientes al grupo de los 52 y otros excarcelados recientemente.

El encuentro –informa la Secretaría del cardenal cubano- se desarrolló en un clima “franco y cordial”. Varios de los ex-presos transmitieron al cardenal, sigue la nota, “su gratitud por las gestiones realizadas y manifestaron sus preocupaciones por su futuro inmediato en España, así como por algunos familiares que han quedado en Cuba”.

El arzobispo de la Habana reiteró que todos los que aún están en prisión, del grupo de los 52 y desean permanecer en Cuba, serán excarcelados en breve tiempo. Dijo también que trasladará al Gobierno español las inquietudes expresadas por los ex-prisioneros.

“La Iglesia en Cuba –concluye la nota- quiere manifestar, una vez más, su compromiso humanitario y pastoral con todo nuestro pueblo”.

El cardenal cubano –en viaje por España, tras regresar del Consistorio en Roma con Benedicto XVI y una audiencia del Papa- había emitido este sábado 27 de noviembre una nota, también a través de su Secretaría, en la que rechazaba los titulares del diario ABC y otros medios de comunicación españoles, que le acusaban de evitar o rechazar un encuentro con los ex presos cubanos.

La nota –publicada como la anterior en la página web de la Archidiócesis de la La Habana--, afirmaba que, en los diversos encuentros que tuvo el cardenal Ortega, el jueves 25 de noviembre con las autoridades del Ministerio de Exteriores de España, y diputados de diversas tendencias dentro de la Unión Europea, “además de interesarse por la situación actual de los ex prisioneros, manifestó en cada ocasión su deseo de tener un encuentro con ellos, en consonancia con su misión de pastor”.

La nota de este lunes explicaba que el arzobispo de La Habana se encontraba en Galicia y esperaba “poder encontrar a sus compatriotas ya liberados, pues este fin de semana realiza la Peregrinación al Apóstol Santiago con motivo del Año Santo Compostelano”.

La Iglesia Católica en Cuba, explica la Secretaría del cardenal Ortega, “continuará su misión eminentemente pastoral y humanitaria al servicio de todos los cubanos, a pesar de las visiones reduccionistas de tipo político con las que lamentablemente algunos la han juzgado”.

Por otra parte, la conocida asociación de esposas de presos de conciencia cubanos, Damas de Blanco, expresaron su apoyo a la decisión de la madre de Orlando Zapata, Reina Luisa Tamayo, de abandonar Cuba y viajar a Estados Unidos con su familia llevándose los restos de su hijo.

“Tenemos que respetar la decisión de Reina de abandonar el país, como defensoras de los derechos humanos. Si ella lo ha aceptado tenemos que apoyarla”, declaró Laura Pollán, una de las portavoces de las Damas de Blanco.

Orlando Zapata Tamayo murió el 23 de febrero pasado en un hospital de La Habana tras una huelga de hambre de 85 días. La huelga fue el prólogo del proceso de excarcelación de presos políticos, fruto del diálogo de la Iglesia católica con el Gobierno cubano.

El Arzobispado de La Habana trasmitió el 14 de octubre pasado a Reina Luisa Tamayo el ofrecimiento de las autoridades cubanas según el cual permitirían a toda su familia la salida de la Isla. Tamayo respondió que no dejaría Cuba mientras no pudiera llevar consigo los restos de su hijo.

Según anunciaba una nota del Arzobispado de San Cristóbal de La Habana --fechada en Lugo, el 27 de noviembre--, el cardenal cubano Jaime Ortega tenía previsto reunirse este lunes con ex presos políticos de su país acogidos por España.


Más de un tercio de los 55 presos expatriados residen en distintas ciudades españolas, acogidos en centros de organizaciones sociales.

El Arzobispado de La Habana sigue fiel a la misión, solicitada por el Gobierno cubano, de ir anunciando los traslados de presos a España.

Benedicto XVI recibió en audiencia, el lunes de la semana pasada, al cardenal cubano, según informó la Oficina de Prensa de la Santa Sede. El arzobispo de La Habana fue el primero de los purpurados presentes en ser recibidos por el Papa tras concluir los actos del Consistorio.

Según explicaba en su número de octubre la revista Periodistas, órgano de la Federación de Asociaciones de la Prensa de España (FAPE), el caso de Miguel Galban Gutiérrez, es uno de los más impactantes de entre los 75 presos políticos de la denominada Primavera Negra cubana.

Arrestado el 18 de marzo de 2003, al mes siguiente fue condenado a una pena de 26 años de cárcel, tras un juicio rapidísimo de unas diez horas, donde la acusación pidió cadena perpetua.

En el Hostal Welcome de Madrid, elegido por el Gobierno español para albergar a los refugiados políticos, el que fue periodista de la agencia Havana Press recordó su largo calvario: “No entiendo cómo llegaron a pedirme cadena perpetua. No soy político, no voy a ser político nunca. Lo mío es escribir”.

A la pregunta de cómo se enteró de que habían decidido liberarle, respondió: “Recibí una llamada del cardenal Jaime Ortega el día 17 de septiembre. Me preguntaba si quería viajar a España. Yo le contesté que, para salir tenían que dejar viajar conmigo a toda mi familia, que son diez personas. La cuestión es que, hasta el 2003, cuando me arrestaron, la lucha era mía. Pero a partir de entonces la lucha ha sido también de mi familia. Así que yo tengo que pensar en ellos. La Sección de Intereses de EE.UU. no podía sacarles. No tenía ninguna garantía para ellos: no me podía ir dejándolos en Cuba”.

Llamadas como esta se han repetido más de cincuenta veces en estos meses, desde el anuncio de las primeras excarcelaciones. Una tarea humanitaria que la Iglesia de Cuba seguirá desarrollando tras reiterar la promesa del Gobierno cubano de que continuarán las puestas en libertad de presos de conciencia.

Por Nieves San Martín

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R. D. del Congo: sacerdotes denuncian un “régimen de terror” en el este
En un mensaje publicado tras la muerte del sacerdote Christian Bakulene
BUTEMBO, martes 30 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- El clima de inseguridad que se vive actualmente en el norte de Kivu, en el noreste de la República Democrática del Congo, ha llevado al clero de la diócesis de Butembo-Beni a describir la situación como un genocidio en gestación.

En un mensaje aprobado por el obispo de Butembo-Beni, monseñor Mélchisédech Sikuli Paluku, los sacerdotes denuncian numerosos casos concretos recientes de asesinatos, desapariciones y saqueos recientes y lanzan un llamamiento para que se garantice la seguridad en la zona.

“En el momento de la campaña por el referéndum para la adopción de la Constitución, se proclamó que el “Sí” traería y marcaría el fin de la guerra y el principio de una era de paz y de seguridad para todos”, explica el documento.

“Ese mismo objetivo no ha dejado de ser oficialmente marcado con motivo de los grandes acontecimientos que han marcado la historia reciente de nuestro país”, añade.

“A pesar de estos eslogans sobre la seguridad, y aunque algunos estiman que la situación del país mejora día a día, calificando como 'residuales' los problemas de seguridad en el este, las poblaciones del este del país siguen sufriendo un régimen de terror cada vez mayor: todos los días se producen actos de inseguridad, violencia, masacres, violaciones y asesinatos”, denuncia.

“Junto a la frecuencia de los asaltos en las carreteras, la inseguridad encuentra y persigue a los ciudadanos en sus hogares”.

“Los ataques contra los agentes de pastoral, el clero y los civiles pretenden sembrar el miedo y el pánico entre aquellos que son la voz de los sin voz, y de este modo silenciar a todo un pueblo”, constata.

“No puede dejar de señalarse que estos acontecimientos se producen en el momento en que se ejercen nuevas presiones para la introducción forzada de poblaciones de Masisi en el territorio de Lubero”, explica el mensaje.

También se da ahora “la repatriación a sus países de los refugiados que están sobre todo en el suroeste del territorio desde el 1994”.

Los sacerdotes apuntan a “la prioridad para poder continuar acogiendo y reinstalando a los verdaderos congoleños que se han convertido en desplazados internos en otros territorios de la República Democrática del Congo”.

Para los sacerdotes, “además de los incendios sistemáticos de casas ya conocidos en el territorio de Lubero, el ensañamiento contra las poblaciones de Lubero y de Beni, junto a la fuerte aplicación de una política de 'tierra quemada' para crear el espacio para los demás”, constituye un verdadero “genocidio” en gestación.

El clero de Butembo-Beni denuncia el “silencio culpable" de las autoridades del país y la falta de intervención de la MONUSCO (Misión de Estabilización de la ONU en la RDC), que ha "permanecido pasiva”.

Y recuerda el deber de los soldados y de la policía de defender a la población y el de todas las personas de denunciar a los criminales y evitar la complicidad.

Los sacerdotes aseguran que aun “en esta situación de opresión, permanecemos firmes en la esperanza cristiana” y que su “fe está arraigada en la victoria de Cristo resucitado sobre los lazos y las fuerzas de la muerte”.

El mensaje, recogido por la agencia católica DIA de Kinshasa, fue publicado el 23 de noviembre, al término de la novena de oración por la paz organizada en todas las parroquias de la diócesis de Butembo-Beni tras el asesinato del sacerdote Christian Bakulene, el pasado 8 de noviembre.

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Documentación


Mensaje del Papa para el funeral de su asistenta Manuela Camagni
La “Memor Domini” fallecida en accidente de tráfico
CIUDAD DEL VATICANO, martes 30 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación la carta que el Papa Benedicto XVI hizo llegar ayer, a través de su secretario personal, monseñor Georg Gänswein, al funeral de Manuela Camagni, una de las asistentes del apartamento pontificio, fallecida en accidente de tráfico. El contenido de la carta ha sido hecho público hoy por la Santa Sede.

* * * * *

Queridos hermanos y hermanas,

de buen grado habría presidido las Exequias de la querida Manuela Camagni, pero – como podéis imaginar – no me ha sido posible. Con todo, la comunión en Cristo nos permite a los cristianos una real cercanía espiritual, en la que compartimos la oración y el afecto del alma. En este vínculo profundo os saludo a todos vosotros, de modo particular a los familiares de Manuela, el obispo diocesano, los sacerdotes, los Memores Domini, los amigos.

Quisiera aquí ofrecer muy brevemente mi testimonio sobre esta Hermana nuestra, que se ha ido al Cielo. Muchos de vosotros conocéis a Manuela desde hace mucho tiempo. Yo he podido beneficiarme de su presencia y de su servicio en el apartamento pontificio, en los últimos cinco años, en una dimensión familiar. Por esto deseo dar gracias al Señor por el don de la vida de Manuela, por su fe, por su generosa respuesta a la vocación. La divina Providencia la llevó a un servicio discreto pero precioso en la casa del Papa. Ella estaba contenta de esto, y participaba con alegría en los momentos familiares: en la santa Misa de la mañana, en las Vísperas, en las comidas en común y en las diversos y significativos acontecimientos de casa.

La separación de ella, tan de repente, y también la forma en que se nos ha quitado, nos ha dado un gran dolor, que solo la fe puede consolar. Encuentro mucho apoyo al pensar en las palabras que son el nombre de su comunidad: Memores Domini. Meditando sobre estas palabras, sobre su significado, encuentro un sentimiento de paz, porque estas remiten a una relación profunda que es más fuerte que la muerte. Memores Domini quiere decir: "que recuerdan al Señor", es decir, personas que viven en la memoria de Dios y de Jesús, y en esta memoria cotidiana, llena de fe y de amor, encuentran el sentido de todo, tanto de las pequeñas acciones como de las grandes decisiones, del trabajo, del estudio, de la fraternidad. La memoria del Señor llena el corazón de una alegría profunda, como dice un antiguo himno de la Iglesia: "Jesu dulcis memoria, dans vera cordis gaudia" [Jesús dulce memoria, que da la verdadera alegría al corazón].

Por esto me da paz pensar que Manuela es una Memor Domini, una persona que vive en la memoria del Señor. Esta relación con Él es más profunda que el abismo de la muerte. Es un vínculo que nada ni nadie puede romper, como dice san Pablo: “[Nada] podrá nunca separarnos del amor de Dios, que está en Cristo Jesús, nuestro Señor” (Rm 8,39). Sí, si recordamos al Señor, es porque Él, aún antes, se acuerda de nosotros. Nosotros somos memores Domini porque Él es Memor nostri, nos recuerda con el amor de un Padre, de un Hermano, de un Amigo, también en el momento de la muerte. Aunque a veces pueda parecer que en ese momento Él esté ausente, que se olvide de nosotros, en realidad nosotros estamos siempre presentes ante Él, estamos en su corazón. Allá donde podamos caer, caemos en sus manos. Precisamente allí, donde nadie puede acompañarnos, nos espera Dios: nuestra Vida.

Queridos hermanos y hermanas, en esta fe llena de esperanza, que es la fe de María junto a cruz de Jesús, celebré la santa Misa de sufragio por Manuela la misma mañana de su muerte. Y mientras acompaño con la oración el rito cristiano de su sepultura, imparto con afecto a los familiares, a las hermanas y a todos vosotros mi Bendición.

[Traducción del original italiano por Inma Álvarez

©Libreria Editrice Vaticana]

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Mensaje del Papa al Patriarca de Constantinopla
Con motivo de la Fiesta de san Andrés
CIUDAD DEL VATICANO, martes 30 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación el mensaje que el Papa Benedicto XVI ha hecho llegar hoy, a través del cardenal Kurt Koch, presidente del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos, al Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I.


 

* * * * *

A Su Santidad Bartolomé I

Arzobispo de Constantinopla

Patriarca Ecumenico

Con gran alegría, con ocasión de la Fiesta de San Andrés Apóstol, hermano de San Pedro y Patrono del Patriarcado Ecuménico, le dirijo este escrito, confiado al Venerado Hermano el cardenal Kurt Koch, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, para augurar a Vuestra Santidad, a los miembros del Santo Sínodo, al clero, a los monjes y a todos los fieles abundancia de dones celestiales y de bendiciones divinas.

En este gozoso día de fiesta, junto con todos los hermanos y hermanas católicos, me uno a Usted en la acción de gracias a Dios por las maravillas que ha realizado, en su infinita misericordia, a través de la vida y el martirio de San Andrés. Los Apóstoles, ofreciendo generosamente su vida en sacrificio por el Señor y por sus hermanos, dieron testimonio de la Buena Noticia proclamada por ellos hasta los confines del mundo entonces conocido.

La Fiesta del Apóstol, que cae en este mismo día en los calendarios litúrgicos de Oriente y de Occidente, representa, para todos aquellos que por la gracia de Dios y el don del Bautismo aceptaron el mensaje de salvación, una fuerte invitación a renovar la propia fidelidad a la enseñanza de los Apóstoles y a convertirse en anunciadores incansables de la fe en Cristo, con la palabra y el testimonio de la vida.

En este tiempo nuestro, esta invitación es más urgente que nunca e interpela a todos los cristianos. En un mundo marcado por una creciente interdependencia y solidaridad, estamos llamados a proclamar con renovada convicción la verdad del Evangelio y a presentar al Señor resucitado como la respuesta a las preguntas y aspiraciones espirituales más profundas de los hombres y de las mujeres de hoy.

Para poder tener éxito en esta gran tarea, debemos continuar progresando en el camino hacia la plena comunión, mostrando que ya hemos unido nuestros esfuerzos por un testimonio común del Evangelio ante los hombres de nuestro tiempo. Por esta razón querría expresar mi sincera gratitud a Su Santidad y al Patriarcado Ecuménico por la generosa hospitalidad ofrecida el pasado octubre en la isla de Rodas a los Delegados de las Conferencias Episcopales de Europa, que se reunieron con representantes de las Iglesias Ortodoxas de Europa para el II Foro católico-ortodoxo sobre el tema “Relaciones Iglesia-Estado: perspectivas teológicas e históricas”.

Santidad, estoy siguiendo con atención sus sabios esfuerzos por el bien de la Ortodoxia y por la promoción de los valores cristianos en muchos contextos internacionales. Asegurándole un recuerdo en mis oraciones en esta Fiesta de San Andrés Apóstol, renuevo mis buenos deseos de paz, bienestar y abundantes bendiciones espirituales sobre usted y sobre todos los fieles.

Con sentimientos de estima y de cercanía espiritual, le extiendo con mucho gusto un abrazo fraterno en nombre de nuestro único Señor Jesucristo.

Desde el Vaticano, 30 de noviembre de 2010

BENEDICTUS PP XVI

[Traducción del original en inglés por Patricia Navas

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Homilía del cardenal Bertone en la catedral de Astaná (Kazajstán)
Durante su viaje a este país
ASTANÁ, martes 30 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- Por su interés, ofrecemos la homilía que el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado, pronunció hoy en la catedral ortodoxa de la Asunción de Astaná (Kazajstán), durante una celebración litúrgica, en la que entregó en nombre del Papa Benedicto XVI unas reliquias de san Andrés al Metropolita Alexander.

* * * * *

Queridos hermanos y hermanas

Estoy contento de encontrarme en Astaná, capital de la República de Kazajstán, este noble y extenso país situado en el corazón del territorio eurasiático. Deseo expresar mi profunda alegría de poder visitar esta catedral vuestra de la Asunción, recientemente abierta al culto. Os saludo a todos con afecto, comenzando por Su Eminencia el Metropolita Alexander y, mientras le doy las gracias por su fraternal acogida, le hago llegar a usted y a todos el cordial saludo del Santo Padre Benedicto XVI, con ruego de transmitirlo a Su Santidad Kiril, Patriarca de Moscú y de todas las Rusias. Saludo además a las demás Autoridades religiosas (y civiles), a los sacerdotes, los diáconos y los fieles de la Iglesia Ortodoxa de Kazajstán. Que este encuentro fraternal nuestro pueda suscitar un renovado impulso a unir esfuerzos, para que en un futuro no lejano los discípulos de Cristo proclamen con una sola voz y un solo corazón el Evangelio, mensaje de esperanza para toda la humanidad.

La ocasión de esta grata visita mía a Astaná es la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de los países de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), que tendrá lugar en los próximos días. Esta circunstancia sugirió a las Autoridades de Kazajstán dirigirme una cortés invitación para visitar vuestra tierra. Al acoger de buen grado este gesto apreciado y deferente, pensé en seguida en la alegría de poder dirigirme a un país en el que hay amplias posibilidades para una serena y provechosa convivencia religiosa. En este contexto, para nosotros cristianos el deber del amor recíproco es de lo más urgente: estamos de hecho llamados a dar testimonio a todos, con las palabras y con las obras, de que Dios es Amor. Al respecto, mi presencia quiere ser también un aliento a proseguir en el camino del gran respeto y afecto, que sé que existe entre la comunidad ortodoxa y la católica de Astaná, como también de otras ciudades. Que no falten, queridos amigos, ocasiones propicias de mutuo apoyo y de profundización de la amistad.

Hoy, en este grato encuentro con vosotros, tengo la especial alegría de cumplir el alto encargo que me confió el Santo Padre Benedicto XVI, de entregaros un fragmento de las insignes Reliquias del Apóstol san Andrés, que se veneran en Italia, en la ciudad de Amalfi. Esta entrega, que me honra efectuar en las manos de Su Eminencia el Metropolita Alexander, tiene lugar en respuesta a la devota petición que su predecesor, el Metropolita Mefodji, y el arzobispo Tomash Peta, Metropolita católico, dirigieron conjuntamente al Papa Benedicto XVI. El Pontífice, queriendo salir al encuentro de buen grado al ardiente deseo, decidió destinar a las respectivas iglesias dos fragmentos de las preciosas Reliquias. Esta elección reviste profundo significado, en cuanto que subraya la común veneración de los Apóstoles.

Quiero subrayar que el acto de entrega hoy de la reliquia de san Andrés, que vosotros tanto veneráis, coincide precisamente con el día en el que, según el calendario de la Iglesia latina, se celebra su fiesta litúrgica. Andrés nació en Betsaida, fue antes discípulo de Juan Bautista y después siguió al Señor Jesús, a quien condujo también a su hermano Pedro. Junto a Felipe presentó al propio Cristo a los gentiles, e indicó al muchacho que llevaba los peces y el pan. Según la tradición, después de Pentecostés, predicó en diversas regiones y fue crucificado en Acaya (Grecia). El Evangelio nos narra que Jesús, “mientras iba por la orilla del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que echaban las redes en el agua, porque eran pescadores. Jesús les dijo: 'Seguidme, y yo os haré pescadores de hombres'” (Mc 1,16-17). Andrés, por tanto, fue el primero de los Apóstoles en ser llamado a seguir a Jesús. Precisamente sobre la base de este hecho, la liturgia bizantina lo honra con el apelativo de Protóklitos, que significa precisamente, el primer llamado.

El relato evangélico prosigue precisando que "inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron" (Mc 1,18). Esta adhesión inmediata es la que permitió a los Apóstoles difundir la Palabra, la “buena noticia” de la salvación. La fe viene de la escucha y lo que se escucha es la Palabra de Cristo, que también hoy la Iglesia difunde hasta los confines de la tierra. Esta Palabra es el alimento indispensable para el alma. Se dice en el libro del profeta Amós que Dios pondrá en el mundo un hambre, no hambre de pan, sino de escuchar su palabra (cfr Am 8,11). Esta es un hambre saludable, porque nos hace buscar y acoger continuamente la Palabra de Dios, sabiendo que ella nos debe nutrir para toda la vida. Nada en la vida puede tener consistencia, nada puede verdaderamente satisfacernos, si no es nutrido, penetrado, iluminado, guiado por la Palabra del Señor. Además, un empeño cada vez más profundo de adhesión radical a esta Palabra, junto con el apoyo del Espíritu Santo, constituyen la fuerza para realizar las aspiraciones de cada Comunidad cristiana y de cada uno de los fieles a la unidad (cfr Benedicto XVI, Exhort. ap. Verbum Domini, 46).

Del Evangelio de san Juan recogemos otro detalle importante respecto al apóstol Andrés: "Al primero que encontró fue a su propio hermano Simón, y le dijo 'Hemos encontrado al Mesías', que traducido significa Cristo. Entonces lo llevó a donde estaba Jesús” (Jn 1,41-43), demostrando en seguida un destacado espíritu apostólico. A propósito de esto, san Juan Crisóstomo comenta: la de Andrés es la palabra de uno que esperaba con ansia la venida del Mesías, que esperaba su descenso del cielo, que saltó de alegría cuando le vio llegar, y que se apresuró a comunicar a los demás la gran noticia. ¿Ve de que manera notifica lo que había sabido en poco tiempo? Andrés, tras haber permanecido con Jesús y haber aprendido todo lo que Jesús le había enseñado, no se quedó encerrado para sí el tesoro, sino que se apresuró a correr donde su hermano para comunicarle la riqueza que había recibido... Mira también el alma de Pedro, desde el inicio dócil y dispuesto a la fe: inmediatamente corre sin preocuparse de nada más”. (Hom.19, 1; PG 59, 120).

En el precioso icono entregado por el Patriarca Atenágoras I al Papa Pablo VI el 5 de enero de 1964, los dos santos Apóstoles, Pedro el Corifeo y Andrés el Protóclito, se abrazan, en un elocuente lenguaje de amor, debajo de Cristo glorioso. Andrés fue el primero en ponerse en el seguimiento del Señor, Pedro fue llamado a confirmar a sus hermanos en la fe. Su abrazo bajo la mirada de Cristo es una invitación a proseguir en el camino emprendido, hacia ese objetivo de unidad que juntos pretendemos alcanzar. Que nada nos desanime, sino que sigamos adelante con esperanza, sostenidos por la intercesión de los apóstoles Pedro y Andrés, como también por la protección maternal de María Santísima, Madre de Cristo y Madre nuestra. Con particular intensidad pidamos a Dios el don precioso de la unidad entre todos los cristianos, haciendo nuestra la invocación que Jesús elevó al Padre por sus discípulos: “Que todos sean uno: como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste" (Jn 17,21).

[Traducción del original italiano por Inma Álvarez

©Libreria Editrice Vaticana]

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