ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 17 de octubre de 2010

Santa Sede

Canonización de seis nuevos santos que oraron constantemente con fe

El Papa puso en su apartamento la bandera de los 33 chilenos

Benedicto XVI recibe en audiencia al presidente de Polonia

Una misa en el Vaticano recuerda los 32 de la elección de Juan Pablo II

El coro de la Capilla Sixtina tiene nuevo director

Nuevos miembros de la Congregación para la Doctrina de la Fe

Dios llora en la tierra

Esperanzas para la Iglesia en Myanmar

Mundo

Fallece un cofundador de los Misioneros de la Caridad junto a la Madre Teresa

Crece el interés de los cubanos por las publicaciones católicas

Publicados los ejercicios espirituales que hizo el Papa la pasada Cuaresma

Angelus

Seis nuevos santos, modelos y abogados

Documentación

Homilía en la Misa de canonización de seis beatos


Santa Sede


Canonización de seis nuevos santos que oraron constantemente con fe
Entre ellos, la primera australiana y una española

CIUDAD DEL VATICANO, domingo 17 de octubre de 2010 (ZENIT.org) Una fiesta de fe y de Iglesia universal se vivió esta mañana con la canonización de seis nuevos santos provenientes de Italia, España, Polonia, Canadá y Australia.

Los fieles batían las banderas de los respectivos países y se preparaban desde horas antes que comenzara la ceremonia, leyendo las biografías que se encontraban en diversos idiomas en el libro que sirvió como guía para la celebración.

El Papa Benedicto XVI entró a las diez de la mañana en el papamóvil para saludar y ver de cerca a los peregrinos.

Luego empezó la misa y, en ella, el rito de canonización, en el que monseñor Angelo Amato, prefecto de la Congregación para la Causas de los Santos, leyó una breve biografía de cada uno de los nuevos santos y solicitó al Pontífice la canonización.

Después, los postuladores llegaron con las reliquias para ponerlas en el altar y el Papa presentó oficialmente la fórmula con la que, a partir de ese momento, los seis beatos pasan a formar parte del santoral romano.

En la misa, estaban presentes también algunos obispos y sacerdotes que participan del Sínodo de Oriente Medio, que se celebra en la Ciudad del Vaticano hasta el próximo 24 de octubre.

Tras la proclamación del Evangelio, Benedicto XVI pronunció la homilía, en la que destacó la necesidad de una oración constante, basada en la fe.

“La liturgia de este domingo nos ofrece una lección fundamental: la necesidad de rezar siempre, sin cansarse”, afirmó.

“A veces nosotros nos cansamos de rezar, tenemos la impresión de que la oración no es tan útil para la vida, que es poco eficaz”, reconoció.

Y añadió: “Por eso somos tentados a dedicarnos a la actividad, a emplear todos los medios humanos para lograr nuestros objetivos, y no recurrimos a Dios”.

El Pontífice explicó que “Jesús en cambio afirma que es necesario rezar siempre”. “Dios es la generosidad en persona, es misericordioso, y por tanto está siempre dispuesto a escuchar las oraciones”, aseguró.

El Papa destacó también que, como en los seis nuevos santos, “la oración debe ser expresión de fe, en caso contrario no es verdadera oración”.

“Si uno no cree en la bondad de Dios, no puede rezar de una manera verdaderamente adecuada -advirtió-. La fe es esencial como base de la actitud de la oración”.

Tres fundadoras

Al finalizar la ceremonia, ZENIT entrevistó en la Plaza de San Pedro a varios fieles que asistieron a esta canonización, movidos por la devoción particular a uno de estos nuevos santos.

Entre ellos estaba Antonio Grau proveniente de Murcia (España), quien llegó a Roma con un grupo de 67 personas para la canonización de Cándida María de Jesús (1845 – 1912), fundadora de la comunidad de las Hijas de Jesús.

De esta nueva santa, el Papa destacó en su homilía que “vivió para Dios y para lo que Él más quiere: llegar a todos, llevarles a todos la esperanza que no vacila, y especialmente a quienes más lo necesitan”.

Después de la misa, Grau expresó “un agradecimiento a Dios por habernos permitido venir y poder ver en directo cómo la hacían santa (a Cándida María de Jesús)".

Este feligrés trabaja en el colegio de las Hijas de Jesús, que tienen la educación como uno de sus carismas.

Dijo que esta canonización representa para España “una esperanza nueva y un aire nuevo, para los jóvenes especialmente, para que se acerquen a lo que realmente vale la pena”.

Precisamente en su saludo en español a los peregrinos después de la misa y antes de rezar el Ángelus, el Pontífice pidió “que los nuevos santos sirvan de modelo al pueblo cristiano, particularmente a los jóvenes, para que sean cada vez más los que acojan la llamada del Señor y entreguen por completo su vida a proclamar la grandeza de su amor”.

Hoy también fue canonizada la primera australiana, santa Mary MacKillop (1842 – 1909), fundadora de las Hermanas de San José del Sagrado Corazón, más conocidas como las hermanas Josefinas.

“Ella se dedicó como joven a la educación de los pobres en dificultad en el difícil terreno de la Australia rural, inspiró a otras mujeres a unirse a ella en la primera comunidad femenina de hermanas religiosas de ese país”, recordó el Papa en la homilía.

“Atendió las necesidades de cada joven confiado a ella, sin reparar en posición social ni riqueza, proporcionando formación tanto intelectual como espiritual”, destacó.

Y añadió: “A pesar de los numerosos desafíos, sus oraciones a San José y su incansable devoción al Sagrado Corazón de Jesús, a quien dedicó su nueva congregación, dieron a esta mujer santa las gracias necesarias para permanecer fiel a Dios y a la Iglesia”.

En la ceremonia, participó el padre Pierre E. Koury, quien viajó a Roma con un grupo de peregrinos de la parroquia Nuestra Señora de Líbano, de rito maronita, de inmigrantes libaneses en Australia.

“Todos esperábamos este momento, fue un bello momento”, dijo a ZENIT el sacerdote. A su grupo, también se unieron algunos cristianos ortodoxos.

De Sydney viajó también la joven Claudia Elias. “Somos un país joven y por fin tenemos una santa”, dijo, emocionada.

Refiriéndose a santa Mary MacKillop, afirmó que “fue una mujer valiente”. Aseguró también que la experiencia de Iglesia universal vivida esta mañana en San Pedro le hizo recordar la Jornada Mundial de la Juventud celebrada hace un poco más de dos años en Sydney, donde se encuentran la tumba y el santuario de la nueva santa.

También fue canonizada hoy Santa Giulia Salzano (1846 – 1929), nacida en Nápoles, fundadora de las Hermanas Catequistas del Sagrado Corazón, que el Papa calificó como “una apóstol de la educación cristiana”.

“La Madre Giulia comprendió bien la importancia de la catequesis en la Iglesia, y, uniendo la preparación pedagógica al fervor espiritual, se dedicó a ella con generosidad e inteligencia, contribuyendo a la formación de personas de toda edad y clase social”, destacó Benedicto XVI.

Y señaló que la nueva santa “repetía a sus hermanas que deseaba hacer catecismo hasta la última hora de su vida, demostrando con todo su ser que si 'Dios nos ha creado para conocerlo, amarlo y servirlo en esta vida', no había que anteponer nada a esta tarea”.

Sobre ella, ZENIT habló con una pareja de esposos catequistas napolitanos, Sandra y Rosario [que en italiano es un nombre masculino, n.d.r.].

“Nuestros hijos fueron a las escuelas católicas del Sagrado Corazón y en nuestro corazón permaneció esa pertenencia a la comunidad fundada por la nueva santa”, dijo Sandra.

Estos esposos pertenecen al Movimiento eclesial Fraternidad de Emaús: “Somos catequistas como pareja y queremos que el hecho de poner nuestra vida al servicio de la catequesis nos ayude a saber que es una bella obra, como lo ha hecho santa Giulia”, añadió.

Un hermano portero y un sacerdote

Centenares de peregrinos viajaron desde Canadá para celebrar la canonización del primer hombre nacido en estas tierras, San Andrè Bessette (1845 – 1937), perteneciente a los hermanos de la Santa Cruz de Montreal.

De este religioso de la Congregación de la Santa-Cruz originario de Québec, el Obispo de Roma destacó que el sufrimiento y la pobreza que conoció muy pronto “le condujeron a recurrir a Dios por la oración y una vida interior intensa”.

“Muy poco instruido, entendió, sin embargo, dónde se encontraba lo esencial de su fe -afirmó-. Para él, creer significa someterse libremente y por amor a la voluntad divina”.

“Habitado todo él por el misterio de Jesús, vivió la bienaventuranza de los corazones puros, la de la rectitud personal-añadió-. Esta simplicidad ha permitido a muchos ver a Dios”.

Y recordó una cita del nuevo santo sobre la manera cristiana de afrontar el sufrimiento: “No busquéis que os quiten las pruebas”, dijo, “pedid más bien la gracia de sobrellevarlas bien”.

Para George Cifa, quien viajó a Roma con un grupo de 40 personas para la canonización de este religioso, resulta edificante “su humildad” porque él “alcanzó la santidad siendo un sencillo portero pero haciendo todo con el amor del Señor”.

George visita a menudo el oratorio de San José de Montreal que mandó construir el hermano Andrè, donde actualmente yacen sus restos y donde que acuden anualmente más de 2 millones de fieles.

Por su parte, Ewa Zaolluzna viajó desde Polonia y por primera vez llegó a Roma. Le motivó a visitar estas tierras la canonización de Stanisław Sołtys (1433 – 1489), el santo más antiguo de este grupo.

“Esta experiencia me ayudará a profundizar en mi fe”, dijo Ewa, quien pasó 24 horas en un autobús antes de llegar a la “ciudad eterna” con un grupo de 49 peregrinos para presenciar esta canonización.

“A pesar de que vivió hace tanto tiempo, su testimonio es muy bonito y es un gran santo, que puede evidenciarse también en este mundo actual”, dijo.

Después de dialogar con ZENIT, Ewa fue a tomarse una foto con su grupo de peregrinos, dejando ver la bandera de Polonia y la basílica de San Pedro en el fondo.

Sobre el santo polaco, Benedicto XVI dijo que este “religioso del siglo XV puede ser también para nosotros ejemplo e intercesor” y afirmó que “toda su vida estuvo ligada a la Eucaristía”.

De princesa a religiosa clarisa

Y unos 50 autobuses llegaron de la arquidiócesis de Camerino, en el centro de Italia, según lo testimonió a ZENIT el padre Vincenzo, procedente de este lugar.

Venían a celebrar la canonización de Camilla Battista Varano, quien pasó de ser una princesa de la corte de Varano a ser religiosa de la orden de las clarisas (1458 – 1524).

“Para nosotros, fue un hecho grandioso, porque desde 1939 no teníamos una canonización en nuestra diócesis”, dijo el sacerdote.

También se refirió a las enseñanzas de la nueva santa: “la de meditar las enseñanzas de la Pasión de Jesús no sólo en el aspecto del dolor físico sino también en el espiritual”.

Y dijo que la experiencia de Iglesia universal vivida esta mañana puede resumirse en una sola frase: “la santidad debe ser la condición normal del buen cristiano”.

En la homilía, el Papa afirmó que esta “monja clarisa del siglo XV testimonió hasta el fondo el sentido evangélico de la vida, especialmente perseverando en la oración”.

“Habiendo entrado a los 23 años en el monasterio de Urbino, se insertó como protagonista en ese vasto movimiento de reforma de la espiritualidad femenina franciscana que intentaba recuperar plenamente el carisma de santa Clara de Asís”, recordó.

“Promovió nuevas fundaciones monásticas en Camerino, donde fue elegida abadesa varias veces, en Fermo y en San Severino”, recordó.

“La vida de santa Battista, totalmente inmersa en las profundidades divinas, fue una ascensión constante en el camino de la perfección, con un heroico amor a Dios y al prójimo” y “estuvo marcada por grandes sufrimientos y consolaciones místicas”.

El Papa dijo que la nueva santa “había decidido de hecho, como ella mismo escribe, 'entrar en el Sacratísimo Corazón de Jesús y ahogarse en el océano de sus muy amargos sufrimientos'”.

“En un momento en que la Iglesia sufría una relajación de las costumbres, ella recorre con decisión el camino de la penitencia y de la oración, animada por el ardiente deseo de renovación del Cuerpo místico de Cristo”, destacó.

Benedicto XVI invitó a dar “gracias al Señor por el don de la santidad, que resplandece en la Iglesia y hoy se refleja en el rostro de estos hermanos y hermanas nuestros”.

Aseguró que “ Jesús también nos invita a cada uno de nosotros a seguirlo para heredar la vida eterna”.

Y lanzó una invitación: “Dejémonos atraer por estos ejemplos luminosos, dejémonos guiar por sus enseñanzas, para que nuestra existencia sea un cántico de alabanza a Dios”.



 

Por Carmen Elena Villa

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El Papa puso en su apartamento la bandera de los 33 chilenos
Estuvo siempre junto a ellos con sus oraciones, revela el portavoz vaticano
CIUDAD DEL VATICANO, domingo 17 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- Benedicto XVI siguió muy de cerca la aventura de los  33 mineros chilenos que permanecieron 70 días atrapados a 700 metros de profundidad y mantuvo colocada en su apartamento la bandera chilena firmada por todos ellos, rezando cotidianamente por su rescate, ha revelado el portavoz vaticano.

El padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, ha dedicado al rescate de los mineros, "una gran fiesta" que resalta el valor de la vida, el editorial del último número de "Octava Dies", semanario del Centro Televisivo Vaticano del que también es director.

"Hace unos días, un joven chileno al final de una audiencia entregó al Papa una bandera de Chile que llevaba las firmas auténticas de los 33 mineros. Benedicto XVI la ha tenido expuesta en su apartamento, recordando cada día en sus plegarias a esos hombres hasta el momento de su liberación", comienza explicando el padre Lombardi.

"Se dice que más de mil millones de personas siguieron apasionadamente las fases de la liberación, después de haber participado en los dos meses pasados en las preocupaciones y esperanzas de los mineros, de sus familias, de los socorristas y de todo Chile", añade. 

"La liberación, por tanto, es una gran fiesta", asegura el sacerdote jesuita. "Es hermoso que en todo el mundo se haya interesado de una manera tan intensa en la empresa extraordinaria realizada para salvar estas vidas humanas. Sale a la luz la conciencia del valor de la vida, y la potencia de los medios de comunicación ha permitido a la humanidad participar en el esfuerzo realizado".

"Alegrándonos por el nuevo horizonte de vida de los 33, en el fondo permanece nuestro recuerdo por los innumerables mineros que en diferentes partes del mundo han tenido o tendrán un destino diferente, tas desgracias o condiciones inseguras de trabajo".

Por último, Lombardi tiene un recuerdo "por las numerosas víctimas humanas que mueren olvidadas o no apreciadas en su valor. El compromiso maravilloso de inteligencia y pasión para salvar 33 vidas, ¿no puede multiplicarse para salvarse muchas otras?"

Y el portavoz concluye con una pregunta: "Los medios de comunicación, ¿no deben seguir permitiendo la participación del mundo en el compromiso a favor de la vida?".

Hasta el mismo 13 de octubre, día del rescate de los atrapados en la mina de cobre "San José", de la región norteña chilena de Atacana, el Papa les había encomendado en sus oraciones, como él mismo reconoció en la audiencia general (Cf. ZENIT, 13 de octubre de 2010).

En varias ocasiones, en los 70 días que los mineros estuvieron atrapados, el pontífice expresó su solidaridad y el 7 de octubre, durante la presentación de las cartas credenciales del nuevo embajador chileno ante la Santa Sede, le aseguró que lleva a Chile dentro de su corazón y que rezaba por los mineros (Cf. Discurso del Papa al nuevo embajador de Chile ante la Santa Sede).

Ese mismo día recibió la citada bandera, durante la audiencia que concedió a los participantes en el Congreso Mundial de la Prensa Católica, de manos del director de Comunicaciones y Prensa de la Conferencia Episcopal de Chile, Jaime Coiro (Cf. ZENIT, 7 de octubre de 2010).

La esposa del minero Claudio Yáñez solicitó a su marido que firmase una bandera para llevar al colegio Pedro León Gallo, de Copiapó.

Yáñez tomó dos banderas y escribió: "Estamos vivos en el refugio los 33", con una dedicatoria al colegio; el resto de los mineros también firmó las banderas. Una de ellas fue enviada al colegio y la otra fue entregada al Papa.

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Benedicto XVI recibe en audiencia al presidente de Polonia
Se destaca la importancia de tutelar la vida humana en todas sus fases

CIUDAD DEL VATICANO, domingo 17 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- Coincidiendo con el 32º aniversario de la elección de Juan Pablo II como Papa, Benedicto XVI recibió en audiencia al presidente de la República de Polonia, Bronisław Komorowski, este sábado en el Vaticano.

El presidente polaco se reunió después con el secretario de Estado vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, quien estaba acompañado por el secretario para las Relaciones con los Estados, monseñor Dominique Mamberti.

Según un comunicado de la Oficina de Información de la Santa Sede, “en los cordiales coloquios”, se destacó “la importancia del diálogo entre Iglesia y Estado, según las respectivas competencias, para la promoción del bien común”.

También “se reafirmó la recíproca voluntad de las partes de continuar cooperando de manera eficaz en los ámbitos de interés común, por ejemplo en la educación y en la promoción de los valores fundamentales de la sociedad”.

En este sentido, continúa el comunicado, “se destacó la importancia de tutelar la vida humana en todas sus fases”.

“Finalmente hubo un intercambio de opiniones sobre la actual situación en Europa”, concluye el comunicado, que señala también que “en primer lugar se recordó la feliz coincidencia de la visita con el 32ª aniversario de la elección del Siervo de Dios el Papa Juan Pablo II”.

Después de ser recibido este sábado por el Papa, con su esposa y su séquito, el presidente de Polonia participó este domingo en la misa de canonización de seis nuevos santos, entre ellos el sacerdote polaco Stanislaw Soltys.

Por otra parte, tras recibir a Komorowski, Benedicto XVI recibió también el sábado por la mañana, al arzobispo de Cracovia, el cardenal Stanislaw Dziwisz, acompañado del presidente y el secretario general de la Conferencia Episcopal Polaca y del arzobispo de Varsovia.

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Una misa en el Vaticano recuerda los 32 de la elección de Juan Pablo II
Concelebró el cardenal Dziwisz y participó el presidente de Polonia
CIUDAD DEL VATICANO, domingo 17 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- En el trigésimo segundo aniversario de la elección de Juan Pablo II, se celebró el 16 de octubre en las Grutas Vaticanas una eucaristía en la que participó el presidente de Polonia, Bronislaw Komorowski.

La concelebración fue presidida por el arzobispo Józef Michalik, y fue concelebrada por el secretario de Karol Wojtyla, hoy arzobispo de Cracovia, el cardenal Stanislaw Dziwisz.

El presidente Komorowski participó junto a su esposa y una delegación oficial que viajó a Roma para mantener una audiencia con Benedicto XVI (Cf. Benedicto XVI recibe en audiencia al presidente de Polonia). 

Entre los concelebrantes se encontraba también otro amigo y colaborador de Juan Pablo II, el cardenal Stanislaw Rylko, presidente del Consejo Pontificio para los Laicos.

 



 

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El coro de la Capilla Sixtina tiene nuevo director
El sacerdote salesiano Massimo Palombella
CIUDAD DEL VATICANO, domingo 17 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha nombrado al sacerdote salesiano Massimo Palombella, profesor de la Universidad Pontificia Salesiana y fundador y director del Coro Interuniversitario de Roma como maestro director de la Capilla Musical Pontificia, llamada "Capilla Sixtina", según informó este sábado la Oficina de Información de la Santa Sede.

Sustituye en la dirección de este coro, considerado como el más antiguo del mundo, pues hunde sus orígenes en el pontificado de Sixto IV (1471-1484), a monseñor Giuseppe Liberto, que desempeñaba este cargo desde 1997.

El vigente reglamento de la actividad de este coro fue aprobado por Pablo VI el 8 de agosto de 1969 y 20 de junio de 1970. Se conforma por 20 cantores adultos (seis tenores primeros, cinco tenores segundos, cuatro bajos primeros y cinco bajos segundos), y por unos treinta muchachos (sopranos y contraltos) de la "Schola Puerorum".

Los muchachos escogidos por particulares cualidades de voz y actitudes musicales, realizan dos cursos: el inferior o preparatorio y el superior. No reciben un sueldo o dinero por su servicio, pero la capilla les cubre los gastos de los estudios tanto en la escuela media italiana como en la escuela de canto.

Nacido en Turín, el 25 de diciembre de 1967, monseñor Palombella fue ordenado sacerdote para la congregación salesiana en 1996.

Estudió Filosofía y Teología y se doctoró en Teología Dogmática. Realizó sus estudios musicales con los maestros Luigi Molfino, Valentín Miserachs Grau, Gabriele Arrigo y Alessandro Ruo Rui, y se diplomó en Música Coral y Composición.

Trabaja en la pastoral universitaria de la diócesis de Roma desde el 1995 y  es profesor de la Universidad Pontificia Salesiana en la Facultad de Teología, de Escatología y de Música y Liturgia.

También en el Conservatorio "Guido Cantelli" de Novara, en el bienio de especialización en música sacra, de composición para la liturgia, polifonía romana y legislación de la música sacra.

También ha sido profesor de Lenguaje Musical en la Universidad La Sapienza de Roma y ha enseñado Liturgia en el Conservatorio de Turín y en el Instituto Pontificio de Música Sacra en Urbe.

Desde 1998 dirige la revista de música para la liturgia Armonia di Voci, de la Editorial LDC. Es miembro, como experto, de la Consulta de la Oficina Litúrgica Nacional de la Conferencia Episcopal Italiana.

Desde el año 1995 ha sido maestro de música de todos los encuentros del Papa con la cultura universitaria. 

Recientemente se ha ocupado de la vigilia de clausura del Año Sacerdotal en la plaza de San Pedro, en colaboración con la Orquesta de la Provincia y del Conservatorio de Bari.

Con el Coro Interuniversitario de Roma ha ofrecido numerosos conciertos en Italia y en el mundo y ha realizado una extensa serie de grabaciones en CD y en DVD.

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Nuevos miembros de la Congregación para la Doctrina de la Fe
Dos cardenales y dos arzobispos de la Curia Romana
CIUDAD DEL VATICANO, domingo 17 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- Benedicto XVI nombró nuevos miembros de la Congregación para la Doctrina de la Fe, informó este sábado la Oficina de Información de la Santa Sede.

Se trata en primer lugar del presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz, el cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, y del prefecto de la Congregación para los Obispos, el cardenal Marc Ouellet.

También el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el arzobispo Angelo Amato, y el presidente del Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, el arzobispo-obispo emérito de Basilea, el arzobispo Kurt Koch.

La Congregación está formada normalmente por unos 23 miembros --cardenales, arzobispos y obispos, y está presidida por el arzobispo emérito de San Francisco (EE UU), el cardenal William Joseph Levada. 

La Congregación, en conformidad con su razón de ser, promueve colegialmente encuentros e iniciativas para "difundir la sólida doctrina y defender aquellos puntos de la tradición cristiana que parecen estar en peligro, como consecuencia de doctrinas nuevas no aceptables".

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Dios llora en la tierra


Esperanzas para la Iglesia en Myanmar
Entrevista con la hermana Verónica Nwe Ni Moe
ROMA, domingo 17 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- Han pasado tres años desde que Myanmar acaparara a diario los titulares con la violenta represión por parte de la junta gubernamental contra las protestas a favor de la democracia encabezadas por monjes budistas.

Ahora, la nación se prepara para vivir unas elecciones nacionales bastante raras el próximo mes, aunque la comunidad internacional no espera que sean precisamente un momento álgido de democracia.

En este contexto, se desempeña la labor de la la hermana Verónica Nwe Ni Moe, junto a sus hermanas salesianas, al servicio de la Iglesia, como ella misma narra en esta entrevista.

--Hermana usted trabaja mucho con jóvenes. Está estudiando en Roma y está centrada en su educación. ¿A qué desafíos se enfrentan los jóvenes en Myanmar?

--Hermana Verónica: Como religiosa salesiana, hay muchas chicas jóvenes que se acercan a nosotras. Tenemos un centro de preparación para chicas de entre 15 y 25 años que vienen de diversas parroquias. Normalmente de grupos étnicos distintos. No tienen futuro ni guía.

--El centro del país es mucho más budista. Las regiones fronterizas son más católicas. ¿Cómo es que su familia es católica en una región de mayoría budista?

--Hermana Verónica: Mi madre es de la tribu Karen de las regiones fronterizas y, en Myanmar, "los tribales" como los llamamos, y son católicos en su mayoría.

--¿Puede explicarnos la situación de las zonas fronterizas?

--Hermana Verónica: No sabemos el verdadero motivo por el que el gobierno ha emprendido la guerra contra las tribus. Lo que podemos decir es que los inocentes, especialmente los jóvenes atrapados en el fuego cruzado, están sufriendo. Se ven forzados a llevar alimentos y armas y están constantemente en movimiento. No hay estabilidad y no existe educación, o no es una prioridad.

Sobre todo en las regiones fronterizas, gentes diversas explotan o abusan de la mayoría de las chicas. No hay futuro para estás jóvenes, y tampoco para los chicos, a pesar de sus talentos. A las chicas que se acercan a nosotras les ofrecemos formación para que sean capaces de usar su creatividad. Cuando me hice religiosa estuve tres años con estas chicas. Mientas estuve con ellas me di cuenta de que yo también había aprendido mucho de ellas.

--¿Por ejemplo?

--Hermana Verónica: A ser sencilla. Estar contenta con lo que tienes. La felicidad no reside en las cosas materiales que posees sino en la vida que vives. Una vida de compromiso y honestidad, que les da esta alegría.

--¿Debe ser doloroso para usted ser testigo de este sufrimiento de las jóvenes?

--Hermana Verónica: Cierto. Sufro. Somos educadoras y nuestra congregación tiene por todo el mundo sus propios colegios, centros para jóvenes, oratorios, y tenemos libertad - pero no es así en Myanmar. Lo que hago es, sobre todo, rezar por ellas y, luego, entregarme a ellas con todo mi corazón para educarlas y enseñarles a ser buenas madres cristianas para puedan transmitir la fe a sus hijos.

--¿Es posible abrir escuelas, aunque sea pequeñas escuelas de aldea en estas zonas?

--Hermana Verónica: Tenemos un jardín de infancia con 100 niños y la mayoría de ellos son budistas. Trabajar con los budistas no es difícil porque son muy pacíficos y los padres, aprecian nuestra labor. Es fácil trabajar con su colaboración.

--Pero, hasta ahora, ustedes sólo han abierto un jardín de infancia. ¿Qué les impide hacer más? ¿La guerra?

--Hermana Verónica: En primer lugar, el número de hermanas salesianas en Birmania. En este momento sólo somos 21, aunque estamos creciendo. Ahora tenemos 16 ó 17 aspirantes, ocho postulantes y nueve novicias. El número nos obstaculiza también porque queremos dar el 100% de nosotras mismas. ¡Y hacerlo bien! Tenemos cuatro casas en Myanmar y las 21 hermanas estamos distribuidas entre estas casas.

--¿Cómo es la relación del día a día entre católicos y budistas?

--Hermana Verónica: Es muy pacífica. Por ejemplo, en la aldea en que yo nací, de las 800 familias, 8 son católicas y son todos parientes míos. Así que todos mis amigos eran la mayoría budistas. Vivimos de forma pacífica y esa es la norma. Los monjes budistas son buenos y compasivos.

-Entre los evangelizadores de la Iglesia en su país se encuentran los jóvenes llamados "zetemans." ¿Quiénes son y qué hacen?

--Hermana Verónica: Son jóvenes misioneros católicos, de 18 años en adelante. Ofrecen tres años de su vida a sus diócesis. Van a lugares remotos - montañas, zonas boscosas de sus diócesis - para ofrecer su servicio. Su fin principal es servir y hacer labor caritativa en educación, sanidad, y a los ancianos. No catequizan pero si la gente les pregunta por Jesús y la fe, comparten su fe. En ocasiones, arriesgan sus propias vidas; a veces sucumben a la enfermedad, en sus viajes a través de las junglas. Es un servicio muy importante el que proporcionan porque, a menudo, los religiosos y sacerdotes no pueden visitar estos lugares.

--¿Hasta qué distancia y cuánto tiempo les lleva a estos jóvenes llegar a una aldea de montaña?

--Hermana Verónica: Dos de nuestras hermanas salesianas hicieron este servicio antes de hacerse religiosas; así que su vocación salesiana nació de este servicio de "zeteman". Y, por lo que sé, viajaban hasta lugares distantes, tanto, que incluso en coche, tardaban tres días hasta llegar a su destino, visitando con frecuencia aldeas muy pobres y, en ocasiones, sin alimento. Solían vivir con los aldeanos.

--Hermana, ¿nos puede hablar un poco sobre su vocación?

--Hermana Verónica: Cuando era joven, nunca pensé en hacerme religiosa. Mi ambición era ser médico para cuidar a los enfermos. Intenté estudiar mucho porque en mi país ser doctor exige mucho trabajo. A los 10 años también quise estudiar informática e inglés. Mi padre, en aquel curso 1997-1998, conoció a las hermanas misioneras salesianas. Me preguntó, después de volver a casa de la ciudad, si quería estudiar con ellas. Dije que sí y me acompañó hasta el colegio.

Mientras estaba con ellas comencé a hacerme preguntas y fui testigo de su alegría a pesar de las dificultades. Cuando tenía entre 17 y 18 años buscaba la felicidad verdadera en la vida. Me solía cuestionar por qué ellas estaban siempre tan felices, y yo no lo estaba siempre y, luego, me di cuenta de que su verdadera felicidad estaba en amar a Dios y servir a sus prójimos. Esto lo sé ahora. Buscar la verdadera felicidad me hizo seguir el camino salesiano, tener la alegría de servir y a ayudar a educar a esta juventud.

--Ahora usted está estudiando en Roma. ¿Qué le ha traído aquí?

--Hermana Verónica: En primer lugar la obediencia a mi superiora. Me pidieron que estudiara para prepararme a mi futura misión. Lo segundo es que mi superiora me informó de había recibido una beca de Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN). AIN ha concedido una beca de cinco años. Estoy muy agradecida a AIN. He rezado por todos los que me han apoyado en mis estudios, en mi formación, y siempre intento recordarme a mí misma, y estoy convencida de ello, de que si no sabes nada no puedes compartir nada. Sólo puedo compartir lo que he aprendido. La cosa más importante que podré compartir cuando vuelva es el amor de Dios. Es más valioso que cualquier otra cosa y tenemos mucha necesidad de él.

--Volverá pronto a Myanmar, ¿verdad? Hermana, ¿cuál es su esperanza para la Iglesia en Myanmar?

--Hermana Verónica: Tengo muchas esperanzas. Veo un futuro muy bueno para la Iglesia católica en Birmania. Sobre todo porque hay un aumento en el número de jóvenes que son muy generosos. El otro hecho es que la Iglesia católica es muy conocida por su caridad, y por estar muy cerca de los pobres. Queremos seguir con esta fuerza y con este mandamiento: alegría, pobreza y servicio a los pobres. También creo en la gracia de Dios. Dios está trabajando en y a través de nosotros y con nuestra dedicación a los fieles. Creceremos.

Esta entrevista fue realizada para "Dios llora en la Tierra", un programa semanal radiotelevisivo producido por la Catholic Radio and Television Network en colaboración con la organización católica Ayuda a la Iglesia Necesitada.

Más información en www.ain-es.orgwww.aischile.cl 

 



 

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Mundo


Fallece un cofundador de los Misioneros de la Caridad junto a la Madre Teresa
El padre Joseph Michael Langford desempeñaba su ministerio en Tijuana (México)
TIJUANA, domingo 17 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- El sacerdote Joseph Michael Langford, M.C., quien junto con la Beata Teresa de Calcuta, fundó en 1984 la rama sacerdotal de los Misioneros de la Caridad, falleció el 14 de octubre, a los 59 años de edad, según ha informado la arquidiócesis de Tijuana donde residía.

El padre Joseph Michael nació el 25 de junio de 1951 en Ohio, Estados Unidos. Tras descubrir su vocación religiosa, realizó estudios de filosofía y teología en el Angelicum de Roma, ciudad en la que fue ordenado sacerdote el 25 de marzo de 1978, por la imposición de manos del cardenal Edouard Gagnon.


En 1963, la Madre Teresa de Calcuta abrió la rama masculina de los Hermanos Misioneros de la Caridad, y entre 1976 y 1979 fundó dentro de su orden otras ramas de hermanas y hermanos contemplativos dedicados a la oración.

Para entonces el seminarista Joseph Langford, que terminaba Teología y Filosofía en Roma, trabajaba como voluntario en un albergue de las Misioneras de la Caridad para indigentes cerca del Coliseo romano.


Ya ordenado sacerdote, en 1983 comunicó a la Madre Teresa su deseo de que existiera una rama sacerdotal de los Misioneros de la Caridad; ella le pidió guardar silencio sobre esa intención. 

"Si esto es de Dios, se dará", le dijo. Dos días después, tras celebrar una misa, sintió la presencia de la Virgen y la imaginó junto a un grupo de sacerdotes misioneros de la caridad rodeados de pobres.


A pesar de la prohibición de insistir, acudió a ella que estaba en un hospital, y cuando le comentó su experiencia, la Madre Teresa le dijo: "Ya lo sabía. Adelante con lo que me habías dicho".

La Madre Teresa comprendió que la pobreza más profunda de los hombres es la espiritual y sólo puede ser erradicada con el ministerio sacerdotal de Jesús. En este espíritu, la comunidad religiosa de los sacerdotes, integrada por alrededor de 30, desempeña su ministerio en las calles, las barracas, en las afueras de las grandes ciudades.

Junto a los miembros de las cinco ramas de la congregación, hay miles de voluntarios, de toda raza, religión, clase social, que comparten su trabajo y espíritu.

A la Arquidiócesis de Tijuana llegó por primera vez el 25 de junio de 1988.

De 1996 a 1998 fue el Superior General de los Padres Misioneros de la Caridad, y de 1998 a 1999 fue Vicario para la Pastoral en esta Arquidiócesis de Tijuana, donde se quedó hasta el día de su fallecimiento.

La misa de exequias se celebrará en Tijuana el próximo miércoles 20 de octubre a las 6:00 p.m. en la Capilla Nuestra Señora de la Confianza encomendada a los Misioneros de la Caridad.

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Crece el interés de los cubanos por las publicaciones católicas
Según constata la agencia IPS
LA HABANA, domingo 17 de octubre de 2010 (ZENIT.org-El Observador).-De acuerdo con un informe de la agencia de noticias IPS, las publicaciones católicas en Cuba, han crecido en los últimos años, de manera notable, no obstante las restricciones y el estricto control estatal al que se le ha sometido.

El recuento habla de hasta 46 boletines y revistas; 12 sitios web y siete boletines electrónicos que impactan a cuatro millones de lectores católicos en Cuba y a muchos cubanos en el exilio. 

" La Habana es un caso notable con sus dos revistas de mayor tirada: Palabra Nueva, revista oficial de la arquidiócesis habanera, y Espacio Laical, órgano del Consejo de laicos", dijo el laico Gustavo Andujar, vicepresidente de Signis, Asociación Católica Mundial para la Comunicación, entrevistado por la agencia IPS.

Andujar subrayó que el fenómeno de comunicación ha ido por delante de la mejoría de las relaciones entre la Iglesia católica y el Estado cubano, quien agregó que "las revistas comenzaron a multiplicarse en los años más duros del Período Especial, en la década de los noventa".

"Creo que fue también una reacción de la Iglesia Católica a la situación de desconcierto y desesperanza que sentía la población. Las publicaciones trajeron una palabra de esperanza, de acompañamiento, porque la Iglesia, que había estado tan ausente de los espacios públicos, tenía mucho que decir. Y no necesariamente una palabra contestataria, alternativa, de oposición, sino distinta y a la vez de consenso y concertación", añadió el vicepresidente de Signis

Para Andujar "ha habido una comprensión creciente" de que las publicaciones católicas "no representan un problema ni son competencia ni amenazan a nadie".

No obstante, "tenemos un alcance limitado, y nosotros quisiéramos llegar a todo el mundo, que los medios cubanos divulguen de manera normal los hechos religiosos que son noticia. Acontecimientos de la Iglesia local ampliamente divulgados internacionalmente suelen ser ignorados por la prensa de nuestro país", se quejó.

Andujar consideró que el aumento de las publicaciones católicas "ha sido un empeño fundamentalmente laical".  Más adelante recaclcó que"con gran apoyo de la jerarquía, sacerdotes, obispos, pero los que lo han llevado adelante son sobre todo los laicos, muchos sin una formación profesional en comunicaciones", añadió.

Preguntado sobre las múltiples barreras que aún encuentra la Iglesia Católica en la Isla para realizar su trabajo, Andujar opinó que "40 años de ateísmo estructural no se borran de un plumazo".

"Cambiar algunos artículos de la Constitución no transforma la mentalidad de cientos de funcionarios que crecieron, se formaron y desarrollaron todo su trabajo con la intuición de que la Iglesia era algo ajeno y peligroso, y más bien relacionado con el enemigo", señaló Gustavo Andujar.

Sobre el diálogo entre la jerarquía católica y el general Raúl Castro, que ha llevado a la excarcelación de unos 40 opositores, el vicepresidente de Signis consideró que "de un diálogo de esa naturaleza siempre salen cosas buenas. En este caso, ya hubo un resultado humanitario".

Andujar negó una posible toma de partido de la Iglesia en la Isla. "La Iglesia no es una alternativa política ni un partido de oposición", dijo. "Por su propia naturaleza no puede entrar en la lucha partidista. Ella es madre de todos, no tiene un color político ni un programa. Pero tiene una mirada, un juicio crítico sobre la realidad desde el punto de vista ético, lo cual es parte irrenunciable de su misión", afirmó Andujar.

"Cuando la Iglesia critica algo no lo hace tendenciosamente desde el punto de vista político", concluyó.



 

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Publicados los ejercicios espirituales que hizo el Papa la pasada Cuaresma
“A la escucha del Otro”, de Enrico dal Cobolo

MADRID, domingo, 17 octubre 2010 (ZENIT.org).- El público hispanohablante ya puede orar con la lectio divina que se usó en los ejercicios espirituales que hizo Benedicto XVI la pasada Cuaresma.

Un libro asequible ofrece ahora las meditaciones dirigidas por Enrico dal Covolo, SDB, en esa ocasión, del 21 al 27 de febrero de 2010, y está a la mano de todos los fieles cristianos.

Con el título A la escucha del Otro, la obra recoge el contenido de los ejercicios de una manera clara que facilita la oración personal o en grupo, o incluso el retiro de unos días para vivir la experiencia que el sacerdote salesiano Dal Cobolo ofreció al Papa hace casi ocho meses.

La propuesta que el director de los ejercicios realizó a Benedicto XVI y a los integrantes de la Curia vaticana que participaron en estos días de retiro fue “Lecciones” de Dios y de la Iglesia acerca de nuestra vocación sacerdotal.

Las meditaciones del director se desgranan en “lecciones” que concluyen con lo que él llama “medalla sacerdotal”: una serie de ejemplos de sacerdotes muy diversos que incluyen incluso a uno de ficción.

Se trata de algunos Padres de la Iglesia hasta san Agustín, el santo cura de Ars, el cura rural de la novela de Bernanos, el venerable siervo de Dios Giuseppe Quadrio y el venerable siervo de Dios Juan Pablo II.

En la primera quincena desde su publicación, el libro ha vendido ya dos mil ejemplares.

Editada en la colección Milenio, de Cobel Ediciones, la obra contiene la introducción en la que el director de los ejercicios espirituales explica, paso a paso, el método seguido, la lectio divina.

Un método conocido ya por muchos cristianos, comunidades y grupos, pero que todavía puede ser un descubrimiento para muchos más.

Al agradecer al padre Dal Covolo, el 27 de febrero de 2010, la dirección de estos ejercicios, Benedicto XVI subrayó que éste eligiera como punto de partida la plegaria de Salomón por “un corazón que escucha”.

“En realidad me parece que aquí se resume toda la visión cristiana del hombre...”, dijo el Papa.

Y Benedicto XVI concluyó: “También ha destacado usted que la consagración se orienta a la misión, está destinada a convertirse en misión. En estos días, con la ayuda de Dios, hemos profundizado en nuestra consagración. Así, con nuevo empuje, queremos afrontar ahora nuestra misión”.



 

Para saber más sobre el autor de este libro, Enrico dal Covolo, SDB:

http://www.zenit.org/article-34437?l=spanish

http://www.zenit.org/article-34352?l=spanish

http://www.zenit.org/article-35137?l=spanish



 

Por Nieves San Martín

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Angelus


Seis nuevos santos, modelos y abogados
Al rezar el Ángelus tras la misa de canonizaciones

CIUDAD DEL VATICANO, domingo 17 de octubre de 2010 (ZENIT.org) .- Ofrecemos a continuación las palabras que dirigió Benedicto XVI este domingo al concluir la misa de canonización de seis nuevos beatos (Stanisław Sołtys, André Bessette, Cándida María de Jesús Cipitria y Barriola, Mary of the Cross MacKillop, Giulia Salzano y Battista Camilla Varano), cuando se disponía a introducir la oración mariana del Ángelus.



 

* * *



 

Al final de esta solemne celebración, deseo renovar mi cordial saludo a todos los peregrinos que han venido para honrar a los nuevos Santos.

[En francés:]

Saludo con gusto a los peregrinos francófonos, entre ellos la Delegación oficial de Canadá y de todos los Canadienses aquí presentes para la canonización del Hermano André Bessette. Recogiendo su mensaje, os animo a seguir sus pasos para acoger libremente y por amor la voluntad de Dios en vuestra existencia. Que vosotros podáis también, como él, veros desbordados por la caridad hacia los hermanos y hermanas vuestros que sufren angustia. ¡Que Dios os bendiga a todos, así como a vuestras familias! ¡Feliz estancia en Roma!

[En inglés:]

Saludo cordialmente a todos los peregrinos de habla inglesa, especialmente a los que habéis venido en tan gran número para la canonización de hoy. Que estos nuevos santos puedan acompañaros con sus oraciones y os inspiren por el ejemplo de sus vidas santas. Doy las gracias especialmente a las Delegaciones oficiales de Canadá y Australia que habéis viajado a Roma en honor a San André Bessette y a Santa Mary MacKillop. Que Dios os bendiga y os guarde a todos, así como a vuestros familiares y a vuestros seres queridos que están en casa.

[En alemán:]

Cordialmente doy la bienvenida a los peregrinos y visitantes de lengua alemana. Los santos son la imagen viva del Amor de Dios. Así, hoy nos alegramos por estos nuevos santos, Stanislaw Kazimierczyk Sołtys, André Bessette, Cándida María Cipitria, Mary MacKillop, Giulia Salzano y Camilla da Varano. Ellos son para nosotros modelos a seguir y abogados para nuestra vida como cristianos. El Señor os bendiga a todos.

[En español:]

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española que han participado en la solemne ceremonia de canonización de esta mañana, en especial a los Señores Cardenales y Obispos, así como a la Delegación oficial de España. Confío a las Religiosas Hijas de Jesús a la intercesión de Santa Cándida, su Fundadora. Pido a Dios también que los nuevos santos sirvan de modelo al pueblo cristiano, particularmente a los jóvenes, para que sean cada vez más los que acojan la llamada del Señor y entreguen por completo su vida a proclamar la grandeza de su amor.

[En polaco:]

Saludo cordialmente a todos los polacos venidos para la canonización. En particular, doy la bienvenida a los representantes del Episcopado y al Señor Presidente de la República Polaca. Me alegro con vosotros de la gloria de santidad de vuestro compatriota Stanisław Kaźmierczyk. Aprendamos de él el espíritu de la oración, de contemplación y de sacrificio por el prójimo. Que él mantenga en la presencia de Dios a la Iglesia en Polonia, a vosotros aquí presentes, a vuestros seres queridos y a vuestra Patria. Os bendigo de corazón.

[En italiano:]

Saludo a los peregrinos italianos que celebran a santa Battista Camilla Varano y a santa Giulia Salzano, así como a las Delegaciones oficiales presentes por esta feliz circunstancia. En particular mi pensamiento se dirige a sus hijas espirituales, así como a los fieles venidos de Las Marcas y de Campania.

Pensando en Italia, debo recordar que hoy, en Reggio Calabria, se clausura la 46ª Semana Social de los Católicos Italianos, que ha elaborado una “agenda de esperanza” para el futuro del país. Dirijo un cordial saludo a los participantes, conectados en este momento en directo, y auspicio que la búsqueda del bien común constituya siempre la referencia segura para el compromiso de los católicos en la acción social y política.

Ahora nos dirigimos en oración a María Santísima, que Dios ha colocado en el centro de la gran asamblea de los santos. A ella le confiamos toda la Iglesia, para que, iluminada por su ejemplo y sostenida por su intercesión, camine con impulso siempre nuevo hacia la patria del Cielo.



 

[Traducción del original plurilingüe por Patricia Navas

© Libreria Editrice Vaticana]

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Documentación


Homilía en la Misa de canonización de seis beatos
“La fe es esencial como base de la actitud de la oración”

CIUDAD DEL VATICANO, domingo 17 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación la homilía que Benedicto XVI pronunció este domingo durante la Misa celebrada en la plaza de San Pedro para la canonización de Stanisław Sołtys, André Bessette, Cándida María de Jesús Cipitria y Barriola, Mary of the Cross MacKillop, Giulia Salzano y Battista Camilla Varano.

 



 

***



 

¡Queridos hermanos y hermanas!

Se renueva hoy en la Plaza de San Pedro la fiesta de la santidad. Con alegría os dirijo mi cordial bienvenida a los que habéis llegado, también de muy lejos, para participar en ella. Un particular saludo a los Cardenales, a los Obispos y a los Superiores Generales de los Institutos fundados por los nuevos Santos, así como a las Delegaciones oficiales y a todas las Autoridades civiles. Juntos buscamos acoger lo que el Señor nos dice en las sagradas Escrituras recién proclamadas. La liturgia de este domingo nos ofrece una lección fundamental: la necesidad de rezar siempre, sin cesar. A veces nosotros nos cansamos de rezar, tenemos la impresión de que la oración no es tan útil para la vida, que es poco eficaz. Por eso somos tentados a dedicarnos a la actividad, a emplear todos los medios humanos para lograr nuestros objetivos, y no recurrimos a Dios. Jesús en cambio afirma que es necesario rezar siempre, y lo hace mediante una parábola específica (cf. Lc 18, 1-8).

Ésta habla de un juez que no teme a Dios y no mira por nadie, un juez que no tiene respeto al prójimo. El otro personaje es una viuda, una persona en una situación de debilidad. En la Biblia, la viuda y el huérfano son las categorías más necesitadas, porque están indefensas y sin medios. La viuda va al juez y le pide justicia. Sus posibilidades de ser escuchada no casi nulas, porque el juez la desprecia y ella no pude presionarlo. Y menos apelar a principios religiosos, porque el juez no teme a Dios. Por eso esta viuda parece privada de toda posibilidad. Pero ella insiste, pide sin cesar, es inoportuna, y así al final se las arregla para obtener el resultado del juez. En este punto Jesús hace una reflexión, usando el argumento a fortiori: si un juez injusto al final se deja convencer por la súplica de una viuda, cuanto más Dios, que es bueno, escuchará a quien le ruega. Dios de hecho es la generosidad en persona, es misericordioso, y por tanto está siempre dispuesto a escuchar las oraciones. Por tanto, nunca debemos desesperar, sino insistir siempre en la oración.

La conclusión del fragmento evangélico habla de la fe: “Cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra?” (Lc 18,8). Es una pregunta que quiere suscitar un aumento de fe por nuestra parte. Está claro de hecho que la oración debe ser expresión de fe, en caso contrario no es verdadera oración. Si uno no cree en la bondad de Dios, no puede rezar de una manera verdaderamente adecuada. La fe es esencial como base de la actitud de la oración. Así lo hicieron los seis nuevos Santos que hoy son propuestos a la veneración de la Iglesia universal: Stanisław Sołtys, André Bessette, Cándida María de Jesús Cipitria y Barriola, Mary of the Cross MacKillop, Giulia Salzano y Battista Camilla Varano.

[La homilía continuó en diversas lenguas. En polaco, dijo:]

San Stanislaw Kazimierczyk, religioso del siglo XV, puede ser también para nosotros ejemplo e intercesor. Toda su vida estuvo ligada a la Eucaristía. Primero en la iglesia del Corpus Domini en Kazimierz, la Cracovia de hoy, donde, junto a su madre y a su padre, aprendió la fe y la piedad; donde emitió los votos religiosos en los Canónigos Regulares; donde trabajó como sacerdote, educador, atento al cuidado de los necesitados. De manera particular, sin embargo, estaba ligado a la Eucaristía a través del amor ardiente a Cristo presente bajo las especies del pan y del vino; viviendo el misterio de la muerte y de la resurrección, que se cumple de manera incruenta en la Santa Misa; a través de la práctica del amor al prójimo, del cual es fuente y signo la Comunión.

[En francés, dijo:]

El hermano André Bessette, originario de Québec, en Canadá, y religioso de la Congregación de la Santa-Cruz, conoció muy pronto el sufrimiento y la pobreza. Éstos le condujeron a recurrir a Dios por la oración y una vida interior intensa. Conserje del colegio Notre Dame en Montréal, muestra una caridad sin límites y se esfuerza por aliviar las angustias de los que van a confiarse a él. Muy poco instruido, entendió, sin embargo, dónde se encontraba lo esencial de su fe. Para él, creer significa someterse libremente y por amor a la voluntad divina. Habitado todo él por el misterio de Jesús, vivió la bienaventuranza de los corazones puros, la de la rectitud personal. Esta simplicidad ha permitido a muchos ver a Dios. Él hizo construir el Oratorio San José de Mont Royal donde permanecerá como guarda fiel hasta su muerte en 1937. Fue testigo de innumerables curaciones y conversiones. “No busquéis que os quiten las pruebas”, dijo, “pedid más bien la gracia de sobrellevarlas bien”. Para él, todo hablaba de Dios y de su presencia. ¡Que nosotros podamos, siguiéndole, buscar a Dios con sencillez para descubrirlo siempre presente en medio de nuestra vida!

¡Que el ejemplo del Hermano André pueda inspirar la vida cristiana canadiense!

[En español, dijo:]

Cuando el Hijo del Hombre venga para hacer justicia a los elegidos, ¿encontrará esta fe en la tierra? (cf. Lc 18,8). Hoy podemos decir que sí, con alivio y firmeza, al contemplar figuras como la Madre Cándida María de Jesús Cipitria y Barriola. Aquella muchacha de origen sencillo, con un corazón en el que Dios puso su sello y que la llevaría muy pronto, con la guía de sus directores espirituales jesuitas, a tomar la firme resolución de vivir “sólo para Dios”. Decisión mantenida fielmente, como ella misma recuerda cuando estaba a punto de morir. Vivió para Dios y para lo que Él más quiere: llegar a todos, llevarles a todos la esperanza que no vacila, y especialmente a quienes más lo necesitan. “Donde no hay lugar para los pobres, tampoco lo hay para mí”, decía la nueva Santa, que con escasos medios contagió a otras Hermanas para seguir a Jesús y dedicarse a la educación y promoción de la mujer. Nacieron así las Hijas de Jesús, que hoy tienen en su Fundadora un modelo de vida muy alto que imitar, y una misión apasionante que proseguir en los numerosos países donde ha llegado el espíritu y los anhelos de apostolado de la Madre Cándida.

[En inglés, dijo:]

“Recordad quiénes fueron vuestros maestros -de ellos podéis aprender la sabiduría que conduce a la salvación a través de la fe en Jesucristo”. Durante muchos años, innumerables jóvenes en toda Australia han sido bendecidos con profesores inspirados en el ejemplo valiente y santo de celo, perseverancia y oración de la Madre Mary McKillop. Ella se dedicó como joven a la educación de los pobres en dificultad en el difícil terreno de la Australia rural, inspiró a otras mujeres a unirse a ella en la primera comunidad femenina de hermanas religiosas de ese país. Atendió las necesidades de cada joven confiado a ella, sin reparar en posición social ni riqueza, proporcionando formación tanto intelectual como espiritual. A pesar de los numerosos desafíos, sus oraciones a San José y su incansable devoción al Sagrado Corazón de Jesús, a quien dedicó su nueva congregación, dieron a esta mujer santa las gracias necesarias para permanecer fiel a Dios y a la Iglesia. ¡Que, a través de su intercesión, sus seguidores puedan continuar hoy sirviendo a Dios y a la Iglesia con fe y humildad!

[En italiano, dijo:]

En la segunda mitad del siglo XIX, en Campania, al sur de Italia, el Señor llamó a una joven maestra de primaria, Giulia Salzano, e hizo de ella una apóstol de la educación cristiana, fundadora de la Congregación de las Hermanas Catequistas del Sagrado Corazón de Jesús. La Madre Giulia comprendió bien la importancia de la catequesis en la Iglesia, y, uniendo la preparación pedagógica al fervor espiritual, se dedicó a ella con generosidad e inteligencia, contribuyendo a la formación de personas de toda edad y clase social. Repetía a sus hermanas que deseaba hacer catecismo hasta la última hora de su vida, demostrando con todo su ser que si “Dios nos ha creado para conocerLo, amarLo y servirLo en esta vida”, no había que anteponer nada a esta tarea. Que el ejemplo y la intercesión de santa Giulia Salzano sostengan a la Iglesia en su perenne tarea de anunciar a Cristo y de formar auténticas conciencias cristianas.

Santa Battista Camilla Varano, monja clarisa del siglo XV, testimonió hasta el fondo el sentido evangélico de la vida, especialmente perseverando en la oración. Habiendo entrado a los 23 años en el monasterio de Urbino, se insertó como protagonista en ese vasto movimiento de reforma de la espiritualidad femenina franciscana que intentaba recuperar plenamente el carisma de santa Clara de Asís. Promovió nuevas fundaciones monásticas en Camerino, donde fue elegida abadesa varias veces, en Fermo y en San Severino. La vida de santa Battista, totalmente inmersa en las profundidades divinas, fue una ascensión constante en el camino de la perfección, con un heroico amor a Dios y al prójimo. Estuvo marcada por grandes sufrimientos y consolaciones místicas; había decidido de hecho, como ella mismo escribe, “entrar en el Sacratísimo Corazón de Jesús y ahogarse en el océano de sus muy amargos sufrimientos”. En un momento en que la Iglesia sufría una relajación de las costumbres, ella recorre con decisión el camino de la penitencia y de la oración, animada por el ardiente deseo de renovación del Cuerpo místico de Cristo.

Queridos hermanos y hermanas, demos gracias al Señor por el don de la santidad, que resplandece en la Iglesia y hoy se refleja en el rostro de estos hermanos y hermanas nuestros. Jesús también nos invita a cada uno de nosotros a seguirlo para heredar la vida eterna. Dejémonos atraer por estos ejemplos luminosos, dejémonos guiar por sus enseñanzas, para que nuestra existencia sea un cántico de alabanza a Dios. Nos obtengan esta gracia la Virgen María y la intercesión de los seis nuevos Santos que hoy con alegría veneramos. Amén.



 

[Traducción del original plurilingüe por Patricia Navas

©Libreria Editrice Vaticana]



 

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