Los médicos judíos, ortodoxos y musulmanes mantienen más tiempo con vida a los pacientes

La religión es un factor determinante a la hora del tratamiento médico a pacientes en la UCI

 

La religión es un «factor determinante» en el momento de abordar la muerte y la atención al final de la vida en las unidades de cuidados intensivos (UCI), tanto si se trata del médico o de la familia, según constata un estudio presentado en el marco del XXIII Congreso de la Sociedad Europea de Medicina Intensiva, que finaliza este miércoles en Barcelona.

13/10/10 6:48 PM


 

(EP/infoCatólica) El estudio Ethicus, realizado en 37 UCI de 17 países europeos, señala que el tratamiento a los pacientes al borde de la muerte se mantuvo con más frecuencia de lo que fue retirado si el médico era judío -81%-, ortodoxo griego -78%- y musulmán -63%-, mientras que la retirada fue más frecuente en el caso de médicos católicos -53%-, protestantes -49%- y sin ninguna afiliación religiosa -47%-.

Asimismo, el estudio señala que las decisiones sobre el final de la vida se discutieron con la familia con más frecuencia en el norte de Europa -84%- y centro -66%-, que en los países del sur -47%-.

La mayor comunicación entre profesionales se da también en los países nórdicos cuando se trata de tener en cuenta a las enfermeras, ya que el 62% de los médicos que trabajan en dichos países involucraría a este colectivo en las decisiones sobre el final de la vida, la mitad de los que lo harían en el sur de Europa.

El Congreso de la Sociedad Europea de Medicina Intensiva finaliza este miércoles en Barcelona, tras haber dedicado cinco días a la realización de más de un millar de conferencias, lecturas, mesas redondas y ponencias.

Los especialistas han puesto de relieve que los médicos de las UCI a menudo deben lidiar con la doble responsabilidad de salvar vidas y proporcionar unos cuidados adecuadas ante la muerte.

Ante el creciente aumento de las muertes en las UCI y la falta de directrices definitivas para ayudar a tomar decisiones vitales, los intensivistas apuntan que sería bueno desarrollar un consenso mundial “en la medida de lo posible”.