Argentina podría reducir la pena por asesinato de los niños recién nacidos

Mons. Aguer: «¿Qué diferencia hay entre matar a un niño recién nacido y matar a un niño por nacer?»

 

En su reflexión semanal por televisión, el arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, lamentó la «notable ligereza» de los legisladores que sancionaron el proyecto de ley del filicidio. Según el proyecto, dijo, «si una mujer mata a su hijo, poco tiempo después del parto» se presume que «ha sufrido un desequilibrio que obnubiló su capacidad de elegir correctamente», castigado con «una pena que va de los 6 meses a los 3 años», lo que lo convierte en «delito excarcelable».

12/10/10 8:27 AM


 

(Aica/InfoCatólica) Tras recordar que “en el Código Penal hasta el presente se trataba de un homicidio agravado por vínculo”, el arzobispo consideró que “lo que hay que decir en buen romance es que con esta decisión se desprecia la vida del neonato. Más allá de lo que se pueda opinar sobre la graduación de la pena, lo que significa esto es el menosprecio de la vida del niño recién nacido”.

El prelado argentino asoció este hecho a la posibilidad “inminente, por lo menos en la intención de muchos legisladores” de legalizar el aborto. “Entonces: ¿qué diferencia hay entre matar a un niño recién nacido y matar a un niño por nacer?, preguntó.

Monseñor Aguer opinó que “es penoso comprobar que la mayor parte de los impulsores de estos proyectos de ley son mujeres. Esto resulta aterrador, y muestra el estrago intelectual y moral que produce la ideología del feminismo extremo”. “Se puede observar también, indicó, que las mujeres que profesan esa ideología no quieren ni oír hablar del niño por nacer. Esa expresión, que es hoy día aceptada comúnmente y que aparece en documentos jurídicos indiscutibles, les causa escozor”.

Se intenta cambiar la mentalidad de la sociedad argentina

El arzobispo platense sostuvo que “estos proyectos que se van convirtiendo en ley, poco a poco van alterando los paradigmas en la sociedad argentina, porque cuando la ley autoriza una conducta o no la considera tan grave y está disminuyendo la pena correspondiente, en el fondo se está favoreciendo la comisión del delito”.

“Aquí se juegan cuestiones fundamentales del orden social ante las cuales cobra protagonismo una especie de ‘transversalidad feminista’ que se encuentra en los cuerpos legislativos. ¿Cómo es posible que medidas antihumanas y antijurídicas se intenten en nombre del derecho de la mujer? En realidad desfeminizan a la mujer, le arrebatan aquello que tiene como característica irremplazable, única, que es su capacidad de dar vida, de acoger la vida, de defender la vida”, afirmó Mons. Aguer.

Asimismo, alertó que “poco a poco, se intenta cambiar la mentalidad de la sociedad argentina; eso es lo que se procura: un cambio cultural respaldado por la ley, en contra de los valores fundamentales de la condición humana”.

“Sobre esto tenemos que estar advertidos. Creo que todo ciudadano tiene el derecho y el deber de manifestarse contra estos atropellos que en el fondo niegan las características fundamentales de la naturaleza humana. No se quiere reconocer que la persona tiene una naturaleza y que al obrar contra ella entra en un camino de autodestrucción. El cambio cultural apunta a deformar los principios fundamentales del orden social cuando altera las nociones básicas de libertad, justicia y derecho, sobre los cuales se funda la vida de una sociedad verdaderamente humana”, concluyó.