ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 10 de octubre de 2010

Sínodo de los Obispos

Benedicto XVI: El testimonio cristiano en Oriente Medio debe ser la comunión

El Sínodo diseminará semillas de paz en Oriente Medio

El Papa confía a María la buena marcha del Sínodo

Santa Sede

El Papa a las Iglesias orientales católicas: conservar vuestra identidad

Audiencia del Papa al Presidente de la República de Croacia

Especial

“Quienes vengan a la Sagrada Familia, verán algo extraordinario”

Mundo

Un libro para salvar el matrimonio

La Iglesia confirma la liberación de otros tres presos políticos cubanos

Comunidad virtual para leer a Teresa de Ávila

Flash

Todo sobre Joseph Ratzinger-Benedicto XVI

Entrevistas

Habla el eparca iraquí que propuso el Sínodo de Oriente Medio

Angelus

Benedicto XVI: “La Iglesia, instrumento de unidad en Oriente Medio”

Documentación

Benedicto XVI: Homilía de inauguración del Sínodo de los Obispos

Discurso del Papa en el 20 aniversario del código canónico oriental


Sínodo de los Obispos


Benedicto XVI: El testimonio cristiano en Oriente Medio debe ser la comunión
Al inaugurar hoy la II Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para esta región
CIUDAD DEL VATICANO, domingo 10 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- El objetivo fundamental del Sínodo que hoy comienza es fundamentalmente pastoral: el de reavivar la comunión entre los católicos de Oriente Medio. Así lo afirmó hoy durante la Misa de inauguración el Papa Benedicto XVI.

El Pontífice presidió hoy la solemne Misa con la que se abren los trabajos del sínodo, y que concelebró con los Patriarcas de cada una de las Iglesias sui iuris y con los demás Padres sinodales, en la Basílica de San Pedro.

Durante la homilía, el Papa subrayó sobre todo la necesidad de la comunión entre las Iglesias locales, que es el testimonio que, afirmó, es necesario “más que nunca” en estos momentos.

La Iglesia cumple su misión “sencillamente siendo ella misma, es decir, comunión y testimonio", afirmó el Papa. “Sin comunión no puede haber testimonio: el gran testimonio es precisamente la vida de comunión”.

El Papa afirmó que los cristianos de Oriente Medio están llamados a un testimonio esencial: la unidad en la diversidad, que podría favorecer enormemente al ecumenismo, de la Iglesia entera, y también al diálogo interreligioso.

No es casual, aseveró, que en estas tierras “la única Iglesia de Cristo se expresa en la variedad de las Tradiciones litúrgicas, espirituales, culturales y disciplinarias de las seis venerables Iglesias Orientales Católicas sui iuris, como también en la Tradición latina”.

Esta comunión debe darse, subrayó, ante todo en el interior de cada Iglesia, entre sus miembros: Patriarcas, Obispos, sacerdotes, religiosos, personas de vida consagrada y laicos. Y, después, en las relaciones con las otras Iglesias”.

“La vida eclesial, fortalecida de este modo, verá producir unos frutos muy positivos en el camino ecuménico con las otras Iglesias y Comunidades eclesiales presentes en Oriente Medio”.

Podría suponer, añadió, “una ocasión propicia para proseguir de forma constructiva el diálogo tanto con los judíos, con los cuales nos une de forma indisoluble la larga historia de la Alianza, como con los musulmanes”.

Identidad

Otro de los aspectos fundamentales del Sínodo, afirmó el Papa, es el de ayudar a reforzar y valorar la identidad de las pequeñas comunidades cristianas, que a menudo caen en el desánimo y optan por la emigración.

“Todos deseamos que los fieles sientan la alegría de vivir en Tierra Santa, tierra bendecida por la presencia y por el glorioso misterio pascual del Señor Jesucristo”, subrayó el Papa, añadiendo que el propio Sínodo “demuestra el interés de toda la Iglesia por la valiosa y amada porción del Pueblo de Dios que vive en Tierra Santa y en todo Oriente Medio”.

“A lo largo de los siglos esos Lugares han atraído multitud de peregrinos y, también, comunidades religiosas masculinas y femeninas que han considerado un gran privilegio poder vivir y dar testimonio en la Tierra de Jesús”.

Por ello, afirmó, “a pesar de las dificultades, los cristianos de Tierra Santa están llamados a reavivar la conciencia de ser piedras vivas de la Iglesia en Oriente Medio, en los Lugares santos de nuestra salvación”.

Además, subrayó, “vivir de forma digna en la propia patria es, antes que nada, un derecho humano fundamental: por ello, es necesario favorecer las condiciones de paz y justicia, indispensables para un desarrollo armonioso de todos los habitantes de la región”.

En este sentido, apeló a la comunidad internacional para que “favorezca un camino fiable, leal y constructivo hacia la paz”, y a las religiones presentes de forma mayoritaria en la región, “promoviendo los valores espirituales y culturales que unen a los hombres y excluyen toda expresión de violencia”.



 



 

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El Sínodo diseminará semillas de paz en Oriente Medio
Análisis del portavoz de la Santa Sede
CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 10 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- El Sínodo de los Obispos de Oriente Medio, inaugurado por Benedicot XVI este domingo en Roma, diseminará semillas de paz en esa región atribulada, considera el portavoz de la Santa Sede.

El padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, analiza los objetivos que se plantea esa asamblea sin precedentes de patriarcas y obispos junto al Papa, en el editorial del último número de Octava Dies, semanario del Centro Televisivo Vaticano.

Durante dos semanas los católicos de Oriente Medio estarán en el centro de la atención de toda la Iglesia porque todos sus obispos estarán reunidos en Roma en el Sínodo.
 
El padre Lombardi reconoce que Oriente Medio "es una región en la que los cristianos son una minoría, en algunos países verdaderamente muy pequeña y carente de cualquier influjo político o social, en donde la situación de guerra o de tensión permanente merma la esperanza en el provenir e impulsa a emigrar".

"Pero es también la región en la que el cristianismo nació --añade--, donde tiene raíces y tradiciones antiquísimas y de extraordinaria riqueza cultural y espiritual".

"Por ello, los problemas de las Iglesia en Oriente Medio nos interesan y nos competen a todos, y por ello el Papa convocó esta asamblea, que por primera vez no está dedicada a un tema o a un continente o a un país en especial, sino a una específica región del mundo". 
 
Haciendo referencia al tema del encuentro episcopal, "Comunión y testimonio", el portavoz recuerda que recuerda que la primera comunidad de los creyentes en Jerusalén "tenía un solo corazón y una sola alma".

Y aplica así el tema a la situación que viven los católicos en Oriente Medio: "quien no tiene poder político ni militar, quien muchas veces sufre violencia no puede más que aferrarse a la fuerza del Espíritu y del amor, y puede elevar un grito y una invocación de paz fuertes y creíbles, no ligadas o mezcladas a reivindicaciones o intereses de parte". 


"La unión más profunda entre las comunidades católicas esparcidas en Oriente Medio, favorecida por el apoyo de tantas Iglesias de otras partes del mundo que muestran la propia solidaridad con ayuda espiritual y material, favorecida sobre todo por la presencia y la participación continua e intensa del Papa --verdadero fundamento de unión-- hacen de este Sínodo una voz, un signo y una semilla de esperanza y paz", concluye el sacerdote.  

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El Papa confía a María la buena marcha del Sínodo
Hoy durante el rezo del Ángelus
CIUDAD DEL VATICANO, domingo 10 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto XVI quiso confiar hoy públicamente el recién inaugurado Sínodo Especial para Oriente a la Virgen María, durante el rezo del Ángelus con los peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro.

Este gesto lo realizó teniendo en cuenta “cuánto veneran a la Virgen María nuestros hermanos y hermanas de Oriente Medio”, que “la miran a ella como Madre solícita, cercana a todo sufrimiento, y como Estrella de esperanza”.

El Papa explicó a los presentes el significado profundo de este Sínodo, al mismo tiempo que pidió oraciones por ello.

“Esta extraordinaria reunión sinodal, que durará dos semanas, ve reunidos en el Vaticano a los Pastores de la Iglesia que vive en la región medioriental, una realidad de lo más variada: en esas tierras, de hecho, la única Iglesia de Cristo se expresa en toda la riqueza de sus antiguas Tradiciones”.

En estos países, “marcados por profundas divisiones y heridos por largos conflictos, la Iglesia está llamada a ser signo e instrumento de unidad y reconciliación, sobre el modelo de la primera comunidad de Jerusalén”, afirmó el Papa.

“Esta tarea es ardua, desde el momento en que los cristianos de Oriente Medio se encuentran a menudo soportando condiciones de vida difíciles, tanto a nivel personal como familiar y de comunidad. Pero ello no debe desanimarnos”, añadió.

Rosario

Por otro lado, el Papa recordó que este mes de octubre es el mes del Rosario. “Somos por tanto invitados a dejarnos guiar por María en esta oración antigua y siempre nueva, que a Ella le es especialmente querida porque nos conduce directamente a Jesús, contemplado en sus misterios de salvación: gozosos, luminosos, dolorosos y gloriosos”.

“Tras las huellas del Venerable Juan Pablo II, quisiera recordar que el Rosario es oración bíblica, toda entretejida de Sagrada Escritura”.

Es también, explicó, “oración del corazón, en la que la repetición del "Ave María" orienta el pensamiento y el afecto hacia Cristo, y por tanto se hace súplica confiada a la Madre suya y nuestra”.

El rosario, concluyó el Papa, es al mismo tiempo “oración que ayuda a meditar la Palabra de Dios y a asimilar la Comunión eucarística, según el modelo de María que custodiaba en su corazón todo lo que Jesús hacía y decía, y su misma presencia”.

Por ello, en los saludos en los distintos idiomas, instó a los presentes a rezar el Rosario, para que, como dijo a los peregrinos de habla hispana, “la invocación constante del dulce Nombre de la Virgen María sea para todos fuente de consuelo y esperanza”.  

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Santa Sede


El Papa a las Iglesias orientales católicas: conservar vuestra identidad
Al terminar el Congreso por los 20 años del Código de Derecho Católico Oriental
ROMA, domingo 10 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- Las Iglesias orientales católicas están llamadas a “conservar su propia identidad, que es al mismo tiempo oriental y católica” y a llevar adelante “con nuevo vigor apostólico la misión a ellas confiada”.

Así lo dijo el Papa Benedicto XVI al recibir el sábado por la mañana, en el Vaticano, a los participantes en el Congreso de estudio celebrado con motivo del vigésimo aniversario de la promulgación del Código de Derecho Canónico Oriental.

El Código de Derecho Canónico Oriental, promulgado en 1990, contiene la disciplina común a las 23 Iglesias sui iuris de la Iglesia católica, integrada en las cinco grandes tradiciones orientales – alejandrina, antioquena, armenia, caldea y bizantina – y establece la plena igualdad de todas las Iglesias de Oriente y de Occidente.

Este vigésimo aniversario – dijo Benedicto XVI – es una ocasión para “ver en qué medida el Código ha tenido efectivamente fuerza de ley para todas las Iglesias orientales sui iuris y cómo ha sido traducido en la actividad de la vida cotidiana”, como también “en qué medida la potestad legislativa de cada Iglesia sui iuris ha provisto a la promulgación del propio derecho particular, teniendo presentes las tradiciones de su propio rito, como también las disposiciones del Concilio Vaticano II”.

A propósito de esto – añadió – los sacri canones de la Iglesia antigua, que inspiran la codificación oriental vigente, “estimulan a todas las Iglesias orientales a conservar su propia identidad, que es al mismo tiempo oriental y católica”.

“Al mantener la comunión católica, las Iglesias orientales católicas no pretendían de hecho renegar de la fidelidad a su tradición – precisó el Papa –. Como muchas veces se ha reafirmado, la ya realizada unión plena de las Iglesias orientales católicas con la Iglesia de Roma no debe comportar para estas una disminución de la conciencia de su propia autenticidad y originalidad”.

“Por tanto, la tarea de todas las Iglesias orientales católicas es la de conservar el patrimonio común disciplinar y alimentar sus propias tradiciones, riqueza para toda la Iglesia”.

Los propios sacri canones de los primeros siglos de la Iglesia – subrayó el Papa – “constituyen en gran medida el fundamental y mismo patrimonio de disciplina canónica que regula también a las Iglesias ortodoxas. Por tanto, las Iglesias orientales católicas pueden ofrecer una contribución peculiar y relevante al camino ecuménico”.

Antes del discurso papal, en su saludo, monseñor Francesco Coccopalmerio, presidente del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos, había confirmado el compromiso de su dicasterio de “ayudar a las Iglesias sui iuris a ser un puente, también con ayuda del Código, de cara a las Iglesias ortodoxas de cara a la anhelada comunión plena para hacer un frente común, en una virtuosa sinergia, ante los desafíos de la época contra las fuerzas del neopositivismo que lleva, lo sabemos, a un funesto relativismo de pensamiento y de vida”.



 

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Audiencia del Papa al Presidente de la República de Croacia
 
ROMA, domingo 10 de obtubre de 2010 (ZENIT.org).- La integración en Europa y la situación de los croatas en Hosnia Herzegovina fueron los temas centrales del encuentro en el Vaticano de ayer sábado 9 de octubre entre el Papa Benedicto XVI y el Presidente de la República de Croacia, Ivo Josipović.

Las conversaciones, según el comunicado oficial hecho público por la Santa Sede, “permitieron un fructífero intercambio de opiniones sobre temas relacionados con la actual coyuntura de la región, con una especial referencia a la situación de los croatas en Bosnia Herzegovina”.

“Después se trató sobre algunos aspectos de la situación en Croacia, sobre la contribución de la Iglesia al desarrollo cultural y espiritual, sobre el camino del país hacia la plena integración en la Unión Europea y sobre la importancia de que ésta mantenga su porpia identidad cristiana”.

Tras la audiencia con el Papa, el Presidente Josipović fue recibido por el secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone, y por monseñor Dominique Mamberti, Secretario para las Relaciones con los Estados.


 

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Especial


“Quienes vengan a la Sagrada Familia, verán algo extraordinario”
Entrevista al arquitecto director de las obras del templo, Jordi Bonet
BARCELONA, domingo 10 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- Uno de los secretos del éxito de la Sagrada Familia de Barcelona, que visitan entre ocho y diez mil personas al día y que el Papa consagrará el 7 de noviembre, es su novedosa arquitectura, según el arquitecto director de las obras del Templo Expiatorio, Jordi Bonet.

“No hay nada igual en todo el mundo”, indica, en la siguiente entrevista a ZENIT. “Las personas que vengan, que piensen que verán algo extraordinario”, añade.

Hijo del arquitecto Lluís Bonet, uno de los primeros continuadores de la Sagrada Familia, el actual director de las obras destaca la novedad de la arquitectura que Gaudí planeó para el templo expiatorio: formas de doble curvatura, naves ideadas como un bosque, columnas inclinadas, colores,... Bonet reconoce en Antonio Gaudí “un hombre piadoso, de fe, y genial”.

- ¿Cómo está la Sagrada Familia a un mes de su dedicación por parte del Papa?

Jordi Bonet: Estamos trabajando tanto como es posible, ultimando las cosas para dejarlo todo a punto, y así lo esperamos.

El Templo ya está cubierto. No se trata sólo de la nave central, sino la totalidad del espacio que ocupa la iglesia, que incluye, además de ésta, las naves laterales, el transepto, las capillas absidiales, el deambulatorio,...

La consagración se puede hacer cuando la iglesia está totalmente cerrada en cuanto a sus bóvedas, para que no entre el viento y el agua.

Por ejemplo, la catedral de Barcelona estaba consagrada desde el siglo XIV pero la aguja que culmina con la estatua de Santa Elena se terminó en 1901

- ¿Qué es lo que queda pendiente para acabar durante el mes que falta para la venida de Benedicto XVI?

Jordi Bonet: Ahora falta pavimentar la zona de la fachada de la Gloria. Finalmente se ha recibido el pórfido, la piedra que Gaudí escogió para las cuatro columnas de soporte de la parte más alta del templo, el cimborrio dedicado a Jesucristo, de 170 metros de altura. Ha venido de Irán y es la piedra más resistente del mundo.

Y estamos esperando la venida de una personalidad del Vaticano, el día 12 de octubre, para acabar de concretar detalles.

- ¿Y qué falta para acabar la Sagrada Familia en su conjunto?

Jordi Bonet: Faltan casi 100 metros para levantar la torre dedicada a Jesús. También faltan los cimborrios dedicados a la Virgen y a los cuatro evangelistas y las cuatro torres de la fachada de la Gloria dedicadas a Pedro, Pablo, Andrés y Jaime.

Eso tardará años, pero el interior de la iglesia quedará prácticamente terminado. No todo, porque, por ejemplo, las vidrieras de las naves laterales se irán colocando a medida que se vayan recibiendo los correspondientes donativos.

- ¿En el aspecto económico tienen problemas?

Jordi Bonet: En este aspecto estamos bien: recibimos donativos de todo el mundo. Los promotores de la Sagrada Familia, los Devotos de San José, empezaron a pagarlo todo ellos, pero después se unieron los barceloneses, los españoles, los de las colonias españolas,... Por ejemplo, las pilas para el agua bendita vienen del pueblo de Filipinas.

Es bonito ver que hay gente de todo el mundo colaborando.

- ¿Qué significa para la Junta constructora de la Sagrada Familia que sea Benedicto XVI quien consagre el templo?

Jordi Bonet: Es una distinción, que el Papa venga a Barcelona. La Sagrada Familia es un templo de nivel universal.

En el fondo, Gaudí era un hombre piadoso, de fe, y genial. Las obras que él hacía, siempre las estaba realizando como experimentos que podían servir para la Sagrada Familia.

Allí, aplica por primera vez en el mundo una cantidad de elementos que él descubre en la naturaleza y pueden usarse en la arquitectura: formas de doble curvatura, enormemente resistentes, que se pueden hacer con una tecnología mediterránea: las bóvedas catalanas.

Estas formas nuevas causan verdadera admiración a todos los que visitan el templo. Es natural que el Papa haya querido estar presente e intervenir en su consagración.

- ¿Cuántas personas visitan la Sagrada Familia?

Jordi Bonet: Es un poco difícil dar una respuesta exacta: entre ocho mil y diez mil personas al día. Es un caso único en el mundo, tantas visitas en un templo en construcción.

Las personas que vengan, que piensen que verán algo extraordinario. Hace pocos meses, visitó el Templo el secretario del Estado Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, y escribió en el libro de oro de la Sagrada Familia: “He admirado el Dante de la arquitectura”.

- ¿Dónde cree que está el secreto de su éxito?

Jordi Bonet: La arquitectura es muy novedosa, no hay nada igual en todo el mundo.

Gaudí decía que quería superar el gótico. Por eso no hay grandes contrafuertes ni arbotantes, pero tiene columnas inclinadas. Él ideó las naves de la Sagrada Familia como un bosque, en el que la luz entra por lo alto.

- ¿Cuándo se empezó a construir esta emblemática iglesia?

Jordi Bonet: La primera piedra la colocaron el día de san José de 1882. La cripta quedó terminada por el propio Gaudí, que no fue el primer arquitecto del Templo, sino que había sido el arquitecto diocesano Villar.

Finalizada la cripta, se recibió un donativo tan grande, que los josefinos decidieron que fuera un templo monumental y se pasó de uno a dieciocho campanarios.

Gaudí vio que eso iba a durar siglos y que no lo llegaría a ver. Por eso dejó sus ideas plasmadas en unas maquetas, que se salvaron del incendio de su estudio en 1936.

A partir de un trabajo de investigación, hemos encontrado las leyes geométricas que Gaudí había ideado.

Él decía que la arquitectura tiene que ser viva y la vida se muestra con el color y el movimiento. Con la ayuda de la geometría, él produce esta nueva arquitectura con formas de doble curvatura generadas por líneas rectas.

Más tarde, esto se ha usado, por ejemplo en la catedral de Brasilia, que es un enorme hiperboloide, o paraboloides hiperbólicos en el Pabellón Philipps de Le Corbussier. Gaudí, repito, era un genio.

- ¿Cree que en la construcción de la Sagrada Familia se está siendo fiel a esa idea original?

Jordi Bonet: Claro que sí. Tenemos maquetas a escala 1:10. Pregunte a los arquitectos si hacen edificios a esa escala. Pero él lo hacía porque era algo tan nuevo, que necesitaba que lo entendieran, tanto los arquitectos como los que donaban dinero.

Las maquetas se han podido restaurar y hemos encontrado todas las leyes geométricas que nos permiten hacer exactamente lo que él quería.

- La construcción de un túnel cercano a los cimientos para que pase el tren de alta velocidad, ¿ha perjudicado de alguna manera a la Sagrada Familia?

Jordi Bonet: Sí, ha perjudicado y probablemente perjudicará dentro de un tiempo, porque las reacciones del subsuelo no son inmediatas.

Nos han hecho perder muchísimo tiempo y desde el año 2007 continuamos en pleito contra la perforación de este túnel, pero los tribunales aún no se han pronunciado.

Nos han hecho gastar muchas energías y tiempo, luchando contra algo que parece increíble que se haya podido hacer, pensando que la técnica lo puede todo.

Realmente puede hacer cosas válidas, pero a veces se equivoca, y pensamos que ha sido una temeridad.

- ¿Qué riesgos existen, por la construcción del túnel y el posterior paso del tren?

Jordi Bonet: El primer riesgo es que el túnel del AVE pasa por debajo del nivel freático, donde hay aguas subterráneas. Unos antiguos torrentes pasaban por la calle Sardenya y por la plaza Gaudí y continúa pasando agua por ellos.

Desde los inicios, no hemos querido perforar por debajo del nivel freático, porque el agua siempre entraña peligros. Todos los cimientos de la Sagrada Familia están por encima del nivel freático.

El túnel por sí mismo provoca como un muro de contención. Además, el muro de pantallas que han querido colocar para evitar daños a la Sagrada Familia es, en el fondo, otra presa.

Entonces el agua que va escurriéndose debajo del suelo va levantando su nivel, lo cual provoca una presión: a mayor altura de agua, más presión.

Esto puede provocar que la arena que está sin cimentar en esta parte del subsuelo quede arrastrada y nos quedemos con nuestros cimientos sin la parte de terreno que los debe soportar. Puede ocurrir al cabo de tres o de treinta años, no se sabe, pero ha ocurrido en otros sitios.

Hay otro riesgo. Sabemos que no se realizan los cálculos debidos. El muro pantalla es un transmisor de vibraciones del paso del tren y a pesar de que introduzcan elementos que reduzcan las vibraciones, no van a reducir la longitud de onda. Esperamos que no produzca resonancia, que produce la caída de puentes.

Tenemos colocados unos sensores y vamos transmitiendo a la Audiencia Nacional los datos nuevos. La UNESCO ha dicho que si se sobrepasan unos determinados parámetros, hay que parar la tuneladora.

Pero ya veremos si hacen caso a la UNESCO. Como no es vinculante, el Ministerio va a su ritmo y hace lo que considera que debe hacer, a pesar de que a la larga pueda provocar algo desagradable.

Con mucho conocimiento de causa, hace pocos días, el arquitecto y catedrático de estructuras de la Universidad Politécnica de Cataluña Margarit ha denunciado que es una barbaridad hacer pasar el túnel a tan poca distancia de los cimientos de la Sagrada Familia y de la Casa Milà.

Pero el poder no quiere cambiar porque no quiere reconocer que se puede haber equivocado.

De hecho, el trazado del proyecto se cambió en 2003 para evitar que pasara bajo el Templo y se proyectó que el túnel pasara debajo de casas, con todas las Administraciones de acuerdo.

Pero en 2004, cuando se hundió el túnel del barrio barcelonés del Carmelo, sucedió el desastre. Porque pensaron que se arreglaba evitando que el túnel pasara por debajo de viviendas.

Pero sobre esto hay experiencia, en cambio, estas obras de Gaudí son excepcionales, no hay ninguna experiencia y puede costar caro.

- ¿Dónde se encuentra ahora la tuneladora que está perforando ese túnel?

Jordi Bonet: Creo que ahora la tuneladora debe estar alrededor de la plaza Gaudí. No sé si pasará por la Sagrada Familia antes o después de la visita del Papa, pero es posible que dentro de unos días la tengamos debajo.

El subsuelo es muy traidor y cuando menos lo piensas, te encuentras con un problema. La tuneladora de la Linea 9 del metro de Barcelona ha estado encallada un año y eso puede ocurrir.

En el subsuelo, sabes lo que ocurre en un punto preciso, pero a veinte centímetros puede cambiar el tipo de terreno.

- Últimamente se ha hablado de grietas en la Sagrada Familia. ¿Tienen algo que ver con las obras del AVE?

Jordi Bonet: Son grietas algunas de las cuales tienen más de ochenta años. Las hemos ido arreglando y acabaremos de arreglarlas de acuerdo con nuestras posibilidades.

No nos provocan ninguna inquietud. Son viejas, en parte fueron provocadas durante la revolución que sucedió a pocos días tras el alzamiento del año 1936, porque había andamios de madera y los incendiaron con gasolina.

- Actualmente está abierto el proceso de canonización de Antonio Gaudí. ¿Personalmente usted cree que es un santo?

Jordi Bonet: Yo no lo he conocido, pero mi padre, que lo trató a partir del año 1914, le admiraba y le diré incluso que le veneraba.

- ¿Su padre ya participó en la construcción del templo?

Jordi Bonet: Sí. Mi padre fue quien le trajo las muestras del mosaico de Venecia que sirvieron para colocar el color en los campanarios que Gaudí construyó directamente y con los que quedó satisfecho.

- ¿Cuándo cree que se acabará el templo?

Jordi Bonet: No lo sé. Si dijera algo, le diría una mentira. No sabemos qué va a ocurrir en el mundo. Más de 10 o 12 años, seguro. Cuando le hacían esta pregunta, Gaudí respondía: “Mi cliente no tiene prisa”.



 

Por Patricia Navas


 

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Mundo


Un libro para salvar el matrimonio
Ha vendido ya más de seis millones de copias y ahora se publica en España
MADRID, domingo, 10 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- El auge de la conflictividad matrimonial dispara el número de divorcios. Pero antes de llegar a ese punto aún es posible reconducir las cosas. Un libro, "El desafío del amor", está mostrando en todo el mundo cómo es posible y ahora se publica en España.

Todo comenzó con la película "Fireproof" en 2008. Una cinta que por su presupuesto (apenas 500 mil dólares) y su trama (sobre el matrimonio) no debía estar llamada a la fama.

Y sin embargo más de un millón y medio de norteamericanos acudieron a verla, convirtiendo esta producción en un éxito inesperado para el cine independiente.

El protagonista de la película es un heroico bombero que está casado con la atractiva y eficaz relaciones públicas del hospital del condado. La realidad es que ni uno ni otro sienten ya lo que les unió en principio. Sin embargo, donde falta el sentimiento, aún se mantiene en pie la voluntad, al menos en la medida suficiente para que el marido acepte jugárselo todo a una última carta para reconquistar a su mujer: poner en práctica un libro que le regala su padre, "El desafío del amor".

Fueron tantas las peticiones de los espectadores que habían acudido a ver la película, que los guionistas de "Fireproof" se vieron obligados a editar ese libro, "un reto de cuarenta días que cambiará tu matrimonio".

El éxito no se hizo esperar. En Estados Unidos se vendieron en pocos meses más de cinco millones de ejemplares de "El desafío del amor"; en los países americanos de lengua española 375 mil, y en Brasil 180 mil.

 
Stephen y Alex Kendrick comienzan el libro con esta "advertencia": "Este viaje de cuarenta días no puede tomarse a la ligera".

"Es un cambio desafiante, a menudo difícil, pero también increbíblemente satisfactorio. Para aceptar este desafío, debemos tener plena conciencia de lo que representa y tomar una firme determinación".

"Si estás dispuestos a comprometerte día a día durante cuarenta días, los resultados podrían cambiar tu vida y tu matrimonio. Considéralo como un desafío de parte de quienes lo aceptaron antes que tú", concluyen los Kendrick.


Más información en www.libroslibres.com

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La Iglesia confirma la liberación de otros tres presos políticos cubanos
No forman parte del “Grupo de los 75”
LA HABANA, domingo, 10 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- Fuentes de la arquidiócesis de La Habana han confirmado la próxima liberación de otros tres presos políticos, que también viajarán a España, con lo que suman 42 los disidentes excarcelados tras aceptar esa condición.

Sus nombres Ciro Pérez Santana, Arturo Suárez Ramos y Rolando Jiménez Posada. No forman parte del llamado "Grupo de los 75", presos políticos por quienes el Gobierno del general Raúl Castro se comprometió a liberar a los 52 que quedaban en prisión a principios de julio.

Por este motivo, el anuncio de estas excarcelaciones parece confirmar la intención del régimen cubano de ampliar las liberaciones de presos políticos más allá de las 52 comprometidas.

Hasta el momento han sido excarcelados y han viajado a España junto con sus familiares 39 presos políticos de los condenados en la ola represiva de 'Primavera Negra' de 2003, y quedan en la cárcel 13 de esos opositores de los que, al menos 12, no aceptan irse a España.

Entre los futuros presos liberados, Rolando Jiménez Posada es considerado como "preso de conciencia" por Amnistía Internacional.

Ciro Pérez Santana fue detenido en 1994, cuando se le condenó a 20 años.

Por su parte, Arturo Suárez Ramos fue condenado a 30 años de prisión en 1987, y es considerado en estos momentos el segundo preso por motivos políticos de Cuba con más tiempo en la cárcel.

 



 

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Comunidad virtual para leer a Teresa de Ávila
Un foro internacional estudia en red el “Camino de Perfección”
MADRID, domingo 10 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- Leer e intercambiar sobre los escritos de santa Teresa de Ávila es el objetivo de un foro internacional en tres idiomas que han lanzado en la red los carmelitas descalzos seglares de Madrid, España.

La iniciativa forma parte de los preparativos del V Centenario del nacimiento de santa Teresa de Jesús que tendrá lugar en 2015.

Desde el 4 de octubre, se ha iniciado esta segunda experiencia de lectura compartida tras el éxito de la primera, que se centró en el “Libro de la Vida”.

El foro, en tres idiomas –español, italiano e inglés- se desarrolla en colaboración con carmelitas seglares de Italia y de Argentina. Está enlazado con la web oficial del Centenario (http://paravosnaci.com), en siete idiomas.

Esta semana del 4 al 10 de octubre estará dedicada al prólogo y al capítulo 1 del “Camino de Perfección”. El calendario preve leer y comentar un capítulo cada semana hasta el 24 de julio de 2011 en que se completarán los 42 capítulos de que consta el Códice de Valladolid (la versión del “Camino de Perfección” que usará el foro).

Este proyecto es continuación del que ya se desarrolló el año pasado con la lectura compartida en internet de la autobiografía de la Santa, quizás el más conocido de sus libros.

El blog en el que está alojado el foro de intercambio de lectura registró más de 35.000 entradas y más de 9.000 visitantes, procedentes de 85 países, interesados en el “Libro de la Vida”. Hubo 676 participaciones activas, procedentes de numerosos países. Entre otros: España, Italia, México, Argentina, Venezuela, El Salvador, Bélgica, Colombia, Estados Unidos y Malasia.

Este Proyecto se enmarca en las iniciativas de la Orden de Carmelitas Descalzos para dar a conocer los escritos de santa Teresa de Jesús, doctora de la Iglesia, mediante la utilización de las nuevas oportunidades de difusión que ofrece internet.

Para participar en el foro: http://comunidadocdsmadrid.blogspot.com.

Por Nieves San Martín

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Todo sobre Joseph Ratzinger-Benedicto XVI
Ante su visita a Santiago y Barcelona
ROMA, domingo, 10 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- A falta de un mes para la visita apostólica de Benedicto XVI a Santiago de Compostela y Barcelona, Marc Argemí, creador del conocido blog "B16", presenta en forma de preguntas y respuestas algunos datos para conocer la persona de Joseph Ratzinger-Benedicto XVI. 

Hay de todo un poco: desde información familiar (nacimientoestudiospadres ,...) hasta sus gustos culinarios y lecturas preferidas, pasando por las preferencias musicales o temas menos bucólicos como qué relación tuvo con las juventudes hitlerianas, la amistad con Hans Küng, la lucha contra los abusos del clero o la actitud ante la teología de la liberación.

Otras preguntas son más de contexto: papas alemanes en la historiael significado de su escudo, el asteriode llamado Ratzinger, etc.

 

Si el lector echa en falta alguna pregunta, puede enviarla o pedir respuesta al blog, que en caso de ser posible, responderá.


El listado completo de preguntas puede consultarse en:
http://bxvi.wordpress.com/discovering-b16/preguntas-y-respuestas-sobre-benedicto-xvi/

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Entrevistas


Habla el eparca iraquí que propuso el Sínodo de Oriente Medio
Entrevista con monseñor Louis Sako, arzobispo caldeo de Kirkuk
ROMA, domingo, 10 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- Monseñor Louis Sako, arzobispo caldeo de Kirkuk, fue el primero en proponer públicamente la celebración de un Sínodo de todos los obispos de Oriente Medio, y Benedicto XVI aceptó el reto de esta convocatoria sin precedentes en la historia.

En esta entrevista, el prelado iraquí analiza los objetivos de esta cumbre episcopal que se celebra en el Vaticano del 10 al 24 de octubre sobre el tema: "La Iglesia católica en Oriente Medio: comunión y testimonio. 'La multitud de los creyentes no tenía sino un solo corazón y una sola alma' (Hechos 4, 32)".

--¿Cómo han trabajado ustedes sobre el documento de los "Lineamenta" (Directrices) que sirvió para preparar este Sínodo?

--Monseñor Sako: Hemos trabajando con los sacerdotes, los diáconos, los religiosos, el consejo diocesano y los responsables de actividades religiosas. Lo hemos querido preparar también con la asamblea de los obispos católicos y con el sínodo caldeo. Pero creo que falta tomar conciencia sobre la importancia de este sínodo. ¡Muchos obispos piensan que Roma lo organiza!

--¿Y cómo han preparado el "Documento de trabajo", el "Instrumentum laboris", que sirve de base para las intervenciones en el Sínodo?

--Monseñor Sako: En este Sínodo, insistimos en dos puntos esenciales: comunión y testimonio. Nos hemos dividido y hemos perdido la dimensión misionera de nuestra Iglesia, su naturaleza, sin embargo, es la comunión y la misión. Creo que por este motivo nuestras Iglesias orientales han perdido su dinamismo. Vamos a trabajar en estos puntos: sin unidad, sin comunión, de nuestras pequeñas Iglesias, y sin un auténtico testimonio, no hay futuro. Nuestros vecinos musulmanes no comprenden nuestras divisiones y esperan de nosotros un testimonio diferente al de ellos.

--¿Cómo prepara a su eparquía para recibir las conclusiones del Sínodo?

--Monseñor Sako: Dado que yo lancé la idea de este Sínodo, estoy totalmente comprometido en traducir en la vida concreta sus directivas.

--¿Cree que esta iniciativa pontificia puede servir a la unión entre las Iglesias orientales católicas y la misión de la Iglesia en Oriente?

--Monseñor Sako: Católicas o no, las Iglesias afrontan un gran peligro al cerrarse en la "etnia-nacionalista", en vez de abrirse a todos. La unidad es una urgencia para sobrevivir en Oriente. Las diferencias son litúrgicas o de idioma. Tener cinco obispos católicos en una misma ciudad para pequeñas comunidades es un problema. Traducimos en general nuestros ritos en árabe para que puedan ser comprendidos por nuestros fieles. Por tanto, es importante replantear la estructura de nuestras diócesis.

--¿Cree que este Sínodo puede ayudar a avanzar en la unión con las demás Iglesias orientales (ortodoxas)?

--Monseñor Sako: Con las Iglesias apostólicas no católicas, el problema es la eclesiología: hay que tener el valor de derribar las formalidades e ir a lo concreto. En ocasiones, tengo la sensación de que las relaciones entre las Iglesias acaban convirtiéndose en diplomacia. La unión de Iglesias hermanas reforzará al cristianismo oriental, cuya existencia está amenazada.

--Ustedes viven en contacto con musulmanes, que son sus compatriotas. ¿Cree que el Sínodo puede ayudar a las relaciones de las Iglesias con las diferentes ramas del Islam? ¿Cómo?

--Monseñor Sako: Para construir la confianza, hay que presentar sinceramente nuestras diferencias y también nuestros mutuos miedos. Hay que trabajar en un mundo pluralista. Hay que ayudar a los musulmanes para que olviden el deseo de imponer la Charia (ley islámica). El mundo ha cambiado, la religión es una opción personal y no una obligación política.

Entrevista realizada por la Obra de Oriente, http://www.oeuvre-orient.fr

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Angelus


Benedicto XVI: “La Iglesia, instrumento de unidad en Oriente Medio”
Hoy durante el rezo del Ángelus
CIUDAD DEL VATICANO, domingo 10 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación las palabras del Papa Benedicto XVI al introducir la oración mariana del Ángelus, tra presidir la Misa de inauguración de la Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para Oriente Medio.

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Queridos hermanos y hermanas

Vengo ahora mismo de la Basílica de San Pedro, donde he presidido la Misa de apertura de la Asamblea Epecial para Oriente Medio del Sínodo de los Obispos. Esta extraordinaria reunión sinodal, que durará dos semanas, ve reunidos en el Vaticano a los Pastores de la Iglesia que vive en la región medioriental, una realidad de lo más variada: en esas tierras, de hecho, la única Iglesia de Cristo se expresa en toda la riqueza de sus antiguas Tradiciones. El tema sobre el que reflexionaremos es el siguiente: “La Iglesia católica en Oriente Medio: comunión y testimonio”. De hecho, en esos países, por desgracia marcados por profundas divisiones y heridos por largos conflictos, la Iglesia está llamada a ser signo e instrumento de unidad y reconciliación, sobre el modelo de la primera comunidad de Jerusalén, en la que “la multitud de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma" (Hch 4,32) como dice san Lucas. Esta tarea es ardua, desde el momento en que los cristianos de Oriente Medio se encuentran a menudo soportando condiciones de vida difíciles, tanto a nivel personal como familiar y de comunidad. Pero ello no debe desanimarnos: es precisamente en ese contexto en el que resuena aún más necesario y urgente el perenne mensjae de Cristo: "Convertíos y creed en el Evangelio” (Mc 1,15). En mi reciente visita a Chipre entregué el Instrumento de Trabajo de esta Asamblea sinodal; ahora que ésta ha comenzado, invito a todos a orar invocando de Dios una abundante efusión de los dones del Espíritu Santo.

El mes de octubre es llamado el mes del Rosario. Se trata, por así decirlo, de una “entonación espiritual” dada por la memoria litúrgica de la Bienaventurada Virgen María del Rosario, que se celebra el día 7. Somos por tanto invitados a dejarnos guiar por María en esta oración antigua y siempre nueva, que a Ella le es especialmente querida porque nos conduce directamente a Jesús, contemplado en sus misterios de salvación: gozosos, luminosos, dolorosos y gloriosos. Trasd las huellas del Venerable Juan Pablo II (cfr Ct. ap. Rosarium Virginis Mariae), quisiera recordar que el Rosario es oración bíblica, toda entretejida de Sagrada Escritura. Es oración del corazón, en la que la repetición del "Ave María" orienta el pensamiento y el afecto hacia Cristo, y por tanto se hace súplica confiada a la Madre suya y nuestra. Es oración que ayuda a meditar la Palabra de Dios y a asimilar la Comunión eucarística, según el modelo de María que custodiaba en su corazón todo lo que Jesús hacía y decía, y su misma presencia.

Queridos amigos, sabemos cuánto veneran a la Virgen María nuestros hermanos y hermanas de Oriente Medio. Todos la miran a ella como Madre solícita, cercana a todo sufrimiento, y como Estrella de esperanza. A su intercesión confiamos la Asamblea sinodal que hoy se abre, para que los cristianos de esa región se refuercen en la comunión y den a todos testimonios del Evangelio del amor y de la paz.

[Después del Ángelus, dijo en español]

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española que participan en esta oración mariana, en particular al grupo de la Comunidad y Colegio de Madres Agustinas, de Huelva, en su quinto centenario, así como a los rapresentantes del Colegio Gabriel Taborín, de Córdoba en Argentina. Invito a todos a identificarse cada vez más con Jesucristo, a vivir de su amor, a serle fieles en todo momento, a agradecerle tantos dones como recibimos de su divina bondad y a descubrir su presencia salvadora en medio de las pruebas de la vida. Que en este mes de octubre, la invocación constante del dulce Nombre de la Virgen María, mediante el rezo del santo Rosario, sea para todos fuente de consuelo y esperanza. Feliz Domingo.

[Traducción del original italiano por Inma Álvarez

©Libreria Editrice Vaticana]

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Documentación


Benedicto XVI: Homilía de inauguración del Sínodo de los Obispos
“La presencia cristiana en Oriente Medio, un don de Dios”
CIUDAD DEL VATICANO, domingo 10 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación la homilía pronunciada hoy por el Papa Benedicto XVI durante la solemne Misa de apertura de la Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para Oriente Medio, en la Basílica de San Pedro.

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¡Venerados Hermanos, ilustres Señores y Señoras, queridos hermanos y hermanas!

La Celebración eucarística, acción de gracias a Dios por excelencia, está marcada hoy para nosotros, reunidos en el Sepulcro de San Pedro, por un motivo extraordinario: la gracia de ver reunidos por primera vez en una Asamblea Sinodal, alrededor del Obispo de Roma y Pastor Universal, a los Obispos de la región medio oriental. Este singular evento demuestra el interés de toda la Iglesia por la valiosa y amada porción del Pueblo de Dios que vive en Tierra Santa y en todo Oriente Medio.

Ante todo elevamos nuestro agradecimiento al Señor de la historia porque ha permitido que, no obstante acontecimientos con frecuencia difíciles y dolorosos, Oriente Medio viese siempre, desde los tiempos de Jesús hasta hoy, la continuidad de la presencia de los cristianos. En esas tierras la única Iglesia de Cristo se expresa en la variedad de las Tradiciones litúrgicas, espirituales, culturales y disciplinarias de las seis venerables Iglesias Orientales Católicas sui iuris, como también en la Tradición latina. El fraterno saludo, que dirijo con gran afecto a los Patriarcas de cada una de ellas, quiere extenderse en este momento a todos los fieles confiados a sus cuidados pastorales en los respectivos Países y también en la diáspora. En este Domingo 28º del Tiempo per annum, la Palabra de Dios ofrece un tema de meditación que se aproxima de manera significativa al evento sinodal que hoy inauguramos. La lectura continua del Evangelio de Lucas nos conduce al episodio de la curación de los diez leprosos, de los cuales uno solo, un samaritano, retrocede para darle gracias a Jesús. En conexión con este texto la primera lectura, extraída del Segundo Libro de los Reyes, relata la curación de Naamán, jefe del ejército arameo, también él leproso, que fue curado sumergiéndose siete veces en las aguas del río Jordán, como le ordenó el profeta Eliseo. Naamán también retorna adonde el profeta y, reconociendo en él al mediador de Dios, profesa la fe en el único Señor. Dos enfermos de lepra, por lo tanto, dos no hebreos, que se curan porque creen en la palabra del enviado de Dios. Se curan en el cuerpo, pero se abren a la fe y ésta los cura en el alma, es decir, los salva.

El Salmo responsorial canta esta realidad: "El Señor ha dado a conocer su salvación, ha revelado su justicia a las naciones; se ha acordado de su amor y su lealtad para con la casa de Israel" (Sal 98,2-3). Aquí está entonces el tema: la salvación es universal pero pasa a través de una mediación determinada, histórica: la mediación del pueblo de Israel, que se convierte luego en la de Jesucristo y de la Iglesia. La puerta de la vida está abierta para todos pero, justamente, es una "puerta", es decir un pasaje definido y necesario. Lo afirma sintéticamente la fórmula paulina que hemos escuchado en la Segunda Lectura a Timoteo: "la salvación que está en Cristo Jesús" (2 Tm 2,10). Es el misterio de la universalidad de la salvación y al mismo tiempo de su necesario vínculo con la mediación histórica de Jesucristo, precedida por la del pueblo de Israel y prolongada por la de la Iglesia. Dios es amor y quiere que todos los hombre participen de su vida; para realizar este diseño Él, que es Uno y Trino, crea en el mundo un misterio de comunión humano y divino, histórico y trascendente: lo crea con el "método" -por decirlo así- de la alianza, ligándose con amor fiel e interminable a los hombres, formando un pueblo santo que se convierta en una bendición para todas las familias de la tierra (cfr. Gn 12,3). Se revela así como el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob (cfr. Ex 3,6), que quiere conducir a su pueblo a la "tierra" de la libertad y de la paz. Esta "tierra" no es de este mundo; todo el diseño divino excede a la historia, pero el Señor lo quiere construir con los hombres, por los hombres y en los hombres, a partir de las coordenadas de espacio y tiempo en las que ellos viven y que Él mismo ha dado.

De dichas coordenadas forma parte, con su especificidad, lo que nosotros llamamos "Oriente Medio". Esta región del mundo también la ve Dios desde una perspectiva distinta, podríamos decir "desde lo alto": es la tierra de Abraham, Isaac y Jacob; la tierra del éxodo y del regreso del exilio; la tierra del templo y de los profetas; la tierra en la que el Hijo Unigénito nació de María, donde vivió, murió y resucitó; la cuna de la Iglesia, constituida para llevar el Evangelio de Cristo hasta los confines del mundo. Y también nosotros, como creyentes, miramos Oriente Medio con esta mirada, desde la perspectiva de la historia de la salvación. Es la óptica interior que me ha guiado en los viajes apostólicos a Turquía, Tierra Santa -Jordania, Israel, Palestina- y Chipre, donde he podido conocer desde cerca las alegrías y las preocupaciones de las comunidades cristianas. Por eso también he acogido encantado la propuesta de los patriarcas y obispos de convocar una Asamblea sinodal para reflexionar juntos, a la luz de las Sagradas Escrituras, sobre el presente y el futuro de los fieles y las poblaciones de Oriente Medio.

Mirar esa parte del mundo desde la perspectiva de Dios significa reconocer en ella la "cuna" de un diseño universal de salvación en el amor, un misterio de comunión que se cumple en la libertad y por eso pide a los hombres una respuesta. Abraham, los profetas, la Virgen María son los protagonistas de esta respuesta, que tiene su último cumplimiento en Jesucristo, hijo de esa misma tierra, pero que bajó del Cielo. De Él, de su Corazón y de su Espíritu, ha nacido la Iglesia, que es peregrina en este mundo, pero que le pertenece. La Iglesia está constituida para ser, en medio de los hombres, signo e instrumento del único y universal proyecto salvífico de Dios; cumple esta misión sencillamente siendo ella misma, es decir, "comunión y testimonio", como reza el tema de la Asamblea sinodal que hoy se abre, y que hace referencia a la célebre definición lucana de la primera comunidad cristiana: "La multitud de los creyentes no tenía sino un solo corazón y una sola alma" (Hch 4,32). Sin comunión no puede haber testimonio: el gran testimonio es precisamente la vida de comunión. Lo dijo claramente Jesús: "En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os tenéis amor los unos a los otros"(Jn 13,35). Esta comunión es la vida misma de Dios que se comunica en el Espíritu Santo, mediante Jesucristo. Es, por tanto, un don, no algo que ante todo tenemos que construir con nuestras fuerzas. Y es precisamente por esto por lo que interpela nuestra libertad y espera nuestra respuesta: la comunión nos pide siempre la conversión, como don que debe ser acogido y cumplido cada vez mejor. Los primeros cristianos, en Jerusalén, eran pocos. Nadie habría podido imaginarse lo que ocurrió después. Y la Iglesia vive siempre de esa misma fuerza que la hizo ponerse en marcha y crecer. El Pentecostés es el acontecimiento originario pero también es un dinamismo permanente, y el Sínodo de los Obispos es un momento privilegiado en el que se puede renovar en el camino de la Iglesia la gracia del Pentecostés, con el fin de que la Buena Nueva sea anunciada con franqueza y pueda ser recibida por todas las gentes.

Por consiguiente, la finalidad de esta Asamblea sinodal es sobre todo pastoral. Aunque no podemos ignorar la delicada y, a veces, dramática situación social y política de algunos países, los pastores de las Iglesias en Oriente Medio desean concentrarse en los aspectos ligados a su misión. A este respecto el Instumentum laboris, elaborado por un Consejo Presinodal a cuyos miembros agradezco vivamente el trabajo desarrollado, subraya esta finalidad eclesial de la Asamblea, evidenciando su intención de reavivar la comunión de la Iglesia Católica en Oriente Medio bajo la guía del Espíritu Santo. Ante todo en el interior de cada Iglesia, entre sus miembros: Patriarcas, Obispos, sacerdotes, religiosos, personas de vida consagrada y laicos. Y, después, en las relaciones con las otras Iglesias. La vida eclesial, fortalecida de este modo, verá producir unos frutos muy positivos en el camino ecuménico con las otras Iglesias y Comunidades eclesiales presentes en Oriente Medio. Es una ocasión propicia, además, para proseguir de forma constructiva el diálogo tanto con los judíos, con los cuales nos une de forma indisoluble la larga historia de la Alianza, como con los musulmanes.

Los trabajos de la Asamblea sinodal están destinados también al testimonio de los cristianos a nivel personal, familiar y social. Esto exige que se refuerce su identidad cristiana mediante la Palabra de Dios y los Sacramentos. Todos deseamos que los fieles sientan la alegría de vivir en Tierra Santa, tierra bendecida por la presencia y por el glorioso misterio pascual del Señor Jesucristo. A lo largo de los siglos esos Lugares han atraído multitud de peregrinos y, también, comunidades religiosas masculinas y femeninas que han considerado un gran privilegio poder vivir y dar testimonio en la Tierra de Jesús. A pesar de las dificultades, los cristianos de Tierra Santa están llamados a reavivar la conciencia de ser piedras vivas de la Iglesia en Oriente Medio, en los Lugares santos de nuestra salvación. Pero vivir de forma digna en la propia patria es, antes que nada, un derecho humano fundamental: por ello, es necesario favorecer las condiciones de paz y justicia, indispensables para un desarrollo armonioso de todos los habitantes de la región. Todos, por lo tanto, están llamados a dar su contribución: la comunidad internacional, favoreciendo un camino fiable, leal y constructivo hacia la paz; las religiones presentes de forma mayoritaria en la región, promoviendo los valores espirituales y culturales que unen a los hombres y excluyen toda expresión de violencia. Los cristianos seguirán dando su contribución no sólo con las obras de promoción social, como los institutos de educación y sanitarios sino, y sobre todo, con el espíritu de las Bienaventuranzas evangélicas, que anima a la práctica del perdón y la reconciliación. Con este compromiso tendrán siempre el apoyo de toda la Iglesia, como testifica de forma solemne la presencia aquí de los Delegados de los Episcopados de otros continentes.

Queridos amigos, confiemos los trabajos de la Asamblea sinodal para Oriente Medio a los numerosos Santos y Santas de esta tierra bendecida; invoquemos la constante protección de la Beata Virgen María sobre ella, para que las próximas jornadas de oración, reflexión y comunión fraterna sean portadoras de buenos frutos para el presente y el futuro de las queridas poblaciones de Oriente Medio. A ellas les dirigimos de todo corazón el saludo de buen augurio: "Salud para ti, salud para tu casa y salud para todo lo tuyo." (1Sam 25,6).

[Traducción distribuída por la Secretaría General del Sínodo

©Libreria Editrice Vaticana]

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Discurso del Papa en el 20 aniversario del código canónico oriental
“Mantener la comunión no significa renegar de la tradición”

ROMA, domingo 10 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- Publicamos a continuación el discurso pronunciado ayer sñabado por Benedicto XVI al recibir en audiencia en el Vaticano a los participantes en el Congreso de Estudio promovido por el Consejo Pontificio para los Textos Legislativos – en colaboración con la Congregación para las Iglesias Orientales, el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y el Pontificio Instituto Oriental – con ocasión del vigésimo aniversario de la promulgación del Codex Canonum Ecclesiarum Orientalium.

* * * * *

Señores cardenales,

venerados patriarcas, arzobispos mayores,

queridos hermanos en el Episcopado y en el Sacerdocio,

Ilustres representantes de otras Iglesias y Comunidades eclesiales, distinguidos operadores del Derecho Canónico Oriental,

con gran alegría os acojo en la conclusión del Congreso de estudio, con el que se ha querido oportunamente celebrar el vigésimo aniversario de la promulgación del Codex Canonum Ecclesiarum Orientalium. Os saludo a todos cordialmente empezando por monseñor Francesco Coccopalmerio, a quien doy las gracias por las palabras que me ha dirigido también en nombre de los presentes. Un pensamiento reconocido a la Congregación para las Iglesias Orientales, al Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y al Pontificio Instituto Oriental, que han colaborado con el Consejo Pontificio para los Textos Legislativos en la organización de este congreso. Deseo expresar cordial aprecio a los Relatores por la competente aportación científica a esta iniciativa eclesial.

Veinte años después de la promulgación del Codex Canonum Ecclesiarum Orientalium queremos rendir homenaje a la intuición del Venerable Juan Pablo II, el cual, en su solicitud para que las Iglesias orientales católicas “florezcan y lleven a cabo con nuevo vigor apostólico la misión a ellas confiada” (Conc. Ecum. Vat. II, Decr. Orientalium Ecclesiarum, 1), quiso dotar a estas venerables Iglesias de un Código completo, común y adecuado a los tiempos. Así se ha realizado “la misma voluntad constante de los romanos pontífices de promulgar dos Códigos, uno para la Iglesia latina y otro para las Iglesias orientales católicas” (Const. ap. Sacri canones). Al mismo tiempo, se reafirmó “claramente la intención constante y firme del supremo legislador en la Iglesia respecto a la fiel custodia y diligente observancia de todos los ritos” (Ibid.).

El Codex Canonum Ecclesiarum Orientalium fue seguido por otros dos importantes documentos del magisterio de Juan Pablo II: la Carta encíclica Ut unum sint (1995) y la Carta apostólica Orientale Lumen (1995). Además, no podemos olvidar el Directorio para la aplicación de los principios y de las normas sobre el ecumenismo, publicado por el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos (1993) y la Instrucción de la Congregación para las Iglesias Orientales sobre la aplicación de las prescripciones litúrgicas del Código (1996). En estos autorizados documentos del Magisterio diversos cánones del Codex Canonum Ecclesiarum Orientalium, como del Codex Iuris Canonici son citados, comentados y aplicados casi textualmente a la vida de la Iglesia.

Este vigésimo aniversario no es sólo un acontecimiento celebrativo para conservar su memoria, sino más bien ocasión providencial de verificación, a la que son llamadas ante todo las Iglesias orientales católicas sui iuris y sus instituciones, especialmente las Jerarquías. Al respecto, la Constitución Apostólica Sacri canones ya preveía los ámbitos de verificación. Se trata de ver en qué medida el Código ha tenido efectivamente fuerza de ley para todas las Iglesias orientales sui iuris y cómo ha sido traducido en la actividad de la vida cotidiana de las Iglesias orientales; como también en qué medida la potestad legislativa de cada Iglesia sui iuris ha provisto a la promulgación del propio derecho particular, teniendo presentes las tradiciones de su propio rito, como también las disposiciones del Concilio Vaticano II.

Las temáticas de vuestro Convenio, articuladas en tres unidades: la historia, las legislaciones particulares, las perspectivas ecuménicas, indican un iter de lo más significativo que seguir en esta verificación. Ésta debe partir de la conciencia de que el nuevo Codex Canonum Ecclesiarum Orientalium ha creado para los fieles orientales católicos una situación disciplinar en parte nueva, convirtiéndose en instrumento válido para custodiar y promover el propio rito entendido como “litúrgico, teológico, espiritual y disciplinar, distinto por cultura y circunstancias históricas de los pueblos, que se expresa en un modo de vivir la fe que es propio de cada Iglesia sui iuris» (can. 28, § 1).

A propósito de esto, los sacri canones de la Iglesia antigua, que inspiran la codificación oriental vigente, estimulan a todas las Iglesias orientales a conservar su propia identidad, que es al mismo tiempo oriental y católica. Al mantener la comunión católica, las Iglesias orientales católicas no pretendían de hecho renegar de la fidelidad a su tradición. Como muchas veces se ha reafirmado, la ya realizada unión plena de las Iglesias orientales católicas con la Iglesia de Roma no debe comportar para estas una disminución de la conciencia de su propia autenticidad y originalidad. Por tanto, la tarea de todas las Iglesias orientales católicas es la de conservar el patrimonio común disciplinar y alimentar sus propias tradiciones, riqueza para toda la Iglesia.

Los propios sacri canones de los primeros siglos de la Iglesia constituyen en gran medida el fundamental y mismo patrimonio de disciplina canónica que regula también a las Iglesias ortodoxas. Por tanto, las Iglesias orientales católicas pueden ofrecer una contribución peculiar y relevante al camino ecuménico. Estoy contento de que a lo largo de este simposio hayáis tenido en cuenta este particular aspecto y os animo a hacer de él objeto de ulteriores estudios, cooperando así, por vuestra parte al empeño común de adherirnos a la oración del Señor: “Que todos sean una cosa sola…para que el mundo crea…” (Jn 17,21).

Queridos amigos, en el ámbito del actual compromiso de la Iglesia por una nueva evangelización, el derecho canónico, como ordenamiento peculiar e indispensable del conjunto eclesial, no dejará de contribuir eficazmente a la vida y a la misión de la Iglesia en el mundo, si todos los componentes del Pueblo de Dios saben interpretarlo sabiamente y aplicarlo fielmente. Exhorto por ello, como hizo el Venerable Juan Pablo II, a todos los queridos hijos orientales “a observar los preceptos indicados con ánimo sincero y con voluntad humilde, sin dudar en lo más mínimo que las Iglesias orientales proveerán de la mejor forma posible al bien de las almas de los fieles cristianos con una disciplina renovada, y que siempre florecerán y llevarán a cabo su tarea confiada bajo la protección de la gloriosa y bendita siempre virgen María, que con plena verdad es llamada Theothokos y que resplandece como madre excelsa de la Iglesia universal” (Const. ap. Sacri canones).

Acompaño este deseo con la Bendición Apostólica, que os imparto a vosotros y a cuantos realizan su propia contribución en los diversos campos conectados con el derecho canónico oriental.

[Traducción del original italiano por Inma Álvarez

©Libreria Editrice Vaticana]

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